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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Guía o Maestro

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Quiero plantear aquí dos conceptos diferentes que siempre puntualizo porque son importantes para los que están en algún camino de crecimiento espiritual sostenido.

A lo mejor los conceptos que expongo no concuerdan en detalle con los conceptos oficiales, pero son detalles que los diferencias y no causan problemas el asumirlos de esta manera.

Muchas veces los términos Guía y Maestro se utilizan de forma indistinta, pero son dos figuras con diferencias importantes cuando se enmarcan en el acompañamiento del desarrollo del Ser.

Hay muchas diferencias entre un Guía y un Maestro; puntualicemos su conceptualización desde sus características.

Características de un Guía:

  • Se plantea la relación de Guía y guiado.
  • Un Guía acompaña de la mano al que se deja guiar y debe estar monitoreando constantemente el progreso del guiado para proponer cambios, caminos, opciones, siempre con la idea de acompañamiento constante.
  • Por lo tanto, un Guía se debe involucrar con el camino del guiado, ya que el éxito de su misión depende de lo que este consiga.
  • A un Guía le importa el mayor éxito posible de su “guiatura”; “su paga” (metafóricamente hablando) depende de ello.
  • Un Guía no critica, no juzga al guiado, pero si debe proponer acciones en las actuaciones inconvenientes. Si se plantea el juicio como primera herramienta de trabajo, puede aparecer un muro entre el Guía y el guiado; produciendo que el guiado desarrolle una sordera a los consejos; esto entorpecería la relación de acompañamiento - a nadie le gusta ser criticado y menos por alguien que lo debería ayudar a caminar.
  • Un Guía debe tener diferentes visiones de una misma situación para tener opciones de propuestas diferentes. A pesar de esto todo Guía debería haber pasado por, y si es posible mantener, una relación de Discípulo con un Maestro, ya que pese a su diversidad debe tener una línea de aprendizaje coherente, consistente y bien argumentada que solo un buen Maestro le puede dar.
  • La configuración de Dones Espirituales de un Guía debe ser apropiada para la tarea; debe tener alturas suficientes de Compasión, Tolerancia y Servicio, principalmente.
  • El Guía aprovecha para su trabajo la empatía emocional con la persona que guía.
  • En la era actual, fuera del ámbito espiritual, la figura de “guiatura” se puede asemejar a algunos tipos de ”coaching”

Por el otro lado las características de un Maestro:

  • Se plantea la relación de Maestro y discípulo.
  • Un Maestro está allí cuando el discípulo lo necesita, pero es el discípulo quien busca al Maestro; ambos tiene caminos separados, si bien el Maestro debe estar atento al desarrollo del discípulo.
  • El Maestro tiene su camino recorrido o lo recorre solo; por lo tanto el éxito del Maestro no depende de lo que logre con el discípulo.
  • El Maestro respeta el camino del discípulo; es el discípulo quien toma enseñanzas del Maestro para usarlas en su vida.
  • El papel de maestro no le da ganancias espirituales al Maestro; es algo que él ejerce de forma natural (no quiere decir ni casual, ni instintiva, ni sin intención, ni sin esfuerzo)
  • El Maestro no tiene que ser cuidadoso con las emocionales del discípulo más allá del trato respetuoso y cordial; si debe decir algo lo dice.
  • Un Maestro propone escenarios de aprendizaje de forma consciente e intencionada para que el discípulo pueda aprender de ellos.
  • Si bien el Maestro puede tener diferentes visiones de un mismo tema, su discurso debe ser totalmente alineado y coherente con sus enseñanzas; si eso le van bien al discípulo puede aprovecharlo. El Maestro no necesita acomodarse a las necesidades del discípulo.
  • Los Dones Espirituales de un Maestro deben tener una altura suficiente para su labor, especialmente: Autoconsciencia, Compasión, Humildad, Desapego y Amor Incondicional.
  • El impacto en un discípulo de la actuación de un Maestro se centra principalmente a nivel espiritual. El Maestro utiliza la empatía espiritual con el discípulo para hacer su trabajo.
  • En la actualidad la figura de un Maestro se ha ido abandonando por la concepción mal interpretada de autosuficiencia personal; todos creemos que podemos hacer cualquier cosa por nuestros propios medios.

Cualquiera de nosotros puede llegar a ser Guías o Maestros. Generalmente la función de Guía antecede a la de Maestro; pero hay roles de vida en los que no se pueden ejecutar una u otra.

Cuando de nuestra cotidianidad hablamos de roles que se sustentan principalmente por los sentimientos, ninguno de los involucrados en dichas relaciones puede asumir el papel de Maestro. Por ejemplo en una familia, los padres deben ejercer el rol de Guías – porque a ellos sí les interesa que los hijos salgan con bien; si es posible se debe caminar con ellos. Lo mismo pasa con parejas, ambos deben caminar uno al lado del otro.

Un padre, una madre, un hij@ o una pareja nunca debe asumir el papel de Maestro con su contraparte (criticando, enseñando lo que está mal hecho, etc.); porque son relaciones donde el componente emocional debe estar involucrado y no es sano permitir se levanten paredes que aíslen a los miembros.

Las familias se crean para que sus miembros caminen juntos, se aconsejen desde el amor, se acompañen en el camino, todos guías de todos; nunca en una familia puede haber un Maestro y los otros ser discípulos: “Nadie es Profeta (Maestro) en su tierra (en su espacio vital = familia)”

Mi recomendación es que consideres a cualquiera de estas dos figuras dentro de tu crecimiento espiritual asistido; la que te acomode mejor. Hay personas que no toleran la figura de un Maestro y prefieren a un Guía; mientras que otras personas necesitan a un Maestro considerándose a sí mismos sus propios Guías. En cualquier de los casos el crecimiento asistido se puede dar efectivamente.

En oportunidades se pueden tener la bendición de contar con un Guía y un Maestro al mismo tiempo, siendo esta la fórmula más efectiva, siempre y cuando ambos mantengan la misma línea de enseñanza.

La diferencia es importante conocerla, para seleccionar uno u otro y/o cómo tratar a los que la vida te ofrezca.

Pero cuidado en la elección, nadie puede ser Maestro si no ha sido antes discípulo y nadie es un buen Guía si no ha tenido un buen Maestro.

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 26 de diciembre del 2012
Twitter: @eReiki

3 comentarios:

  1. Me considero afortunada por haber tenido una Guía Espiritual desde mi adolescencia, la cual me llevó ciertamente de la mano, involucrándose profundamente en mi crecimiento espiritual, alegrándose con cada progreso mío e incentivándome en todo momento. Gracias a este camino recorrido es que puedo sentir espiritualmente a un verdadero Maestro, mi espíritu lo puede reconocer al escuchar sus enseñanzas con oídos espirituales y sentirlas en mi corazón. Ese Maestro eres tu !!!. Namasté

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  2. Pocos conocen la importancia de un Maestro espiritual... si supieran que la vida se hace más sencilla al tenerlo no lo denigrarían tanto... por supuesto que como todo tiene sus dificultades, pero una vez encaminados se siente más sencillo el andar y el crecer... Agradecida de poder contar con un Maestro espiritual como usted.

    Namasté

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  3. Namasté Maestro, gracias por se un verdadero Maestro Maestro Espiritual que me está ayudando a recorrer el Camino para regresar al Padre.

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