Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Somos
seres integrales, constituidos por varias capas o planos de
consciencia o existencia. Probablemente ya las conocen: física,
mental, emocional, energética, astral, kármico y espiritual.
Toda la existencia del ser humano trascurre en todos estos planos de forma simultanea, pero no necesariamente similar. Cada acción o experiencia que tengamos, está produciendo un impacto (positivo o negativo) en cada uno de los planos; pero no hay necesariamente similitud de acciones o experiencias; ejemplifico a continuación. Si nos hacemos una cortada en un dedo (plano físico), nuestra mente se alerta, nuestras emociones se alteran, nuestras energías van al rescate, nuestra astralidad también se ve afectada al igual que nuestro karma y nuestro espíritu (a pesar de que puede ser de forma nada evidente).
Toda la existencia del ser humano trascurre en todos estos planos de forma simultanea, pero no necesariamente similar. Cada acción o experiencia que tengamos, está produciendo un impacto (positivo o negativo) en cada uno de los planos; pero no hay necesariamente similitud de acciones o experiencias; ejemplifico a continuación. Si nos hacemos una cortada en un dedo (plano físico), nuestra mente se alerta, nuestras emociones se alteran, nuestras energías van al rescate, nuestra astralidad también se ve afectada al igual que nuestro karma y nuestro espíritu (a pesar de que puede ser de forma nada evidente).
Otro ejemplo. Nosotros trabajamos constantemente en plano astral, pudiendo hacer cosas diferentes a las que hacemos en plano terrenal – (físico/mental), por eso no nos damos cuenta. Pero en plano astral también se produce un desgaste y podemos sentirlo en nuestro cuerpo energético, emocional, mental y hasta físico.
Esta concepción multidimensional del ser humano es extremadamente útil cuando nos abocamos a procesos de sanación. El malestar puede tener su origen en planos no evidentes para nuestra consciencia mental y el tratar de recuperar la salud concentrándose en acciones o terapias en los planos donde no está el origen, puede ser infructuoso o en el mejor de los casos generar procesos de sanación muy lentos.
Pero no hablemos de salud. La multidimensionalidad también se presenta en cosas tan “simples” como las relaciones interpersonales. Una relación entre dos personas puede verse como un fenómeno físico, mental y/o emocional; pero la verdad es que también los otros planos están involucrados. Y ese es el tema de este escrito.
Siempre digo que en cada cuerpo sutil, o plano, tenemos “alturas” o parámetros que nos caracterizan. Podemos decir, de forma no exclusiva, que:
- En el cuerpo físico un parámetro que nos caracteriza puede ser la talla (altura y peso)
- En nuestro cuerpo mental es el coeficiente Intelectual (inteligencia)
- En nuestro cuerpo emocional tenemos el nivel de Inteligencia Emocional y el nivel de empatía.
- En nuestro cuerpo energético tenemos la cantidad y calidad (vibración) energética.
- En nuestro cuerpo astral (astralidad) tenemos un nivel de Luz
- En nuestro karma (cuerpo causal) la cantidad de energía kármica por depurar.
- Y en nuestro espíritu defino la Altura Espiritual.
(Nota: por eso es tan importante no
descuidar ninguno de nuestros aspectos, porque en cada uno de ellos
tenemos cosas que desarrollar o cuidar)
Todas estas alturas o niveles vienen a condicionar nuestras acciones y como consecuencia nuestro bienestar integral. Mientras mayor sea nuestra altura promedio, mayor será nuestro bienestar.
Si tratamos de ver cómo cada una de estas alturas condicionan nuestras acciones o vivencias, pudiéramos escribir cientos de páginas, pero vamos comenzar tímidamente a enfocar cómo nuestro plano astral condiciona nuestras relaciones interpersonales.
Al hablar de nuestro nivel astral solemos simplificarlo ubicando nuestro nivel de Luz en uno de las tres divisiones con las que se conoce dicho plano astral: astral bajo, astral medio o astral alto. En realidad el plano astral es un degradé infinito de luminosidad que va desde la luz más densa (para no decir oscuridad) hasta la más luminosa (como puerta de entrada al plano espiritual). Pudiéramos dividirlo en 10 niveles o 100 o 1000 y darnos un valor en cualquiera de ellos, pero en realidad nuestro nivel astral no es un valor sino una franja (un rango) comprendida entre un valor más bajo y uno más alto.
Todos nosotros en plano astral oscilamos dentro de nuestra franja personal y es por este motivo que podemos a veces ser “más iluminados” y en otras “mas problemáticos”. Cuando sanamos/evolucionamos a nivel astral, lo que hacemos es subir esa franja a niveles superiores, pero siempre será una franja. Mantengamos a esta idea en mente.
Cuando nos encontramos con otra persona, para que sea una “relación posible” (aprovechable y duradera) debe haber, por supuesto, algún tipo de aceptación física; además de un nivel intelectual (mental) similar, una compatibilidad de valores (emocional) y aunque no lo tengamos consciente hay una compatibilidad energética. Esta compatibilidad energética se evidencia en el agrado de estar juntos, en el procurar o disfrutar la compañía mutua y a veces de forma más intima esa compatibilidad se siente como “la química” que aparece entre dos personas. Argumentaciones similares (aunque más complicadas) se pueden hacer para los planos kármicos y espirituales.
Pero el plano astral no se queda de lado. Para que se lleve a cabo una relación personal útil, debe existir compatibilidad astral. La compatibilidad astral se produce cuando las franjas astrales se intersectan teniendo un área astral común. Debo recalcar que cuando hablo de entablar una relación útil no me refiero a una relación buena o mala, sino a una relación que nos permita interactuar con algún tipo de aprovechamiento, de aprendizaje.
Es tan sencillo como que en el plano astral también tenemos convivencia; y para poder convivir debemos “vernos en astral”. “Nos vemos en astral” cuando compartimos niveles (en nuestras franjas).
Veamos el dibujo siguiente. Allí se muestran cuatro personas, las dos primeras interrelacionándose entre si (la persona A y la persona B) y las dos últimas por su cuenta (C y D). Se destacan las franjas astrales de cada persona.
Se ve claramente que puede darse una relación interpersonal entre las personas A y B ya que ambas franjas comparten un pequeño espacio astral, suficiente para que se compartan cosas en ese plano. Entre las personas C y D probablemente no haya mayor interacción que cualquiera de forma casual; pero no se va a tener la oportunidad de entablar alguna relación por la falta de interacción en este plano astral tan importante.
Ahora bien; si el plano astral está condicionando una relación interpersonal, pero este es solo uno de los planos, ¿cuánto impacto tiene esta interacción en una relación personal en comparación con los otros planos?
Este es un punto importantísimo. Lo primero que hay que destacar es que una verdadera relación personal exige que la mayoría de los planos (si no es posible la totalidad) estén involucrados. Se esta idea comienza a aceptarse fácilmente cuando se afirma que una relación personal basada únicamente en lo físico no tiene mucho futuro o de igual forma una relación basada en el intelecto no va a llegar a profundizar. Así con cualquiera de los otros planos.
Si nos planteamos nuevamente como seres de múltiples planos y aceptamos que no somos únicamente cuerpo físico sino también alma y espíritu, dentro de ese segmento “sutil” el impacto del plano astral ocupa un porcentaje muy alto.
Poner números precisos es absurdo, pero siempre utilizo porcentajes simplemente para presentar magnitudes generales. Si pondero que una relación interpersonal es 90% sutil (energética) y 10% física, de ese porcentaje sutil podría estimar que alrededor de la mitad es astral. Sacando valores meramente ilustrativos, diría que el 45% de una relación interpersonal está condicionada por nuestro plano astral.
¿Desquiciado? No podría defenderlo, pero solo quiero indicar que es un porcentaje nada despreciable.
Toda esta simple explicación es muy útil para argumentar situaciones con las relaciones interpersonales. Relaciones que se forman, que se rompen, relaciones tóxicas, relaciones sanadoras, relaciones entre maestros y discípulos soportan esta teoría.
Además, concejos populares como el de “no andes con personas complicadas” o “procura amigos iguales o mejores que tú”, se explican y se entienden totalmente con este esquema de franjas astrales. Voy a presentarlo de forma muy resumida.
Como parte de nuestro bienestar, de nuestro crecimiento, buscamos siempre el incremento de nuestro nivel de Luz (de la altura de nuestra franja astral). Se preguntarán ¿pero cómo estoy haciendo esto si ni siquiera tenía idea de que existieran estas franjas? Pues lo hacemos y desde siempre. La moral, el comportarse bien, el ser honesto, el ser correcto, son prácticas astrales (podemos decir “auto-tratamientos”), y esta práctica ha sido una pequeña parte de la función de enseñanzas sagradas (de las religiones bien practicadas, textos sagrados). Entonces nosotros siempre estamos intentando ir en ascenso en nuestra astralidad (tener más Luz).
Cuando encontramos a alguien y comenzamos a tener una relación personal, pues lo que ha sucedido es que hemos encontrado a una persona con la que mi franja astral se intersecta. En ese caso, si la relación interpersonal continúa, comienza a haber un compartir de esas energías astrales de ambos lo que tiende a igualar ambas franjas. La que está más pesada (baja) va a frenar el ascenso o bajar el nivel de la que está más arriba, mientras que la superior tiende a halar a la que está mas abajo; ¿cuál es la resultante? Depende de cuál tenga mayor empuje, constancia, trabajo, etc.
“Dime con quien andas y te diré quien eres” ¿se entiende ahora? La idea de que una “mala amistad” puede “dañar” a una persona inocente o buena, ahora tiene lógica. Hay personas menos “cultivadas” astral o espiritualmente (su franja astral tiene poco empuje ascendente) que terminan siendo manipuladas/absorbidas por personas con “vidas complicadas” (franjas astrales más bajas). Estas últimas bajan el nivel de Luz de las primeras.
Por el contrario, si te relacionas con una persona de mayor Luz, tu astralidad tiende a acelerarse hacia arriba; ese es uno de los beneficios tangenciales de interrelacionarse con Santos, Maestros, Guías, etc.
Si se dieron cuenta hablé de personas “cultivadas espiritualmente” pero sabemos que nuestra astralidad es diferente a nuestra espiritualidad. Lo que sucede es que por ser planos vecinos, cuando una persona cultiva su espíritu este literalmente tiende a “halar” hacia arriba su nivel de Luz.
Aún se podrían decir muchas más cosas; este escrito apenas raya la superficie. Hablamos de relaciones interpersonales entre seres vivos, pero existen también relaciones con seres en astral no encarnados. Como esta, mil extensiones más.
Pero creo que el objetivo se cumplió: plantear que hay mucho más allá de lo que solemos considerar en nuestras vidas y que tendremos mayor probabilidad de ser felices si comenzamos a abrir nuestro entendimiento y salir de nuestros pequeños espacios mentales.
Podría terminar como siempre, recordando lo importante que es cultivar el espíritu de forma sería; pero esta vez solo quiero pedir que sigas los consejos populares, escoge a tus amistades y no te enganches es relaciones patológicas, ni con los demás ni contigo mism@; bajan tu astral y frenan tu crecimiento.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
20 de enero del 2013
Twitter:
@eReiki
Maestro, déjame ver si entendí bién: "El grado de afinidad entre dos personas depende en gran parte en la similitud de los niveles de conciencia (Luz) de ambos". Un artículo maravillosamente consistente, como todos !!! Encontré la explicación cierta y veraz a muchas situaciones "interpersonales" que viví que "frenaban mi ascenso" y la "resultante" fue siempre que "los soltaba" al vacío.........
ResponderEliminarGracias Maestro.
Flor, principalmente si a lo que dices, pero hay sutilezas...
EliminarNo hablamos de necesariamente afinidad si no de "probabilidad de relacionarse", de "poder hacer el trabajo juntos".
Te lo digo porque si bien se puede compartir franja astral, el trabajo astral también es con los dones del espíritu, así que aun cuando esté establecidad una relación, se puede llevar mal o se puede llevar bien.
Puede haber intersección de franjas astrales pero aun así la relación no ser buena, porque no se usan los dones espirituales; claro que en ese caso se produciría un desacople astral (siempre que se haya cultivado el desapego como don espiritual...)
Este tema no es sencillo, este largo articulo es solo la superficie, pero creo que lo haz agarrado bien.
Maestro, el tercer párrafo de tu respuesta es básico tenerlo en cuenta !!! Gracias !!
ResponderEliminarNamasté, Maestro si a mi me parece que este tema no es sencillo pero si entendí por que las Mamas que son sabias decimos a los hijos "No te la pases con esta persona que te perjudica, o no te conviene buscas personas igual o mejor que tu para relacionarte" si bien ahora gracias a ti en nuestro caso lo podemos tener esta información de lo que hacemos y actuamos en lo terrenal, en astral y en los otros planos no es sencillo digerir en práctica todo esto.
ResponderEliminarPero desde que estoy en Evolución Consciente creciendo junto a un grupo extraordinario de mano de un Gran Maestro siento que vamos por buen camino depende de nuestro empeño y esfuerzo poder lograrlo de manera que nos sirva para desarrollo espiritual reconociendo las bendiciones de un Maestro.
Maestro Preguntas para aprendizaje: la clave para alejarte de esas personas "toxicas" o para soltar situaciones, es la práctica del don de desapego en Evolución, pero desapegarte de eso que llevamos dentro al identificarlo como obstáculo para tu crecimiento en relación con esa persona o situación? Sin herir ni juzgar cuando se trate de personas dejando de tratarlas de manera drástica y aislándote? Cuál es la forma de llevar a practica con la cual no salgamos tan mal parados y avanzar en crecimiento sin herir, sin juzgar y no enganchándose?
Me encantaría poder ampliar el tema en una charla si es posibles gracias de corazón a aplicarlo entonces.
Un abrazo.
Vaithy Figuera
Vaithy gracias.
EliminarSí, en esos casos el desapego es importante. Pero desapegarse puede NO significar apartar o rechazar o abandonar.
Cuando hablamos de desapego, generalmente es a nuestros apegos internos (o necesidades enfermizas internas)a lo que debemos apartar de nosotros (que únicamente se hace sanando).
Muchas veces estamos al lado de personas o dentro de situaciones tóxicas, porque de alguna forma no sabemos estar de otra forma, o esa persona satisface una necesidad, pero agrede a otras.
Cuando hablas de Desapego no se puede ver aislado; debe haber Autoconsciencia para saber de que desapegarnos, además de Compasión para saber cómo hacerlo.
Es una maraña de dones a los que debemos estar atentos.
Esto definitivamente da para toda una charla dentro de EvoluciónConsciente,a lo mejor con ejemplo concretos.
Si te animas plantealo en alguna reunión presencial.
Namasté