Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Todo
tiempo de cuaresma es un tiempo de reflexión, de interiorización,
de aislarnos de nuestro exterior para mantener una consciencia
interior mayor.
A
lo mejor nosotros no podemos hacer como hizo nuestro Señor Jesús e
irnos al desierto por 40 días, pero si podemos vivir ese tiempo en
una actitud similar.
La
cuaresma es preparación; preparación para algo grande. A nivel
místico, cuando vamos a hacer o a estar en algo importante, debemos
prepararnos enfocándonos en nuestro interior para que la sabiduría
de Dios, del Universo, de nuestros Guías y Maestros nos iluminen y
nos den las indicaciones finales para hacer lo que debemos según la
voluntad del Padre.
Pero
es en ese tiempo de preparación donde pulimos nuestras almas hasta
el nivel apropiado para realizar la tarea. Y así como cuando
limpiamos una pieza de cristal la vemos a trasluz y descubrimos
manchas que había pasado desapercibidas; también en tiempo de
cuaresma de nuestra alma aflorar sus miserias para que las podamos
sanar hasta el punto necesario que no nos estorben en nuestra nueva
misión.
El
tiempo de cuaresma no es el inicio de alguna misión, sino el fin de
una larga preparación; es un “pulir”, un “dar los toques
finales” para que todo se realice perfectamente.
Y
¿qué mejor misión tenemos que la de vivir bien el resto de nuestra
vida? Te invito a que en tiempo de cuaresma tratemos de:
Vivir
hacia adentro: a enfocarnos en nuestro espíritu y no en nuestra
sensorialidad (ayuno de nuestros sentidos).
Hacer
prevalecer las emociones sobre la mente.
Guardar
recato exterior: no buscar tantas satisfacciones y recompensas
exteriores, así como las interiores.
No
enfocarnos en el exterior: los problemas no vienen de afuera, sino
de adentro.
Enfocarnos
en el interior: la felicidad sí viene de adentro, no de afuera.
Oración
y plegaria constante como una forma de conversación interna con
consciencias superiores.
Reconocer
nuestros errores y trabajarlos de adentro hacia afuera.
Reconocer
nuestras virtudes y guardarlas en nuestro interior; así las
tendremos cuando las necesitemos.
Limpiar
nuestro interior de expectativas, dejándolo vacío para que quepan
todas las bendiciones que vamos a recibir.
Estas
pocas recomendaciones son suficientes para que nos preparemos a vivir
una nueva etapa plena; dedicados a Dios no solo en alma sino en
cuerpo.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
13 de febrero del 2013
Twitter:
@eReiki
Como tu dices Maestro, "la Cuaresma es la preparación para algo grande". Moisés, Elías y Jesús tuvieron un período de ayuno de cuarenta días de oración y ayuno como preparación para una obra espiritual. Moisés recibió los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí al terminar su ayuno. Elías habló con Dios en el Monte Horeb al concluir su período de oración y ayuno. Jesús empezó su ministerio espiritual al final de Su ayuno. La Cuaresma es un tiempo de oración, ayuno (de pensamientos, emociones y sentimientos indignos), interiorización y autoconciencia, de estar en comunión con Dios. Gracias Maestro por tus enseñanzas, no me canso de bendecirte. Namasté
ResponderEliminar