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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Empecinarse o desistir

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

En el proceso de vivir hay dos extremos hacia los cuales podemos enfocar nuestras vidas: hacia un extremo de logros puramente terrenales y hacia un extremo de logros netamente espirituales. Siempre se ha dicho que los extremos son inconvenientes y afortunadamente ninguno de nosotros vive probablemente en ninguno de esos extremos.

Pero lo que si es cierto es que todos nosotros tenemos una Tendencia de Evolución, una forma en la que enfocamos nuestra vida, independientemente si la ubicamos en cualquier parte cerca o lejos de cada uno de los extremos.

Esta tendencia es la que nos da la dirección de crecimiento; podemos estar persiguiendo logros espirituales (crecimiento espiritual) o logros terrenales (materiales, mentales, etc.)

Decir a estas alturas cual es la mejor tendencia no tiene sentido; como decía mi madre “cada quien hace de su vida un saco y se mete dentro”, pero si permítanme subrayar dos fuerzas que guían esas tendencias para que las podamos aprovechar.

Estas dos fuerzas las suelo nombrar por las actitudes que aparecen en las personas que las utilizan, estas son Empecinarse y Desistir. Veamos dos definiciones:

 

empecinarse

  • obcecarse, obsesionarse, obstinarse, empeñarse, insistir, emperrarse (http://www.wordreference.com/sinonimos/empecinarse)

desistir

  • abandonar, renunciar, cejar, dejar, abdicar, ceder, desentenderse (http://www.wordreference.com/sinonimos/desistir)



Ahora veamos la explicación en un gráfico y después detallo con calma.





Si únicamente presento este gráfico sin explicación, estaría optando al premio mayor de descrédito público, porque hay cosas que parecen contradictorias o tristes si no se ponen en el contexto apropiado. Comienzo a enumerar:

  1. En la gráfica pareciera que la terrenalidad y la espiritualidad son dos aspectos irreconciliables y que nunca se van a poder tener juntas. Pues no pretende serlo, recordemos que no estamos hablando del lugar donde estamos parados (si más hacia el plano terrenal, o más hacia el plano espiritual) estamos hablando de la tendencia evolutiva. Podemos estar muy cerca del plano terrenal, pero nuestra tendencia nos puede ir llevando a conseguir logros espirituales o viceversa.
  2. Es verdad entonces que la tendencia que llevemos logrará desplazarnos poco a poco hacia uno de los extremos, y no está mal, mientras nuestro bienestar se mantenga.
  3. Y nuestra medida de bienestar general de vida (alegría/felicidad/satisfacción) es puntual en nosotros, es personal, la llevamos dentro y no está condicionada por el lugar donde estamos parados en la recta de la vida.

Pero si podemos tener bienestar en el punto que sea ¿para qué nos sirve esta teoría de tendencias de evolución?

En nuestro camino de crecimiento lo que debemos siempre tener en cuenta es la medida de nuestro bienestar. Este bienestar es el indicativo si estamos haciendo las cosas bien o no, o si debemos cambiar nuestra actitud (forma de pensar, de actuar, de ver las cosas) o no.

En caso de que sintamos que nuestro bienestar se deteriora, o que definitivamente podría ser mayor, lo que aconsejo en la práctica evolutiva es el darnos cuenta de nuestra tendencia evolutiva y cambiarla (ajustarla). Y mi experiencia personal apoya esta práctica. Veamos con detalle.

En nuestra sociedad moderna, centrada en la consecución de logros terrenales (materiales, organizacionales, intelectuales, económicos, reconocimiento por terceros, etc.) la fuerza que guía es el del empeño, la insistencia, la persistencia, el empecinamiento en alcanzar lo que se desea. Cuanto más fuerza se ejerza en ese sentido, más logros terrenales parecen obtenerse. Hay que esforzarse en eso.

Pero cuando se habla de logros espirituales, muchas veces queremos alcanzarlos con la misma fuerza del empeño, y resulta que nos estamos alejando de ellos. En este caso la fuerza que guía es la de desistir. Parece un contrasentido, pero desistir no significa quedarse de brazos cruzados; desistir significa dejar que las cosas sucedan luego de haber hecho nuestro mejor esfuerzo, desistir significa hacer y hacer sin expectativas pero manteniendo siempre las esperanzas.

Cuando se desean conseguir logros espirituales hay que entender que no controlamos todos los procesos en el camino a ellos, que hay asuntos espirituales que no entendemos y que sólo somos obreros dentro de un plan de evolución muchísimo mayor. Esta idea nos lleva a entender que empecinarnos en algo que ni sabemos por dónde va, que ni tenemos idea clara de cómo funciona. no tiene sentido y que tiende a llevarnos a frustraciones que pueden estancarnos.

El desistir como tendencia espiritual implica desistir de esperar resultados perfectamente determinados en tiempo, alcance y forma; significa también desistir de engancharnos en estados de malestar o de comodidad patológica; desistir de esperar que nuestras acciones sean correspondidas (por los demás o por Dios mismo) según como “nuestra lógica” lo indica. Resumiendo, desistir implica dejar de esperar que se haga “nuestra voluntad”. Y todo este intento de desistir implica mucho esfuerzo, una y otra vez.

Hay que acotar muy bien esto. En el camino de evolución hay que aplicar esfuerzo sea cual sea la tendencia que se lleve. El esfuerzo no debe entenderse como “esfuerzo sufrido” pero sí como intencionalidad consciente, como querer hacerlo, como tenerlo por meta.

Por eso es necesario saber qué estamos haciendo con nuestras vidas, si empecinándonos o desistiendo. Si estamos felices sigamos como vamos; si quisiéramos crecer, sanar o simplemente mejorar, a lo mejor tenemos que buscar formas de activar la fuerza de tendencia contraria en nuestro camino de vida; eso de seguro mejorará nuestro bienestar.

Cuando desistimos (desde el punto de vista espiritual) sin dejar el esfuerzo, permitimos que Dios actúe en nuestra vidas de forma más activa; “a Dios rogando y con el mazo dando”. Si vivimos creyendo que los logros dependen únicamente de nuestro empecinamiento Dios dice amén y honra nuestra intención, dejando que nuestras manos sean las que hagan el trabajo, es aquí cuando nos damos cuenta que este mundo es muy difícil de manejar.

Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 07 de noviembre del 2012
Twitter: @eReiki

5 comentarios:

  1. Maestro:
    !que preclaro!
    Me gusta mucho este artículo, ilustrativo, sencillo, aleccionador.
    Lo comparto.
    Namasté

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  2. Muy oportuno para mi este articulo, gracias Pedro, Namaste

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  3. Maestro; a desistir se ha dicho....Namastè.

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  4. "Cero expectativas..." no fue fácil y creo que aún no lo es... Pero gracias a este camino poco a poco se va logrando y es realmente impresionante ver como todo fluye cuando las expectativas no están en el medio, así como todo puede irse abajo en el momento en que se asoman... una vez más gracias por sus enseñanzas Maestro.

    Namasté

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  5. Maestro, este es uno de los articulo que mas me invita constantemente a reflexiona, gracias maestro, es el Articulo clave para cero expectativas !! seguirá siendo articulo de reflexion para mi.

    Namaste

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