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martes, 27 de noviembre de 2012

¿Quién eres? ¿Qué significas? - Autoconsciencia

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Nadie debería ir por el mundo sin estar consciente de su identidad; y cuando esto ocurre de forma patológica, se requieren cuidados especiales, acompañamiento constante, a lo mejor de reclusión.

Si bien se puede alegar que esta consciencia personal está clara para muchos de nosotros; respuestas a ¿quién soy?, ¿qué hago?, ¿dónde estoy?, ¿para dónde voy?, ¿qué esperan de mí? y ¿qué significo yo para los demás? son respondidas sólo de forma parcial por nosotros mismos, únicamente desde nuestros planos físico/terrenal, mental y a lo mejor emocional.

El conocimiento adecuado de estas respuestas es lo que yo llamo “Autoconsciencia” o “Autoconocimiento”, y no sólo como se explica anteriormente, sino bastante más profundo, porque nuestro bienestar (ya lo he dicho muchas veces) no está condicionado sólo por nuestros planos físicos, mentales ni emocionales, sino que aspectos más sutiles como el energético, astral, kármico y espiritual tienen la capacidad de modificar nuestro bienestar fuertemente para bien o para mal.

Nuestro bienestar debe ser integral”, es otra frase muy repetida, y a esto se llama un bienestar completo, verdadero, legítimo. Al igual que nadie puede ser completamente feliz estando físicamente bien pero emocionalmente perturbado, nadie puede estar legítimamente feliz sin felicidad espiritual, por ejemplo.

Este término de Autoconsciencia se acuña dentro del proyecto de Evolución Consciente y representa uno de los Dones Espirituales que debemos cultivar para poder evolucionar, sanar, crecer. Es uno de los dones más básicos y principales que sirve de puntal para trabajar algunos de los otros (Humildad, Compasión, Tolerancia, Servicio, etc.)

Cuando nos referimos a Autoconsciencia desde el punto de vista espiritual es importante pararnos con los pies firmes y asegurarnos que entendemos la idea de que somos Seres Espirituales. Aceptar en algún grado de que “somos seres espirituales con experiencias terrenales en vez de seres terrenales buscando experiencias espirituales” es básico para comenzar a desarrollar la Autoconsciencia. Si una persona se percibe sólo como “carne y hueso” y a lo mejor algo de inteligencia (mente) pues de plano está imposibilitado en su crecimiento espiritual; mejor que siga disfrutando de su terrenalidad hasta que su espíritu se fastidie y se lo reclame.

La Autoconsciencia no es sólo un concepto que se estudia y se aprende, no es un conocimiento intelectual sino que es una consciencia espiritual de sí mismo que se debe reflexionar y experimentar y que busca responder preguntas similares de: ¿quién soy yo más allá de mi ser terrenal?, ¿qué estoy haciendo o qué debo hacer para tener bienestar espiritual?, ¿para dónde voy con mi Espíritu?, ¿cuáles son mis objetivos en esta vida? ¿quién es Dios para mí?, ¿qué significo yo para Dios? y ¿qué espera de mi Dios?

El trabajo de desarrollo de la Autoconsciencia no es sencillo ni rápido, pero es vital si queremos hacer algo más productivo con nuestra existencia que sólo gastar unos cuantos años respirando para luego terminar en cenizas.

En procesos de Sanación (con mayúscula) es importante abordar el trabajo del aumento de la Autoconsciencia. El trabajarla es comenzar a dejar el papel de víctimas, comenzar a tener confianza que se puede salir adelante (sin importar el estado ni los resultados) y por supuesto es indispensable para que aflore la tan solicitada Fe en Dios (la verdadera, no la que ejercemos para ver “si da resultado”)

Por ejemplo, si alguien se sabe (desde la Autoconsciencia) que es hijo de Dios, ¿cómo puede pensar que él le castiga?, o que le va a abandonar, o que sólo le va a dar su misericordia cuando a él me parezca. Una persona que se reconozca verdaderamente como hija de Dios (que lo sepa con su espíritu, no con su mente) siente la presencia de su Padre en cada instante y no le abate el sufrimiento (aclarado ya muchas veces la diferencia entre dolor y sufrimiento)

La Autoconsciencia también nos permite conocer nuestras fortalezas y debilidades para ofrecer un Servicio óptimo o para reforzar nuestro trabajo personal.

Pero ¿cómo se trabaja la Autoconsciencia? La respuesta nuevamente es con tu religión; una religión bien explicada, bien llevada y bien practicada; no estando demás la asistencia real (no de libros) por Guías o Maestros que la conozcan.

En fin, si queremos ser verdaderamente libres de ataduras auto-impuestas; si queremos no vivir recluidos en situaciones de las que no sabemos salir; si queremos recorrer este mundo (que es también espiritual) sin ir dando tumbos y con algún rumbo establecido; si queremos ser útiles desde nuestras verdaderas fortalezas; si queremos saber qué cosas debemos trabajar para estar cada vez mejor, si queremos sentirnos siempre en buena compañía; debemos estar claros espiritualmente. Es tu Autoconsciencia, eres tú, es tu decisión.

"Autoconsciencia: conócete a ti mismo pero desde lo que de verdad eres: hij@ de Dios". PedroAGómezR.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 27 de noviembre del 2012
Twitter: @eReiki

2 comentarios:

  1. Excelente Maestro, es clave para mi desarrollo espiritual, como evolucionista consciente de tu mano conocí a fondo lo que es ejercer este don del espiritud y me enfrente a batallas dentro de mi en el proceso de reconocimiento de lo que soy para Dios y lo que El es para mi, hoy en este momento me siento mas segura al leer este articulo, se que voy en camino, que van a caer hojitas o escombros si, pero de pie los quito y sigo adelante de la mano de un Gran Maestro, este escrito que como los otros los guardo como oro.

    Gracias por tu dedicación.

    Namasté

    Vaithy Figuera

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  2. Esta es la base de nuestro crecimiento espiritual... La práctica diaria de la autoconsciencia... gracias de nuevo por sus enseñanzas y sus escenarios...

    Namasté

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