Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
El
positivismo (no me refiero a la escuela filosófica de Saint-Simon,
Comte y Mill) es una tendencia del pensamiento humano que representa
a una actitud particular ante la vida y en especial ante los
problemas; la misma que la mayoría de las veces trae más
inconvenientes que ventajas.
La gente
siente que esa actitud mental positiva es muchas veces lo único que
se necesita para salir adelante; y si bien es cierto que una
actitud negativa ante la vida no ayuda a nadie; el positivismo puede
resultar muy engañoso.
Generalmente
se practican cuatro tipos de positivimos:
- El “positivismo ingenuo”: el que “ciega a las personas”, el que cubre los errores y las debilidades personales y le hace creer al practicante que él está bien, que todo se va a resolver “solo”, por el solo hecho de ser positivo.
- El “positivismo evasivo”: que se ejerce como un mecanismo para evadir la responsabilidad de lo que sucede y por lo tanto la responsabilidad de resolverlo.
- El ´positivismo impetuoso´: el cual plantea que mientras se ejerza con mayor intensidad y vehemencia el pensamiento positivo, todo va a salir mejor.
- El ´positivismo celestial´: que al ejercerlo se cree que Dios está “en la obligación” de resolver muestras “metidas de pata” o por lo menos de ayudarnos haciendo Él la mayor parte del trabajo.
Esos
tipos de positivismos en realidad terminan siendo uno solo, ya que
ellos se entremezclan y se utilizan de esa forma.
La actitud positiva nunca ha ayudado a nadie de manera trascendente.
Puede ser útil en un momento concreto y muy acotado en el tiempo,
para no engancharse en actitudes difíciles; pero no debe convertirse
en “la herramienta” para sanar, ni mejorar, ni crecer.
Cuando
una persona se presenta con una tendencia positivista,
terapéuticamente hay que analizar si está evitando asumir procesos
serios de sanación. Puede tener manifestaciones constantes de
malestar que simplemente oculta (para no ocuparse de ellas) tras
pensamientos positivos casi compulsivos. Aquí cabe el dicho de “dime
de lo que alardeas y te diré de lo que careces”.
Y para
complicar el asunto, la actitud positiva se confunde con la “fe”;
cosas que son sustancialmente diferentes. La “fe”, definida desde
un plano espiritual, apunta más hacia la “confianza” que se le
debe tener a Dios; pero “confianza” en el sentido de que Él no
dejará sin frutos a nuestro esfuerzo tenaz en conseguir algo. Esta
misma “confianza” implica la certeza de que el fruto de nuestras
acciones le servirá totalmente a Dios. ¿Acaso podemos pedir algo
más?
A diferencia de la fe, el positivimos
suele ser mucho a beneficio personal; y la confianza se basa más en
que todo saldrá bien porque “así debe ser” o “porque Dios lo
quiere así”, y no necesariamente porque dependa de nuestro
esfuerzo.
En
cualquier esquema serio de sanación, lo primero que se debe hacer es
sincerarnos en nuestro malestar, luego reconocer que hay
algo malo, después que tenemos la responsabilidad de sanar
eso que “no va bien” y finalmente asumir el compromiso de
hacerlo. Todo este esfuerzo lo haremos con la fe de que Dios
estará en cada momento con nosotros. “A Dios rogando y con el
mazo dando”.
Y Dios
nos asista cuando encontramos a una persona que más que ayudarnos lo
que hace es llenarnos de elogios y que frases positivas... frases que
harían fruncir el ceño a los que nos conocen de verdad. Aquí cabe
la frase: “viví con él pa´que veais”.
A salir corriendo antes de que nos creamos todas esas frases
“luminosas”.
Es
una realidad que debemos elevar nuestra autoestima, pero esa
elevación debe ser un proceso de crecimiento interior, no tiene que
venir nadie a levantártela desde afuera. “Si te gusta
que te alaben estás en problemas graves, porque aún no has
descubierto por ti misma/o cuanto vales. PAGR2013”
“Ten
cuidado con el ´positivismo estúpido´, te puede estar alejando de
tus verdaderas bendiciones y de conquistar una vida realmente
trascendente. PAGR2013”
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 27 de diciembre del 2013.
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Se podría inferir que el "Positivismo es una Actitud" y la "Fe es Conciencia".... que una Actitud es una postura y la Conciencia es un proceso interno ..... que no podemos sanar "desde afuera" sino "desde adentro" .... y que una vez identificado un malestar es indispensable un trabajo interno que depende solo de nosotros mismos y es nuestra responsabilidad espiritual realizarlo.... "Somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal". Brillante artículo Maestro!
ResponderEliminarNamasté
En estos tiempos en donde se le da tanta importancia a la "mente positiva" es importante retomar, desde la aproximación de lo escrito en este artículo, la responsabilidad que tenemos por las consecuencias de nuestros actos. A veces no es evidente ver el origen de las cosas y escurrimos el bulto con el cuento de la mente positiva. Asumir parece ser la consigna.
ResponderEliminarNuevamente agradecida Maestro.
CEH
wow Maestro, tiene razón la Sra. Flor, brillante artículo, tengo dos día leyéndole, re leyéndole (y ya cuando comento, el computador dice que no funciona el servidor, wow por él también) pero lo resaltante es que me pregunto si yo también estoy lenta, algo de bioritmo, pero que va, es que este articulo es la primera vez que leo una lección tan amplia sobre positivismo en pocas palabras. Admito que tengo otra tarea :D Me toca imprimirle e imprimirle en mi ser, el tema esta profundo. Gracias Mil por sus enseñanzas, espero aprender a su ritmo...xD... Namasté
ResponderEliminarNamasté,gracias Maestro, sus explicaciones son tan firmes, tienen tanta razón y hasta lógico... La Fe es acción, reconocer que hay algo mal trabajar sobre eso y mantener la confianza en DIOS... Gracias
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