Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Ya son no pocos años (más de 35 años) de aprendizaje, de sanación personal,
de enseñar, como sanador, como consejero, como instructor, como investigador,
como maestro y como terapeuta; los que me permite la experiencia para traerles
este escrito hoy.
Por muchas vías se oyen cosas sobre la personalidad del Maestro Jesús (el
Cristo). Sus enseñanzas son seguidas con diferentes enfoques, algunos certeros y
otros manipulados o inconsistentes por ignorancia. El mismo concepto de Nueva Era nació de una intención de retoma
de la consciencia de que debemos mejorar (en todos los sentidos) desde el punto
de vista espiritual; y la misma tiene por muchos lados el sello de las
enseñanzas cristiana.
¡Estamos en la era de Cristo! Y este sentimiento lo llevamos dentro de una
u otra forma.
Pero por otro lado la población mundial se está polarizando en cuanto a su
fe religiosa; o se cree mucho de forma fanática (y por tanto inoperante) o se
deja de lado la práctica religiosa, también de forma patológica. Y es del
sentir común de mucha gente que nuestras iglesias cristianas (católicas,
evangélicas, etc.) cada vez llegan menos a los necesitados. Los templos están
ocupados por personas que ya son religiosas (que nadie tuvo que convencer),
pero nadie se ocupa, de forma eficiente y efectiva, de los que “aún no
consiguen la puerta de entrada”.
Y todo estoy lo afirmo como sanador y como terapeuta. Ya es una constante
cuando tengo un paciente delante de mí, contándome todos sus problemas
(físicos, mentales o emocionales), que le debo hacer la pregunta: “y Dios,
¿dónde está entre todos esos problemas?”
Las respuestas a esta pregunta evidencian, la gran mayoría de las veces,
varias cosas:
- una concepción
infantil de Dios;
- una “poco útil” relación
personal con Él;
- y un compromiso personal casi nulo con ese Ser/Consciencia/Energía/Amor que muchas veces es a quién se le pide ayuda.
Y meto en todo esto a la parte espiritual porque siempre se acude a ella,
no porque sea la única forma de sanar. Respeto de primera mano a la parte
científica/técnica abocada a la salud, pero no es raro que cuando esta no da
los resultados esperados, las personas acudan a Dios como último recurso de
sanación.
¿Y si metemos a Dios desde el principio de nuestras dolencias (sin
abandonar la parte médica formal)? Aún mejor ¿si metemos a Dios antes de estar
enfermos?
Apelo a la parte preventiva como sanador. Es bien sabido que un malestar se
manifiesta (en cualquier plano) una vez que se lleva tiempo “echan a perder las
cosas”, muchas veces sin darnos cuenta.
Y Dios está también para eso, no solo para ayudarnos a sanar, sino para
ayudarnos a no “caer” con enfermedad o malestar. Así que utilizar principios
espirituales/religiosos siempre ha sido apropiado.
Durante toda mi vida, si bien he tenido una formación cristiana/católica
bastante fuerte (no en fanatismo, sino en estudio, comprensión y adopción como
estilo de vida), he tenido contactos con otras prácticas místicas/religiosas.
Estos contactos me he permitido utilizar estas prácticas y enfoques tanto en mi
vida personal, como en las otras áreas como sanador, terapeuta y maestro. Pero
aún así me defino como cristiano, no por crianza sino con convicción.
Algunos que me conocen podrían pensar que mi cristianismo católico es poco
ortodoxo, pero créanme que respeto profundamente a mi religión católica, la
defiendo y la práctico; pero no dejo de lado pensamientos, prácticas y
enseñanza que han logrado acercarme más a un Jesús “muy útil, efectivo y
eficiente” en mi vida.
Y son estas enseñanzas crísticas las he llevado a
todos los planos de mi vida; y ahora se las presento de forma estructurada en
el área de sanación.
Muchos podrían decir que esto no es nuevo, ya que en todas partes esgrimo
enseñanzas cristianas para el buen vivir, regaño a las personas, soy “chocante”
con mis consejos y mis enseñanzas; pero lo verdaderamente novedoso es el
enfoque.
Les propongo Sanación Crística,
que en resumen plantea que: si quieres que Dios (a través de Jesús) te ayude
a sanar, comienza por comportarte como Él te lo indicó. Así de sencillo.
Suena básico y lógico, pero el
problema está en que la mayoría de las personas no sabe qué espera Jesús de
ellos, o qué les ordenó hacer (¡fueron órdenes!); y
en caso de que sí lo sepan, no tienen idea de cómo llegar a hacerlo. Y lo
tengo que decir, el enfoque actual de las religiones cristianas no llega más
allá de dar los simples consejos o a abordar pocos aspectos por separado.
¿Cómo se vienen presentando las terapias desde hace años? Llega una persona
con algún problema en particular (o varios a la vez), y su búsqueda está
centrada en: “vengo a que me cure o me sane”, “vea qué puede hacer por mí”,
“quiero esta u otra técnica porque es lo que necesito”.
El terapeuta entonces comienza a aplicar las técnicas que sabe, pero
generalmente no se plantea un “escenario de sanación integral, total”.
Este escenario de sanación total debe ser soportado por el paciente; al fin de
cuentas, es él el que debe mejorar.
Dentro de la Sanación Crística hay dos nuevas preguntas
iniciales que el paciente se debe hacer, las únicas válidas: “¿qué puedo
estar haciendo mal en mi vida para sentirme así?” y “¿cómo Jesús me
pidió que actuara para corregirlo?” Estas son las que he bautizado como las
“Preguntas Crísticas”
Y no estoy reinventando ninguna
religión; todo sale en La
Santa Biblia ; yo lo único que voy a hacer es ofrecerlo como
esquema de sanación. ¿Que eso se expanda a toda la vida del paciente? Será
parte de la bendición.
Habiendo comenzado a trabajar en esas dos preguntas crísticas dentro de
este nuevo esquema de sanación, se deben abordar las terapias y técnicas
médicas tradicionales u holísticas que sean necesarias para atacar el malestar
o la enfermedad ya manifiesta.
El proceso de Sanación Crística,
como se puede asumir, no es inmediato; ya que requerirá de tiempo para ir
comprendiendo, interiorizando y operacionalizando en nuestra vida lo que yo
llamo los “Lineamientos para Sanación Crística”, lo cuales han estado muy
bien definidos desde siempre.
A pesar del tiempo que pueda tomar, las ventajas de este tipo de sanación
son:
- Se puede asumir de forma preventiva o correctiva.
- Útil para cualquier tipo de malestar o dolencia.
- Aumento de la eficacia de los otros abordajes terapéuticos.
- Las mejoras son paulatinas, pero comienzan a percibirse desde las primeras.
- Lo que se consiga en aprendizaje de bienestar, es aprovechable de forma automática en todos los ámbitos de nuestra vida.
- El bienestar ganado es perdurable en el tiempo (podría decirse que “eterno”)
¿Y este esquema de sanación es solo para cristianos? Jesucristo, en este
mundo, tuvo dos papeles: el de Salvador (aceptado así por los cristianos) y el
de Maestro, de indudable aceptación por todo el universo. En Sanación Crística se presenta a Jesús
como Maestro de vida, más allá de la fe religiosa que se profese. Es innegable
que las enseñanzas crísticas se encuentran también en otros enfoques
espirituales; de aquí su importancia.
Probablemente esta sea de ahora en adelante mi propuesta preferencial como
sanador/terapeuta. Los detalles, por supuesto, no son útiles por esta vía; pero
si te interesa enfrentar un proceso de Sanación
Crística búscame, estoy a tu entera disposición.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
10 de diciembre del 2013.
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777
Brillante artículo Maestro! Mi reflexión ante las dos Preguntas Crísticas se centra en que "La integridad del alma es la única cosa que importa". En este sentido, en Mateo 5:29 - 30 reza: "Por tanto, si tu ojo derecho te fuera ocasión de caer, sácalo, y échalo de tí: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de tí: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno": Igualmente, en "Tertulias Místicas", nos explicaste el sentido místico de las palabras de Jesús: " Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" Mateo 16:24. Estos tres párrafos de la Biblia me parece que nos invitan a sacrificar y desprendernos del "amor propio", de los "pecados capitales" y de todo aquello que nos haga "caer", para "sanar nuestra alma" a través de la aplicación y desarrollo de los "Dones Espirituales" que nos has enseñado, y de esta manera, empezar nuestra "Sanación Crística".... Ahí vamos.... Namasté
ResponderEliminarQue alegría saber que está Maestro. Gracias a Dios, que él le siga bendiciendo y a nosotros por tenerle, hallarle y aceptarle. Gracias Mil. Denos su bendición. Namasté.
ResponderEliminarDios Padre/Madre, Hijo y Espíritu Santo les siga bendiciendo!
EliminarNamasté
AMEN!!! MUCHAS GRACIAS, NAMASTE MAESTRO.
ResponderEliminarQue el <3 AMOR <3 de Dios se siga expandiendo entre nosotros . Amen ! Muchas Gracias hermano Pedro , que Dios te bendiga !
ResponderEliminarGracias, maestro, gracias por darnos la oportunidad de seguir nuestra vida de la mano de dios y con tu orientación, acepto tu invitación a sanar en cristo !!! Namaste.
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