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martes, 26 de agosto de 2014

Compenetración energética de una pareja



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Cuando se es pareja de alguien, se dice que hay compenetración entre ambos seres y que comparten mucho más que solo buenos momentos. Además, siempre se plantea que vivir correctamente en pareja es lo más sano (y hasta necesario y bendito) para todos los seres humanos.

Pero esa compenetración, ese compartir y ese bienestar al que se asocia la vida en pareja tiene mucho que ver con nuestra existencia como seres energéticos. La compenetración es energética; si bien la manifestación de estas energías se suele presentar principalmente a nivel físico, mental y emocional. Estos tres campos son los más evidentes a la hora de observarlos y estudiarlos; si bien nuestras partes astral, kármica y espiritual no están exentas del impacto de la vida en pareja.

Si nos ubicamos en el  ser humano energético; recordamos la existencia de nuestros centros energéticos (chakras) y de las dinámicas que existen entre ellos. Sabemos además que no son solo los chakras de forma independiente sino más bien sus dinámicas, las que enmarcan las acciones de los seres vivos.

Pero para explicar la compenetración energética de una pareja, dentro de este escrito abierto, tomaré únicamente a los chakras como unidades independientes. 

Cuando existe una pareja (y hablo de pareja sentimental – novios, amantes, esposos) se suele asociar una frase a dicha interrelación; se dice que entre los dos hay “cierta química”.
En realidad no es “química” lo que hay, sino una compenetración “energética” básica de sus chakras.

Nuestros centros energéticos, distribuidos a lo largo del eje vertical central de nuestro cuerpo (columna vertebral), se comienzan a enumerar desde el primero al séptimo, de abajo hacia arriba. En realidad hay otros más que sostienen energías no tan asociadas con nuestra conciencia terrenal, pero son estos siete chakras los suficientes para caracterizar todo el comportamiento energético del ser humano terrenal.

  • Primer chakra (chakra base – Muladhara): en la zona del perineo. Maneja, entre otras cosas, la energía asociada a: instintos, protección, dominio, posesión, sexo orgánico.
  • Segundo chakra (chakra sacro – Swadhisthana) a unos pocos centímetros debajo del ombligo. Maneja la energía asociada a: disfrute en general, maternidad, cuidar, cobijar, alimentar, sexo de disfrute, sensualidad, entre otras cosas.
  • Tercer chakra (chakra de plexo solar – Manipura) a nivel de lo que conocemos como “la boca del estómago”. Maneja la energía asociada a: “el hacer”, objetivos, alcanzar, metas, esfuerzo, empeño, emociones (sentimientos que perduran en el tiempo), entre otras cosas.
  • Cuarto chakra (chakra del corazón - Anahata) a nivel del músculo cardíaco (corazón físico). Maneja la energía asociada a: sentimientos, concepción del “yo personal”, empatía, dar de forma desinteresada, entre otras cosas.
  • Quinto chakra (chakra de la garganta – Vishudda) a nivel de tiroides/paratoroides. Maneja la energía asociada a: comunicación de forma amplia (por cualquier medio, siempre de forma bidireccional: expresarse y escuchar), capacidad de captar y comprender lo que le rodea, entendimiento asociado con la sabiduría (lo que permite tener una visión particular del mundo); entre otras cosas.
  • Sexto chakra (“tercer ojo” – Ajna) en el entrecejo. Maneja la energía asociada a: la percepción (sensorial y extrasensorial), la inteligencia lógica, la capacidad de sacar relaciones de cosas y eventos, intelectualismo, interpretación; entre otras cosas.
  • Séptimo chakra (chakra de la coronilla – Sahasrara) en la parte más alta del cráneo. Maneja la energía asociada a: interrelación real con Dios (más allá de la percepción y la intelectualidad), verdadera espiritualidad asumida (no solo interpretada); entre otras cosas.
Como se puede observar, de cada chakra dí una muy sencilla referencia de las funciones humanas donde se utilizan las energías que estos manejan. Esto, si bien es muy simple, es lo necesario para explicar la compenetración energética en la pareja.

Entonces, cuando una pareja se forma, lo natural es que automáticamente y apenas al primer encuentro del uno con el otro, los chakras de cada uno comiencen a tratar de “unirse” energéticamente. Recordemos que siempre digo que las interacciones humanas son principalmente interacciones energéticas (que se expresan luego en aspectos evidentes como los físicos, los mentales y los emocionales)

Esta “unión energética de los chakras”, que no tiene que pasar por contacto físico y que tampoco es intencionado; se lleva a cabo de forma diferente entre dos personas cualesquiera o entre dos personas que naturalmente podrían formar pareja. El orden o la secuencia de “interconexión” de los chakras en ambos casos es diferente. Me voy a centrar en una pareja. 

La primera interacción se realiza entre los “chakras base”. Eso produce esa “atracción instintiva” del uno hacia el otro; ese “gusto”; que puede llevar incluso a encuentros sexuales sin involucrar más nada. Esta primera unión de chakras, incluso de forma inconsciente, se suele “negar” ya que muchos de nuestros condicionamientos como seres sociales, apuntan a que una interacción de pareja es mucho más que “sexo instintivo”. Es por esto por lo que a veces se siente esta atracción y se deja de lado, hasta que no se verifiquen uniones en los chakras subsiguiente.

La compenetración de estos primer chakras se manifiesta  también en un estado de seguridad (generalmente la mujer se siente “segura con su hombre”) y un estado de posesión, de dominio (el hombre siente “que esa mujer es suya”)

Hay otras causas por las cuales los chakras base de las personas tienden a unirse, pero escapan del alcance de este texto (revisar el artículo “Atracción Sexual”)

El siguiente chakra que se intenta unir es el segundo (van en orden), el asociado al bienestar. Aquí, la potencial pareja descubre que no solo se gustan, sino que entre ellos pueden disfrutar; que se pueden proveer momentos de disfrute, de bienestar; el uno al otro.

Cuando el primero y segundo chakra logran esa compenetración, es cuando se puede decir que ya hay una “pareja formada”; desde el punto terrenal, casi animal, pero pareja al fin.

Una compenetración de primer y segundo chakra en una pareja es suficiente para la madre naturaleza; porque es lo único necesario para que la especie humana subsista; procreando más niños. Dos personas se atraen sexualmente, obtienen bienestar y la magia está lista.

Pero es una magia no muy duradera. La atracción sexual puede darse con otras personas y el disfrute se puede obtener casi con cualquiera... así que esta compenetración con solo estos dos chakras puede no ser ni permanente, ni exclusiva; y por lo tanto no incluye necesariamente fidelidad.

Una pareja más permanente, duradera, estable, exclusiva, comienza a aparecer cuando la compenetración energética involucrar a los charkas siguientes.

En una pareja, cuando los tercer chakras también forman parte de la compenetración (se asume que el primero y segundo ya están unidos) ambos individuos que conforman la pareja pueden mantener metas en conjunto, objetivos como pareja, los dos trabajan por sus sueños como un equipo. Hay intereses de pareja, más allá de la atracción y del disfrute. 

Cuando el cuarto chakra (corazón) se involucra en la compenetración energética, cada miembro de la pareja comienza a ser más solidario con el otro; hay mayor empatía; los sentimientos del otro se cuidan como los propios y las acciones se cuidan para no herir a los sentimientos del otro.

Esta compenetración del primero al cuatro chakra define una “pareja ideal” desde nuestra concepción terrenal. Este tipo de pareja es la que brinda el escenario apropiado, no solo tener hijos, sino para criarlos y llevarlos a ser “adultos apropiados socialmente”, con experiencias en su temprana edad que les ayuden a madurar energéticamente los aspectos necesarios.

Pero aún hay compenetraciones energéticas mayores y deseables. Cuando una pareja comparte también una forma de ver el mundo similar, se puede estar presentando una compenetración de quinto chakra.

Al tener formas de pensar similares y formas muy parecidas de argumentar sus experiencias de vida, se puede estar hablando de compenetración de sexto chakra. Esto incluye también niveles de formación intelectual y académica equiparables.

Pero finalmente (y esto sí conforma una pareja ideal en todos los sentidos) se tiene a la pareja que además de todos los chakras anteriores unidos, consiguen y mantienen un séptimo chakra (el espiritual) en comunión, uno con el otro.

Esto último permite que ambos tengan, más allá de una comprensión similar de Dios, un enfoque espiritual práctico de sus vidas personales y de su vida como pareja.

Con todo esto, hemos recorrido entonces una secuencia  de compenetración que puede definir el tipo de pareja que dos personas pueden formar.

La pregunta que surge es: ¿deben estar conectados en secuencia, sin que haya ningún salto? La respuesta es sí. Me explico.

Puede haber parejas a las que se les reconozca una integración del primero y el segundo chakra; pero que también “parecen” quererse mucho y comparten muchas visiones de vida similares. Por lo tanto, indicaría una integración de los chakras de corazón y de garganta.

Pero esta misma pareja no comparte muchas metas en conjunto, aunque sí tienen sus propias metas individuales.

Observamos entonces, que hay una separación en el chakra del plexo solar, que crea una ruptura en la secuencia. Por eso esta pareja es únicamente de compenetración de chakras primero y segundo (hasta donde la secuencia se mantenga)

De la misma forma se pueden confundir relaciones personales con compenetraciones de chakras diversos, con relaciones de pareja. Pueden existir personas con metas comunes, con sentimientos comunes, con formas de ver a Dios similares, pero si no hay una compenetración del primer chakra o del primero y del segundo; por muchas cosas que se compartan, no son una pareja factible.

Cuando se ayudan a sanar a parejas dentro de las terapias energéticas, este es uno de los abordajes posibles: realizar el análisis de cuáles chakras están compenetrados. Y es muy común observar a parejas disfuncionales, las cuales más que una secuencia de chakras compenetrados, lo que tienen son formas de pensar similares, o iguales objetivos de vida, o necesidades que se complementan, y en función de esto “acuerdan” ser pareja. Más temprano que tarde descubren su fracaso. 

Beneficios reales. 

La compenetración real de los chakras en una pareja (la unión efectiva, ese compartir de sus energías) tiene un efecto extraordinario en el bienestar de ambas partes. Cuando una de las partes tiene, por ejemplo, un bajón energético en algún chakra, la conexión con el chakra equivalente en su pareja puede “amortiguar la caída”, puede sostenerlo. Es una dinámica energética de soporte (del uno con el otro) entre la pareja.

La manifestación de una compenetración inexistente se muestra en la frase popular que muchas damas utilizan con sus caballeros: “es que tu no me entiendes” (haciendo referencia a sus sentimientos). Definitivamente, si el hombre no tiene compenetrado su chakra de corazón con el de su compañera; pues el soporte que en algún momento ella puede necesitar, no existe. Tan sencillo como eso.

Y esta dinámica de soporte es VITAL en el mantenimiento de la pareja. Ya de por sí las relaciones interpersonales son muy difíciles; sin ese soporte sería inviable mantenerse conviviendo con una persona en la cotidianidad.

Y es por eso además, que en los momentos difíciles (situaciones de vida que sobre exigen a los diferentes chakras) es cuando más relaciones de pareja se rompen. En dichas “emergencias energéticas”, es donde se descubren que su compañero no les sirve de apoyo de vida (“energético”). Entonces viene la desilusión, el arrepentimiento, el “quien me mandó a casarme con este”, etc.; etc.; etc.

Nos damos cuenta otra vez, que la vida se explica bastante bien desde el conocimiento energético y es por eso por lo que una terapia energética bien llevada puede servir de complemento excelente a los otros enfoques profesionales de recuperar el bienestar.

Pero además, si no hablamos de recuperar el bienestar, sino de hacer decisiones inteligentes a la hora de seleccionar a una pareja; no te olvides que no eres únicamente carne y huesos. Busca asesoría seria.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 26 de agosto del 2014.
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Palabras pareja, relaciones, chakras, integración, compenetración, cuerpo, energético.

2 comentarios:

  1. Hola maestro.

    ¿Como me le va?

    Partiendo de está premisa una ?

    Y es por eso además, que en los momentos difíciles (situaciones de vida que sobre exigen a los diferentes chakras) es cuando más relaciones de pareja se rompen. En dichas “emergencias energéticas”, es donde se descubren que su compañero no les sirve de apoyo de vida (“energético”). Entonces viene la desilusión, el arrepentimiento, el “quien me mandó a casarme con este”, etc.; etc.; etc.

    ¿Las parejas cuando se casan o se juntan por algun interes menos el amor y el deseo, con el TIEMPO pueden dessarrolllar esa "quimica" ese deseo, compenetracion y dessarrollar así los dos primeros chakras y vivir como pàreja hasta donde lleguen o Dios se los permita? Es posible? ¿por qué? No se si me explique.........

    Como siepmpre, GRACIAS.

    ¡Bendiciones!

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    1. Si, te explicaste. Todo es posible; más o menos probable, pero posible.
      De hecho la compenetración de los dos chakras inferiores es muy fuerte en los primeros años; luego el acople se mantiene principalmente por los chakras superiores.....
      Más que desarrollar esa "química", con el tiempo lo que se desarrolla es una costumbre el uno del otro, una buena relación (mas que amigos porque incluye deseo y sexo). Esto no lo digo por mal, esto es normal y no es malo que sea así.
      La "química" es una activación inicial necesaria para que el uno se interese en el otro.

      Saludos
      Pedro

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