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martes, 23 de septiembre de 2014

Si la vida te da limones...



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Si la vida te da limones, pues haz limonada”. Este es un dicho muy conocido que se suele repetir haciendo referencia a situaciones difíciles de vida (ácidas como limones, difíciles de tragar) y a la limonada como una forma de sacarle provecho a dichas situaciones (como a una bebida refrescante y dulce).

Como buen dicho popular, este encierra mucha sabiduría real.

¿Qué pasa si alguien te da limones y tú simplemente los dejas por allí? Los puedes dejar de lado; a lo mejor estorban de vez en cuando; con el tiempo comienzan a podrirse; si no se hacen algo con ellos comienzas a atraer moscas; a lo mejor olores desagradables; suelta un líquido que ensucia todo... El trabajo de limpieza, luego de ese tiempo, suele ser más difícil que si se hubieran tomado medidas desde el principio.

Lo lógico es que apenas te den los limones y estén maduros:
  1. Los saques de la bolsa, los laves y los cortes.
  2. Los exprimas; les saques el jugo.
  3. Pongas ese jugo en agua, para diluir su acidez.
  4. Eches azúcar, a lo mejor un poco de hielo y lo disfrutes.
  5. Y por supuesto, el resto de los limones que ya no es aprovechable LO DEBES BOTAR A LA BASURA. Muy pocos excelentes cocineros pueden aún hacer cosas útiles con los restos de los limones.
¿Qué pasa si la vida te propone experiencias difíciles de vivir? Las puedes dejar de lado (pensando que van a pasar o a sanar solas); a veces te van a estorbar (hasta con el solo recuerdo doloroso u otras veces no te dejaran vivir); con el tiempo comienzan a enfermarte (porque drenan tus energías por la preocupación o porque te impiden seguir delante); comienzan a atraer situaciones personales difíciles a tu vida (moscas); comienza a molestar a los que te rodean (olores) y terminan dañando toda tu realidad (suciedad). El trabajo de sanción, luego de ese tiempo, suele ser más difícil que si se hubieran tomado medidas desde el principio.

Lo lógico es que apenas ocurran situaciones difíciles (observar la correlación con la numeración de los limones):

  1. Las reconozcas y las pongas en evidencia; no las ocultes con excusas o pseudosentimientos; esas excusas hay que lavarlas.
  2. Las analices bien y enmarques su “por qué”, su escencia, su origen; con algunos fundamentos que te ayuden a superarlas (fundamentos orgánicos, energéticos, espirituales, etc.)
  3. Las diluyas en un medio que te sea útil para entender y digerir (por ejemplo con alguna práctica de sanación – en concordancia al análisis que hiciste anteriormente).
  4. No solo busques sanar la situación, sino que debes comenzar a cambiar cosas en tu vida para mejor. No es solo cosa de “no estar mal”, es importante estar “cada vez mejor y más fortalecido”. Es este punto es cuando comenzarás a sanar verdaderamente la situación.
  5. Y por supuesto, al resto del problema que ya no es aprovechable LO DEBES BOTAR A LA BASURA. Muy pocos excelentes sanadores pueden aún hacer cosas útiles con las situaciones ya superadas.
No creo que tenga mucho más que decir aquí; más allá indicarles que lo que acaban de leer es un proceso completo de sanación.

Si bien hacer limonadas es algo fácil para muchos, sanar puede requerir ayuda de un sanador experimentado.

Y no te saltes ningún paso; si no, la limonada no te quedará muy bien. 

“Aprender de las situaciones difíciles y fortalecernos con ellas, es indispensables para no sufrirlas una y otra vez; incluso en escenarios diferentes” (PAGR) 

Namasté.


Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 23 de septiembre del 2014.
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Palabras-claves: sanar, limones, situaciones, difíciles, sanador, limonada, proceso

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