Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Ayer domingo
dieron como primera lectura de la
Santa Misa, unos versículos del libro de Proverbios; que si
bien me gustaron mucho, también me pusieron a pensar en la reflexión que pueden
despertar en algunas personas.
Muchas
veces, a nuestras religiones cristianas se les crítica de ser “machistas”; en
el buen sentido de la palabra (si es que tiene alguno bueno). Se critica que el
papel de la mujer es llevado a un segundo (o tercer) plano, sobre todo en lo
que se referencia a jerarquías, puestos de mando, importancia o cosas que puede
o no hacer a diferencia de los hombres.
Si alguien
no se adentra en lo que es la parte espiritual del cristianismo, dichas
críticas pueden ser difíciles desmentir.
Para entender
los argumentos y las prácticas de alguna religión, primero hay que entender la
doctrina espiritual sobre la que se soporta dicha religión. Recordemos que el
aspecto espiritual es la esencia de la enseñanza y el aspecto religioso es la
práctica de dicha enseñanza.
La lectura en
cuestión era la siguiente:
Libro de Proverbios 31:10-13,19-20 y 30-31
(Calendario Litúrgico - 33º Domingo del Tiempo Ordinario1)
(Calendario Litúrgico - 33º Domingo del Tiempo Ordinario1)
10 Dichoso el
hombre que encuentra una mujer hacendosa:
muy superior a las perlas es su valor.
muy superior a las perlas es su valor.
11 Su marido
confía en ella y, con su ayuda, él se enriquecerá;
12 todos los días de su vida le procurará bienes y no males.
12 todos los días de su vida le procurará bienes y no males.
13 Adquiere lana y
lino y los trabaja con sus hábiles manos.
19 Sabe manejar la
rueca y con sus dedos mueve el huso;
20 abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
20 abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
30 Son engañosos
los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor.
31 Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada por todos.
merece alabanza la mujer que teme al Señor.
31 Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada por todos.
Muchas
personas en nuestra actualidad occidental (y la mayoría de ellas mujeres)
encuentran en estas pocas líneas unas invitaciones aberrantes a que la mujer se
ocupe de “labores de casa”, “trabajos manuales me poca monta”, “conducta
sumisa”, y siempre como “objeto de beneplácito del hombre”. Si no tenemos un
contexto más profundo a nivel espiritual, o incluso sutil; nadie puede discutir
la molestia de quien lee esas líneas.
Pero como
siempre digo; abrir la mente y saber de otras doctrinas espirituales y
prácticas religiosas, sirve incluso para apoyar nuestras propias creencias.
Vamos a utilizarlas.
Si veo este
texto cristiano desde el hinduismo; no solo lo comprendo mejor, sino que le doy
todo la razón que se merece. Saber de hinduismo, me ayuda a comprender mejor mi
cristianismo.
Si volvemos
a leer las líneas transcritas de La
Biblia, lo primero que debemos hacer es eliminar los
prejuicios y leer desde un contexto antiguo y metafórico.
Como
escritura sagrada debemos hacer una contextualización desde el plano
espiritual, no social ni terrenal. Allí
simplemente se busca caracterizar a una esencia femenina (espiritual)
reflejándola desde acciones y actitudes que para el contexto histórico eran las
más apropiadas.
Desde la
filosofía hinduista (y la cristiana lo soporta) tenemos dos esencias
espirituales básicas: la masculina y la femenina. Estas esencias no
necesariamente se relacionan con el género sexual (varón y hembra); si bien
para explicarlo, resulta apropiado relacionar las esencias con el sexo.
Si bien la
esencia masculina tiene un carácter más de cambio, de transformación, de
trabajo rudo, de instinto de protección desde la lucha; esta se tiene que
complementar con esa energía o fuerza de creación, de sostén, de bienestar, del
dar cobijo; representada desde la esencia femenina.
En todas las
doctrinas espirituales (incluyendo al cristianismo) se sabe que si bien las
esencias son hasta cierto punto autónomas; la masculina es la menos “fuerte”. Y
esta, para conseguir cosas “grandes o importantes” se debe complementar con la
esencia femenina. Cuando nos referimos a la mayor “fuerza” de la esencia
femenina no hablamos de “fuerza física”, sino de fortaleza, de aguante, de
empeño, de perseverancia, de empuje.
En el
hinduismo tenemos la combinación del Señor Shiva (esencia masculina) con la Shakti (esencia femenina).
Esta última ayuda al primero en las luchas más difíciles; a pesar de que este
es el creador del universo que conocemos.
En nuestro
cristianismo, si bien no se hace hincapié de forma directa, la importancia de
la mujer es innegable. El mismo Jesús nació de María (una mujer) sin la cual no
hubiera existido el cristianismo. Jesús en la cruz le recuerda a su discípulo
amado (Juan) lo importante que es la esencia femenina, cuando le indica que
María (la esencia femenina) quedaría como su madre (su apoyo) y que él debía
adoptarla como tal (Juan 19, 26-27). Además de otras incursiones de las mujeres
durante toda la enseñanza cristiana.
¿Pero acaso
hay otra forma más fácil de hacer llegar al pueblo llano, una enseñanza
espiritual tan profunda como lo es lo indispensable de la esencia femenina para
un hombre?
Lo más fácil
es “dibujar” a esa esencia femenina con actitudes que cualquiera reconocería
como “una mujer de su casa”, como “una buena esposa”.
Pero aún no
he dicho mucho. Para hacerlo más entendible para algunos, vamos a bajar desde
el plano espiritual al plano energético. Desde el plano energético se entiende mejor
cómo las actitudes de una persona se relacionan con las energías que maneja.
Una esencia
masculina se asocia directamente a un primer chakra (chakra base), relacionado
con actitudes instintivas, varoniles; mientras que una esencia femenina se
asocia a las acciones que se alimentan de la energía de un segundo chakra
(chakra sacro).
Si nos
centramos en las actitudes humanas que se asocian al segundo chakra (femenino)
nos damos cuenta de que las líneas referidas del Libro de Proverbios no son más
que referencias directas a estas actitudes:
-
El “ser
hacendosa”, desde el punto de vista de “incansable”, de “siempre buscar qué
hacer”; es una características de una muy buena energía de segundo chakra.
-
El proveer
“bienestar y ayuda a los demás” (al marido, al pobre, al desvalido), es una
característica maternal.
-
El trabajo
creativo manual; delicado, fino y laborioso (el tejer) es exclusivo de una
energía de segundo chakra.
-
Y la
característica más significativa de un segundo chakra (aunque quizá la más
“extraña” para la mayoría de la gente) es la de “temor a Dios”. Este “temor” no
se refiere a “miedo”, sino a un “fuerte compromiso por cumplir con Dios”. Se sabe
desde siempre, que una persona con una muy buena energía de segundo chakra (o una dinámica que la soporte) es más
dispuesta a lograr cosas espirituales, a crecer espiritualmente. Mucha energía
de segundo chakra es la característica de todo “discípulo” potencial (los que
tengan oídos que oigan)
Pero si
analizamos a estos pasajes bíblicos desde la exclusiva óptica energéticas,
encontramos explicadas, de forma magistral, las dinámicas energéticas por
adyacencia y paralelismo entre los chakras primero, segundo y cuarto; toda una
clase de terapeutas energéticos.
Por todo
esto y más, lo que dice las líneas de la Biblia es auténtico; y en vez de ser denigrante
para el género femenino, es lo más exaltador que se pueda decir de la esencia
femenina.
Para cualquier
hombre (de esencia o energético) la bendición más grande es encontrar a su
contraparte femenina (de esencia o energética) que lo sostenga; y es gracias a
esta interacción, que ambos podrán tener riquezas, fortunas, bienes, felicidad,
etc., etc., etc.
La enseñanza
bíblica no se refiere entonces a que las mujeres se deben quedar en sus casas
lavando, planchando, cocinando o tejiendo; la modernidad exige otras cosas.
Pero definitivamente la mujer sí debe manejar una MUY buena energía de segundo
chakra para que la dinámica energética del hombre se beneficie y gracias a eso,
ella también.
Esa energía
o esencia femenina no determina la ocupación de una mujer moderna, pero si su
actitud ante la vida, ante la familia, ante los que le rodean. A una esencia
femenina le debe satisfacer dar bienestar, cobijar, cuidar, brindar disfrute,
que los demás se beneficien con su presencia (incluyendo la sensualidad), el
mantener el orden, lar armonía, el ser tierna... ; pero por su puesto todo
esto sin descuidarse ella misma ni suprimir sus propias metas.
Y
definitivamente hay que tener mucha energía y con una calidad muy especial para
poder tener esencia femenina.
Si me
refiero a casos de terapia; cuando una dama llega con problemas inespecíficos;
pero que se enmarcan en insatisfacción personal, en el no sentirse plena, en no
saber qué hacer con su vida, y cosas similares; lo primero que se debe hacer es
ver cuánto de esa esencia femenina personal ha dejado de lado en su vida
cotidiana. Esto parece un cliché de revista dominical; pero es extremadamente
notorio el bienestar real y sincero que conquista o recupera una mujer cuando
recobra parte de su esencia femenina. Esto, nuevamente, no significa “solo” cosas
como planchar, lavar y cocinar; aunque este tipo de actividades ayuden mucho.
Cuando se maneja una aceptable esencia femenina, estas actividades dejan de ser
un tema de rechazo, sin bien pueden no ser de las preferidas.
Esta actitud
se extrapola incluso a la actividad sexual. A diferencia de lo que se suela
creer, una esencia femenina no es la parte pasiva de una relación sexual. Por
el contrario, suele ser la más impetuosa, la más fogosa; de hecho, por eso la
madre naturaleza le dio a ella una mayor capacidad de disfrute sexual que a la
esencia masculina, que se agota rápidamente.
Un “hombre”
sin una “mujer así” está destinado al fracaso, o por lo menos a obtener logros
menores a los que podría obtener con su complemento. Un hombre puede “querer
hacer mucho”, pero sin la energía “de creación de su mujer”, nunca lo va a
lograr.
Pero
cuidado. Es una realidad que una esencia femenina tan perfecta no se merece una
pobre esencia masculina a su lado. Una gran “energía de creación femenina” necesita una “gran energía de transformación
masculina”, para que ella también se realice.
Por eso es
que se dice que detrás de cada “gran hombre” hay una “gran mujer”; pero
es necesario también a la inversa: un gran hombre que complemente a cada gran
mujer.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
17 de noviembre del 2014
Twitters:
@SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves:
shiva, shakti, esencias, masculina, femenina, hombre, mujer,
Super interesante y util.
ResponderEliminarAhora bien:
1. partiendo de estos párrafos:
*Si bien la esencia masculina tiene un carácter más de cambio, de transformación, de trabajo rudo, de instinto de protección desde la lucha; esta se tiene que complementar con esa energía o fuerza de creación, de sostén, de bienestar, del dar cobijo; representada desde la esencia femenina.
*En todas las doctrinas espirituales (incluyendo al cristianismo) se sabe que si bien las esencias son hasta cierto punto autónomas; la masculina es la menos “fuerte”. Y esta, para conseguir cosas “grandes o importantes” se debe complementar con la esencia femenina. Cuando nos referimos a la mayor “fuerza” de la esencia femenina no hablamos de “fuerza física”, sino de fortaleza, de aguante, de empeño, de perseverancia, de empuje.
Me pregunto: o sea, que no es por machismo estas caracterisiticas que tiene algunos hombres o mujeres y que se ve muy marcado, sino que es por llevar o desarrollar esa esencia masculina???
O tambien me pregunto: venimos al mundo con una de esas dos esencias marcadas?
Namasté.
Con esto me miro y miro a mis padres: mi mamá parece tener más esencia masculina que femenina y mi padre más esencia femenina que masculina... Pero a la vez veo que se complementan y a veces logran combinarlas.
Yo me veo más con esencia femenina, más sin emabrgo debo de equilibrarla con la masculina.
Tambien me digo: por qué me cuesta los cambios; q miedos tendré a lo desconocido. tambien vivo añorando cosa del pasado, si vivo mucho en el pasado....Ej: canciones, recuerdos, relaciones etc.
Muy util, permite autoanalizarse, además de que estudio sicologia...
Con tantas preguntas ya sabrá quien le habla. Ja, ja, ja.
Namasté.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComo las escenciaa masculina y femenina no tienen nada que ver con el género sexual, no importa que un hombre genital tenga una escencia femenina, eso no lo hace mujer.
EliminarY de igual forma, una mujer genital puede tener una escencia mas masculina, y eso no la convierte en hombre.
Lo importante es que en una pareja hayan las dos escencias y se complemente.
Las escencias astrales/espirituales pueden ser de nacimiento pero a la vez se pueden cambiar en la vida; porque se sostienen mucho con nuestra estructura energética; y esta última puedan cambiar durante la vida. Incluso en los diferentes roles que tenemos, podemor ejercer con escencias diferente.
Pero cuidado, estamos hablando de escencia espirituales; no actitudes terrenales. Cuando hablamos de comportamientos o actitudes machitas, o pasivas, o agresivas, o dominantes (por ejemplo); pueden haber patologias del comportamiento que no se pueden justificar con la manifestación de escencias espirituales. CUIDADO.
Namasté
Namasté 🙏🏻
ResponderEliminaruna escencia complementa a la otra y eso lo podemos ver a nivel energético e espiritual y llevarlo a lo humano... Gracias Maestro.