Perdona nuestras ofensas

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

El Padre Nuestro es la oración por excelencia y la única asociada directamente a Jesús en nuestro cristianismo. Una oración que más que petición, es de intención de entrega y compromiso personal de nosotros hacia Dios.

La trascribo y solo quiero reflexionar unas pocas líneas.

Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
así como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Una de las cosas que siempre se nos enseña, es nuestra responsabilidad ante nuestros actos. Si hacemos “cosas apropiadas”, pues tendremos bendiciones y provecho. Pero si por el contrario hacemos “cosas inapropiadas”, entonces debemos “pagar las consecuencias”. Estas consecuencias no se deben ver como un castigo, sino como una nueva oportunidad para hacerlo bien.

Pero esto no solo se aplica para nosotros. Nosotros somos los primeros que esperamos que aquellos que hagan cosas inapropiadas, las enmiende; y más aún, si nosotros hemos sido los afectados.

Pero como sabemos que la consecuencia de nuestras faltas u ofensas pueden ser situaciones de vida difíciles; no está de más pedirle a Dios Padre que, de ser posible, las perdone. Esta exoneración de parte de Dios como juez, nos eximiría de malas vivencias.

Y la oración de Padre Nuestro así lo explica. Pero no solo explica la posibilidad de obtener dicho perdón para nosotros, sino que señala claramente lo que hay que hacer para que eso ocurra.

“... perdona nuestras ofensas,

así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;”

Entonces ¿cuál es la condición para que Dios nos perdone esas ofensas que nos pueden traer pesar? Pues que nosotros también perdonemos a quienes sintamos que nos hayan ofendido (agredido).

Léelo de nuevo, no es difícil de entender.

Si bien podría dar todas las explicaciones energéticas, kármicas, astrales y espirituales que explicarían el porqué esta condición es indispensable; la sola importancia de esta oración es suficiente para estar buscando cualquier otra explicación.

Pero nuestra realidad es otra. Utilizamos la oración del Padre Nuestro como una fórmula para que Dios Padre nos ayude con situaciones que quisiéramos resolver; pero de nuestra parte seguimos juzgando, teniendo rabia, rencor y resentimientos hacia aquellos que sentimos “nos ofendieron” o “nos agreden”. ¿Dios ayuda en esa circunstancia? Pues la oración del Padre Nuestro dice que así no va.

Entonces, ya vemos que está establecido desde siempre que: “Dios no nos puede ayudar en nuestras situaciones difíciles (que son causadas por nuestras ofensas o deudas), si nosotros no tenemos la práctica de “perdonar” a quienes nos hacen sentir ofendidos o agredidos.”

Y “perdonar a quienes nos ofenden” nunca ha significado ”exonerar de responsabilidad a los que obran mal”. “Perdonar” significa dejar de tener sentimientos negativos hacia esas personas que con sus acciones nos han hecho sentir mal. Si ellas deben pagar las consecuencias de sus acciones, pues lo harán; pero sin que nuestra rabia o rencor se ensañen en contra de ellas.

¿Alguna pregunta? Espero que cuando vuelvas a leer el Padre Nuestro, ahora entiendas este pequeño párrafo y lo aproveches. Es realmente mágico cuando somos consecuentes en nuestras vidas con lo que rezamos, oramos o pedimos.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.

Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki

Original: 09 de febrero del 2015

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Palabras-claves: padre nuestro, ofensas, agredidos, ofendidos, perdonar