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lunes, 19 de octubre de 2015

Cómo acumular karma positivo. Cómo atraer a la buena suerte.



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Como se sabe, el concepto de “karma positivo” o “buen karma” no es académicamente correcto. El karma de por sí, asumido correctamente, siempre es bueno; bien sea por promover cosas buenas o bien sea como aprendizaje fuerte. Siempre podemos sacarle provecho.

Pero operativamente podemos hablar de sacarle provecho de forma directa. Si despertando malos sentimientos en los demás, cosechamos “karma negativo” (lo cual nos va a poner el futuro difícil para que lo volvamos a intentar); por el contrario, si hacemos sentir bien a los demás pues nos permitirá futuros más fáciles y agradables gracias al llamado “karma positivo”. ¿Esto es directamente así? Cuidado; explico.


Es ley

Sabemos que el karma es una energía que cultivamos gracias a nuestro trato con los demás; y está regida por la Ley Universal de Acción y Reacción o también conocida como Ley del Karma.

Esta energía o karma que generamos, va a ayudar a crear nuestras situaciones futuras.

Si hacemos sentir bien a los demás, generaremos “karma positivo” y nuestro futuro será positivo. Pero si por el contrario, nuestras acciones y omisiones hacen sentir mal a los demás, generaremos “karma negativo” y esa energía nos construirá un futuro difícil.

Si nos fijamos en lo básico del karma, vemos que es la misma noción del “pecado”; en otras palabras y un poco más explicado.

Pero mucha gente no cree en esto, o simplemente otros les prometen cosas diferentes. Pues ninguna promesa importa. Esto que explico es ley; y por lo tanto se va a cumplir creas en eso o no, o te estén engañando o no.

Pero aún falta algo muy importante. Como es ley, lo que explico siempre funciona siempre; estés consciente de ella o no. Esto implica que el efecto de la ley no va a depender de si estás consciente o no de lo que haces. Ni si quiera de tu intención.

Si estás haciendo sentir mal a cualquier persona, estarás cultivando karma negativo y eso te afectará para mal en tu futuro, punto. No importa si “no te estabas dando cuenta de lo que estabas haciendo”; o si “no sabías que le molestaba”; o si “no era tu intención”.

Y es aquí donde uno realmente comienza a entender lo que es el karma. Puede llegar el momento en que nos sucedan cosas “graves” y uno se pregunte: “pero por qué a mí, si yo no he hecho nada malo”.

Desde “haber hecho algo malo” a “acordarse haber hecho algo malo” o a “no haber querido hacer algo malo” parece que hay mucha diferencia; pero la realidad el fondo es uno: “hiciste sentir mal a alguien; con o sin razón, con o sin intención”, eso es suficiente.

Tampoco sirve la excusa de que “yo no sabía que el karma existía”, o que “a mí me habían dicho que eso era mentira”. Lo siento por ti.

Existiera el karma o no, siempre hemos sabido que no es bueno hacer sentir mal a los demás; y no solo eso, sino que debemos estar atentos a no hacerlo.

Con esta nueva consciencia, veamos cómo se puede aprovechar el karma.


Una vida con suerte

Seguramente te has pregunta muchas veces “¿por qué les va tan bien a personas que hacen tanto daño a los demás?”

Esto es una realidad, aunque acoto que el bienestar de esas personas aunque sea notorio, siempre es temporal. Y sucede por tres razones. Voy a explicar solo una de ellas.

Imaginemos una cuenta de ahorros, donde vas depositando dinero para cuando lo necesites.

El dinero allí acumulado te va a servir para poder disfrutar cosas que en algún momento no pudieras pagar con tu sueldo mensual; o para enfrentar situaciones difíciles y ayudarte a salir adelante y continuar.

Entonces, tu saldo positivo te servirá tanto para ese disfrute especial que deseas, como para salvar momentos difíciles. ¿Bien?

Pues bien, el “karma positivo” es similar al ahorro que haces a lo largo de tu(s) vida(s). El “karma negativo” son las deudas que vas acumulando a lo largo de tu(s) vida(s). Tomen nota, el karma siempre es acumulativo.

Muchas veces, la “buena suerte” de alguien no parece coherente con sus “malas acciones”. En estos casos, lo único que está pasando es que si bien la persona puede estar acumulando deudas nuevas (karma negativo de las malas acciones), en ese momento está “viviendo con suerte” gracias a sus “ahorros” de karma positivo.

¿Es esto lo ideal? Pues no, pero tampoco es malo.

El único problema es que “los ahorros se van gastando”; y si no sigues acumulando karma positivo para abonar a la cuenta, llegará un momento en que tus deudas te ahogarán (el karma negativo) y no habrá nadie ni nada que te pueda salvar.


No es nada fácil lidiar con el karma negativo (saldar las deudas); se necesitaría asumir una vida espiritual realmente comprometida; y ni nuestra sociedad ni nuestra cultura están ganadas a ello.

Por eso, a lo mejor es atractivo ahorrar y ahorra; hasta que la vida nos lleve a buscar a Dios y aprendamos cosas nuevas. Desafortunadamente eso suele suceder cuando ya estamos en bancarrota.


Atreaer a “la buena suerte”

Bien. Ya sabemos que puede ser muy interesante acumular karma positivo para que nos vaya bien: para disfrutar cosas maravillosas o para salvar momentos difíciles.

¿Cómo lo hacemos?

Recuerdo: generamos (y acumulamos) karma positivo cuando hacemos sentir bien a los demás gracias a nuestras acciones.

Es sencillo. No es solo cosa de no hacer sentir mal a la gente (donde no se generaría karma negativo), si no de hacerlos sentir “bien”. “Bien” quiere decir: agradecidos, respetados, satisfechos, comprendidos, queridos, etc.

¿Solo eso?... Falta lo más importante.

Como la ley del karma actúa siempre, lo que buscaremos ahora es hacer sentir bien a la gente “a propósito” y así tendremos karma positivo ahorrado.

Pero CUIDADO; si en ese intento de hacer sentir bien a alguien, hacemos sentir mal a otros “sin querer o sin saber”, pues METEMOS LA PATA HASTA LA RODILLA.

En este caso generamos “karma negativo cruzado”. Este karma cruzado se genera cuando se crean lazos kármicos entre varias personas. Es muy complejo y no lo puedo explicar en pocas líneas; basta decir que es extremadamente fuerte y difícil de limpiar.

Pero esta confusión de hacer sentir bien a alguien pero mal a los demás, la voy a aclara con un par de ejemplos cotidianos y sencillos.

Primer ejemplo.

Imaginemos un chofer de autobús, que se detiene “un momentito” en medio de la vía para bajar o dejar subir a un pasajero. Definitivamente hizo sentir “agradecidísimo” al pasajero, lo que le generó al chofer karma positivo.

Pero sin darse cuenta, cuando se detuvo incorrectamente entorpeció el tránsito de cualquier cantidad de vehículos que tenía detrás. Esto seguramente molestó a los conductores y por lo tanto se generó karma negativo con ellos; muchísimo mayor (en cantidad y en calidad) al karma positivo generado con el pasajero.

En este ejemplo del chofer de autobús, el saldo es realmente negativo; a pesar de que inicialmente parecía una “buena obra”.

Luego en un futuro, no cabe la pregunta: “por qué me pasa esto, si yo incluso hacia favores.”

Y la cosa es peor, porque debido el karma cruzado, no solo tendrá karma negativo el chofer del autobús, si no el pasajero que se subió o se bajó. A este también le irá complicado.


Segundo ejemplo.

Imaginemos un grupo humano, defendiendo alguna causa (posiblemente buena y lógica). Esto traería karma positivo.

Pero si en dicha defensa de la causa, las acciones que se realizan “dañan” o siquiera “molestan” a otro grupo humano; nuevamente el saldo es más negativo que positivo.

Nuevamente en el futuro no cabe la pregunta: “pero si la causa era noble, por qué costó tanto o porqué estoy sufriendo esto”.

Aquí la cosa no es de quien tiene la razón o no. Lo único que vale para la Ley del Karma es que no nos “tratamos como hermanos” sino como “enemigos”; y eso generó malestar “en cualquiera de las partes”.


Amar a tu prójimo

¿Tonterías lo del karma positivo y negativo? Pues está resumido en el principio de “Amar a tu prójimo como a ti mismo”

Si tú haces sentir mal a tu prójimo (a otro ser humano) pues es como si te estuvieras haciendo daño tú (“…como a ti mismo”); y el karma negativo tarde o temprano te lo demostrará.

Pero el problema ahora es darnos cuenta que nuestro prójimo no es solo “el pasajero que se quería montar o bajar de la unidad”; sino cada uno de los conductores que tenía el autobús detrás. Solo por tomar el ejemplo anterior.

El problema no es que mis prójimos son solo “mis hermanos de causa”, los que piensan igual que yo; sino también los que piensan diferente. Son prójimos exactamente igual, tanto uno como los otros.

Pero el gran problema real es creer que esos “consejos de buen vivir”, que se nos presentan como “mandamientos religiosos”, se descartan de plano, por parecer impuestos, ilógicos, absurdos, obtusos o imposibles de cumplir.

En realidad cada “mandamiento” se puede ver como una advertencia de cómo vivir; o si no, correremos con las consecuencias.


Como hacer finalmente

Para atraer la buena suerte lo único que tenemos que hacer es hacer sentir bien a los demás sin molestar a nadie más.

-        Puedes ceder el paso en la calle, siempre y cuando no molestes a nadie que venga detrás de ti.
-        Puedes bajar a alguien de tu vehículo, cuidando de no hacerlo interrumpiendo el paso ni la circulación a nadie.
-        Respeta tanto a los peatones como a los conductores.
-        No guardes puesto en la cola a nadie; porque al llegar y meterse, puede molestar a los de atrás. Si quieres ser cortés, apenas llegue tu amigo, cédele tu puesto; salte tú y que se ponga él, para que los de atrás no se molesten.
-        No robes, porque aunque nadie te vea, siempre la falta de lo que robaste le va a hacer sentir mal a alguien en algún momento; y será karma negativo para ti.
-        Defiende cualquier causa, pero con argumentos suficientes para el “el contrario” no tenga razones de molestarse.
-        Puedes alagar a alguien, cuidando de no hacer sentir mal a alguien más.
-        Di tus verdades de forma tal que no ofendas a nadie.
-        Cumple con tu horario y obligaciones de trabajo, de forma que ni tu jefe, ni tus compañeros de trabajo ni tus clientes se molesten contigo…


Pero la lista sería interminable y en realidad todo se puede resumir en una sola cosa: vive haciendo el bien a tu prójimo, pero sin dejar de hacer lo correcto.

Te habrás dado cuenta de que todas las leyes, incluso los acuerdos de convivencia, están allí para que al asumirlas se genere el menor malestar posible. Esto promueve la buena suerte.

Si amas considerando a TODOS los que te rodean para no molestar a nadie, tendrás la mejor suerte que puedas imaginarte. Es ley.


Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 18 de octubre del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves suerte karma, positivo, negativo, prójimo, ley, acción, reacción

sábado, 17 de octubre de 2015

La luz al final del túnel



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

La frase “la luz al final del túnel” se asocia con lo que se conoce como “experiencias cercanas a la muerte”

Dichas experiencias narran relatos de personas que por un instante se les ha declarado clínicamente muertas; pero que, por una extraña razón, “vuelve a la vida” a los pocos segundos el hecho.

“La luz al final del túnel” refiere a la visión que la mayoría estos casos relatan durante ese proceso de muerte. Las personas aseguran que en un primer momento se sienten en un estado “etérico” y logran ver a sus propios cuerpos físicos en tercera persona (separados de ellas mismas). Acto seguido, comienzan a caminar como por un túnel, en cuyo final hay una luz muy fuerte, pero que no incomoda.

Extrañamente todos se han sentido irremediablemente atraídos hacia esa luz al final del túnel; hasta el punto de recordar “no querer volver” cuando son sometidos a procedimientos médicos de resucitación.

Pero más allá de la atracción de la luz; lo más común y lo que más llama la atención es la sensación de gran bienestar cuando están en ese proceso.


Realidad del proceso

Tristemente, si esperamos que estas experiencias se validen por la ciencia médica, todavía tendremos que esperar sentados un buen tiempo.

Pero definitivamente la validez se puede asumir por la coherencia entre lo experimentado y las teorías que se conocen en cuanto al mismo proceso de la muerte desde la visión holística.

Cuando muchos individuos que no se conocen entre sí, ni tienen una base de conocimiento común; relatan experiencias similares que además concuerdan con lo que se sabe sobre el proceso de la muerte a nivel místico (proceso que ellos mismos desconocían), pues algo de verdad deben tener. Son demasiadas piezas engranadas.

Pero aún así, el proceso místico de la muerte no es del todo público. Y esto crea ciertas aseveraciones inexactas en el común de la gente, las cuales hay que aclarar con mucha seriedad.

Primero dejaré algunos puntos claros sobre el proceso místico de la muerte:

  1. El proceso de morir y las sensaciones que allí se presentan, son de origen más energético que físico-sensorial. Por lo tanto las visiones que se tienen solo son interpretaciones coherentes con las sensaciones que se experimentan.
    Por ejemplo, no hay túnel real ni hay luz real, pero lo que se siente sí está muy bien representado por esas imágenes. Todo termina estando dentro de la fenomenología básica de percepción extrasensorial, la cual hemos hablado en otras oportunidades.

  1. Como seres integrales que somos, estamos formados por un conjunto de partes que se integran como un “todo”. El proceso de morir precisamente es la desintegración y separación de algunas de esas partes.
    Durante la muerte se van “apagando” en secuencia las partes más terrenales, para quedar integradas solo aquellas partes que nos permiten existir en el más allá.
    Lo primero que se “apaga” es nuestro cuerpo físico, luego el cuerpo mental, luego el cuerpo emocional y por último nuestro cuerpo energético (ese mismo de los chakra).
    Pero aún quedan integrados nuestros cuerpos: astral, akáshico y espiritual.
    Estos tres últimos cuerpos se mantiene unidos; y con ellos nos convertimos en “fantasmas”, quienes tienen su existencia ya no en el plano físico, sino en el plano astral; el mismo plano que se conoce como “el más allá”.
    Ahora, si creemos en el Cielo y hemos hecho méritos suficiente para entrar en él, entonces el cuerpo astral y el cuerpo akáshico se desintegran, quedando solo el espíritu.
    Este último proceso es lo que se conoce como “Resucitar”, llegar al Cielo, llegar al Nirvana, etc.

  1. El “apagado” de los diferentes cuerpos nunca es brusco. Mientras se van apagando los cuerpos inferiores, la consciencias superiores se van activando gradualmente y de forma escalonada.
    Por ejemplo, se puede estar apagando el cuerpo físico y pueden permanecer la consciencia mental, la consciencia emocional y comenzar a aparecer la consciencia energética. Al irse apagando gradualmente la mente, se mantiene la consciencia emocional y van aumentando escalonadamente las consciencias energética y astral. Terminamos muriendo con un degradé de consciencias que va desde la física/mental hasta la astral (principalmente)

  1. Una “muerte correcta” se cumple cuando el Ser apaga todas sus consciencias inferiores y queda únicamente con la consciencia astral como consciencia activa.

  1. Los seres que popularmente se dice que quedaron “en pena”, son en los que no llegaron a apagarse totalmente las consciencias inferiores (mental y emocional) y quedan “anclados” a este plano terrenal, a pesar de no tener vida biológica.

  1. La existencia en el “más allá” se establece cuando el Ser ya se “despegó totalmente” del plano terrenal (cuando sus consciencias inferiores ya se desvanecieron).
    Es entonces cuando el Ser se ubica en un nivel astral, que puede ser mejor o peor (más alto o más bajo, de mayor o de menor vibración, más sutil o más denso, de mayor paz o de más malestar) dependiendo de la altura espiritual que haya conseguido mientras vivía.


El túnel

Explicados los puntos anteriores, veamos qué representa el túnel en el proceso de la muerte.

Cuando el cuerpo físico muere, la consciencia mental se queda por un corto tiempo activa; pero sin el soporte físico necesario de nuestro cuerpo, esta consciencia comienza a desaparecer.

Al ir desapareciendo, comienza a darle paso a las consciencia emocional y energética; las cuales, más tarde terminarán desapareciendo para dejar el mando total a la consciencia astral.

Esto es lo que precisamente representa el túnel. La entrada marca el comienzo del desvanecimiento de la mente; el recorrido dentro del túnel es cuando la mente va desapareciendo y cediendo el paso a las emociones; y la luz representa la estrada al plano astral donde no hay materia, ni formas, ni colores; solo luz.

En todas las experiencias cercanas a la muerte, el retorno es posible únicamente si se realiza algún procedimiento de resucitación antes de que todas las partes terrenales desaparezcan. Esto es mientras aún se está dentro del túnel y no se ha cruzado la luz.

Si el Ser que está muriendo llega a la luz y la atraviesa, el proceso de la muerte se completa. Esto es irreversible y solo un proceso de reencarnación (si se cree en ella) puede traer de nuevo a esa alma (consciencia astral) a una experiencia terrenal.

Así que las personal de “vuelven” de dichas experiencia cercanas a la muerte, en realidad nunca murieron; estuvieron apunto, pero “no pasaron”.


El bienestar del viaje

No saber el hecho de que las personas con experiencia cercanas a la muerte en realidad nunca murieron, trae malos entendidos graves.

El peor de estos malos entendidos, es la creencia de que morir es placentero. El viaje puede ser placentero; pero el llegar y establecerse en el más allá responde a otras cosas.

Con la mayoría de la gente equivocada, creyendo que morir es placentero: ¿dónde queda el compromiso de portase bien mientras se está vivo para de esta forma ganarse el Cielo? Parecería proponerse la idea de que, sin importar lo que se haya hecho correcto o dejado de hacer, en la muerte se va a estar mejor.

Esto nunca ha sido así, ni lo será.

Pero en realidad, el paso por el túnel sí es placentero. Aquí la razón.

Si analizamos, desde el punto de vista terapéutico, los problemas del Ser humano (vivo), encontramos que en todos los casos la mente tiene un papel preponderante.

Incluso cuando referimos problemas sentimentales, en realidad la mente es la que protagoniza (pseudo-sentimientos).

Podemos hablar de frustraciones, de expectativas no cumplidas, de rencores, de estrés, de sentido de culpa, de miedos o incertidumbres; incluso el mismo miedo a las consecuencias de alguna enfermedad o el mismo sufrimiento, todos vienen de la mente.

Entonces, ¿qué pasaría si se pudiera alcanzar un estado de existencia donde la mente “se apagara”? Pues entonces, “se apagaría” todo por lo cual sufrimos; y mágicamente obtendríamos un estado de bienestar, que en realidad es un estado de “ausencia de problemas terrenales”.

En realidad esto es lo “hermoso” que se siente cuando se pasa por el túnel hacia la luz; un estado “sin mente” donde los sentimientos y la energía (muchos más sutiles que los pensamientos) no nos hacen sentir mal. Por eso se ve todo “tan hermoso”.

Pero la mala noticia es que lo hermoso dura solo el trayecto del túnel.

Una vez que atravesamos “la luz al final del túnel”, entramos en el verdadero “más allá” (plano astral) y allí es cuando nos ubicaremos dependiendo donde nos corresponda (más arriba o más abajo).

Por conocimiento de causa, les digo que la mayoría de las veces los “recién llegados” al más allá se llevan sorpresas; y lo primero que dicen es: “…pero ¡si yo me porté bien!”.
Claro, se portó bien según su criterio personal; sí, muy convenientemente. Pero criterio de Dios, simplemente se esperaba mucho más de él.


El bienestar del viaje, sin morir en el intento

Pero ahora no es cosa de morirse para buscar sentirse bien; ni loco. La idea sí continúa siendo quitarle el protagonismo a la mente en nuestras vidas y dárselo a los “verdaderos sentimientos”.

Repetidas veces he hablado sobre los “verdaderos sentimientos”, en función de lo que “creemos sentir”; sírvase buscarlo entre mis artículos. Pero lo que si voy a decir es una de las formas en que podemos intentar calmar a la mente para que no se entrometa en todo; y de esta forma le deje espacio a los sentimientos. Está práctica se llama meditación.

La práctica sostenida y perseverante de la meditación, durante el tiempo necesario, logra quitar paulatinamente ese protagonismo obsesivo de nuestra mente. Cuando esto comienza a suceder, las fuentes de nuestros malestares (frustraciones, expectativas, rencores, estrés, etc.) comienzan a tener menor peso; y por lo tanto, comenzamos a sufrir menos.

Entonces, se puede conseguir un estado de bienestar similar al descrito en el proceso de la muerte, gracias ala meditación; y por supuesto sin morir.


Aún es importante

Y con todo lo anterior explicado, quiero volver al punto inicial que me movió para aclarar el proceso.

Por muy esperanzador que se venda el proceso de morir, basado en experiencias cercanas a la muerte; aún es muy importante portarse correctamente desde lineamientos espirituales, mientras se esté vivo.

Una vida correctamente llevada, sí puede lograr que te acerques al Cielo, donde realmente el sufrimiento ya no está; y por toda la eternidad.


Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 17 de octubre del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves más allá, astral, mente, muertos, difuntos, muerte, morir, luz a final del túnel

viernes, 16 de octubre de 2015

La responsabilidad personal



(Entre conversaciones)
Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Muchos no terminan de entender que el asumir su responsabilidad personal en las cosas que le están pasando o en las que está sufriendo, es la única forma para comenzar a tener el poder de condicionar lo que nos sucederá en el futuro.

Si lo que me pasa ahora es culpa de los demás, mi futuro también será cosa de los demás; nunca mía.

Lo triste es que todo está tan claro y tan sencillo que da lástima que la gente no se permita escuchar, pensar, sentir y actuar; y salir de esa “zona de disconfort".

Las formas en que podemos ser responsables, en situaciones que parecieran no haber sido producidas por nosotros, son sutiles pero reales. Que no las sepas o no las creas, no quiere decir que no exista o que sean mentira.

Luego, al correr con las consecuencias de nuestras responsabilidades no asumidas, los golpes de pecho no servirán para nada. Si no sembramos y no cultivamos con tiempo; llegado el invierno no nos podemos poner a llorar como tontos.    

Pero no es solo el hecho de que la gente no asuma su responsabilidad de sanar; sino que la mayoría de las veces incluso creen que no tienen nada que sanar. Esto es lo peor.

Están inconformes con sus trabajos, con sus salarios, con sus parejas, con la sociedad, con el país, con su salud, Siempre con la queja a flor de piel; se sienten decepcionados con lo que están viviendo o con lo que vivieron; con su felicidad definida por lo que los demás hagan o dejan de hacer; peleados con sus familiares; con rencores...

¿Y qué dicen ellos? Ellos siguen diciendo que están “super bien”, "el problema son los demás, los culpables son los otros"

Así no se va a ninguna parte.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 16 de octubre del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves responsabilidad personal, culpables, responsables, disconfort, quejas

miércoles, 7 de octubre de 2015

Entre conversaciones: Amar a Dios sobre todas las cosas



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

A. Adhikari:   Namasté. Tengo una duda Maestro.
¿Cómo podemos respetar el primer mandamiento de Amar a Dios obre todas las cosas?
Parecería que debo amarlo a él en vez de amar a mis seres queridos.
¿Me lo puede explicar por favor?

Maestro:       Namasté
                    Claro Adhikari. Dime tú: ¿en qué parte del mandamiento dice que debes dejar de amar a los demás para amar a Dios?

A. Adhikari:   … pues… en ninguna parte; pero yo siento que es así.

Maestro:       Allí está el problema. Cuando nos sentimos seres limitados, con una cantidad de amor que se puede acabar; entonces sí, darle más amor a Dios se haría quitándoselo a los demás. Aquí, el problema no es del mandamiento, el problema es nuestro.
Si por el contrario aprendemos a amar, podremos generar amor.

A. Adhikari:   Bien, ¿pero qué significa aprender a amar? Cualquier persona ya sabe amar.

Maestro:       Aprender a amar, no significa amar.
Aprender a amar significa obtener la capacidad de generar amor para darlo por todos lados, sin restricciones.
Significa volverse una fuente de amor donde todo el que quiera pueden venir y beber. ¿O acaso una fuente decide a quién le da agua y a quién no?

Debemos amar muchísimo a nuestros padres, pero más a Dios.
Debemos amar muchísimo a nuestros hijos, pero más a Dios.
Debemos amar muchísimo a nuestra pareja, pero más a Dios.
Debemos amar muchísimo a nuestros familiares, pero más a Dios.
Debemos amar muchísimo a nuestros amigos, pero más a Dios.

Nadie dice que debes amar menos a nadie, solo que debes amar más a Dios. Solo eso.

A. Adhikari:   Y ¿cómo sé que estoy amado a Dios sobre todas las cosas y no solo lo estoy repitiendo como un loro y creyéndomelo? 

 Maestro:      Estarás amando a Dios sobre todas las cosas, cuando te enamores de Él. Cuando pienses en Él frecuentemente; cuando te emociones sintiéndolo a Él, cuando no digas o hagas nada que a Él le pueda molestar; cuando cada acción de tu vida la valides con que él quiere que tú hagas.  

A. Adhikari:   Creo que voy entendiendo. Pero disculpe esta última duda: ¿de verdad es tan importante amar a Dios SOBRE TODAS LAS COSAS?

Maestro:       Aunque la gente no lo crea, todos salimos de Dios y estamos tratando de volver a Él. Todos nos debemos a Él.

Recuerda siempre que al final de tus días, cuando te mueras en cualquier momento, no te quedarán ni padres, ni hijos, ni pareja, ni familiares, ni amigos; solo te quedará Dios. Esperemos entonces, por tu bien, que lo hayas aprendido a amar sobre todas las cosas mientras estabas vivo.
                    No esperes mucho.

A. Adhikari:   Gracias Maestro. Namasté.

Maestro:       Dios te bendiga. Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 07 de octubre del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: amar a Dios sobre todas las cosas