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viernes, 5 de febrero de 2016

El miedo a morir



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Comenzando este artículo cambié el título. El título original iba a ser “el miedo a la muerte”; a lo que muchas personas argumentarían no temer a la muerte. Es cierto, el valor ante la muerte puede venir de un desconocimiento de la misma o de un creer que no se siente nada; pero cuando se habla del hecho de morir, de estar muerto, del miedo a ese estado o a la consecuencia de no existir, la cosa cambia.

Hay que distinguir las diferentes aproximaciones que se tiene al miedo a morir:

Primero, está el miedo que se parece más a “un sustito”; este es un miedo de origen energético.

El solo hecho de pensar en morir (que es diferente a pensar en la muerte) impacta nuestro centro energético principal que alimenta las funciones por las cuales nos mantenemos vivos.

Este es el primer chakra o Muladhara. La energía de este chakra también está involucrada en la sensación de miedo, de peligro, de alerta. De aquí que sentir cierto “sustito” y preferir no hablar de ello, puede ser normal. Es un miedo natural.

Segundo, está el miedo por no saber con lo que nos vamos a encontrar, el miedo por ignorancia.

Este es un miedo a morir infantil. Si bien el proceso de la muerte está muy mal interpretado y libremente expuesto lo que crea inexactitudes y confusión; se pueden encontrar argumentos acordes con enseñanzas místicas que le dan su justo valor.

Si estas enseñanzas no se consiguen o no se entienden, la confianza en Dios vale. Deberíamos vivir nuestra vida correctamente para asegurar medianamente, que sea lo que sea que haya en el más allá, no nos toque “tan feo”.

Solemos ser tan absurdos que podemos parecernos al estudiante temeroso ante un examen, para el cual no estudio o no está seguro si lo que estudió era la materia a evaluar. Hay que ser serio y responsable con esto de la muerte. Este miedo no es aceptable.

Tercero, encontramos un miedo por el estado en el que quedarán nuestros seres queridos luego de nuestra muerte. Un miedo por los demás.

Este miedo es lógico y muy humano; y si bien uno no se debe considerar imprescindible, “el hacer “ por el bienestar de los demás, puede ser un motivo por lo que hayamos vivido. Este miedo es muy comprensible.

Y el cuarto y último miedo, es el miedo por apego; el cual es totalmente inaceptable a nivel espiritual.

Y digo que es inaceptable, no por falta de tolerancia o compasión; sino porque es el miedo que si se siente, puede poner a serios problemas a cualquier alma recién desencarnada.

Este miedo viene por una sobrestimación de la vida terrenal; por el sentir que la vida que llevamos en esta existencia encarnada es lo mejor que nos puede pasar; y que, por lo tanto, la muerte es lo peor que le puede suceder a cualquier ser humano.

Es lógico que debamos cuidar nuestra vida humana y tratar de alargarla lo más que podamos con bienestar; pero de allí a hacer esto nuestro motivo de vida; hay mucho trecho.

Cuando se habla de motivos de vida terrenal, hablamos de diferentes planos de existencia: físico, mental, emocional y energético. Así que honrar sobre todas las cosas (incluso sobre tu propio espíritu) algunos de estos aspectos terrenales es un “problemón” a la hora de morir.

Ingenua y equivocadamente se asocia el apego terrenal solo a lo material, pues no. Apego terrenal es de tanto apego a nuestro cuerpo físico; como apego a nuestras ideas, pensamientos y razones; como  apegos a nuestros sentimientos (aunque sean bonitos) y apego a nuestro disfrute y bienestar (energético),

Como ejemplo sencillo: buscar “ser feliz mientras vivimos” es apego a lo emocional. En esta vida debemos buscar la paz espiritual, que es más robusta.

Cuando un ser muere (desencarna) todos esos aspectos (cuerpo físico, mente, emociones y bienestar terrena) deben desaparecer; y si hay mucho “cariño” por algunos de ellos, el alma puede decidir quedarse en “el limbo”, con tal de no alejarse de lo que algunas vez tuvo o por lo cual luchó estando en vida. ¿Han escuchado lo de almas en pena? Pues esto es.

Pero hay que tener cuidado con el concepto de apego. Estar apegado a algo significa enfocarse, centrarse prioritariamente, considerar algo más importante que lo demás y afanarse por ello.

Pero por el contrario, desapegarse no es “abandonar”, no es restarle importancia. El desapego, te permite trabajar tus aspectos terrenales, disfrutarlos si los tienes, pero no sufrir si algún día te llega a falta. Eso es desapego.


Cada uno de los cuatro tipos de miedo que acabo de describir, se pueden trabajar desde diferentes enfoques. Pero el cuarto tipo, el miedo por apego, que es quizá el más peligroso de sentir a la hora de morir; se debe trabajar únicamente en un crecimiento espiritual.

Evalúate y toma medidas, pero no te equivoques; el examen final es al morir, y no hay examen de recuperación.


Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 36 A.S.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
Palabras-claves  muerte, miedo, morir, mente, cuerpo, físico, emociones, sentimientos, energía, apego, desapego

2 comentarios:

  1. Excelente artículo Maestro... como siempre, muy esclarecedor... que importante es autoevaluarnos y descubrir que tipo de miedo sentimos...

    Se me ocurre una pregunta... cuando un padre o madre tiene miedo a morir por dejar a sus hijos sería el miedo tipo 3? o ahí también podría ser un miedo tipo 4?

    Namasté

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    Respuestas
    1. Namasté. Gracias.
      Uhhhh... pudiera ser tanto de tipo 3 como del 4. Habría que evaluar la espiritualidad de los padres.

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