Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Muchas
veces no entendemos "el porqué" del dolor y del
sufrimiento en nuestras vidas; o en la vida de nuestros seres
queridos.
Pero
es más importante entender "el para qué" que "el
porqué".
Es
complicado saber "el porqué" ocurren cosas que nos
producen dolor. Se pueden llegar a argumentar:
- pecados cometidos, aun sin saber;
- karma, entendido como consecuencias de nuestras acciones, incluso de otras vidas;
- atracción defectuosa de nuestra realidad por nosotros mismos;
- mala suerte;
- maldiciones, brujerías, hechizos;
- injusticia de la vida;
- incluso el mismo diablo o seres diabólicos.
Algunas
de las razones expuestas son más locas que otras; aunque lo peor es
que muchas veces las situaciones de dolor pueden aparecer por una
mezcla de las razones anteriores.
Pero
es más sabio y útil comprender "el para qué" ocurren las situaciones dolorosas.
Sean
cuales sean las razones por las cuales vivimos situaciones dolorosas,
Dios permite cada una de ellas con la esperanza de que nos
fortalezcamos en espíritu.
Y
hablo de fortalecernos en espíritu, porque es la parte que realmente
perdura más allá de esta vida. De hecho, hay situaciones que nos
consumen terrenalmente; así que no se puede hablar de un
fortalecimiento humano.
Si
aprendiéramos a ver en cada situación un escenario de posible
aprendizaje, comenzaríamos a reconciliarnos con la vida y con Dios.
Pero
¿aprender qué?
Podría
resumirlo como "aprender a ser espirituales"; ya que si
vemos cada situación de dolor, lo que sufre es nuestra parte
humana/terrenal; nunca nuestro espíritu.
Entonces,
si aprendiéramos a ser espirituales, el sufrimiento en las
situaciones dolorosas tendría cada vez menos impacto en nosotros; y
eso es precisamente lo que quiere Dios, vernos en paz, sin
sufrimiento.
Dios
no pretende quitarnos el sufrimiento como quien quita una ropa o una
piedra en el camino. Dios necesita que nosotros nos fortalezcamos
espiritualmente para que el sufrimiento no tenga asidero en nosotros.
Para eso Dios nos enseña qué debemos hacer para vivir
espiritualmente.
Si
pretendemos entrar en el Cielo, donde no hay sufrimiento, pues
debemos comenzar en vida a dejar de sufrir; y eso se logra creciendo
espiritualmente.
Si
no nos proponemos a crecer espiritualmente, cada situación difícil
será una derrota tras otra; una “injusticia de la vida”; un
“Dios, porqué que a mi”.
Dios
les bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 327 A.S. (22 noviembre 2016)
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Palabras-claves:
dolor, sufrimiento, Dios, crecer, espiritualmente.
Gracias Maestro por darnos cada dia un poco mas de su sabiduria, el seguir sus enseñanzas me ha llevado a tener una vida con mas paz a pesar de las situaciones y de lo complicado que pueda llegar a ser a nivel terrenal... Desde mi corazon agradecida. Namaste
ResponderEliminarGracias Maestro, aun recuerdo cuando lo conocí... Yo Vivía en un total sufrimiento, luego cuando me fui adentrando en mi crecimiento espiritual y comencé a buscar dentro de mi las cosas que me hacia sufrir y a aprender de ellas todo cambio. Ya hoy, todo lo que me pasa es para mi total aprendizaje además de la actitud con que lo enfrentó y la Paz con que lo asumo. Gracias Maestro, por haceme ver lo dañino para el espíritu que es el sufrimiento. Namaste.
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