Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Muchas
doctrinas religiosas (especialmente las cristianas) señalan a la
“idolatría” como un pecado, como una actitud que trae
destrucción; y efectivamente así aparece reflejado en las Sagradas
Escrituras.
Incluso
es un concepto tan polémico que se utilizan entre las diferentes
religiones “cristianas” para desprestigiarse unas a otras.
Curioso ¿no?; no debería desacreditarse aquellos que tiene un mismo
Señor.
Pero
el problema está, nuevamente, en la interpretación literal de las
escrituras, olvidándonos el uso de las metáforas como forma de
brindar enseñanzas espirituales más allá del contexto
histórico-cultural donde ocurren los hechos.
Algunas
referencias bíblicas
No
son pocas las referencias bíblicas, directas o indirectas sobre la
idolatría, su advertencia y sus consecuencias. A continuación, dejo
solo unas pocas
(http://bible.knowing-jesus.com/Españal/topics/La-Idolatría),
comenzado, tal vez, por la más conocida:
Éxodo 20:3-6
No tendrás otros dioses delante de
mí. No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba
en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra. No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu
Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta {generación} de los que me
aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos.
1 Samuel 15:23
Porque la rebelión {es como}
pecado de adivinación, y la desobediencia, {como} iniquidad e
idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR, El
también te ha desechado para que no seas rey.
Isaías 45:20
Reuníos y venid; juntos acercaos,
fugitivos de las naciones. No tienen conocimiento los que llevan su
ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar.
Levítico 19:4
No os volváis a los ídolos, ni
hagáis para vosotros dioses de fundición; yo soy el SEÑOR vuestro
Dios.
Levítico 26:1
No os haréis ídolos, ni os
levantaréis imagen tallada ni pilares {sagrados}, ni pondréis en
vuestra tierra piedra grabada para inclinaros ante ella; porque yo
soy el SEÑOR vuestro Dios.
Romanos 1:23
“y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves,
de cuadrúpedos y de reptiles.”
Habacuc 2:18
¿De qué sirve el ídolo que su
artífice ha esculpido, {o} la imagen fundida, maestra de mentiras,
para que {su} hacedor confíe en su obra cuando hace ídolos mudos?
Hechos 17:29
Siendo, pues, linaje de Dios, no
debemos pensar que la naturaleza divina sea semejante a oro, plata o
piedra, esculpidos por el arte y el pensamiento humano.
1 Juan 5:21
Hijos, guardaos de los ídolos.
Apocalipsis 9:20
Y el resto de la humanidad, los que
no fueron muertos por estas plagas, no se arrepintieron de las obras
de sus manos ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de
oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni
oír ni andar;
Salmos 135:15
Los ídolos de las naciones son
plata y oro, obra de manos de hombre.
Haciendo
una lectura literal superficial, se puede comenzar a inferir que
idolatrar es “sustituir al Dios judeocristiano por otros dioses o
ídolos o por cosas (riquezas) materiales; pasando por la adoración
de imágenes talladas.”
¿Pero
acaso esto es correcto o suficiente?
Definición
de idolatría
El
Diccionario de la lengua española de la RAE, da las
siguientes definiciones:
Idolatría
1. f. Adoración que se da a los
ídolos.
2. f. Amor excesivo y vehemente a
alguien o algo.
ídolo
1. m. Imagen de una deidad objeto
de culto.
2. m. Persona o cosa amada o
admirada con exaltación.
Si
unimos ambas definiciones, realmente se puede observar que más que
la adoración a cosas terrenales o riquezas materiales diferentes de
un Dios verdadero; “la idolatría cuestionada en la Biblia es
más una actitud humana que secuestra la importancia y el amor que se
le debe dar a Dios y se los asigna a otras cosas.” (PedroAGR)
Por
supuesto que en las definiciones, las palabras claves son amor
excesivo, cosa amada o admirada con exaltación.
Con
estas definiciones está claro que idolatrar es inversamente
relacionado al primer mandamiento de la Ley de Moisés, que reza:
Lucas 10:27 (RVR1960)
27 Aquel (Jesús), respondiendo,
dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y
con toda tu mente;...
… esto
resume “Amar a Dios sobre todas las cosas”.
Si
se comete idolatría, entonces se estará amando a algo diferente que
Dios más que a Dios mismo; se estará incumpliendo el primer
mandamiento.
Debemos
entonces recurrir a otra definición: ¿Qué significa amar?
Amar
Permítanme
utilizar la interpretación que uso siempre, más vivencial que
académica.
Cuando
amamos mucho a alguien (para no decir “sobre todas las cosas”)
¿Cuál es nuestra actitud hacia ese alguien? ¿Cómo actuamos? ¿Cómo
cambia nuestra vida?. Veamos:
- Cuando amamos mucho a alguien, no paramos de pensar en él.
- Cuando amamos mucho a alguien, nuestra vida comienza a girar en torno él.
- Cuando amamos mucho a alguien, nuestros asuntos importantes comienzan a ser secundarios en relación a sus asuntos importantes.
- Cuando amamos mucho a alguien, se nos quita el apetito.
- Cuando amamos mucho a alguien, perdemos el sueño.
- Cuando amamos mucho a alguien, nuestros proyectos personales lo incluyen.
- Cuando amamos mucho a alguien, hacemos cosas por él.
- Cuando amamos mucho a alguien, hablando frecuentemente de él.
- Cuando amamos mucho a alguien, la vida la vemos y vivimos en función de él.
- Cuando amamos mucho a alguien, hacemos cosas que antes no haríamos para complacerlo a él.
- Cuando amamos mucho a alguien, descuidamos otros intereses y otros asuntos para dedicarle tiempo a él.
Y
así podría esta lista de actitudes que aparecen cuando encontramos
a alguien que amamos profundamente.
¿Y
Si ese alguien es Dios? ¿Aplica la comparación? Por supuesto que
sí.
Si
amamos a Dios sobre todas las cosas no paramos de pensar en Dios;
nuestra vida comienza a girar en torno a Dios; nuestros asuntos
importantes comienzan a ser secundarios ante las cosas que Dios nos
pide; se nos olvida incluso comer y dormir es secundario cuando le
servimos a Dios; nuestros proyectos personales incluyen hacer cosas
por Dios; hablamos frecuentemente de Dios; nuestra vida la vemos y
vivimos en función de Dios; nos atrevemos a hacer cosas por Dios que
haríamos de otra forma; llegamos a descuidar otros intereses que
descubrimos que no son tan importantes como Dios.
¿Esto
te aplica a ti? ¿Amas a Dios sobre todas las cosas?
Idolatramos
sin saberlo
Pero
es muy fácil culpar de idólatras a otros, a diestra y siniestra; y
no vemos la viga en nuestro ojo.
¿Acaso
estaremos nosotros idolatrando sin tenerlo consciente?
Como
la idolatría es una actitud que le quita protagonismo importante a
Dios, debemos evaluar en realidad qué cosa en nuestras vidas puede
estar resultando más apremiante que Dios; a qué le estamos
dedicando más atención que a Dios.
Solo
como un ejemplo; escoge cualquier de tus problemas complicados. Ahora
apliquemos las frases de “cuando amamos mucho”:
- Cuando tenemos algún problema, no paramos de pensar en eso.
- Cuando tenemos algún problema, nuestra vida comienza a girar en torno eso.
- Cuando tenemos algún problema, nuestros asuntos importantes comienzan a ser secundarios en relación a ese problema.
- Cuando tenemos algún problema, eso nos quita el apetito.
- Cuando tenemos algún problema, perdemos el sueño por eso.
- Cuando tenemos algún problema, nuestros proyectos personales lo incluyen.
- Cuando tenemos algún problema, hacemos cosas por eso.
- Cuando tenemos algún problema, hablando frecuentemente de eso.
- Cuando tenemos algún problema, la vida la vemos y vivimos en función de eso.
- Cuando tenemos algún problema, hacemos cosas que antes no haríamos para lidiar con eso.
- Cuando tenemos algún problema, descuidamos otros intereses y otros asuntos para dedicarle tiempo a eso.
¿Me
equivoco?
Es
una realidad, que en la vida, muchísimas veces amamos a nuestros
problemas sobre todas las cosas; por lo que violamos el primer
mandamiento y por lo tanto idolatramos a los problemas.
Como
otro ejemplo, se suele idolatrar al esfuerzo humano-personal, ya que
aprendimos que nuestro futuro depende de nuestra metas personales,
donde aplicamos esfuerzo terrenal. La voluntad de Dios queda relegada
a un segundo plano.
Desafortunadamente
Dios no suele ocupar el lugar principal en la mayoría de las
personas. Se idolatran aspectos y logros humanos, antes que el
esfuerzo espiritual en agradar a Dios.
Idolatramos
a nuestros problemas porque nos ocupan totalmente la vida;
idolatramos a nuestras capacidades humanas porque nos desgastamos
tratando de alcanzar metas a toda costa; idolatramos a nuestras
expectativas terrenales, porque nos frustramos cuando no se cumplen;
idolatramos a nuestros pensamientos cuando decimos que podemos
construir nuestra realidad con ellos y con nuestra voluntad;
idolatramos a nuestra felicidad, porque la ponemos como meta máxima
de vida; idolatramos al conocimiento, al pensar que es lo más
importante para forjarse un buen futuro; idolatramos a nuestro
bienestar sentimental, ya que pensamos que no podemos vivir sin ello;
idolatramos a la vida misma, porque creemos que lo peor que puede
pasarnos es morirnos.
¿Y
el amor a Dios sobre todas las cosas? Bien, gracias.
“La
idolatría trae destrucción” (Jeremías, cap. 10) ¿Cómo podemos
entonces quejarnos con situaciones de vida que no son de nuestro
agrado?
Entonces
¿qué es de mayor cuidado? ¿La supuesta idolatría a otros dioses o
a imágenes de barro? ¿O la idolatría que impunemente le hacemos a
Dios argumentádonos el derecho de ser felices y disfrutar de una
buena vida terrenal con nuestra propia gloria de haberla alcanzado?
Cómo
dejar de idolatrar
Aquí
deberíamos hacerlos la pregunta: ¿Cómo entonces dejamos de
idolatrar y comenzamos realmente a amar a Dios sobre todas las cosas?
La
respuesta es sencilla, pero el proceso no es fácil: comenzado a ser
seres realmente espirituales, con lo que entenderás que Dios es más
importante que cualquier cosa, buena o mala, que tengas en la vida.
Para
eso debes buscar ayuda; pero no para que te enseñe, sino para que te
acompañen en ese camino de crecimiento espiritual que comienza un
buen día y acaba solo cuando llegues a entrar en el Cielo.
Dios
te bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo. (SSA)
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 354 A.S. (19 diciembre 2016)
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Palabras-claves:
idolatrar, idolatría, ídolos, problemas, Dios,
Maestro, su explicación es contundente. La interpretación de la palabra De Dios en muchas oportunidades las acompdamos a nuestra necesidad o simplemente, en mi caso, no sabia que pudiera tener este significado que nuevamente me lleva a la reflexión sobre la idolatría que tengo en este momento sobre cosas terrenales, porque los mensajes que he recibido desde muy pequeña tienen que ver con el afán o el esfuerzo para lograr cosas terrenales, apenas ahora le estoy dando espacio a mi Dios... cómo se recupera el tiempo perdido y cambiar las creencias...
ResponderEliminarNamasté.
ResponderEliminarCómo se recupera el tiempo perdido? Involucrándose cada vez más, sin excusas en el escenario de crecimiento espiritual.
Allí suceden realmente milagros...
Tristemente vivimos idolatrando.
ResponderEliminarCreo que mas claro no pudo estar. Gracias!!!
Y...como respondemos cuando nos dicen que adoramos a virgen, a santos, a iconos, estatua etc.; con el silencio? O amerita de vez en cuando decir algo? Como que?
Namasté.
Aaahhhh, me falto decir que tambien tristemente me falta mas amar a Dios como lo descrito anteriormente. Lo que si puedo decir es que lo tengo mas presente, pienso mas en el...y le pido paz, serenidad para aceptar su voluntad, creo al final siempre ocurre lo que nuetro padre tiene para nosotros; aunque nos cuesta ya que hosotros no vemos mas allá de nuetras narices que padre si.
ResponderEliminarSaludos,
Namasté.
ResponderEliminarSí, con el silencio.
Nunca es bueno dar explicaciones a alguien que busca enfrentamiento desde su ignorancia.
Gracias maestro, mejor explicado?es imposible!! Como usted nos enseña en este camino de crecimiento espiritual, "Honramos e imitamos la vida de lo santos, amar a Dios sobre todas las cosas". Namaste
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