Autor:
ShaniShaktiAnanda
Algunas
personas viven mejor que otras. En situaciones comunes complicadas, a
algunos les va mejor que a otros. ¿Por qué sucede esto?
En
ocasiones hay jóvenes que parecen haber nacido con “una buena
estrella”; y parece que todo se le da más sencillo que a otros con
las mismas capacidades y con el mismo esfuerzo.
Hoy
quiero hablar de esos afortunados.
Primero
debemos partir de la idea de que lo que nos sucede en la vida no es
casualidad; no es el destino ni tampoco es dado por Dios por ser
seres especiales.
Todo
nuestro aquí y nuestro ahora es resultado de lo que se ha cultivado
en nuestro pasado.
Recogiendo
lo sembrado
Sí.
Nuestra realidad es la cosecha de lo que sembramos en el pasado.
Pero
ese cultivo no fue desde nuestros pensamientos ni desde nuestras
acciones directamente, sino que la siembra fue el resultado de
nuestros sentimientos y de los sentimientos que despertamos en otras
personas. Con acciones o con omisiones; queriendo o sin querer.
Y
esto es básico, porque si bien hoy en día se habla erróneamente de
que creamos nuestra realidad con nuestros pensamientos, esta
afirmación es solo una mala interpretación de lo que místicamente
se sabe desde siempre: lo que crea nuestra realidad son los
sentimientos, no los pensamientos. Para aclararlo, sería suficiente
revisar y estudiar cualquier sagrada escritura antigua.
Y
ciertamente, lo que hemos sentido y lo que hemos hecho sentir a los
demás, corresponde a nuestra siembre en el pasado. Y ahora,
seguramente, estaremos cosechando lo que sembramos en algún momento
atrás; y lo hacemos como situaciones de vida.
Si
en algún momento sembramos sentimientos buenos, las situaciones que
vivimos serán buenas; pero si los sentimientos propios o ajenos no
fueron los mejores, tendremos que vivir el resultado en situaciones
problemáticas.
Esto
corresponde exactamente a dos de las leyes espirituales que rigen en
este universo: La Ley de Atracción y la Ley del Karma (o de Causa y
Efecto).
La
ignorancia y el olvido
Pero
a la hora de aceptar el funcionamiento de estas dos leyes, y en
especial la del Karma, tenemos una discapacidad doble: la poca
consciencia de nuestros sentimientos y el olvido a través del
tiempo.
Generalmente
no estamos al tanto de nuestros sentimientos detrás de un evento o
de lo que los demás sienten con lo que hacemos; siempre nos fijamos
en las acciones y en el resultado que esperamos de estas; en lo
tangible.
Y
además, las cosechas no se dan de inmediato. Entre un sentimiento
pasado y una situación de hoy suele pasar un tiempo largo; al igual
que entre lo sembrado y lo cosechado.
Por
esto, ante una situación mala de hoy en día, no somos capaces de
correlacionarla con sentimientos negativos generados en algún
momento indeterminado del pasado. Pero que no veamos de forma clara
la causa de nuestras situaciones de hoy, no quiere decir que no sea
verdad.
La
heredad de la cosecha
Cualquiera
persona pudiera pensar en niños y jóvenes, los cuales no han tenido
la vida suficiente como para sembrar cosas buenas o cosas malas; y
aún así viven situaciones buenas o malas.
El
asunto es que lo que condiciona nuestra realidad de hoy (el fruto de
nuestra siembra) lo podemos traer de otros momentos (hablo de otras
vidas); e incluso, podemos tenerla heredada de nuestros antepasados.
Antes
de que el lector se lleve las manos en la cabeza y se forme un mal
comentario por esta información, le invito a que revise la Santa
Biblia (por ejemplo) donde podrá encontrar decenas de referencias de
la heredad de las consecuencias por el pecado de nuestros
antepasados. No estoy inventando nada.
Por
eso, un joven puede comenzar a vivir con la consecuencia que el mismo
trae de vidas anteriores o incluso de cosechas de sus padres.
Esto
explica, someramente, muchas de las situaciones que algunos niños
sufren sin encontrar explicación humana.
Viviendo
de los ahorros
Volviendo
al punto inicial.
Esas
situaciones bonitas que viven muchas personas de forma particular,
pueden estar ocurriendo como resultados de buenas cosechas pasadas;
de cosechas propias o de antepasados, que se tengan en el granero.
Las
situaciones buenas, van gastando la buena cosecha.
Pero
si esa persona afortunada no sigue sembrando buenas semillas en su
campo, ¿qué pasará en el futuro? Pues esas situaciones afortunadas
a costa del ahorro almacenado, se acabarán en algún momento.
A
nivel financiero se sabe que no es muy prudente vivir de los ahorros
sin, por lo menos, ir manteniendo el capital (lo ideal sería
aumentarlo).
Algunas
personas hoy en día viven así, comiéndose sus ahorros o herencias
espirituales. En muchas ocasiones se sienten bendecidas y
afortunadas; y con eso no se preocupan en trabajar su en su campo
(para futuro).
Termina
llegando el día en que esas personas comienzan a vivir situaciones
complicadas, cuando los ahorros afortunados se acaban. Allí viene la
reflexión: “¿por qué a mí?”; o la creencia de que “me
echaron un daño porque me tenían envidia de lo bien que me iba”.
Si
bien a nivel financiero muchas personas no terminan de entender el
beneficio del ahorro; cuando se habla de ahorro espiritual la
sociedad occidental no tiene ni la más remota idea de que eso
existe.
Seguir
ahorrando mientras se vive.
La
idea, entonces, es no descuidar el campo de cosecha, a pesar de que
nos vaya bien en la vida. No es cosa de solo sembrar, sino de sembrar
nuevas semillas (buenos sentimientos en nosotros mismos y en los
demás) y cuidar el campo mientras no salga la cosecha.
Pero
tampoco me refiero a acciones o asuntos puntuales. Ya que el
resultado de nuestra siembra lo gastamos día a día para crear
nuestra realidad; debemos sembrar y cuidar el campo también día a
día. No se debe pensar que con buenas acciones puntuales estamos
asegurando futuros bonitos.
El
“sembrar y cuidar” el campo se debe convertir en una actitud
continua de vida. Debemos tener un estilo de vida que nos permita en
cada momento de nuestro futuro disfrutar de cosas “agradecibles”.
No solo disfrutar de cosas buenas puntuales.
¿Cómo
se vive de esa manera? ¿Cómo conseguimos sembrar cada día buena
semilla para que todos los próximos “aquí y ahora” sean buenos?
La
única respuesta
Hablamos
de Leyes Espirituales, hablamos de escrituras sagradas, hablamos de
nosotros y los demás (de nuestros prójimos), hablamos de los
sentimientos (del corazón); por lo tanto, la respuesta de cómo
vivir de forma afortunada para nuestro futuro debe contener a Dios.
La
forma de vivir constantemente sembrando cosas buenas y así cosechar
cada día cosas que nos darán situaciones afortunadas, es viviendo
alineados con lo que Dios espera de nosotros.
Pero
cuidado, lo que Dios espera de nosotros va más allá de lo que las
iglesias nos piden. Este es otro gran tema.
Si
le pregunto a muchos cristianos de iglesia, qué espera Dios que
ellos hagan, posiblemente me respondan: “que vaya a misa, que de
limosna, que me porte bien, que no diga mentiras”... y eso está
bien. Pero con toda seguridad esos cristianos de iglesia no sepan que
antes que todo eso, en lo que se deben afanar es en lo descrito en
Mateo 5,6 y 7. Si eres cristiano de verdad, seguramente sabes a lo
que me refiero.
Como
conclusión final tenemos que nunca podemos olvidar vivir nuestra
vida diaria dedicándonos a agradar a Dios, cumpliendo sus preceptos,
para que su gracia no nos abandone. De esta forma, no solo
disfrutaremos de esas situaciones maravillosas gracias a los ahorros
espirituales que podamos tener, sino que seguiremos invirtiendo día
a día para que cada vez nos vaya mejor.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
442AS. (15 de marzo del 2017)
http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves
karma, ley, acción, reacción,
atracción, mateo, ahorros, campo, siembra, cosecha, Dios,
situaciones complicadas
Namasté Maestro.
ResponderEliminarTiene razón al decir que en el mundo occidental desconocemos el termino ahorro espiritual. Aquí tiene o tenia a uno.
Wow! esto explica muchas cosas...por ejemplo la mala surte, buena suerte, nace con estrella y otros estrellados. esto explica también la diferencia entre ricos, pobres. además de actuar humano.
Gracias.
Namasté.
Hace mucho que estoy en el camino de la búsqueda y aun así no siento que avanzo, que recomendaciones me darías por favor?
ResponderEliminarSaludos y muchas gracias
Hay una sola recomendaciòn: involucrarte en un escenario de Crecimiento Espiritual.
EliminarEsto es un escenario donde haya un maestro espiritual, que base sus enseñanzas en alguna escritura sagrada y donde hayan discípulos espirituales con quien compartir.
No se si es su caso, pero la gente place esa búsqueda de forma solitaria, y nunca da resultado más allá de mejoras puntuales.