Páginas

viernes, 17 de marzo de 2017

Viviendo de los ahorros espirituales

Autor: ShaniShaktiAnanda

Algunas personas viven mejor que otras. En situaciones comunes complicadas, a algunos les va mejor que a otros. ¿Por qué sucede esto?

En ocasiones hay jóvenes que parecen haber nacido con “una buena estrella”; y parece que todo se le da más sencillo que a otros con las mismas capacidades y con el mismo esfuerzo.

Hoy quiero hablar de esos afortunados.

Primero debemos partir de la idea de que lo que nos sucede en la vida no es casualidad; no es el destino ni tampoco es dado por Dios por ser seres especiales.

Todo nuestro aquí y nuestro ahora es resultado de lo que se ha cultivado en nuestro pasado.


Recogiendo lo sembrado

Sí. Nuestra realidad es la cosecha de lo que sembramos en el pasado.

Pero ese cultivo no fue desde nuestros pensamientos ni desde nuestras acciones directamente, sino que la siembra fue el resultado de nuestros sentimientos y de los sentimientos que despertamos en otras personas. Con acciones o con omisiones; queriendo o sin querer.

Y esto es básico, porque si bien hoy en día se habla erróneamente de que creamos nuestra realidad con nuestros pensamientos, esta afirmación es solo una mala interpretación de lo que místicamente se sabe desde siempre: lo que crea nuestra realidad son los sentimientos, no los pensamientos. Para aclararlo, sería suficiente revisar y estudiar cualquier sagrada escritura antigua.

Y ciertamente, lo que hemos sentido y lo que hemos hecho sentir a los demás, corresponde a nuestra siembre en el pasado. Y ahora, seguramente, estaremos cosechando lo que sembramos en algún momento atrás; y lo hacemos como situaciones de vida.

Si en algún momento sembramos sentimientos buenos, las situaciones que vivimos serán buenas; pero si los sentimientos propios o ajenos no fueron los mejores, tendremos que vivir el resultado en situaciones problemáticas.

Esto corresponde exactamente a dos de las leyes espirituales que rigen en este universo: La Ley de Atracción y la Ley del Karma (o de Causa y Efecto).


La ignorancia y el olvido

Pero a la hora de aceptar el funcionamiento de estas dos leyes, y en especial la del Karma, tenemos una discapacidad doble: la poca consciencia de nuestros sentimientos y el olvido a través del tiempo.

Generalmente no estamos al tanto de nuestros sentimientos detrás de un evento o de lo que los demás sienten con lo que hacemos; siempre nos fijamos en las acciones y en el resultado que esperamos de estas; en lo tangible.

Y además, las cosechas no se dan de inmediato. Entre un sentimiento pasado y una situación de hoy suele pasar un tiempo largo; al igual que entre lo sembrado y lo cosechado.

Por esto, ante una situación mala de hoy en día, no somos capaces de correlacionarla con sentimientos negativos generados en algún momento indeterminado del pasado. Pero que no veamos de forma clara la causa de nuestras situaciones de hoy, no quiere decir que no sea verdad.


La heredad de la cosecha

Cualquiera persona pudiera pensar en niños y jóvenes, los cuales no han tenido la vida suficiente como para sembrar cosas buenas o cosas malas; y aún así viven situaciones buenas o malas.

El asunto es que lo que condiciona nuestra realidad de hoy (el fruto de nuestra siembra) lo podemos traer de otros momentos (hablo de otras vidas); e incluso, podemos tenerla heredada de nuestros antepasados.

Antes de que el lector se lleve las manos en la cabeza y se forme un mal comentario por esta información, le invito a que revise la Santa Biblia (por ejemplo) donde podrá encontrar decenas de referencias de la heredad de las consecuencias por el pecado de nuestros antepasados. No estoy inventando nada.

Por eso, un joven puede comenzar a vivir con la consecuencia que el mismo trae de vidas anteriores o incluso de cosechas de sus padres.

Esto explica, someramente, muchas de las situaciones que algunos niños sufren sin encontrar explicación humana.


Viviendo de los ahorros

Volviendo al punto inicial.

Esas situaciones bonitas que viven muchas personas de forma particular, pueden estar ocurriendo como resultados de buenas cosechas pasadas; de cosechas propias o de antepasados, que se tengan en el granero.

Las situaciones buenas, van gastando la buena cosecha.

Pero si esa persona afortunada no sigue sembrando buenas semillas en su campo, ¿qué pasará en el futuro? Pues esas situaciones afortunadas a costa del ahorro almacenado, se acabarán en algún momento.

A nivel financiero se sabe que no es muy prudente vivir de los ahorros sin, por lo menos, ir manteniendo el capital (lo ideal sería aumentarlo).

Algunas personas hoy en día viven así, comiéndose sus ahorros o herencias espirituales. En muchas ocasiones se sienten bendecidas y afortunadas; y con eso no se preocupan en trabajar su en su campo (para futuro).

Termina llegando el día en que esas personas comienzan a vivir situaciones complicadas, cuando los ahorros afortunados se acaban. Allí viene la reflexión: “¿por qué a mí?”; o la creencia de que “me echaron un daño porque me tenían envidia de lo bien que me iba”.

Si bien a nivel financiero muchas personas no terminan de entender el beneficio del ahorro; cuando se habla de ahorro espiritual la sociedad occidental no tiene ni la más remota idea de que eso existe.


Seguir ahorrando mientras se vive.

La idea, entonces, es no descuidar el campo de cosecha, a pesar de que nos vaya bien en la vida. No es cosa de solo sembrar, sino de sembrar nuevas semillas (buenos sentimientos en nosotros mismos y en los demás) y cuidar el campo mientras no salga la cosecha.

Pero tampoco me refiero a acciones o asuntos puntuales. Ya que el resultado de nuestra siembra lo gastamos día a día para crear nuestra realidad; debemos sembrar y cuidar el campo también día a día. No se debe pensar que con buenas acciones puntuales estamos asegurando futuros bonitos.

El “sembrar y cuidar” el campo se debe convertir en una actitud continua de vida. Debemos tener un estilo de vida que nos permita en cada momento de nuestro futuro disfrutar de cosas “agradecibles”. No solo disfrutar de cosas buenas puntuales.

¿Cómo se vive de esa manera? ¿Cómo conseguimos sembrar cada día buena semilla para que todos los próximos “aquí y ahora” sean buenos?


La única respuesta

Hablamos de Leyes Espirituales, hablamos de escrituras sagradas, hablamos de nosotros y los demás (de nuestros prójimos), hablamos de los sentimientos (del corazón); por lo tanto, la respuesta de cómo vivir de forma afortunada para nuestro futuro debe contener a Dios.

La forma de vivir constantemente sembrando cosas buenas y así cosechar cada día cosas que nos darán situaciones afortunadas, es viviendo alineados con lo que Dios espera de nosotros.

Pero cuidado, lo que Dios espera de nosotros va más allá de lo que las iglesias nos piden. Este es otro gran tema.

Si le pregunto a muchos cristianos de iglesia, qué espera Dios que ellos hagan, posiblemente me respondan: “que vaya a misa, que de limosna, que me porte bien, que no diga mentiras”... y eso está bien. Pero con toda seguridad esos cristianos de iglesia no sepan que antes que todo eso, en lo que se deben afanar es en lo descrito en Mateo 5,6 y 7. Si eres cristiano de verdad, seguramente sabes a lo que me refiero.


Como conclusión final tenemos que nunca podemos olvidar vivir nuestra vida diaria dedicándonos a agradar a Dios, cumpliendo sus preceptos, para que su gracia no nos abandone. De esta forma, no solo disfrutaremos de esas situaciones maravillosas gracias a los ahorros espirituales que podamos tener, sino que seguiremos invirtiendo día a día para que cada vez nos vaya mejor.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 442AS. (15 de marzo del 2017)
http://www.shanishaktiananda.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777

Palabras-claves karma, ley, acción, reacción, atracción, mateo, ahorros, campo, siembra, cosecha, Dios, situaciones complicadas

3 comentarios:

  1. Namasté Maestro.

    Tiene razón al decir que en el mundo occidental desconocemos el termino ahorro espiritual. Aquí tiene o tenia a uno.

    Wow! esto explica muchas cosas...por ejemplo la mala surte, buena suerte, nace con estrella y otros estrellados. esto explica también la diferencia entre ricos, pobres. además de actuar humano.

    Gracias.

    Namasté.

    ResponderEliminar
  2. Hace mucho que estoy en el camino de la búsqueda y aun así no siento que avanzo, que recomendaciones me darías por favor?
    Saludos y muchas gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay una sola recomendaciòn: involucrarte en un escenario de Crecimiento Espiritual.
      Esto es un escenario donde haya un maestro espiritual, que base sus enseñanzas en alguna escritura sagrada y donde hayan discípulos espirituales con quien compartir.
      No se si es su caso, pero la gente place esa búsqueda de forma solitaria, y nunca da resultado más allá de mejoras puntuales.

      Eliminar