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miércoles, 19 de abril de 2017

Tus perlas. Mateo 7:6

Autor: ShaniShaktiAnanda

Para todo persona que se sienta cristiana; y no me refiero ni a evangélica ni a católica ni a luterana ni a ninguna iglesia en particular, sino a una persona que se sienta seguidora de las enseñanzas del Cristo; la Santa Biblia y en particular los Evangelios, son una referencia a seguir en la vida cotidiana.

La mayoría de las enseñanzas de Jesucristo están escritas en parábolas (algunas de ellas muy duras); y para aquellas personas que de verdad viven el evangelio no les resulta difícil identificarse entre esas líneas de enseñanza.

Pero no basta identificarse, ya que Jesucristo no solo describió escenarios o situaciones, sino que dijo lo que se debe hacer en cada una de esas situaciones situación. Es realmente una enseñanza sagrada.

Y quiero traer a colación una de esas situaciones y recordar el comportamiento adecuado señalado por el mismo Jesucristo. Lanzo una pregunta:

¿Qué seguidor cotidiano de la enseñanza del Cristo (léase Cristiano) no se ha sentido desprestigiado, echado a menos, lastimado, excluido, insultado, incomprendido, desorientado (incluso por sus familiares y amigos) cuando comienza a vivir, hablar y a comportarse según sus lineamientos cristianos?

Incluso en las modernas redes sociales; basta que alguien con su renovada pasión por las enseñanzas cristianas coloque algo en las redes para que sus familiares o “amigos” comiencen a escribirle en privado. Estos conocidos se muestran “preocupados” por su actitud; preguntándole si tiene algún problema o advirtiéndoles de sectas o peligros de manipulación por farsantes, a pesar de ahora estos cristianos comienzan a estar realmente en paz.

Otros más, extraños la mayoría arremeten contra el cristiano insultando, echando en cara lo equivocado que está, o “el mal camino que han tomado”

Y ¿cuántos no te dejan de seguir o hablan entre ellos sobre tu extraña actitud para abandonarte, en el mejor de los casos, de forma “elegante”?

Pero uno ¿qué hace en esos casos?

Pues generalmente, luego de pasar por el desconsuelo o la tristeza de saber “que a la gente parecería que le preocupa que uno esté mejor que antes”, uno sigue hablando, mostrando, evidenciando a todos, el nuevo mundo maravilloso que ha encontrado. Y los golpes siguen una y otra vez.

¿Acaso Jesucristo advirtió sobre eso? Pues muchas veces.

Una de las metáfora donde plantea la enseñanza de cómo actuar en esos casos está precisamente descrita en el Sermón del Monte (Mateo 5, 6 y 7), donde Jesús le hablaba directamente a sus discípulos sobre la forma correcta de vivir como cristianos. Esa enseñanza es la que yo llamo “Tus perlas”, y Jesús la enseñaba así:

Mateo 7:6 (BLPH)

No entreguen las cosas sagradas a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues las pisotearán y, revolviéndose, los harán pedazos a ustedes.

¿Apuesto a que has sentido que personas, incluso queridas, han arremetido en contra de ti al mostrarles las perlas que has conseguido en tu vida como cristiano? Si has comenzado a ser buen cristiano, pues no me equivoco.

Jesucristo nunca hablaba en vano y menos cuando advertía a sus discípulos. Así que si este pasaje no se aplica a ti, te invito a que veas si de verdad estás viviendo como cristiano.

Pero hay mucha metáfora aquí. Aunque dura, el símil de los perros y los cerdos (a mí me gusta decirles cochinos) se refiere a personas con las que convivimos (o solíamos convivir) que tiene una vida alejada a los preceptos cristianos reales (aunque sean muy “religiosas”). Por esto, cuando ven un comportamiento diferente a lo que ellos están acostumbrados (nada cristianos), les altera o les pone a la defensiva.

Porque es una realidad que hay muchas personas que se dicen cristianas porque pertenecen a alguna iglesia o asisten a algún templo; pero si hubiera evaluación continua de su cristianismo, no quedarían muy bien paradas.

Pero otra de las metáforas a entender en este pasaje son las de “tus perlas”.

Si tú has descubierto o retomado tu vida en Cristo ¿cuáles serían tus perlas? Debes identificarlas y esas, no las expones a las personas que no tienen la capacidad de apreciarlas.

¿A los mejor una de tus perlas es tu nueva visión de la vida? ¿A lo mejor es la comprensión de las enseñanzas? ¿A lo mejor la nueva claridad del entendimiento? ¿A lo mejor son tus experiencias y sensaciones vividas en este camino? ¿A lo mejor son el amor y el agradecimiento por quien te hizo reencontrarte con El Cristo? ¿A lo mejor es tu nuevo estado de paz? ¿A lo mejor son todas las anteriores más otras?


¡Pero es injusto no compartir!

Pero te puede parecer injusto no compartir estas nuevas bendiciones que tienes en tu vida; y yo no podría quitarte la razón. Entonces, de la misma enseñanza de Jesucristo se desprende otra opción: comienza a dejar de compartir tu vida con perros y cochinos; y comienza a convivir con personas que si se alegrarían por tu nueva vida en Cristo.

Hay que ver que el Cristo se las sabía todas, y no dejó hilo sin puntada. Solo que hay que saberlo leer e interpretar.

Pero sí; dejar de darle nuestras perlas a los cochinos no es egoísmo, es un mandato cristiano. Y no significa dejar de querer o menospreciar a nadie, pero sí es un poco proteger nuestra propia vida nueva y hacerla crecer con las personas correctas. Si lo haces en tu vida humana, social y laboral; por qué no lo vas a hacer en tu vida espiritual.

Y antes de que digas que hay que evangelizar y que allí sí debemos mostrar nuestras perlas; yo te recuerdo que nunca se evangeliza a perros, ni cochinos, ni lobos, ni caballos, ni monos. Pero también allí Jesucristo dejó la descripción completa de escenarios y acciones necesarias. En otro escrito lo trataremos si de verdad te interesa.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 474AS. (18 de abril del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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Palabras-claves: anticristo, enseñanzas, Cristo sermón del monte, honrar lineamientos, 

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