Autor:
ShaniShaktiAnanda
Hay
un concepto místico (el misticismo se puede ver como la base
espiritual común de todas las prácticas religiosas) que representa
unos de los compromisos más fuertes con Dios para cualquier ser
vivo; este es el concepto de la Consagración al Cristo.
Los
que me conocen saben a qué me refiero cuando hablo del Cristo. El
Cristo lo puedo resumir aquí como la fuerza o la escencia de la
Creación misma; de donde todo se crea y a lo que todo debe volver,
el principio y el fin de la existencia. El Cristo es esa verdad
expresada en enseñanzas espirituales que todos debemos aprende a
honrar sometiéndonos a ella para poder volver a Dios, de la misma
forma en la que una vez salimos de Él.
El
Cristo como fuerza de creación de Dios, se personifica en persona
como Jesús de Nazareth, lo cual lo convierte en Jesucristo Hijo de
Dios.
Pero
como hay un solo Dios en el Universo, presentados con diferentes
atuendos según los momentos históricos y culturales; El Cristo no
es propiedad solo de iglesias cristianas.
El
mismo Cristo, por lo importante y poderoso que es, se ha manifestado
en diferentes enfoques religiosos, con enseñanzas que parecen
diferentes pero que tienen exactamente el mismo trasfondo místico;
el mismo y único fin: llevar a los seres vivos espirituales de
regreso al Paraíso.
Decir
que el Cristo es solo de iglesias cristiana, es limitarlo
grandemente; ese Cristo restringido no representa la fuerza por la
cual Dios creó TODO el universo.
Encontramos,
por ejemplo, al Señor Krishna en el Hinduismo. Del cual, si
revisamos sus enseñanzas, sin vendas en los ojos, encontramos una
equivalencia maravillosa y absoluta con lo que representa el
cristianismo originario. Además, no sé porqué nadie se da cuenta
de la similitud sonora y vibracional entre Krishna-Kristos-Cristo.
La
importancia del Cristo
Pero
sea de donde sea el Cristo, la relevancia para todo ser espiritual es
máxima.
Si
todo el Universo, al principio de los tiempos, se creó por El Cristo
(es decir que todos salimos de Él) y El Cristo es lo único que
subsistirá al final de los tiempos (por eso Él es el “alfa y
omega”); para nosotros (almas) que salimos del Padre en ese momento
de la creación, debemos adoptar dicha escencia del Cristo (escencia
Crística) para poder llegar de vuelva al Padre.
Por
el hecho de ser el Cristo la omega; al final de los tiempos no
subsistirá nada que no tenga esa escencia.
Este
es el trasfondo místico de absolutamente todas las religiones,
aunque algunas instituciones más humanas que religiosas no lo
reconozcan así: volver al Padre con las más alta vibración posible
de nuestro Ser, habiendo adoptado al Cristo a través de un estilo de
vida acorde (vibracionalmente) con sus enseñanzas espirituales.
Mateo
7:21 (PDT)
21
»No todo el que afirma que yo soy su Señor entrará en el reino de
Dios. Sólo entrará el que obedezca a mi Padre que está en el
cielo.
Esto
lo dijo Jesucristo, luego de haber descrito cuál debe ser el
comportamiento cotidiano de alguien que se quiera decir Cristiano
(Sermón del Monte, Mateo: 5-7). Jesucristo se refería a estos
lineamientos de vida como el comportamiento que Dios Padre esperaba
de nosotros, esta era “la voluntad de Su Padre”.
Está
claro entonces, que no basta con decirse cristiano y aseguras que se
ama al Cristo con el corazón; sino que hay que cumplir con lo
esperado por el Padre para vibrar con la escencia del Hijo. Esto
significa comenzar a adoptar la Escencia Crística.
De
esta forma sí podremos eventualmente volver al Paraíso Prometido,
como ese estado de paz que incluso podemos comenzar a sentir aún en
vida.
El
Cristo desde nuestras energías de bienestar
Si
nos reconocemos como seres energéticos (desde la óptica de
integralidad de nuestro Ser); un estilo de vida esforzado hacia el
Cristo, condiciona nuestro cuerpo energético.
El
condicionamiento primario es una energía del Swadhistana muy grande.
El Swadhistana (o 2do chakra) tiende a crecer mucho en personas que
adoptan un estilo de vida donde se realza el compromiso hacia Dios.
Pero
atención: esto no quiere decir que una persona como mucha energía
de Swadhistana sea espiritual (ya que esta característica puede ser
innata); alguien pueden tener mucha de esta energía pero no estar
siendo utilizada para enaltecer al espíritu. Puede ser similar a
decir que un vehículo con el tanque lleno de gasolina va a andar más
rápido o sin problemas; un carro dañado o defectuoso puede tener
mucha gasolina y ni siquiera encender.
Una
vez seguros de no caer en peligrosas generalizaciones sobre la
energía del Swadhistana y lo espiritual, si se puede afirmar que
esta misma energía es la que representa directamente a nuestra
energía vital. Esta energía es la que utilizan nuestros procesos de
vida para llevarse a cabo correctamente, pero también es la
relacionada con nuestro disfrute.
Cuando
una persona disfruta legítimamente por algo o con algo, esta energía
del 2do chakra es la que está presente. Pero cuando alguien sufre o
tiene malestar, se puede hablar también de la energía del
Swadhistana; a lo mejor por su ausencia.
Ahora,
tal vez puede comenzar a resultar obvio entendiendo la relación de
la energía del 2do chakra con el disfrute y el bienestar, que alguna
personas puedan utilizar dicha energía hacia asuntos terrenales para
obtener disfrute o bienestar. Si alguien utiliza esta energía para
asuntos terrenales, por mucho bienestar que logre sentir, no estará
teniendo provecho a nivel espiritual.
El
provecho de alguien al utilizar su energía vital, será el resultado
de hacia dónde enfoca dicha energía; puede ser hacia lo terrenal
(beneficios terrenales) o hacia lo espiritual (beneficios
espirituales)
¿Pero
entonces está mal procurarse beneficios terrenales?
Pues
no. El problema se presenta cuando no hay un equilibrio entre la
procura de beneficio terrenal y beneficio espiritual. El problema es
cuando se invierte dicha energía de forma prioritaria hacia obtener
beneficios terrenales; no porque estos sean malos, sino porque son
sumamente frágiles.
El
beneficio o el disfrute terrenal dependerá tanto de situaciones
terrenales como de otras personas, cuya ocurrencia o cuyas respuestas
son inestables e impredecibles. Por lo tanto, una persona que
enfoque la mayoría de su energía del Swadhistana hacia asuntos
terrenales podrá tener disfrutes o beneficios inestables e
impredecibles; momentos malos o buenos que parecerán al azar.
Pero
si alguien, sin dejar de vivir su buena terrenalidad, utiliza una
parte importante de su energía del 2do chkara hacia Dios (hacia
enfoques verdaderamente espirituales), pues sus beneficios y
disfrutes serán estables y eternos; estas dos características
propias de Dios.
Más
allá de la conducta: la Consagración al Cristo
Realmente
la forma de vivir alineada con la conducta que representa a la
Escencia Crística es lo que nos puede sacar de esta rueda del
Samsara (romper con el ciclo de reencarnaciones) y por lo tanto
hacernos resucitar.
Pero
la adopción del Cristo puede ir más allá que la forma en la que
vivimos e interaccionamos con nuestra realidad.
Ya
vimos la relación de nuestro disfrute y bienestar con la energía
que se utiliza para también reforzar nuestro camino hacia Dios (para
adoptar la Escencia Crística). Y no es falso que estamos orientados
hacia vivir vidas procurándonos bienestar, a veces incluso en contra
de nuestros futuros.
Y
aquí es donde entra el tema de este escrito: la Consagración al
Cristo.
Hay
otra realidad que no es fácil de aceptar. No todas las personas
tienen la misma necesidad de Dios. Y no hablo de necesidad de
Dios desde el punto de vista de necesitarlo para salir de problemas;
hablo de necesitar buscarle, agradarle y honrarle; sin necesidad
de milagros.
Esta
necesidad de afanarse por Dios viene de la altura espiritual del alma
de cada quien. No pretendo dividir a personas entre peores o mejores,
simplemente son diferencias con las que hay que trabajar.
Un
alma que posiblemente haya vivido más, o haya cultivado más su
espíritu en diferentes existencias con maestros espirituales; habrá
desarrollado una mayor inclinación hacia estados vibracionales más
altos que se obtienen con experiencias espirituales.
Por
el contrario, para aquellas almas cuyas existencias haya trascurrido
enfocadas hacia lo terrenal; buscado disfrute, enfocándose en metas
y librando luchas terrenales; es normal que no se sienta atraída
hacia asuntos espirituales. Su vibración es más terrenal que
espiritual.
Y
en estos dos enfoques de existencia, entra el uso de la energía
vital relacionada al disfrute.
Una
persona altamente espiritual es normal que instintivamente utilice la
mayor parte de su energía vital hacia procesos espirituales, hacia
realzar su espíritu, hacia vivir bajo lineamientos y enseñanzas
cristiana, hacia la adopción de la Escencia Crística. Aunque esto
la lleve a abandonar un poco sus disfrutes terrenales.
Y
no se puede decir que una persona con esta tendencia espiritual no
disfrute. Siempre que haya energía de Swadhistana hay situación de
disfrute; solo que puede no ser un disfrute terrenal sino espiritual.
Un
persona orientada al disfrute terrenal, suele ver a otra persona
espiritual con lástima; puede llegar a pensar que está perdiendo su
vida al dedicarse a esas cosas “espirituales”; “dejando de
disfrutar la vida”.
Pero
lo que son incapaces de imaginar estas personas, es que El Cristo
puede realmente ser una fuente de disfrute; un disfrute jamás
imaginado por almas terrenales. Un disfrute que además es estable y
eterno.
Cuando
una persona (un alma) ha descubierto y sentido eso, se da la
experiencia mística de la Consagración al Cristo.
Una
persona se Consagra el Cristo cuando toda su energía de
Swadhistana la enfoca hacia lo que El Cristo representa, en todos
los aspectos.
A
ojos humanos, esa persona se está negando, lastimosamente, a sí
misma. Pero en realidad esa Consagración al Cristo es la experiencia
de bienestar y disfrute máximo posible para cualquier ser espiritual
vivo. Tanto es así, que ese disfrute y bienestar espiritual
sobrepasa a las sensaciones de disfrute y bienestar terrenal, ya que
estas últimas están naturalmente limitadas en tiempo, en capacidad
sensorial humana y sujetas a situaciones impredecibles.
Al
Cristo se le puede llegar a sentir desde el alma, con sensaciones que
sobrepasan (sin excluir) al amor fraternal, al amor pasional, a la
entrega sin restricciones, al cumplimiento de metas terrenales, a la
posesión de riquezas económicas. Se llega a preferir sentirlo al Él
que a cualquier disfrute terrenal, y no hay esfuerzo que cueste
demasiado. Esto es por lo que se da la Consagración al Cristo.
Lucas
10:38-42 (NVI)
38
Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús (El Cristo) entró
en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 39
Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se
sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a
él y le dijo:
―Señor,
¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile
que me ayude!
41
―Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y
preocupada por muchas cosas, 42 pero solo una es necesaria. María
ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.
El
que tenga oídos para oír, que oiga; el que tenga corazón para
sentir, que entienda.
Sé
que posiblemente muchos que leen no me creen; pero en realidad no
busco que lo hagan.
Solo
pretendo haber planteado el tema por si algún día comienzan a
sentir por Dios algo que ni sus mentes ni sus sentidos ni sus
emociones humanas sean capaces de procesar. Allí me tendrán
presente, se los aseguro.
Dios
les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
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509AS. (22 de mayo del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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Palabras-claves:
consagración, Cristo, ser, integral, alma, espíritu, lineamientos,
krishna, kristos, disfrute, beneficios, terrenales, espirituales
Maestro, este artículo está hermoso, solo un alma desesperada por servir a Dios, puede entender la consagración al Cristo; gracias por este artículo... Namasté
ResponderEliminarGracias Maestro
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