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domingo, 24 de septiembre de 2017

Madre Naturaleza se expresa

Autor: ShaniShaktiAnanda

Madre Naturaleza se representa como esa fuerza que procrea la vida (biológica), que la sostiene, que le da cobijo; pero que también está presente en los fenómenos y procesos naturales.

Todas las expresiones de la naturaleza sobre la faz de la Tierra se asumen como la expresión de esa fuerza de la Madre Naturaleza; expresiones que muchas veces son hermosas y agradecibles y otras que pueden llegar a ser catastróficas.

Una visión equivocada de esa fuerza de la naturaleza es la que asume como la queja de una madre ante las actuaciones de sus hijos (hijos por lo de Madre Naturaleza). Madre Natura no se queja, ni se venga, ni se resiente, ni muere.

Cuando la raza humana dice preocuparse porque la naturaleza está mal, no es porque ella lo esté; sino porque se pueden destruir ciertas condiciones en ella que permiten que la raza humana exista. Así que es una preocupación humana es muy “interesada”; no es una preocupación realmente altruista. Si mañana cayera un meteorito sobre la Tierra y produjera un desastre; si la atmósfera se acabara; si los polos se derritieran; probablemente la raza humana se destruiría, pero Madre Naturaleza seguiría existiendo; en otras condiciones no aptas para los humanos, pero existiendo y fluyendo.

¿Eso quiere decir que en realidad Madre Naturaleza es independiente de nuestras acciones?

La respuesta categórica es no; Madre Naturaleza sí responde a nuestras acciones. Explico, desde el puto de vista místico, el cómo y el porqué.


Las escencias de mueven nuestra realidad.

En la realidad que vivimos (la cual no es únicamente terrenal) todos tendemos a interactuar y a acoplarnos entre todos, incluso desde planos sutiles, no terrenales; esto ocurre porque somos Seres Integrales.
Y uno de esos planos de interacción y acople corresponde al plano de nuestras “escencias”. Una escencia se puede describir como una “calidad energética” en el plano astral o álmico. Dichas escencias se pueden agrupar en dos grandes grupos: escencia masculina y escencia femenina.

Dichas escencias masculina y femenina en la naturaleza o en lo seres vivos, no implican condicionamientos ni preferencias sexuales, biológicas o de conducta.

Madre Naturaleza se percibe desde un aspecto femenino, porque terrenalmente representa a la escencia femenina. Y la raza humana, por ser seres naturales, también tiene predominantemente escencia femenina.

¿Qué es entonces la escencia femenina? La escencia femenina se puede ver como esa fuerza o energía del “hacer”, del movimiento, del empeño, de la fuerza natural, del “echar para adelante”, del no pararse ante barreras, del dejarse llevar por los impulsos; muchas veces sin medir los riesgos o consecuencias.

Entonces, como tanto Madre Natura como la raza humana tienen escencias femeninas y entre ellas conviven, entre ellas se condicionan; Generalmente, Madre Natura se acopla o se sincroniza a la escencia femenina de la raza humana.

Generalmente no pasa lo contrario, me refiero a que la raza humana se acople a Madre Naturaleza; porque los seres humanos son entidades mucho más activas a nivel de escencias; y son estos los que usualmente condicionan a la naturaleza.


Las escencias se comportan

Estas escencias también se representan en comportamientos, en actitudes, en acciones, en eventos; que sin categorizarlos necesariamente como malos o buenos, pueden afectar a otros o bendecirlos.

Cuando una escencia se descontrola o disminuye, aparecen comportamientos o eventos que puede no beneficiar a seres o situaciones que deberían estar “estables o controlados”.

Y cuando hablamos de seres vivos es obvio que los comportamientos o eventos que más les afectan vienen del descontrol de la escencia que manifiestan: de la escencia femenina. Y aquí tenemos a nuestra Madre Naturalza.

Ya sabemos que la escencia de Madre Natura se sincroniza con la escencia de los seres humanos. Así que cuando vemos a la Madre Naturaleza expresarse de forma “particularmente descontrolada”; lo que debemos entender es que ella se está sincronizando con la escencia femenina grupal de la raza humana (a lo mejor de algún grupo humana) que también ha estado descontrolada.

El sincronismo entre las escencias nunca es de forma instantanea. Cuando Madre Natura reacción en función del sincronismo con la raza humana es porque esta ha tenido un tiempo de acumulación y respuesta (inercia) para bien o para mal.

Cuando hablamos de expresiones de Madre Naturaleza “particularmente descontroladas” nos referimos a eventos como terremotos/temblores, inundaciones, huracanes, lluvias descontroladas, sequías anormales, etc. No digo que estos hechos no tengan claramente razones físicas, es obvio que sí; pero sí afirmo que la ocurrencia de los mismos está también signada por energías/escencias de planos superiores que la misma ciencia aún desconoce.
Si la Madre Naturaleza muestra una expresión violenta, es porque ella ha venido acumulando por algún tiempo un descontrol de la misma escencia femenina de la humanidad. De forma similar, si la humanidad llegara a controlar su escencia femenina, el efecto afortunado sobre la naturaleza tomaría tiempo en expresarse.


Por lo tanto, vemos que hay un control necesario de la escencia femenina para que todo fluyan sin alteraciones peligrosas. ¿Cómo se consigue ese control?

En el universo no solo existen las escencias femeninas, sino también un grupo de escencias que se pueden englobar en el genérico de una Escencia Masculina.

La escencia masculina no es tan enérgica como la femenina, pero sí es la que pone el control, las reglas, los lineamientos, para que todo marche con energía pero sin causar estragos; con aprovechamiento real y sostenido pero sin dañar a nadie.

Como dijimos anteriormente, al ser la escencia femenina la más natural para los seres vivientes, la escencia masculina no se encuentra frecuentemente de forma natural; sino que por el contrario se debe desarrollar.


Cómo debería ser la vida

Todo esto se puede ver como la fuerza de las aguas (escencia femenina) descendiendo de una montaña alta pero por el cause (escencia masculina) de un río.

¿Qué pasaría si no existiera el cause del río (si no existe la escencia masculina)? ¿Qué pasaría si la fuerza del agua no se sometiera al cause?

Pues si la fuerza de las aguas no tuviera control se llevaría todo por delante, sin consideraciones.

Pero cuando hablo de control o sometimiento de la escencia femenina por la masculina, no me refiero a un control agresivo, ni dominante, ni castrante; por el contrario, me refiero a un control del cual la misma escencia femenina saca el mejor de los provechos. De echo, ella es la que tiene provecho; la escencia masculina no.

No está de más recordar que no me refiero tampoco al control o dominación del hombre sobre la mujer, ni mucho menos. Hablo de escencias, de energías; no de género humano ni de individuos.

Otro símil que suelo utilizar es el del cohete espacial. La escencia masculina es toda la estructura del cohete espacial; mientras que la escencia femenina es el combustible del cohete.

La estructura de cohete sin el combustible nunca haría nada; por mucha tecnología que tuviera. Sino que es gracias al combustible (la escencia femenina) por la que el cohete es útil y de provecho.

Pero esto ocurre porque la energía del combustible se utiliza, se canaliza, se controla, por todos los mecanismos del cohete. Gracias a esta unión, todo funciona.

Si por el contrario el combustible se manipulara sin control fuera de la escencia masculina (del cohete) los estragos que esa energía produciría fueran catastróficos.


Así debería ser la vida. La energía, el ímpetu y las buenas intenciones de la humanidad (la escencia femenina), debería regirse o someterse a lineamientos claros de vida y de convivencia (escencia masculina). Esto facilitaría la existencia como especie, expresada en paz y en el aprovechamiento de su potencial para todos los individuos.

Es precisamente esta complementariedad de las escencias femenina y masculina lo que elimina la dualidad; ayudándonos a acercarnos a ese estado de divinidad que reconocemos en Dios.


La Madre Naturaleza en armonía y paz

Volviendo al tema de este escrito y una vez que se entendió lo de las escencias y cómo estas actúan en nuestra realidad; en el caso de que quisiéramos que la Madre Naturaleza (escencia femenina) se comportara con armonía y “control provechoso” hacia nosotros, debería tener algún tipo de control de escencia masculina.

Pero como Madre Natura vibra en correspondencia a nuestra propia escencia femenina humana global; pues nosotros somos los que deberíamos someternos al control de lineamientos de vida correctos que encarnen a la escencia masculina. Si nosotros nos controlamos, la naturaleza también lo hará.

Pero no me refiero a solo tratar bien a la naturaleza y ser ecológico; esto es muy simplista. Me refiero a enmarcar nuestra vidas bajo lineamientos correctos y normas de convivencia entre nosotros mismos en TODO lo que hacemos en TODOS los ámbitos de nuestra existencia: desde lo personal hasta lo global, pasando por lo familiar, lo laboral, lo grupal, lo social, etc.

Si nosotros mismos no respetamos las reglas y normas básicas de convivencia (lo que representa el sometimiento de nuestra escencia femenina); ¿cómo queremos que Madre Natura se controle y nos trate bien?

Ella es simplemente un reflejo de nosotros.

Si por el contrario, nuestra visión de la vida y nuestro comportamiento en las diferentes situaciones, apuntaran hacia lo armónico, hacia la correcta convivencia y hacia la paz; pues Madre Natura tenderá a hacer lo mismo. Es así de sencillo.

Por lo tanto, cuando veamos que la naturaleza atenta contra nuestro bienestar o nuestra existencia (a lo mejor por fenómenos naturales y catástrofes) deberíamos de inmediato revisarnos nosotros mismos. ¿Respetamos en nuestras vidas incluso las mínimas normas de convivencia entre nosotros?

Seguramente nos daríamos cuenta de que ya llevamos rato atentado nosotros mismos contra nuestro propio bienestar personal y grupal.

Y controlar nuestra escenecia femenina para que Madre Naturaleza no se descontrole, no se refiere a respectar normas que nos convienen de forma personal o discrecional. Se trata de apegarnos a lineamientos de vida que favorezcan a la gran mayoría de nuestros semejantes, sin detrimento de nadie.

Si hacemos algo bueno para alguien pero malo para otros, no estamos haciendo nada; eso es descontrol. En este caso no esperemos que nuestra realidad sea armónica.

Pero ante lo dificil de complacer a la mayoría, hay una solución salomónica por donde debemos comenzar: no busquemos primero que las cosas de afuera mejoren, busquemos mejorar dentro de nosotros antes de esperar que el mundo se arregle y que Madre Naturaleza nos bendiga. Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera.

Dios les bendiga.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original: 630 AS. (21 de septiembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
Palabras-claves: Madre naturaleza, natura, desastres, terremotos, temblores, huracanes, escencias, masculina, femenina.

sábado, 9 de septiembre de 2017

La sensación de paz al lado de tu Maestro Espiritual

Autor: ShaniShaktiAnanda

Una de las sensaciones que sienten algunas personas ante un Maestro Espiritual es la paz cuando se está cerca de él.

Esta sensación puede sentirla alguien que apenas conoce al Maestro Espiritual o algunas veces es una sensación que se va conquistando en el trato con él, en un escenario de Crecimiento Espiritual.

Cuando me refiero a esa sensación de paz, no hablo de la paz que todo discípulo conquista en su camino de crecimiento espiritual. Esa paz conquistada la puede sentir aún en las más difíciles situaciones humanas. La paz de la que hablo es una sensación casi instantánea que invade tanto a muchos discípulos como a personas comunes ante la sola presencia física del Maestro; aunque este compartir sea totalmente silencioso. El solo hecho de estar cerca de él o estar en alguna actividad con él o estar en un mismo espacio, ya trae paz.

La explicación de este fenómeno es compleja, porque suele ser multifactorial (tiene muchas aristas); pero trataré de explicarlo de forma sencilla únicamente desde las escencias álmicas y las energías vitales de cada una de las partes.


El estilo de vida “usual”

Lo primero que debemos analizar es cómo suele vivir cualquier persona en una terrenalidad terrenal que no avala estados de paz.

Lo “usual” es que una persona viva haciendo mucho esfuerzo para lidiar con situaciones complicadas, que esté enfrentada a relaciones humanas no armónicas o que lo haya estado y ahora esté viviendo ahora con sus consecuencias. Además, lo usual es ver la vida como una lucha en muchos aspectos: físico/orgánico, mental/estrés/frustraciones, emocional/desencuentros/malas experiencias, energético/carencia de bienestar, álmico/pérdida del sentido de la vida y kármicos/situaciones difíciles.

Como podemos ver son muy comunes las experiencias de vida enmarcadas dentro de las consideraciones anteriores.

Pero ¿cómo se traduce estas situaciones desde el punto de vista energético/álmico? Pues de forma muy sencilla.

El ser humano es un ser álmico-energético con una gran proporción de energía vital femenina y de escencia álmica femenina.

Existe también la energía y escencia masculina, pero esta no es natural ni común, sino que se debe cultivar o experimentar en escenarios de crecimiento espiritual verdaderos. Valga la aclaratoria de que en el contexto de energías y escencias, lo femenino o masculino no tienen nada que ver con el sexo.

Pero tanto la energía como la escencia femenina se asemejan mucho a un combustible muy poderoso. Si no se modera o controla su uso o si no se hace de forma consciente, en vez de ser útil puede ser realmente catastrófico.

Entonces, el ser humano con una natural energía y escencia femenina, si la usa de forma no controlada puede experimentar situaciones de vida realmente complicadas. Esto es lo que “usualmente” suele pasar.

Si analizamos desde el punto de vista místico a las disputas, las peleas, las guerras, las frustraciones, las luchas, las malas relaciones interpersonales, los excesos de cualquier tipo, los malestares en general (incluyendo las enfermedades) los comportamientos inadecuados, se observa que todos estos son expresiones de una energía y escencia femenina fuera de control; o tal vez son situaciones que aparecen como consecuencia de que en algún momento esa energía-escencia femenina estuvo fuera de control.

Si el Ser humano le diera el uso correcto a dicha energía-escencia femenina, o lo hiciera de forma controlada, la vida sería realmente buena: con felicidad, tranquilidad, paz, etc.

¿Pero cómo se puede moderar esa energía? Pues con la energía-escencia masculina que la complemente, que la aplaque, que le dé completitud.

Atención (repito) cuando hablo de complementar escencias femeninas con masculinas, no hablo necesariamente de sexo, ni de parejas, ni de matrimonios; si bien estas actividades humanas tienen esa intención subyacente.


Una energía-escencia masculina por excelencia

Y parte del problema es que esa energía-escencia masculina no está presente de forma común en las experiencias humanas; sino que para aprovecharlas o experimentarlas se deben comenzar a tener experiencias espirituales.

No hablo de experiencias espirituales como experiencias energéticas, ni mágicas, ni “nueva-era”. Lo espiritual está relacionado directamente con nuestra relación con Dios, no desde el punto de vista de “pedirle” sino de “agradarle”. Cuando intentamos ser espirituales, lo que hacemos es supeditar/moderar/adaptar nuestra vida y nuestros comportamientos humanos a los lineamientos que Dios espera de nosotros; incluso a pesar de nuestras argumentaciones humanas. Ser humano es diferente a Ser espiritual.

Entonces, cultivar nuestra relación con Dios según SUS lineamientos (no según nuestros argumentos convenientes) representa el nivel más alto de ofrecerle el control necesario a nuestra energía-escencia femenina.

Pero esto de supeditar nuestra vida a lo que Dios espera de nosotros, no es un acto que obedece a nuestra voluntad humana, sino que es un camino que debemos comenzar a recorrer en compañía de alguien que encarne las enseñanzas espirituales.

Para encarnar dichas enseñanzas, el Ser que lo haga debe tener una muy fuerte y pura escencia masculina en su alma; y debe manejar una muy buena energía masculina.

¿Quién es ese ser? Pues precisamente es un Maestro Espiritual.


Interacción Maestro-Discípulo

Y es precisamente por esta razón por lo que cuando una persona con parte de su energía-escencia femenina fuera de control se expone intencionadamente a la presencia de su Maestro Espiritual; su energía entra en un estado de calma casi instantánea que es muy difícil de entender y mucho más complejo de explicar.

Esto puede suceder con personas cuando recién conocen al Maestro, o cuando ya tienen una relación como discípulo.

En el caso de discípulos, la experiencia de paz al lado de su Maestro ya es algo que se puede aprovechar de forma repetida; e incluso se llega a añorar cuando no se tiene.

En el caso de personas comunes que experimentan esa paz, pero que no llegan a establecer una interacción directa con el Maestro, esa sensación puede llegar a desaparecer.

Pero la interacción con el Maestro puede no ser presencial, pero siempre debe ser personal (aún a la distancia); ya que esa complementación de las energías-escencias femenina y masculina trasciende al contacto físico, pero se sostiene con el conocimiento personal de uno con el otro.

Toda persona o discípulo que aprenda a conocer y a tratar cada vez más a su Maestro, pero que a la vez se deja conocer por este, estará aumentando esa interacción que produce paz; que pone en orden las energías y escencias; y que se puede llegar a sentir como un “enamoramiento” que va más allá de lo humano.

¿O acaso es descabellado que se llegue a sentir “un amor fuera de este mundo” hacia alguien que te haga sentir una paz que nunca habías conocido?

Si algo de esto lo has sentido, nunca lo dejas escapar. Si aún no lo has sentido, exponte y deja que tu espíritu comience a asomarse ante el Maestro. Ese sentimiento es la bendición más grande que Dios le puede dar a cualquier ser humano.


Por supuesto que hay otras razones por las cuales se puede sentir “eso especial” al lado de tu Maestro Espiritual. Han existidos otras vidas; y experiencias han podido marcar tu alma más allá de lo que imaginas. Pero la explicación de estas aristas escapan de este escrito.

Dios te bendiga.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original: 618 AS. (09 de septiembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777

Palabras-claves: Discípulo, Maestro, espiritual, energía, escencia, femenina, masculina, alma, espíritu