Autor:
ShaniShaktiAnanda
Madre
Naturaleza se representa como esa fuerza que procrea la vida
(biológica), que la sostiene, que le da cobijo; pero que también
está presente en los fenómenos y procesos naturales.
Todas
las expresiones de la naturaleza sobre la faz de la Tierra se asumen
como la expresión de esa fuerza de la Madre Naturaleza; expresiones
que muchas veces son hermosas y agradecibles y otras que pueden
llegar a ser catastróficas.
Una
visión equivocada de esa fuerza de la naturaleza es la que asume
como la queja de una madre ante las actuaciones de sus hijos (hijos
por lo de Madre Naturaleza). Madre Natura no se queja, ni se venga,
ni se resiente, ni muere.
Cuando
la raza humana dice preocuparse porque la naturaleza está mal, no es
porque ella lo esté; sino porque se pueden destruir ciertas
condiciones en ella que permiten que la raza humana exista. Así que
es una preocupación humana es muy “interesada”; no es una
preocupación realmente altruista. Si mañana cayera un meteorito
sobre la Tierra y produjera un desastre; si la atmósfera se acabara;
si los polos se derritieran; probablemente la raza humana se
destruiría, pero Madre Naturaleza seguiría existiendo; en otras
condiciones no aptas para los humanos, pero existiendo y fluyendo.
¿Eso
quiere decir que en realidad Madre Naturaleza es independiente de
nuestras acciones?
La
respuesta categórica es no; Madre Naturaleza sí responde a nuestras
acciones. Explico, desde el puto de vista místico,
el cómo y el porqué.
Las
escencias de mueven nuestra realidad.
En
la realidad que vivimos (la cual no es únicamente terrenal) todos
tendemos a interactuar y a acoplarnos entre todos, incluso desde
planos sutiles, no terrenales; esto ocurre porque somos Seres
Integrales.
Y
uno de esos planos de interacción y acople corresponde al plano de
nuestras “escencias”. Una escencia se puede describir como una
“calidad energética” en el plano astral o álmico. Dichas
escencias se pueden agrupar en dos grandes grupos: escencia masculina
y escencia femenina.
Dichas
escencias masculina y femenina en la naturaleza o en lo seres vivos,
no implican condicionamientos ni preferencias sexuales, biológicas o
de conducta.
Madre
Naturaleza se percibe desde un aspecto femenino, porque terrenalmente
representa a la escencia femenina. Y la raza humana, por ser seres
naturales, también tiene predominantemente escencia femenina.
¿Qué
es entonces la escencia femenina? La escencia femenina se puede ver
como esa fuerza o energía del “hacer”, del movimiento, del
empeño, de la fuerza natural, del “echar para adelante”, del no
pararse ante barreras, del dejarse llevar por los impulsos; muchas
veces sin medir los riesgos o consecuencias.
Entonces,
como tanto Madre Natura como la raza humana tienen escencias
femeninas y entre ellas conviven, entre ellas se condicionan;
Generalmente, Madre Natura se acopla o se sincroniza a la escencia
femenina de la raza humana.
Generalmente
no pasa lo contrario, me refiero a que la
raza humana se acople a Madre Naturaleza;
porque los seres humanos son entidades mucho más activas a nivel de
escencias; y son estos los
que usualmente condicionan a la naturaleza.
Las
escencias se comportan
Estas
escencias también se representan en
comportamientos, en actitudes, en acciones, en
eventos; que sin categorizarlos necesariamente como malos o buenos,
pueden afectar a otros o bendecirlos.
Cuando una escencia se descontrola o disminuye, aparecen comportamientos o eventos que puede no beneficiar a seres o situaciones que deberían estar “estables o controlados”.
Cuando una escencia se descontrola o disminuye, aparecen comportamientos o eventos que puede no beneficiar a seres o situaciones que deberían estar “estables o controlados”.
Y
cuando hablamos de seres vivos es obvio que los comportamientos o
eventos que más les afectan vienen del descontrol de la escencia que
manifiestan: de la escencia femenina. Y aquí tenemos a nuestra Madre
Naturalza.
Ya
sabemos que la escencia de Madre Natura se sincroniza con la escencia
de los seres humanos. Así que cuando vemos
a la Madre Naturaleza expresarse de forma “particularmente
descontrolada”; lo que debemos entender
es que ella se está sincronizando con la escencia femenina grupal de
la raza humana (a lo mejor de algún grupo humana) que también ha
estado descontrolada.
El
sincronismo entre las escencias nunca es de
forma instantanea. Cuando Madre Natura reacción en función del
sincronismo con la raza humana es porque esta ha
tenido un tiempo de acumulación y respuesta (inercia) para
bien o para mal.
Cuando
hablamos de expresiones de Madre Naturaleza “particularmente
descontroladas” nos referimos a eventos como terremotos/temblores,
inundaciones, huracanes, lluvias descontroladas, sequías anormales,
etc. No digo que estos hechos no tengan claramente razones físicas,
es obvio que sí; pero sí afirmo que la ocurrencia de los mismos
está también signada por energías/escencias de planos superiores
que la misma ciencia aún desconoce.
Si
la Madre Naturaleza muestra una expresión violenta, es porque ella
ha venido acumulando por algún tiempo un descontrol de la misma
escencia femenina de la humanidad. De forma similar, si la humanidad
llegara a controlar su escencia femenina,
el efecto afortunado sobre la naturaleza tomaría tiempo en
expresarse.
Por
lo tanto, vemos que hay un control necesario de la escencia
femenina para que todo fluyan sin alteraciones peligrosas. ¿Cómo se
consigue ese control?
En
el universo no solo existen las escencias femeninas, sino también un
grupo de escencias que se pueden englobar en el genérico de una
Escencia Masculina.
La
escencia masculina no es tan enérgica como
la femenina, pero sí es la que pone el control, las
reglas, los lineamientos, para que todo marche con energía pero sin
causar estragos; con aprovechamiento real y sostenido pero sin dañar
a nadie.
Como
dijimos anteriormente, al ser la escencia femenina la más natural
para los seres vivientes, la escencia masculina no se encuentra
frecuentemente de forma natural; sino que por el contrario se debe
desarrollar.
Cómo
debería ser la vida
Todo
esto se puede ver como la fuerza de las
aguas (escencia femenina) descendiendo de una montaña alta pero por
el cause (escencia masculina) de un río.
¿Qué
pasaría si no existiera el cause del río (si no
existe la escencia masculina)? ¿Qué pasaría si
la fuerza del agua no se sometiera al cause?
Pues
si la fuerza de las aguas no tuviera control se llevaría todo por
delante, sin consideraciones.
Pero
cuando hablo de control o sometimiento de la escencia femenina por la
masculina, no me refiero a un control agresivo, ni dominante, ni
castrante; por el contrario, me refiero a un control del cual la
misma escencia femenina saca el mejor de los provechos. De echo, ella
es la que tiene provecho; la escencia masculina no.
No
está de más recordar que no me refiero tampoco al control o
dominación del hombre sobre la mujer, ni mucho menos. Hablo de
escencias, de energías; no de género humano ni de individuos.
Otro
símil que suelo utilizar es el del cohete espacial. La escencia
masculina es toda la estructura del cohete espacial; mientras que la
escencia femenina es el combustible del cohete.
La
estructura de cohete sin el combustible nunca haría nada; por mucha
tecnología que tuviera. Sino que es gracias al combustible (la
escencia femenina) por la que el cohete es útil y de provecho.
Pero
esto ocurre porque la energía del combustible se utiliza, se
canaliza, se controla, por todos los mecanismos del cohete. Gracias a
esta unión, todo funciona.
Si
por el contrario el combustible se manipulara sin control fuera de la
escencia masculina (del cohete) los estragos que esa energía
produciría fueran catastróficos.
Así
debería ser la vida. La energía, el ímpetu y las buenas
intenciones de la humanidad (la escencia femenina), debería regirse
o someterse a lineamientos claros de vida y de convivencia (escencia
masculina). Esto facilitaría la existencia como especie, expresada
en paz y en el aprovechamiento de su potencial para todos los
individuos.
Es
precisamente esta complementariedad de las
escencias femenina y masculina lo que elimina la dualidad;
ayudándonos a acercarnos a ese estado de divinidad que reconocemos
en Dios.
La
Madre Naturaleza en armonía y paz
Volviendo
al tema de este escrito y una vez que se entendió lo de las
escencias y cómo estas actúan en nuestra realidad; en el caso de
que quisiéramos que la Madre Naturaleza (escencia femenina) se
comportara con armonía y “control provechoso” hacia nosotros,
debería tener algún tipo de control de escencia masculina.
Pero
como Madre Natura vibra en correspondencia a nuestra propia escencia
femenina humana global;
pues nosotros somos los que deberíamos someternos al control de
lineamientos de vida correctos que encarnen a la escencia masculina.
Si nosotros nos controlamos, la naturaleza también
lo hará.
Pero
no me refiero a solo tratar bien a la naturaleza y
ser ecológico; esto es muy
simplista. Me refiero a enmarcar nuestra vidas bajo lineamientos
correctos y normas de convivencia entre nosotros
mismos en TODO lo que hacemos en TODOS los ámbitos de nuestra
existencia: desde lo personal hasta lo global, pasando por lo
familiar, lo laboral, lo grupal, lo social,
etc.
Si
nosotros mismos no respetamos las reglas y normas básicas de
convivencia (lo que representa el sometimiento de nuestra escencia
femenina); ¿cómo queremos que Madre Natura se controle y
nos trate bien?
Ella
es simplemente un reflejo de nosotros.
Si
por el contrario, nuestra visión de la vida y nuestro comportamiento
en las diferentes situaciones, apuntaran hacia lo armónico, hacia
la correcta convivencia y hacia la paz; pues Madre Natura
tenderá a hacer lo mismo. Es así de sencillo.
Por
lo tanto, cuando veamos que la naturaleza atenta contra nuestro
bienestar o nuestra existencia (a lo mejor por fenómenos naturales y
catástrofes) deberíamos de inmediato revisarnos nosotros mismos.
¿Respetamos en nuestras vidas incluso las mínimas
normas de convivencia entre nosotros?
Seguramente
nos daríamos cuenta de que ya llevamos rato atentado nosotros mismos
contra nuestro propio bienestar personal y
grupal.
Y
controlar nuestra escenecia femenina para que Madre Naturaleza no se
descontrole, no se refiere a respectar normas que nos convienen de
forma personal o discrecional. Se trata de apegarnos a lineamientos
de vida que favorezcan a la gran mayoría de nuestros semejantes, sin
detrimento de nadie.
Si
hacemos algo bueno para alguien pero malo para otros, no estamos
haciendo nada; eso es descontrol. En este caso no esperemos que
nuestra realidad sea armónica.
Pero
ante lo dificil de complacer a la mayoría, hay una solución
salomónica por donde debemos
comenzar: no busquemos primero que
las cosas de afuera mejoren,
busquemos mejorar dentro de nosotros antes de
esperar que el mundo se arregle y que Madre Naturaleza nos bendiga.
Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera.
Dios
les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
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Madre naturaleza, natura, desastres, terremotos,
temblores, huracanes, escencias, masculina, femenina.