Autor:
ShaniShaktiAnanda
El
Dios Creador, el Uno, tuvo que dividirse en dos para poder crear este
universo dual como lo conocemos: de masculino y femenino, de frio y
caliente, de conveniente e inconveniente, de luz y sombra, de
construcción y destrucción, de calma y fuerza.
Cuando
hablamos de Tantra como proceso energético-espiritual, estamos
hablando de la unión de esa misma dualidad para poder volver a ser
Uno.
Y
en una de las manifestaciones del Tantra conocidos en como Tantra
Rojo, la relación sexual entre una escencia masculina muy pura y una
escencia femenina muy fuerte representa el acto de magia más
importante de todo el universo creado.
Un
acto de magia que en su versión más simple permite que un alma
reencarne y venga a formar a un ser humano. Me refiero a la
concepción.
Si,
digo que el proceso de concepción es un proceso sencillo, que no
requiere de mucha pureza ni de mucha fuerza para llevarse a cabo.
Cuando hablo de magia real, es difícil imaginar lo que se puede
conseguir en ese momento.
Recordemos
filosofías espirituales antiguas, como se mantienen dentro del
hinduismo. Recordemos el simbolismo de Maa Kali y Lord Shiva cuando
la primera luchaba contra Mahishaasura.
Maa
Kali se servía de toda su escencia femenina para conseguir lo que
deseaba; y dentro de su pasión realmente destructiva, Lord Shiva
tuvo que apelar a su escencia masculina pura para aplacar esa energía
de creación de Maa Kali hacia el equilibrio del universo.
Este
proceso es totalmente místico; ya que se entiende y se mueve por
todas las Leyes Universales. Detallaré solo la Ley de Atracción.
La
Ley de Atracción se operacionaliza gracias a la energía del
Swadhistana (energía femenina), que va aumentando en la escencia
femenina dentro de una relación sexual, mientras vaya acumulando
excitación gracias a la acción de la escencia masculina. Mientra
más excitación produzca la escencia masculina en la femenina, pues
más poderosa llegará a ser la escencia femenina con respecto a
creción.
En
cumbres máximas de excitación (de energía de creación), la
escencia femenina se convierte en una manifestadora perfecta
(literalmente en una Diosa), y todo lo que desee comenzará a ser
parte de la realidad.
Pero
esta fuerza creadora máxima manejada por una escencia femenina
perfecta puede llegar a desbordarse; y en una vorágine de
sentimientos no controlados, comenzar a crear aspectos de la realidad
que sean excluyentes entre sí (que no puedan existir a la vez). Esto
obligaría a que el mismo universo se derrumbe para reconstruirse;
produciendo desastres en aspectos de la realidad donde no se quería
impactar.
Pero
junto antes de que eso pueda comenzar a pasar, en e mismo acto
sexual, la escencia masculina debe utilizar toda su energía
espiritual para aplacar (enfriar, calmar, sosegar, complacer, volver
a tierra) a la escencia femenina a punto de desbocarse. Recordemos
que debe ser una escencia masculina pura; la masculinidad no puede
ser entendida por “la hombría” humana
En
este punto final de la relación sexual, es donde ambas escencias
experimentan el orgasmo que no se queda en la sensación máxima de
placer físico.
Para
que esta excitación (de la calidad necesaria) se produzca en la
escencia femenina, esta misma debe sentir una atracción
“incomprensible e indescriptible” hacia la escencia masculina
involucrada. No es cualquier atracción física, ni sexual, ni
gustos, ni preferencias. La escencia femenina debe sentir una
sensación de entrega y sumisión total ante ESA escencia masculina.
Esta entrega y sumisión debe estar construida por los dones
espirituales desarrollados en el escenario correcto, en particular:
desapego, servicio y agradecimiento.
Y
en lo que respecta a la escencia masculina perfecta, esta misma
calidad de perfección lo lleva a ser extremadamente cuidadoso y
cauteloso en su desempeño sexual y en las relaciones que aborda. De
hecho, una medianamente buena escencia masculina no es la que se está
procurando sexo apenas aparezca la oportunidad, ni la que le es
difícil controlar sus instintos a pesar de que las ganas y las
posibilidades sean muchas. Él mismo sabe lo peligroso que puede
llegar a ser si se excita a una “escencia femenina no pura” hasta
el punto de manifestación máxima por Ley de Atracción. Peligroso
para todos.
Una
“escencia femenina no pura” es aquella cuya energía del
Swadhistana depende o está “comprometida” de cosas no puras. Y
la dependencia del Swadhistana se refiere tanto al malestar como al
bienestar. Si algo “no puro” te da bienestar o malestar, tu
energía de Swadhistana, relacionada con tu escencia femenina, “no
es pura”.
La
pureza de las escencias tienen mucho que ver con la capacidad de
someterse a lineamientos espirituales, más a manifestaciones
humanas. Las escencias se refieren más al aspecto espiritual que
humano/mental/emocional.
Si
este proceso tántrico sexual se lleva a cabo de forma correcta, se
está emulando el mismo proceso de creación del universo; donde se
pueden producir o alterar la realidad a menor escala de lo que Dios
logró cuando creo el Universo.
Esto
es realmente magia; no me refiero a conjuros, no me refiero a deseos
cumplidos personales; me refiero a alteración de la realidad hacia
realidades nuevas y diferentes según la propia voluntad, inclusive
pasando sobre voluntades humanas (no divinas).
Precauciones.
Pero
esto que explico aquí no es una invitación a mantener relaciones
sexuales ilusorias; ni es una invitación a creerse todopoderosos por
tener orgasmos; y muchos menos es un conocimiento suficiente para
decir que ya se sabe lo que es Tantra Rojo.
La
práctica de Tantra, la cual va muchísimo más allá de una relación
sexual, es un proceso que requiere no solo de conocimiento real (no
este que acabo de dar como una presentación), sino que necesita de
una preparación apropiada en toda nuestra integralidad del ser.
Si
le llega a practicar el sexo con una energía inapropiada, puede
llegar a destruir nuestra realidad y la circundante. ¿O es que acaso
muchos no podrían decir que una relación sexual inapropiada en el
pasado no les destruyó la vida? Esto sería solo una muy pequeña
muestra.
Más
allá del conocimiento necesario y de la preparación indispensable,
el punto de mayor cuidado es la pureza de las escencias implicadas.
No
hablo de “buenas” escencias femenina y masculinas, hablo de
escencias PERFECTAS para poder llegar a la categoría de magia a la
que me refiero; sobre todo de la escencia masculina, que es la que
debe poner el freno a la fuerza de la escencia femenina pura.
Si
la escencia masculina no es la apropiada, los estragos producidos por
la naturaleza de la fuerza de la escencia femenina pueden ser
inimaginables; no solo en el plano físico humano, sino en planos
sutiles (energéticos, astrales, kármicos y espirituales).
Pero
NUNCA se puede evaluar una escencia masculina o femenina apropiada
mediante parámetros humanos: no es necesariamente un buen hombre o
una buena mujer, no es necesariamente un buen trabajador o proveedor
o ama de casa, no es necesariamente un hombre o mujer creyente, no es
necesariamente alguien de buenos sentimientos, no es necesariamente
alguien muy fuerte o recto. Es un conjunto de todo lo anterior, más
aspectos espirituales particulares (no religiosos) que se deben
preparar antes de poder siquiera asumir un comienzo de trabajo
tántrico.
No
explico más aquí, porque este documento no es para todo el mundo.
Solo entenderán correctamente los que tengan el mínimo contexto
necesario.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
482AS. (26 de abril del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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