Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Muchas
personas creen que el éxito está condicionado por la acción; y
esto no es totalmente cierto.
Si
te mantienes haciendo cosas (esforzándote) con sentimientos
difíciles en tu corazón, el resultado será desastroso. En cambio,
si mantienes buenos sentimientos, el éxito puede llegar incluso sin
mucho esfuerzo.
El
asunto entonces es darnos cuenta si nuestros sentimientos son buenos
o difíciles; más allá de si hacemos mucho, poco o nada.
Acoto
que nunca digo “sentimientos malos”, prefiero decir “difíciles”;
ya que muchos sentimientos difíciles pueden parecer buenos; pero aun
así nos complican la vida.
Coloco
un ejemplo.
Lo
que la gente llama un sentimiento de "esperazanza",
parecería algo noble; y definitivamente lo es. Pero hay que ver
desde cuál energía nace esa esperanza que sentimos.
Esa
"verdadera energía" que da origen al sentimiento, es en
realidad el “verdadero sentimiento”. Al contrario, lo que
expresamos como “esperanza” en este caso, puede ser un
pseudosentimiento.
El
término de pseudosentimiento ya lo he tratado ampliamente, pero lo
resumo de esta manera: “pseudosentimientos
son aquellas sensaciones que podemos confundir con nuestros
sentimientos, pero que no salen de nuestro corazón, sino de nuestra
mente.”
Cuando
alguien siente la “esperanza de que algo va a mejorar”, ¿qué
tiene verdaderamente en su corazón? ¿Qué energía genera esa
“esperanza”?
Una
persona puede expresar esperaza cuando: se siente mal por alguna
situación actual y le gustaría que fuera diferente; o tiene miedo
de que algo vaya a salir mal; o está angustiado de cómo vaya a
terminar un hecho.
En
estos casos esa “esperanza” es un pseudosentimiento y está
naciendo de un malestar actual, de un miedo, de una angustia o de la
incertidumbre. Estos últimos son los verdaderos sentimientos detrás
de la “esperanza”: el malestar, el miedo, la angustia o la
incertidumbre.
Por
eso, la esperanza (como pseudosentimiento) es un sentimiento difícil
aunque parezca muy bueno; y como tal puede producir desastres, o en
el mejor de los casos no llegar a lo que esperábamos.
Otro
de los ejemplos típicos es “la búsqueda de justicia”, el cual
parece un super-sentimiento altruista.
¿De
dónde puede nacer una “necesidad de justicia”? Pues de una
inconformidad, de una indignación y hasta de una rabia; que busca
que algo sea resarcido, corregido, penado, etc.
La
“necesidad de justicia” no es más que un pseudosentimiento que
nace desde los sentimientos reales de inconformidad, indignación y
rabia.
Los
importantes sentimientos.
¿Pero
por qué son importantes los sentimientos verdaderos o reales?
Desde
un punto de vista holístico sabemos que cada uno de nosotros
condiciona su propia realidad (somos co-creadores de nuestra
realidad). Y este condicionamiento responde no solo a nuestras
acciones, sino a leyes universales que responden directamente a
nuestros sentimientos.
Al
igual que el concepto de pseudosentimientos es algo nuevo que debemos
comenzar a manejar; hay mitos de la “nueva era” que nacen desde
un mal entenimiento de las leyes universales que se conocen desde
siempre.
La
conocida Ley de Atracción responde a lo que sentimos; no a lo
decimos ni a lo que pensamos. Y la misma Ley del Karma, aunque se
conozca como “acción y reacción”, responde a los sentimientos
que sienten los demás gracias a nosotros. Siempre son los
sentimientos.
Si
condicionamos nuestra realidad con el pensamiento, pues cualquier
“esfuerzo mental”, cualquiera “buena intención”, diera
siempre buenos frutos; y sabemos de sobra que no es así.
Cuando
se apuntan “éxitos del pensamiento positivo” tendríamos que
sincerarnos y contabilizar también los fracasos; las veces que
“pensar positivo no ha servido de nada”. Si lo hiciéramos nos
diéramos cuenta que los éxitos y los fracasos se enmarcarían solo
en un asunto de probabilidades.
Pero
si comenzamos a monitorear y controlar nuestros “sentimientos
verdaderos”, definitivamente se inclinaría la balanza con mayor
acierto. Nos sentimos mal: condicionamos realidades malas; nos
sentimos verdaderamente bien: condicionamos realidades buenas. Es
ley, no hay letras pequeñas.
Aún
la acción sirve
Pero
la acción aun es válida; ya no para condicionar nuestro éxito,
sino para hacer realidad lo que vaya a suceder.
Recordemos
que “en este universo nada se destruye, solo se transforma”; y
las cosas que nos suceden no son más que la transformación de la
“acción esforzada” que ponemos en conseguirlas.
Así
que la acción aun es importante, pero el éxito final estará
matizado por nuestros sentimientos.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
03 de agosto del 2015.
Twitters:
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@AdamaConsc
Palabras-claves:
acción, sentimientos, pseudosentimientos, ley de atracción, karma
Gracias Maestro... muy claro. un abbrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por este artículo Maestro... sin duda aclara muchas cosas y nos recuerda otras tantas... Aunque es difícil controlar nuestros sentimientos, es de suma importancia lograr hacerlo para así condicionar nuestra realidad de manera positiva...
ResponderEliminarMuchas gracias
Namasté
Namasté. Muchas gracias Maestro por este artículo. Existe una línea muy sutil entre el verdadero sentimiento y el pseudosentimiento. Por esto mismo en lo que debemos accionar es en mantener un corazón limpio en el que reine el sentimiento más sincero posible.
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