Autor: ShaniShaktiAnanda
No se ha terminado el período evolutivo que comenzó en el 2021 denominado el Año de los Devotos; así que continúa esa oportunidad. Las energías y la escencia del Maestro están suficientemente asentadas en el plano astral para masificar el impacto espiritual de quien lo honra. Se obtendrán beneficios aún con menos esfuerzo. De allí los devotos.
Además, los devotos actuales, a pesar de la noción de que tendrán menos ganancia espiritual, están haciendo igual o mayor esfuerzo que muchos discípulos. Se puede comenzar a pensar en promover.
Pero ya están establecidas y determinadas las energías evolutivas que comienzan en este 2022, no solo para el planeta Tierra, sino para la mayoría del Universo (en realidad comenzaron los meses finales el 2021, como suele suceder)
El año de las decisiones
El
2022 marcará o evidenciará fuertemente un vacío sentido por muchas
personas, que únicamente se podrá llenar con el esfuerzo en ser
correctamente espiritual.
Pero ese vacío que evidenciará el 2022, viene de lo más profundo de nuestro Ser, y por lo tanto debe ser llenado por algo que decidamos hacer desde lo más profundo de nuestro Ser. No vendrá solo, nunca ha venido solo.
Por esto, las energías evolutivas de este año 2022 lo definen como el “Año de las Decisiones”; decisiones que por supuesto deben guiar a la acción, no se deben quedar en solo decisiones. En realidad es un comienzo de período donde todos están llamados a tomar las decisiones más acertadas para el alma espiritual de cada uno.
Gerencialmente, desde el plano terrenal, las decisiones siempre son buenas por el solo hecho de tomarlas. Pero espiritualmente hay decisiones que puede ser mejor no tomarlas. Así que tomar decisiones alejadas de lo espiritual es lo peor que se puede hacer durante este período.
Tomar decisiones hacia el espíritu no es lo común en esta era de la humanidad (Era de Kali – Kali Yuga). Analicemos un poco.
Hoy en día, las decisiones se toman en función de carencias terrenales:
Decidimos trabajar, dedicar más tiempo al trabajo, emprender negocios, estafar, robar, dormir menos... en función de carencias económicas (terrenales).
Decidimos estudiar, formarnos, teorizar, analizar, probar nuevos esquemas de pensamientos... en función de carencias de entendimiento (mental-terrenales).
Decidimos establecer relaciones de amistad o de pareja sexuales con muy escaso o limitados argumentos de escogencia, hacer decretos positivistas, afiliarnos a personas o instituciones nada trascendentales... en función de carencias emocionales (terrenales).
Decidimos trabajar por el bienestar terrenal, promulgarlo, procurarlo, defenderlo y nombrarlo como un derecho divino, incluso soñarlo y fantasear con él... debido precisamente a una carencia de dicho bienestar en esta tierra y de una insatisfacción que nunca será colmada por lo terrenal (terrenal).
Incluso, tomamos decisiones de vida en función de mensajes del mas allá, de sensaciones fantasiosas, de visiones, de supuestas premoniciones, ángeles y demonios, seres de luz y seres de sombra, principalmente por una carencia de destrezas para asumir correctamente las situaciones de vida (terrenal).
Y estas decisiones no son malas por sí mismas. Pero la madurez enseña que la satisfacción de estas carencias terrenales no es suficiente para satisfacer la carencia principal que viene del alma espiritual. Y en los momentos de dificultad, se sigue sintiendo ese vacío, aunque se esté rodeado de esas metas terrenales.
Y es lógico que un Ser álmico-espiritual no se llene con metas terrenales que nacen de decisiones terrenales, decisiones que no van hacia el espíritu. Son vibraciones totalmente diferentes.
Entonces, se debería balancear la toma de decisiones más a favor de nuestra alma-espiritual que de nuestros asuntos terrenales. Si no se hace así, se vivirá eternamente insatisfecho y frustrado.
¿Por qué un período especial?
Pero uno se podría preguntar: ¿qué hace de especial a este período para tomar decisiones hacia el espíritu, si las mismas se han debido tomar siempre?
Como se observa, las decisiones no espirituales (aquellas tomadas por carencias terrenales), son sencillas de tomar en esta era donde lo terrenal es lo que reina. Es lógico, además de social y culturalmente correcto, tomar decisiones con metas principalmente terrenales. Pero no es siempre lo amas afortunado para tu ser.
Llevar la vida tomando decisiones y acciones en funciones del espíritu (posiblemente con frutos no inmediatos o no evidentes) marca conductas “extrañas” para esta sociedad. Estas conductas “extrañas” parecen conductas disociadas de la realidad para el común de las personas (personas nada espirituales).
Literalmente, eso de vivir espiritualmente siempre ha sido un “nadar contra de la corriente”.
Pero estamos en un período especial, un período evolutivo. Estos períodos se presentan periódicamente (valga la redundancia) y en ellos se van manifestando energías o vibraciones que facilitan la evolución de los seres álmico-espirituales a nivel universal. Lo que en cualquier momento puede resultar difícil y muy cuesta arriba; en el período evolutivo apropiado se lleva mucho más fácil y con menos inconveniente: nunca creyendo que las cosas se van a dar solas.
Y se debe recordar que el hecho de llevar al vida decidiendo en función de Dios y no en función de carencias terrenales, es parte de la evolución espiritual (álmica-espiritual).
¿Acaso no es lógico que un ser espiritual decida en función de Dios lo que hace o lo que quiere vivir, en vez de decidir en función de sus carencias terrenales?
Decisiones correctas
Las decisiones que se tomen a partir de este año, deberán estar planteadas con Dios por delante. Esto significa que ante cualquier decisión que vayas a tomar, lo que te toque hacer allí y la forma de hacerlo, no debe apartarse de las conductas y actitudes que Dios espera de ti y en realidad todos. No hay diferencias entre lo que Dios espera de ti y lo que Dios espera de los demás.
No puedes confundir tus roles de vida con tu misión de vida. Los roles de vida los marcan las circunstancias particulares de tu vida. La misión de vida es única para todos; comportarse como Dios lo ha estipulado, para así acercarte o llegar a Él. Nuestras conductas espirituales son el requisito para acercarnos a Dios o para que Dios se acerque a nosotros. SI quieres revisa lo que el mismo Jesucristo dijo:
Juan 14:23 (TLA)
Jesús le contestó:
—Si alguien me ama, también me obedece. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él.
Muchas veces, las decisiones a tomar desde el enfoque de “poner a Dios por delante” (basadas en nuestras conductas obedeciendo a Dios), no se identifican fácilmente.
Pero puede haber una visión más general a la hora de decidir en función de Dios. Esta visión se relaciona con la distribución de nuestro tiempo y de nuestros recursos. Debemos estar conscientes del tiempo (y recursos) que dedicamos para conseguir nuestras metas terrenales y el tiempo (y recursos) que dedicamos a las cosas que nos acerquen a Dios.
Las decisiones generalmente serán correctas, si nos aseguramos que una porción mayor de nuestros tiempos y recursos la utilizamos en actividades que nos acerquen a Dios, aunque no nos lleven a metas terrenales inmediatas. Debería ya estar claro en el conocido pasaje bíblico:
Mateo 6:33
“Más bien (antes de afanarse en preocupaciones terrenales), busquen primeramente el reino de Dios y su justicia (busquen agradar y estar más cerca de Dios), y todas estas cosas (... terrenales que necesitan) les serán dadas por añadidura (sin mucho esfuerzo adicional).”
Con este versículo siempre se ha podido establecer que si tomamos una decisión y el llevarla a cabo nos cuesta mucho, posiblemente fue porque la tomamos sin considerar a Dios; lo que es lo mismo decir que la tomamos abandonando las conductas que Dios espera de nosotros. O a lo mejor, tomar esa decisión nos llevó a abandonar las actividades que nos acercaban a Dios; a dedicarle menos tiempo.
Las decisiones tomadas desde tus necesidades humanas (carencias terrenales), siempre serán las de menos provecho para tu Ser (en realidad siempre lo han sido); si bien se aceptan que asumirlas puede también ser importante. Por eso, la dedicación de tiempo y recursos resultan parámetros de medición aceptables.
Si se da el caso de que debes abordar asuntos terrenales impostergables, vas a tener que sacar tiempo (posiblemente optimizando algunas cosas) para darle siempre una mayor proporción a Dios. Es tu decisión.
En el momento en que tus decisiones le resten tiempo a Dios, sabrás que lo estás haciendo mal. En este caso, una mínima autoevaluación puede ser suficiente.
Mantener el tiempo para Dios
Para los que ya están en escenarios espirituales, la evaluación de si sus decisiones son por Dios o por lo terrenal sería sencilla.
Si uno se encuentra dejando actividades que te acercaban a Dios, por asumir más actividades enfocadas a tus carencias terrenales; sabrás que estás en la forma incorrecta de vivir.
Pero si te encuentras en la obligación de acometer más asuntos terrenales y por ende tienes que dedicarles más tiempo y esfuerzo a ellas; la solución sería sacar más tiempo y esfuerzo que antes para dárselo a Dios.
Podrás decir que tanto el tiempo como el esfuerzo son limitados y no es posible sacar más de ambos tanto para lo terrenal como para Dios. Y en realidad es cierto.
Lo que deberás hacer es gestionar mejor tu tiempo y podar actividades terrenales que no sean parte de esas metas terrenales. Deberás renunciar a algunas “necesidades terrenales satisfactorias” para tener más tiempo para dedicarle a Dios. Lo sentimos, es la forma correcta de vivir sin desviarte de Dios.
Si estás intentando preferir a Dios sobre todas las cosas
Si estás comenzando un camino de vida espiritual o un camino de crecimiento espiritual, seguro tienes las mejores intenciones para hacerlo. Pero debes tener cuidado; el camino no es corto ni fácil. Como todo en la naturaleza, las buenas cosas toman tiempo.
La inmediatez es enemiga de lo espiritual; las soluciones mágicas también lo son.
Así que el comienzo de esa decisión acertada por Dios se puede ver torpedeada por la ansiedad, por las expectativas a corto plazo y por la gente que te rodea, que seguramente no comulguen con tus decisiones.
Aún se mantiene la máxima de “construir tu espiritualidad, sin destruir tu terrenalidad” (sin contar las cosas que sí deban ser cambiadas); pero aún así no será fácil.
Constancia, perseverancia y paciencia en este camino, Esto de preferir a Dios sobre todas las cosas implicarán muchas otras decisiones acertadas.
Si aún no te decides por agradar a Dios
La idea ingenua de que Dios no necesita ser agradado por nadie, se derrumba de forma muy sencilla con una lectura básica de cualquier escritura sagrada. Es una idea inmadura, espiritualmente hablando, eso de que Dios no espera nada de nosotros.
La idea de que Dios no nos pide nada (más allá de ser felices) deja de ser una idea inmadura y pasa a ser peligrosa para quien la tiene.
En realidad, ambas ideas son tristes porque te quitan la posibilidad de tomar decisiones con Dios por delante. Y si no tomas decisiones hacia Dios, las va a hacer hacia lo terrenal. No hay puntos medios; y ya sabemos que las decisiones en función de carencias terrenales no siempre nos lleva a feliz término.
También es ingenuo decir: “me afano tanto en cosas terrenales como en cosas espirituales por igual.”. Solo hay que recordar:
Mateo 6:24 NVI
24 »Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas (cosas que consigues con tu afán terrenal).
Pero una vez que entiendes que Dios debe ser lo primero, sabes que debes comenzar a incluirlo en tus decisiones.
Mateo 22:35-38 RV60
35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento.
Si de verdad amas a alguien, no dejas de considerarlo en todo lo que haces. Tus decisiones siempre se basan en aquello que amas. Si tus decisiones se basan en tus carencias terrenales, pues es evidente que amas más a lo terrenal que a Dios.
Si amas a Dios, todas tus decisiones deben ser evaluadas en función de que tus acciones, conductas y actitudes estén acordes a lo que Dios te pide.
¿Qué más tienes que pensar? ¿Seguirás viviendo ( seguirás tomando decisiones) en función de tu terrenalidad? A partir de este año 2022 no te conviene.
¿Qué otras cosas implican tomar decisiones?
Partes de las decisiones importantes a tomar por Dios en este nuevo período, se enmarcan palabras como:
Reconsiderar
Restablecer
Refundar
Recuperar
Retomar
Recomenzar
Restituir
Restaurar
Replantear
Reorientas
palabras todas que implican nuevas oportunidades. Pero debemos recordar que estas nuevas oportunidades son siempre en función de Dios como meta de nuestros esfuerzos.
Puede haber decisiones que impliquen acciones aparentemente muy terrenales; pero si está decisión tiene como meta fortalecer tu vida espiritual, tu acercamiento a Dios o preferencia por Dios, pues serán decisiones apropiada.
También este año comienzas las oportunidades de deshacer aquellas decisiones previas que no consideraron a Dios. o de tomar aquellas decisiones por Dios que no tomaste en su oportunidad.
Las energías del 2021 vienen a dar a todos oportunidades de volver; con el reconocimiento necesario de acción incorrecta o de inacción. Si vienes con la actitud correcta y con el replanteamiento correcto, todas las puertas las tendrás abiertas: siempre que sean decisiones en función de Dios.
¿Pero cómo podría comprenderse todo esto más fácil?
Decir que tus decisiones deben apegarse a las conductas que Dios espera de ti, puede resultar aún confuso para la mayoría de las personas. Muchas de ellas aún no conocen las conductas que Dios espera de ellas.
Hay una forma diferente de explicar la forma correcta de tomar las decisiones.
Es obvio que una decisión se toma porque se quiere enrumbar la vida hacia un camino particular; porque se quiere crear una realidad personal satisfactoria, o se quiere cambiar una existente para mejor.
Y se cree erróneamente que las decisiones tomadas únicamente “con la cabeza” van a dar frutos óptimos. Puede ser que sí como que puede ser que no. Ustedes saquen su propio balance con las decisiones que han tomado en sus vidas; probablemente no sea muy alentador.
Cuando se habla de crear nuestra realidad, se ha sabido siempre que eso se hace con nuestros sentimientos. Falsos profetas han vendido que tu pensamiento crea tu realidad y muchas personas han caído en el engaño y han comprado esa idea. Siento mucho si eres uno de ellos.
Si somos espirituales y le damos crédito a Dios en la creación de nuestras realidades, debemos descubrir la manera en que Dios “nos oye”, para así Él enterarse qué queremos en realidad. Nuestra Santa Biblia lo dice muy claro:
1 Samuel 16:7 (NTV)
Pero el Señor (Dios) le dijo a Samuel:
—No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.
Dios escucha (mira) únicamente los corazones
Ahora se darán cuenta de que nuestra conversación con Dios nunca ha sido mental sino emocional. Si Dios oye en nosotros sentimientos armónicos, pues el Universo nos dará una vida armónica. Si por el contrario Dios escucha sentimientos complicados, pues nuestra vida será complicada.
Es por eso por lo que a la hora de decidir por una cosa u otra, tendremos que evaluar no solo cómo están nuestros sentimientos, sino como pueden llegar a estar luego de haber decidido y actuado bajo dicha decisión.
Si queremos decidir algo para procurarnos una vida plena y estable; debemos asegurarnos que sea cual sea la decisión que tomemos, debemos poder mantener una estabilidad emocional encomiable.
Nunca deberíamos decidir por algo que potencialmente puede afectarnos negativamente de forma emocional. Esa sería una mala decisión.
Entonces, toda buena decisión (y en particular en este 2022) se debe hacer tomando en cuenta el corazón. Debemos evaluar nuestra estabilidad emocional a corto, mediano y largo plazo, ante cualquier acción que vayamos a llevar a cabo. Nunca tomemos decisiones que puedan tener el potencial de afectarnos emocionalmente de forma negativa. Terminaremos mal. (SSA)
Ahora, podrían decir que esa evaluación a futuro de nuestras emociones resulta tanto o más complicada que la evaluación de las conductas que Dios espera de nosotros. Cada quien escoja lo que le sea más sencillo.
La lucha se intensifica: mente vs corazón
Cuando ya tenemos los argumentos espirituales para tomar las decisiones considerando más el corazón que la mente (sin excluir esta última totalmente), comienza entonces a acentuarse la guerra entre la mente y el corazón.
Desde hace varios siglos (y mucho más en nuestra era moderna) la mente ha dominado la vida de la humanidad. La lógica (la mayoría de las veces subjetiva), lo intelectual (muchas veces mal aprendido), la razón (siempre de parte de unos y en contra de otros), la ciencia (soberbia a la hora de dar su brazo a torcer) son algunos aspectos de esa mente. Pero cuando a esta mente se le ven las costuras, ella se defiende con todo lo que puede: inclusive con argumentos “inteligentes”, ataques, descréditos y agresiones.
La mente siempre ha gustado de actuar sola, denigrando de esa sabiduría que aflora desde el corazón. Y por otro lado, a pesar de que se dice que el mundo va de mal en peor; nunca se saca la conclusión obvia de que si este mundo es eminentemente mental, pues es la mente la que nos lleva de mal en peor.
La mente es muy útil para evaluar que las opciones, entre las que vayamos a decidir, no atenten contra nuestra integridad personal ni la de nadie; pero hasta allí. Unas vez hecha esa evaluación, las decisiones las debe tomar el corazón; la mente se debe callar.
La mente también debe avaluar constantemente que se mantenga la integridad; es un buen guardia de seguridad. Pero ni siquiera un buen guardia de seguridad toma las decisiones importantes en una empresa. Tu vida es tu empresa.
¿Se le consulta a la mente? Sí, pero las decisiones se toman a un nivel mal alto, apuntando al equilibrio emocional.
El poder y el mundo.
La mente siempre busca el poder para así dominar, controlar, condicionar; a toda costa. Si no se lo dan lo arrebata, engaña y manipula. Los sentimientos no necesitan de esas cosas para ser superiores.
En el mundo, en estos últimos años, hemos visto que el poder unilateral se está tratando de establecer a toda costa; en todos los ámbitos. Hay personas y grupos muy “hábiles” mentalmente, los cuales, bajo argumentos “discutibles emocionalmente”, buscan convencer para dominación a otras personas.
Pero la tarea se ha venido haciendo maquiavélicamente bien por décadas. Primero se inventó la supremacía de la mente, desde todos sus aspectos (inclusive el científico); luego, esa supremacía se vendió de forma engañosa y lamentablemente la mayoría de las personas compraron esa idea. La idea de que la mente (el pensamiento) crea tu realidad, es un absurdo del tamaño de una montaña; y es un absurdo conocido desde que el hombre es hombre, pero por personas que no se han dejado engañar.
Una vez que las personas compraron la idea de la supremacía de la mente, ha sido muy fácil engañarlas. Los que buscan el poder usan argumentos como: es lógico, es científico, muchos pensadores lo dicen, “ya yo pensé por ti” ahora simplemente debes hacer caso.
Aclaro, no estoy en contra de la ciencia; solo cuestiono cuando se usa con argumento conveniente de conseguir el poder.
Por todo esto, serán muchas y cada vez más duras las batallas entre la mente que se quiere imponer y el corazón que es la fuente real de sabiduría. Prepárate, vencerá quien de verdad entienda y honre el hecho de que Dios se fija únicamente los corazones.
Batallas como: “sí, suena lógico, pero es que yo siento que...” terminan en descrédito, con etiquetas de ignorantes, descuidados, retrógrados, casi que asesinos.
En algún momento, el corazón se logrará imponer a la razón, sin erradicarla. Ese es el mundo que todos buscan, pero que nadie tiene consciente.
Este mundo podrá comenzará en este 2022, siempre y cuando las personas comiencen a escuchar verdaderamente sus corazones, aprendiendo primero a identificar lo que realmente sienten, sin que la mente les sabotee (sin pseudosentimientos). Luego vendrá el trabajo de controlar dichos sentimientos.
¿Pero si los sentimientos son tan buenos, porque hay que controlarlos? Porque la mente los saboteará. A ella no le conviene que los sentimientos reinen. Será la batalla no ya para dominar, sino para demostrarte que los sentimientos se equivocan.
Plasmo estas líneas y siento que no logro explicar lo complicado que será. Sólo les pido que no traten de hacer esto solos. Se deben apoyar por buenos terapeutas y de ser posibles por maestros espirituales reales, que apunten verdaderamente hacia lo espiritual, no hacia el simple, temporal e intrascendente bienestar terrenal.
Un buen maestro espiritual desarmará a tu mente (le quitará las armas) y podrás darle paso a los sentimientos. Luego, él mismo te ayudará a controlar los sentimientos, pero desde el espíritu. El espíritu es la instancia verdadera de control de todo ser.
Y no es la idea que ahora un maestro espiritual te controle. La idea es que él te proponga enseñanzas y escenarios espirituales; y tú mismo controles tu vida para poder participar en ellos.
Esta tarea no es nueva para un maestro espiritual, es en realidad lo que siempre ha hecho. Solo que ahora es más importante que nunca hablando desde las energías evolutivas de este 2022.
La mejor decisión del 2022
Y para finalizar, la mejor decisión a tomar en el 2022 pudiera será la de ponerte de pie, salir de tu zona de confort, acercarte a una maestra o maestro espiritual (verdaderos) y caminar junto a él (no detrás de él).
Sería una excelente decisión si de verdad sientes desde tu corazón que ese es el camino; o sientes a alguien como tu maestro espiritual.
La mente seguramente se opondrá y te dará decenas de argumentos para no hacerlo. Desde cuidado con las sectas, desde que no tienes tiempo, de que no lo necesitas, de que te pueden lavar el cerebro, desde que son charlatanes, desde que Dios ya está contigo, desde que no debes cambiar tus creencias (aunque en realidad nunca te hayan servido) y un largo etcétera.
Y si bien todos estos argumentos se deben evaluar con la mente, porque en algunos casos son ciertos, una vez ya pasado ese filtro, ojalá puedas tomar esa decisión. Será la mejor decisión que hayas tomado en tu vida.
Finalmente
El mundo sigue su camino de evolución, con aún muchas personas rezagadas, Recordemos que la verdadera Evolución es Espiritual. Y la espiritualidad se basa en que las conductas personales se atengan a los lineamientos de Dios.
Aún algunos fantasean con energías, mensajes, seres de luz, demonios y no han entendido siquiera que la verdadera lucha está dentro de cada uno.
La evolución viene de adentro hacia afuera; y es una lucha para erradicar esa necesidad de tanta terrenalidad que desaloja a Dios de la vida de cada uno.
Recuerden que ser espiritual no es pedirle a Dios cosas, ni darle las gracias, ni rezar, ni decir que se le ama. Una persona espiritual lucha por cambiar su visión de la vida, sus acciones y reacciones ante el mundo, adoptando las conductas que Dios espera.
Dentro de nuestro proyecto que llevo a cabo, los discípulos y devotos ya tienen las instrucciones para este año y deben recuperar dichas instrucciones y actuar.
Para el resto de las personas, la decisión de cambiar su vida está entro de cada uno; pero no en la mente, sino en el corazón.
Entendamos, que un sentimiento legítimo seguramente sea algo que Dios quiera decirnos.
Dios les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
2204 AS. (13 de enero del 2022)
http://pagr777.blogspot.com/
http://cartelesmaestros.blogspot.com/
Instagram
@ShanisShaktiAnanda @EscuelaparaelAlma.ssa
Palabras-claves: 2022, energía, evolutivas, sentimientos, emociones, cambio, sanar, Dios, espíritu, decisiones, correctas