Autor: ShaniShaktiAnanda
Hoy en día está muy de moda el término de “persona tóxica”. Básicamente son aquellas personas con las que el trato interpersonal es difícil; con las cuales sentimos que nos cargamos de mala vibra; o simplemente nos incomodan (bajo cualquier argumento).
Se pueden destacar dos enfoques a la hora de lidiar con alguna de ellas. Un primer enfoque muy humano (lo que quiere decir muy poco espiritual) y otro enfoque más propio de personas con una noción de vida espiritual.
Enfoque humano: “culpar y retirarse”
Como si fuera algo caliente, algo maloliente, o simplemente algo desagradable a la vista, un enfoque muy humano es identificar ese algo que nos molesta y retirarnos o alejarnos de su influencia.
De forma natural, tendemos a reconocer la “mala influencia” de alguna persona en lo que llamamos “nuestra paz o tranquilidad”; y sin argumentos o con pseudoargumentos espirituales, nos apartamos.
Este enfoque es hasta cierto punto válido; ya que si no se tienen herramientas de vida para sacar provecho de algo, pues simplemente no tiene sentido estar cerca de ese algo.
Es mucho mejor este enfoque de retirarse que el enfoque que quedarse sufriendo la “toxicidad” de algunas personas, Y entrecomillo “toxicidad” porque veremos más adelante que en realidad puede no ser tal.
Al retirarnos, a veces se utilizan frases ingenuas como: “te amo y te perdono”, “te dejo vivir libremente”, “no tienes el poder de afectar a mi paz”, “soy un ser de luz que no se afecta por ti”, “te envuelvo en amor y te libero”, y cosas por el estilo.
Estas frases no son más que salidas “pseudoiluminadas” para sentirse espiritual ante un enfoque que no tiene absolutamente nada de iluminado.
¿Pero eso quieres decir que debo quedarme con una persona tóxica? Si no tienes las destrezas espirituales suficientes, absolutamente no. Si estás cocinando y no tienes guantes aislantes para sacar las cosas del horno, mejor no lo hagas porque te puedes quemar.
Enfoque espiritual: “reconocer y aprender”
En cualquier enfoque mínimamente espiritual, lo que nunca se debe hacer es “juzgar”a alguien. Juzgar implica señalar a alguien como el culpable o el responsable de nuestro malestar o de nuestras situaciones complicadas. Precisamente este juicio es el que se debe erradicar en cualquier doctrina espiritual.
Espiritualmente se establece (en realidad se aprende con la práctica de la enseñanza) que todo lo que te sucede tiene tu energía; llámala energía de karma o energía de corazón. Y estas dos energías tienen su origen en ti; en la forma espiritualmente asertiva o poco asertiva como te desenvuelves en las situaciones que vives o en las que has vivido.
Adicionalmente, desde un enfoque espiritual está muy claro que el trabajo de cada uno es interior. Hay que trabajar nuestros puntos débiles, nuestros condicionamientos negativos, nuestras heridas, nuestras “personalidades heribles”, nuestros demonios; y si nos damos cuenta, todos estos aspectos son “nuestros”. Estos asuntos internos, cuando se manifiestan, son los únicos protagonistas de nuestros malestares.
De esta manera, comienza el enfoque espiritual: “Espiritualmente, ese alguien que defines como tóxico es simplemente alguien que exacerba esos asuntos internos que tú tienes que trabajar en ti. Alguien tóxico no es alguien que te hace daño; es alguien que te muestra lo que tienes dañado.” (SSA)
Adicionalmente, se debería meter la noción personal que tienes de Dios. Vamos a sincerarnos: Dios te debe querer muy poco, si permite que se atraviesen en tu camino “personas tóxicas” que te hagan daño y de las cuales debas apartarte a cada rato.
Es más coherente con la visión espiritual “un Dios que te ama y que permite se te acerquen personas que evidencien (a través de tu malestar) las heridas que tienes, para que busques sanarlas.”
Con todo esto, el enfoque espiritual en el tratamiento de personas tóxicas es el de “reconocer” tu malestar y “aprender” a superarlo. Totalmente diferente al enfoque humano.
Cuando sanes tus asuntos, la persona tóxica dejará de serlo. ¿Acaso lo era antes?
Esta es la razón por la cual una persona tóxica puede serlo para ti y no para otras personas. Tú puedes tener asuntos que sanar diferentes a las otras personas.
Ahora bien, si estás tratando de hacer el abordaje espiritual de una persona tóxica y no tienes ni las herramientas ni los escenarios para sanar tus heridas internas, o para limpiar tus condicionamientos, o para matar a tus demonios; pues aléjate de esa persona. Pasa entonces al enfoque humano mientras te sigues esforzando para ganar altura espiritual.
Y ojalá que eso de ganar altura espiritual lo estés haciendo de forma correcta, de la mano de un maestro espiritual y no de forma solitaria y autoreflexiva.
Dios les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
2127 AS. (28 de octubre del 2021)
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Palabras-claves: personas, tóxicas, maestro, espíritu, espiritual, humano, personalidades, heribles, condicionamientos, demonios