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jueves, 28 de febrero de 2013

Los mercaderes en el templo

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Siempre se ha dicho que la Biblia es tan amplia y general que cualquiera puede utilizarla para argumentar casi cualquier cosa de casi cualquier manera.

Esto para mi es cierto, pero más allá de cualquier argumentación o interpretación de algún versículo o capítulo aislado, lo importante es la coherencia en el discurso; sobre todo cuando se utiliza como texto de enseñanza espiritual.

Difícilmente se puede entender de forma cierta ninguna enseñanza utilizando solo partes aisladas de información; pero hoy yo me voy a arriesgar a ello, con la esperanza de que este escrito sea una pieza más del rompecabezas para los que hayan venido escuchándome.

Comencemos por el principio:

S.Juan 2:13-17 RVR60

13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.

Cuando se trata de interpretar este texto, muchas veces encontramos resultados diversos que van desde la idea de que el mismo Maestro era capaz de desquiciarse por momentos, hasta la suposición de que Jesús detestaba y estaba en contra del Capitalismo. Sin demeritar ninguna de estas ideas, si tratamos de buscar consistencia de estas argumentaciones en el resto de la biblia, estas no se sostienen; no son coherentes con el resto de las enseñanzas. Por tanto, lo más probable es que ninguna de las dos argumentaciones sea la más acertada.

Tratemos esta escena en el contexto apropiado, desde el plano espiritual; y dejemos de lado por un momento lo terrenal. Como siempre, comencemos por descifrar los códigos o actores de esta enseñanza:

  1. Primero tenemos al Templo, este como morada de Dios, como lugar reservado para dedicarlo a Dios y donde se realizaba práctica espiritual.
  2. Luego tenemos a Jesús, al Maestro espiritual por excelencia; el cual tenía la misión como maestro de dejar en claro qué hacer para poder desarrollar la espiritualidad.
  3. Y finalmente tenemos a los mercaderes, que más que actores económicos, podrían estar representando a personas que se enfocaban a procesos mentales. Esta figura de mercaderes personifica a la planificación intencionada, a la negociación con diligencia y seguramente hasta con inteligencia, representa a quienes esperaban sacar el mejor provecho de las acciones que se ejecutaban, quienes además no hacían nada sin tener como meta un logro mayor. Todas estas actividades económicas representan procesos de “altas expectativas”: procesos donde se presupone que salen vencedores los más osados o los que tienen más recursos o más herramientas o más conocimiento.

Con estos grupos de actores tenemos muy clara la enseñanza dentro de un esquema que se sustenta en todos los otros párrafos de la Biblia:

El crecimiento del espíritu no se enfoca en procesos mentales e incluso se entorpece cuando se acompaña de ellos. En estos casos las expectativas de logro entorpecen el acceso a la morada del Espíritu de Dios donde es necesario entrar para trabajarlo (al Templo)” (PAGR2013)

En la enseñanza cristiana se invita al desapego de lo que normalmente percibimos (en nuestra mente): que Dios sólo oye los corazones y no ve las apariencias (lo evidente comprendido con nuestra mente); que debemos tener fe (certeza en algo que no vemos o entendemos con nuestro intelecto); que el reino de Jesús no es de este mundo (mental-lógico), etc.

Cuando se posee la creencia de que mientras más se tiene más se logra (a nivel espiritual), cuando asumimos que el más hábil o poderoso tiene más éxito (a nivel espiritual), o que mientras más se planifique más lejos se llega (a nivel espiritual); en esos casos no podemos alcanzar a nuestra parte sagrada, porque nos estaremos distrayendo en el patio del Templo con los mercaderes.

Así que el Maestro Jesús no se molestó con el hecho económico, no se molestó con los que lo ejercían, pero si se molestó con la idea de que invadamos nuestro espacio de trabajo espiritual con actividades que se aborden desde nuestras expectativas mentales.

El espíritu y el intelecto son dos cosas diferentes, no te equivoques en cuál trabajar si quieres llegar a Dios”. (PAGR2013)

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 28 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki

jueves, 14 de febrero de 2013

Tiempo de Cuaresma – Vivir hacia adentro

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Todo tiempo de cuaresma es un tiempo de reflexión, de interiorización, de aislarnos de nuestro exterior para mantener una consciencia interior mayor.

A lo mejor nosotros no podemos hacer como hizo nuestro Señor Jesús e irnos al desierto por 40 días, pero si podemos vivir ese tiempo en una actitud similar.

La cuaresma es preparación; preparación para algo grande. A nivel místico, cuando vamos a hacer o a estar en algo importante, debemos prepararnos enfocándonos en nuestro interior para que la sabiduría de Dios, del Universo, de nuestros Guías y Maestros nos iluminen y nos den las indicaciones finales para hacer lo que debemos según la voluntad del Padre.

Pero es en ese tiempo de preparación donde pulimos nuestras almas hasta el nivel apropiado para realizar la tarea. Y así como cuando limpiamos una pieza de cristal la vemos a trasluz y descubrimos manchas que había pasado desapercibidas; también en tiempo de cuaresma de nuestra alma aflorar sus miserias para que las podamos sanar hasta el punto necesario que no nos estorben en nuestra nueva misión.

El tiempo de cuaresma no es el inicio de alguna misión, sino el fin de una larga preparación; es un “pulir”, un “dar los toques finales” para que todo se realice perfectamente.

Y ¿qué mejor misión tenemos que la de vivir bien el resto de nuestra vida? Te invito a que en tiempo de cuaresma tratemos de:
  • Vivir hacia adentro: a enfocarnos en nuestro espíritu y no en nuestra sensorialidad (ayuno de nuestros sentidos).
  • Hacer prevalecer las emociones sobre la mente.
  • Guardar recato exterior: no buscar tantas satisfacciones y recompensas exteriores, así como las interiores.
  • No enfocarnos en el exterior: los problemas no vienen de afuera, sino de adentro.
  • Enfocarnos en el interior: la felicidad sí viene de adentro, no de afuera.
  • Oración y plegaria constante como una forma de conversación interna con consciencias superiores.
  • Reconocer nuestros errores y trabajarlos de adentro hacia afuera.
  • Reconocer nuestras virtudes y guardarlas en nuestro interior; así las tendremos cuando las necesitemos.
  • Limpiar nuestro interior de expectativas, dejándolo vacío para que quepan todas las bendiciones que vamos a recibir.
Estas pocas recomendaciones son suficientes para que nos preparemos a vivir una nueva etapa plena; dedicados a Dios no solo en alma sino en cuerpo.

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 13 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki

martes, 12 de febrero de 2013

Dones Espirituales - El verdadero trabajo Espiritual

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Si ánimo de ocupar espacios legítimos de otras prácticas, ni de suplantar funciones de nadie, desde finales de año 2011 comenzó a plantearse dentro de e-Reiki un escenario de crecimiento espiritual de corte místico con enseñanzas bíblicas (cristianas) que se denomina “Evolución Consciente” (EvolConsc -  http://www.evolucionconsciente.org.ve/)

EvolConsc se comienza a enseñar formalmente en enero del 2012 y como en todo esquema de enseñanza espiritual lo primero que se hizo fue plantear los fundamentos u objetivos principales que se mantendrían durante toda la enseñanza.

EvolConsc replantea la forma de presentar y trasmitir mucha de las enseñanzas místicas necesarias para que una persona (hija de Dios) pueda practicar hoy en día su espiritualidad. En un mundo actual tan convulsionado, la Fe muchas veces no se sustenta con facilidad en una realidad que le exige a las personas tener más certezas que esperanzas.

En estos tiempos la consciencia de cómo funciona nuestra vida, bien sea a nivel tangible como intangible, es importante para que el ser humano pueda utilizar su Espíritu (intangible) en su vida terrenal (tangible) y poder conjugarlos para vivir de forma integral y feliz.

Ya no se puede sustentar más la idea de división entre cuerpo y espíritu. Ya no es conveniente seguir considerando que nuestra espiritualidad es difícil de conjugar con nuestra terrenalidad. Más que nunca debemos saber que podemos (y es beneficioso) utilizar a nuestro Espíritu en asuntos terrenales y es la única forma de que nuestra vida valga la pena.

La integración entre el cielo y la tierra es tan importante que así lo plantea el hecho de que el mismo Espíritu - Hijo de Dios se encarnara (viniera a hacer cosas) en un cuerpo físico, nuestro Señor Jesús.

De esta forma, EvolConsc se plantea enseñar la unión entre cielo (espiritualidad) y la tierra (consciencia mental) para así permitir que cualquier “hijo de familia” tuviera un camino de acercamiento a Dios (a la Consciencia Suprema) que sea posible asumir sin abandonar su vida terrenal.

EvolConsc no es una religión, a pesar de que muchas de las enseñanzas que allí se plantean se interpretan de La Santa Biblia (doctrina cristiana-mística), sin dejar de honrar las coincidencias con otras religiones.

EvolConsc no es ni mejor ni peor que otros esquemas de enseñanza espiritual (eso lo podrían decir los que han participado de sus enseñanzas); solo representa las enseñanzas estructuradas de más de 38 años de vivencia y práctica espiritual del Maestro Pedro A. Gómez R..

Y en este esquema de enseñanza espiritual de Evolución Consciente se plantea un solo objetivo general:  

Enfocar nuestro fortalecimiento/crecimiento espiritual trabajando lo único que nuestro espíritu puede desarrollar: el conjunto de Dones Espirituales”


Trabajar estos dones como único objetivo define muy bien la tarea y hace mucho más factible el trabajo espiritual. Cuanto el objetivo no se precisa como pasa con otras prácticas, este trabajo parece inalcanzable.

Las definiciones de los Dones Espirituales como se plantean en EvolConsc son propias de este escenario de aprendizaje. Se han definido o redefinido para ello, se han argumentado y sustentado en conjunto, para que TODA la enseñanza sea consistente.

Estos dones se pueden parecer a los Dones del Espíritu Santo planteados en el catolicismo; y no son muy diferentes, pero sí se han ajustado algunos de ellos para conjugarlos en un ambiente más integral de enseñanza.

Este es, por tanto, el verdadero trabajo espiritual: el estudio y desarrollo de los dones espirituales, con los cuales nuestro espíritu (la misma esencia de Dios en nosotros) se puede aligerar para ir acelerando su camino hacia el Cielo (donde está nuestro Padre)

Y me voy a permitir sólo dar una definición de dichos dones tal y cómo fueron definidos para EvolConsc:
  • Agradecimiento: es la capacidad que va obteniendo el espíritu para: primero identificar las “cosas agradecibles” que tiene en su existencia y luego generar una de las energías más sutiles que podemos manejar y la cual tiene la fuerza de impulsar nuestra sanación/crecimiento/evolución, el agradecimiento
  • Auto-consciencia (o auto-conocimiento): es el conocimiento que cada espíritu debe adquirir en cuanto a: quién es, cuál es su posición en el universo, quién es Dios para él, quién es él para Dios, cuáles son sus relaciones con los demás, cómo interacciona de forma integral con lo que le rodea (para bien o para mal, terrenal o sutil, en todos los planos de existencias), cuales son sus virtudes y miserias, etc. Sin el trabajo hacia el desarrollo de esta auto-consciencia se hace imposible comenzar un camino de crecimiento espiritual.
  • Humildad: es la condición del espíritu que permite entregarse totalmente a Dios, con la consciencia de que es Él el que guía toda la vida (incluyendo las situaciones que le acontecen). La humildad en este contexto no se ejerce hacia otros, sino únicamente hacia Dios. El carácter humilde que los demás ven en la persona que cultiva este don se obtiene como consecuencia.
  • Desapego: es la capacidad que permite ir perdiendo las expectativas. No debe confundirse con perder las esperanzas ni el foco en la intención. La esperanza hay que mantenerla siempre, porque define la meta a la que deseamos llegar; pero sin condicionarla con nuestros miedos. No debe confundirse con la visión limitada del desapego material; hay apegos “espirituales” que son más perjudiciales que los apegos materiales.
  • Compasión: es el don que permite entender que cada uno de nosotros (yo y los demás) actuamos de la mejor forma que podemos hacerlo, según nuestras capacidades (virtudes y miserias). Es el don necesario para ir desterrando de nosotros el “juicio”. No implica inacción o estancamiento o exoneración de responsabilidades.
  • Tolerancia: es el “aguante” necesario hacia personas con las cuales tenemos “relaciones obligantes”. Es un tipo de compasión en la que sí se nos exige acción (servicio) entre otros dones,
  • Servicio (incondicional): es la capacidad de dar/darse a los demás para permitirles avanzar en sus propios caminos de crecimiento integral. Este es un don que caracteriza al espíritu y se ejerce de forma global; no se puede ser servicial con unos y abandonar a otros. Hay que sopesarlo muy bien y no confundir con el servicio condicionado a obtener aprobación o beneficios evidentes (personales o de terceros).
  • Amor incondicional: más allá del significado obvio de ambos términos, el Amor Incondicional es una energía capaz de mover leyes universales más allá de las conocidas; es la energía que permite unirse, fundirse con los otros, con el Universo, en un solo ser. Cuando hay Amor incondicional no hay diferencia entre el que lo siente y los (o lo) demás; con todo lo que esto implica y que no se puede explicar en este corto texto.
Aparte de las anteriores definiciones resumidas (que en la práctica requieren muchos meses de conversaciones), presento unas pocas consideraciones importantes cuando se habla de dichos dones espirituales:
  • Algunos de los dones parecen actitudes emocionales o capacidades intelectuales, pero definitivamente ninguno lo es; por lo tanto no se pueden desarrollar ni desde el corazón ni desde la mente, aunque estos dos estén involucrados en el esfuerzo de desarrollarlos.
  • Estos dones se alojan en el espíritu; así que seres desencarnados también los tienen, los utilizan y deben trabajarlos.
  • Los dones se ejercen tanto hacia afuera como hacia adentro (nos sirven para tratar a los demás y tratarnos a nosotros mismos)
  • Estos dones deben ejercerse en conjunto en cualquier situación particular de vida. Algunos de ellos podrán tender mayor presencia que otros según sea la situación.
  • Nunca el correcto ejercicio de un don puede contrariar/negar/solapar/minimizar a otros.
  • Los dones se ejercen de forma independiente aunque sí hay conjunciones necesarias entre algunos de ellos para actuar correctamente.
  • Existen los anti-dones (carencia de dones).
  • Cada don tiene un valor ponderado (alguna intensidad). El desarrollo es ir aumentando dicho valor; no es cuestión de “tener o no tener” un don.
  • Durante una vida se puede tomar la tarea de desarrollar (aumentar) un único don.
  • Si se acepta la concepción de vidas sucesivas, los dones se pueden trabajar una y otra vez en cada una de ellas para ir aumentándolos.
  • Una vez alcanzado un nivel con cualquier don, nunca se retrocede, pero si se puede actuar si él, o con un anti-don, en alguna situación particular.
  • Cada Ser tiene un “arreglo de dones” en particular, considerando el valor ponderado de cada uno de ellos.
  • Si bien estamos obligados a desarrollar todos los dones, hay algunos que son indispensables para ciertos estados del alma (por ejemplo para el comienzo de la iluminación)
Si no se asume un camino de “crecimiento espiritual guiado” (con la presencia de un Maestro), la misma naturaleza, el universo, las leyes universales, plantean el fortalecimiento de estos dones con las mismas experiencias de vida (¡para eso existimos!). El punto es si quieres ir creciendo por ensayo y error, o con un esquema claro que maximice la eficiencia de tu vida.

Tanto las definiciones brindadas como las consideraciones de los dones que se trabajan en EvolConsc se han presentado en resúmenes mínimos. Dentro de la enseñanza espiritual hay que contextualizarlos de forma compleja y terminar de comprenderlos y practicarlos no desde nuestro entendimiento sino desde la práctica.

Y este punto es extremadamente importante. Un crecimiento espiritual NUNCA se lleva a cabo desde nuestro intelecto, ni la práctica se consigue únicamente desde nuestra acción; así que entender los conceptos no es suficiente ni para comenzar a caminar.

El trabajo de crecimiento hay que ubicarlo en un camino completo con una guía clara y es algo que comienza en algún momento y finaliza cuando lleguemos a Cielo.

Pero ya una parte del camino está clara en nuestro proyecto de EvolConsc; ya no hay transparencias que debamos asumir sin entendimiento. Si tu espíritu despertó y de alguna forma sientes el deseo en tu corazón, no esperes más; cada segundo perdido en esta vida no se recupera jamás.

Namasté. 
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 12 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki

sábado, 9 de febrero de 2013

Entrégate una y otra vez

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Si nos aferramos a Dios, todo siempre fluye; aunque no lo entendamos.

En momentos muy difíciles, en los momentos de sufrimiento extremo, rogamos a Dios, les pedimos a nuestros Guías, hasta los sentimos, los soñamos, pero de alguna forma no dejamos de sufrir y a veces la situación parece empeorar.

A pesar de no entender, en ese sufrimiento extremo está hablando Dios. Posiblemente no dice o hace lo que estamos esperando, porque no conocemos sus planes. Dios mismo y nuestros Guías utilizan una forma irrefutable de hablarnos, de comunicarse con nosotros; ellos utilizan algo el cual nunca pasamos por alto: nuestro sufrimiento.

El sufrimiento SIEMPRE está presente cuando hacemos algo mal. Y “hacer mal” no quiere decir “actuar intencionalmente mal” Podemos hacer algo mal de forma pasiva, simplemente “permitiendo” algo o “no haciendo lo que deberíamos hacer”; eso también es hacer mal, aunque lo hagamos sin mala intención.

Ese sufrimiento entonces es necesario como alarma; a veces nuestros Guías no nos quitan el malestar porque es la única forma de comunicarse con nosotros. Si no entendemos esto nuestras plegarias se centrarán compulsivamente en eliminar el sufrimiento, cuando en realidad deberían ser una petición de discernimiento para saber qué hacer, o a lo mejor un ruego para entregarnos a la voluntad de Dios.

Entregarnos a la voluntad de Dios es la única forma en la que Dios puede actuar en nosotros. Si estamos enfrentando una situación de forma inconveniente (lo que nos genera sufrimiento como una forma de alarma), ¿cómo le pedimos a Dios que nos ayude si no soltamos la situación y le damos la Él las riendas?

¿Nos acordamos de la oración del Padre Nuestro? Es la oración más sagrada enseñada por nuestro mismo Señor Jesús. ¿La rezamos? Si queremos ver los milagros de Dios debemos ser consecuente con lo que le prometemos:
 
"Padre nuestro que estás en los cielos - santificado sea tu nombre - venga a nosotros tu Reino - HAGASE TU VOLUNTAD así en la tierra como en el cielo - ….."

y aunque la rezamos constantemente, nos pasado pidiendo que suceda lo que nosotros queremos, que se haga nuestra voluntad.

Para pedir ayuda a Dios, deberíamos comenzar a tener completa confianza en Él. Deberíamos no dudar de que Él nos guía constantemente, de su poder supremo, de que puede liberarnos de nuestros errores; porque de otra forma estarías perdiendo el tiempo.

Si reconocemos que Dios es todo poderoso, nuestro sufrimiento no tiene otro significado que la advertencia de que nosotros, con nuestra corta visión de la realidad, con nuestra testarudez, con nuestras expectativas personales; estamos oponiendonos a lo que Dios necesita que suceda o al mismo orden de acciones que Dios planteó cuando creo este Universo.

Si es así ¿cómo quieres que Dios venga y te lo diga? ¿Por una visión? ¿Acaso eres profeta? Dios te lo va a decir, repito, por lo único que no vas a pasar por alto: por tu sufrimiento.

Dios nos habla; y es permitiendo que nos sintamos mal la forma que tiene para hacernos entender que estamos haciendo las cosas de forma equivocada o estamos en la situación o con las personas que no deberíamos. Dios no quiere que vivamos en sufrimiento, pero este mismo sufrimiento es la forma más efectiva PARA QUE NOS DEMOS CUENTA QUE POR ALLÍ (o de esa forma) NO VA LA COSA.

Cuando apenas comenzamos a sufrir debemos corregir el camino; mejor lo aprendemos de una vez.

Si todo esto lo interiorizamos estaremos cumpliendo el primer paso para vencer “al sufrimiento”; reconocer el porqué y el para qué está allí.

Por lo tanto, lo primero que NO PUEDES HACER cuando tengas un sufrimiento extremo es entregarte a la depresión (sufrimiento sostenido). Si te lamentas por el mismo sufrimiento no has entendido absolutamente nada.

Si Dios te habla y te dice a través del sufrimiento que debes cambiar algo; y tu en cambio solamente lloras y te desesperas ¿dónde quedaron todas las veces que le pedía “que se hiciera su voluntad”? Deberíamos ser honestos con Dios.

Dios te ama y Él te lleva al mejor lugar donde merezcas estar, pero no siempre lo hace por el camino que tu dispones. Entregarse es muchas veces la única clave necesaria para vencer a un sufrimiento extremo.

Cuando tengas un sufrimiento extremo debes:
  1. Entender que ese malestar unicamente está allí para avisarte de que esa situación se está abordando de forma equivocada en percepción y en acción. Lo primero que debes hacer es soltar: “dejar de hacerlo mal”.
  2. Ser honesto y respetar tu acuerdo con Dios, permitirle “hacer su voluntad”. Este paso no es un abandonarse, sino por el contrario es comenzar a actuar de la mano con Dios.
  3. Para lograr actuar con Dios debes seguir caminando; pero dentro de cada acción, una y otra vez, debes repetir la siguiente oración:
 
"Dios me entrego a ti;
así como tu hijo, mi Señor Jesús, acepto y cumplo tu voluntad;
con la certeza en mi corazón de que esto te servirá para un bien mayor.
 
Usa mi vida para enseñarme a mí y los que me rodean;
y cierra mis ojos para que no busquen ver el camino;
sino solo caminar a donde tu mano me lleve,
con completa confianza en ti.

Que mi sufrimiento sea la alarma que me recuerde que tú mandas en mi vida;
y que cada vez que la sienta entienda que debo actuar contigo, entregándome a ti, una y otra vez.
Amen."

Esta oración debería pasar a ser tu nuevo compromiso con Dios. Te asombrarás de la fuerza que le quitas al sufrimiento en tu vida

Dios te siga bendiciendo.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 09 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki

martes, 5 de febrero de 2013

La tolerancia religiosa

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Toda religión o práctica espiritual sana debe enarbolar la bandera del Amor: del amor hacia Dios, del amor entre los seres humanos y del amor a toda la Creación. Eso no se discute.

Lo que sí puede ser hasta cierto punto polémico es el significado del Amor. Aunque parezca obvio, a veces puede tomar matices complicadas. Esta complicación yo la resolví para mí hace algunos años diciendo de una forma salomónica: “Amar es brindar a los demás momentos en los cuales ellos puedan dar gracias a Dios” (#PEDROGOMEZ)

Pero el asunto que quiero plantear no es el Amor, sino lo que pareciera ser similar: la Tolerancia. Tanto el Amor como la Tolerancia son dones espirituales distintos, que se pueden conjugar en la vida de las personas de forma independiente, pero nunca enfrentándolos.

La Tolerancia se parece más a la aceptación de nuestro prójimo con sus diferencias; siempre y cuando esas diferencias no afecten al bienestar de nadie (al Amor).


La Tolerancia entonces debe también ser exaltada en una vida espiritual, no solo el Amor. Y de hecho lo es; solo que a veces parece estar ausente inclusive en representantes espirituales o religiosos.

Sin ánimos de sacar a flote rencillas centenarias o intolerancias importantes entre religiones; y mucho menos de buscar culpables o reforzar situaciones que debemos dejar detrás; voy a tocar un tema de falta de Tolerancia que hace días salió a flote y me planteó esta reflexión que quiero dejarles para su propia consideración.

Probablemente sabrán que desde hace suficientes años, mi vida está dedicada a lo que se conoce como “sanación”; y no solo para sanar yo mismo, sino para servir a otros ayudándoles en sus procesos de sanación. En esta misión suelo utilizar diferentes métodos de sanación, pero siempre respetando la moral y las buenas costumbres, reconociendo y motivando siempre los procedimientos formales y científicos de recuperación de la salud y por lo tanto ofreciendo estos métodos como terapias complementarias, nunca sustitutivas ni alternativas.

Dentro de este reconocimiento y respeto de otras disciplinas también está el respeto a otras formas de sanación.

Específicamente hace días leíamos en un grupo de crecimiento una publicación oficial sobre sanaciones espirituales, de un importante personaje de mi propia religión católica. En esta publicación se “satanizaba” virtualmente cualquier otra forma de sanación diferente a la presentada en ese texto

Entre esas otras formas de sanación “desgraciadas” (sin la Gracia de Dios) estaban las que utilizaban Energía Universal – por ejemplo Reiki.

No era la primera vez que como reikista me enfrentaba a ese tipo de ataque gratuito. Yo me confieso católico, pero a veces siento que tengo meter pie para que algunos porteros no me cierren la puerta en las narices.

Al escuchar ese texto, las reflexiones en mí comenzaron a surgir solas. Una de ellas era la autoevaluación. Como reikista y aún más como instructor de Reiki, me preguntaba: ¿a cuantas personas habré hecho sufrir por causa del Reiki? O mejor aún ¿a cuantas personas he podido ayudar? Aún no me he enterado que le haya hecho daño a nadie y no han sido pocas las que me han expresado que el Reiki les ha servido para poco a poco ir recuperando su bienestar... Más de uno le ha dado gracias a Dios por haber encontrado al Reiki.


Pero el Reiki no es la cuestión, el Reiki no es una religión; el Reiki no se mete con nuestro espíritu ya que no pasa de ser una práctica energética. Así que las reflexiones continuaron.

La idea de un crecimiento espiritual (Evolución Consciente) fuera de las filas de una religión, si bien puede tener todo el soporte bíblico y cristiano, es algo que definitivamente debe venir del mismo “enemigo”; según la publicación que leíamos.

Un crecimiento espiritual, esté enmarcado donde esté enmarcado, debe tener como mínimo dos objetivos; primero acercar a las personas a Dios y segundo mantenerlas allí a su lado, para que se acompañen de Él el resto de sus vidas.

Sin ánimo de juzgar, cualquier se podría preguntar ¿cuántos intentos fallidos han tenido algunas religiones oficiales en estos dos objetivos? Y aún más ¿cuántos efectos contrarios (alejamientos del camino hacia Dios) se han propiciado con ejemplos poco convenientes o explicaciones y aclaratorias inexistentes de esas religiones?

No puedo comparar peras y manzanas. Sigo creyendo que las religiones oficiales son las estructuras de crecimiento espiritual que tienen la posibilidad de salvar al mundo; pero no comparto el ataque que ciertos voceros de estas estructuras hacen a otras formas de ayudar a sanar/crecer/evolucionar.

En definitiva, hay que ver los frutos reales:

Mateo 7:16


Reina-Valera 1960 (RVR1960)

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?


No hay una sola forma de Amar; cada quien está en el deber de hacerlo desde sus propios dones. Pero si alguien, de alguna forma, puede lograr que una persona aumente su felicidad hasta el punto de dar gracias a Dios y adicionalmente esa felicidad se contagia a su alrededor, el procedimiento utilizado no puede ser tan cuestionable.

¿Dónde está la tolerancia? Cito:

Marcos 9: 38-41El que no es contra nosotros, por nosotros es
(Lc. 9.49-50)


38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.

39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.

40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.


Muchos sanadores fuera del estamento católico hacen buenas obras, muchos hablan en nombre de Jesús; si tienen éxito ¿por qué se les condena? El mismo Maestro invita a ser Tolerantes o ¿a no tener celos? ¿Serán celos?

No creo que sean celos. Como terapeuta holístico que soy y como impulsor del crecimiento espiritual como único camino para llegar a Dios, debo reconocer que hay prácticas de vida que si son mal llevadas pueden hacernos recorrer el camino hacia el Paraíso en sentido opuesto, o en el mejor de los casos pueden estancarnos.

Prácticas como la “magia” o brujería, la capacidad de videncia (sensorialidad hacia otros planos de existencia), las astralizaciones, las mismas prácticas energéticas; pueden distraernos del verdadero camino de crecimiento espiritual si no se tiene una guía apropiada.

Si a una persona no se le presenta desde pequeño su verdadera realidad espiritual; si no se le enseña correctamente cuál es su objetivo en esta vida; si no encuentra motivación para su práctica religiosa; entonces puede anclarse en actividades “pseudoespirituales” como las citadas anteriormente y así obtener la “satisfacción que necesita” en los pequeños logros que se obtienen de esas artes.

El mismo Reiki es considerado por muchos practicantes como “su religión”, lo que es un soberano error. Pero si a una persona nunca se le ha ofrecido un acercamiento sano e inteligente a alguna religión real, la cual pueda asumir sin sentirse culpable o criticada de entrada, donde se sienta apoyada y acompañada por los ministros; apenas encuentre algo que le produzca un mínimo de bienestar (como el Reiki), pues lo adopta como su camino personal a Dios.

¿Se puede criticar a esa persona que únicamente está buscando (a ciegas) sentirse bien? O habría que reflexionar si es necesario el replanteamiento de algunas religiones para que de verdad se conviertan en “pescadores de hombres”.

Si estoy en un lago y voy a pescar, lo menos que debo hacer es comenzar a dar golpes con los remos a diestra y siniestra, porque voy a alejar a todos los peces.

Entonces no es cuestión de denigrar ni satanizar a nadie ni a nada; pero tampoco se niega el derecho y el deber de alertar la inconveniencia de ejercer ciertas prácticas sin tener los fundamentos claros. La advertencia clara es necesaria, demuestra seriedad en el intento de convencer y evidencia tolerancia en el actuar.

La falta de tolerancia muchas veces viene por ignorancia; ya que al no tener elementos de entendimiento, lo mejor es apagar la luz o quemar en la hoguera. El llamado de tolerancia no es solo para la gente del pueblo, es necesario también para las instituciones religiosas.

Pero no es bueno generalizar por acciones que pueden originarse en individuos. De mi parte seguiré siendo católico por crianza y por convicción; a pesar de que alguno pueda dudarlo.

Como le dije una vez a una amiga Evangélica: “... porque tanta discusión sobre quien de nosotros es mejor cristiano; siendo uno panadero y el otro zapatero, siempre trabajamos para el mismo Señor, Jesús”

Namasté. 

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 05 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki

¿Qué puede hacer un sanador?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Lo primero que debemos hacer antes de entrar en detalles es recordar lo que se entiende con “sanar” y con “curar

La curación es un proceso mediante el cual se puede superar “un malestar” con la acción directa de “algo externo”. Ese “algo externo” es el que tiene la capacidad de modificar condiciones para que el malestar desaparezca. En curación se busca restaurar un estado de bienestar.

La sanación es también un proceso mediante el cual se puede superar “un malestar” pero desde “adentro hacia afuera”. Sanar busca que el interior de una persona se modifique, se fortalezca, para que el malestar no sea sostenible en ese nuevo interior. En sanación se busca no solo restaurar sino aumentar o fortalecer un estado de bienestar.

La curación puede ser algo temporal, en cuanto a que generalmente se limita a atacar los síntomas y no la causa. La sanación busca ser permanente, autosustentable, sin interferencia exterior posterior una vez que se produzca la sanación; ya que se consigue cambiar el interior para que el malestar no tenga más cabida.

Una no desplaza a la otra. Si bien la sanación parecería más importante, la mayoría de las veces la curación es indispensable abordarla primero para poder seguir viviendo (y sanando). Y esto nos lleva a otra de las diferencias; debido a que la sanación busca cambios internos permanentes, tiende a ser un proceso más lento que la misma curación.

Dejemos hasta acá el proceso de curación; reconociendo siempre su indispensable abordaje cuando se requiera y dejándolo a los profesionales aptos para ello.

Pero ¿cómo sabe alguien que debe comenzar a sanar? La respuesta es sencilla; se debe buscar sanar sí:
  1. se desean cambiar aspectos importantes de vida (formas de ser)
  2. se desea mejorar para futuro
  3. se mantienen sentimientos pasados que generan malestares actuales
  4. se reconocen actitudes o acciones que producen malestares constantes, recurrentes o persistentes
  5. nuestro malestar no tiene correspondencia física
  6. se desean aumentar los “dones de gente” (tolerancia, desapego, etc. - dones del espíritu)
entre otros indicadores.


En casos como estos se debe asumir el camino de sanación para lo que es recomendable buscar a un sanador.


Si bien el proceso de sanar viene de adentro hacia afuera, se puede aprovechar una guía exterior que nos facilite el proceso de reflejar ese bienestar que tenemos dentro hacia nuestra realidad integral. Esa guía se conoce como “sanador” cuando nos referimos a una persona que nos ayuda a sanar.


¿Es posible sanar solos? Si, la naturaleza siempre nos va a brindar escenarios de aprendizaje con los cuales, luego de entenderlos, podremos ir cambiando nuestra forma de ser; todo con la intención de no volver a sentirnos mal. ¿Fácil? A veces es mejor hacerlo acompañados por alguien que nos ayude.


Pero esa figura del sanador hay que entenderla bien. Dijimos que sanar puede ser un proceso lento; es definitivamente un camino de vida que se debe recorrer. Y un sanador debe ser alguien que nos acompañe con conocimiento de los detalles del camino, no con actuaciones puntuales, sino con posibilidad de persistencia.

Podríamos diferenciar entre un sanador y un terapeuta. Un terapeuta es un profesional que ofrece sus conocimientos (generalmente específicos) para proveer bienestar a alguien, pero cuya interacción se centra en su campo específico o en un asunto particular - dolencia, malestar. Una vez que esa dolencia desaparece, la presencia del terapeuta pierde interés.

Un sanador, por el contrario, es alguien que si bien puede ser igual de profesional que un terapeuta y tener campos específicos de acción, se involucra con el proceso que desea sanar más allá de lo que la evidencia de un malestar particular señala. Generalmente un sanador no atiende directamente a la causa de un malestar (sin tampoco descuidarla), sino que la utiliza para tratar de buscar relaciones (debilidades) más allá de las evidentes y proponer cambios para fortalecer procesos internos de la persona logrando así que ese malestar desaparezca casi de forma natural.

Un sanador sabe que no debe focalizar sus esfuerzos solo a lo manifestado exteriormente, ya que lo que se está mostrando unicamente representa debilidades que de seguro han pasado desapercibidas hasta por la misma persona. Por tanto, un sanador trata a la persona en diferentes ambientes, con diferentes acercamientos, con diferentes técnicas.

Esta diversidad de acciones no significa que el sanador esté improvisando su ayuda; por el contrario está cubriendo la integralidad del Ser porque sabe que la causa puede estar muy adentro de la persona y además puede no ser única.

Por esa razón un sanador no es aquel al que se busca o se encuentra de forma puntual. Un sanador de oficio debe poder generar una corriente continua de sanación a su alrededor: presencia real, escritos, charlas, talleres, mensajes, diferentes escenarios, diferentes enfoques, temas, metodologías; todas actividades que ayuden a los que deseen sanar. Esto lo debe proponer el sanador, porque sabe que el proceso de sanar no tiene “fecha ni hora en el calendario” y cuando hay eventos que se disparan hay que estar preparador para abordarlos.

Todo trabajo de sanación es complejo, tanto para el que busca sanar como para el sanador. El llamarse “sanador” es un título de vida, es un dedicarse a esa tarea, es vivir para ello y por ello. Pero el que desea sanar también debe hacer el esfuerzo correspondiente.

¿Pero dónde podemos encontrar sanadores reales?: en un entrenador físico, en un maestro de escuela, en un reikista, en papá y mamá, en un religioso, en un maestro espiritual, entre muchos otros. Todos estos pueden ser sanadores siempre y cuando cumplan con los requisitos de disponibilidad y compromiso de vida en el oficio de sanador que lo define (mística), no solo para proveer sanación, sino para sanarse a sí mismos:
  • Un entrenador físico que promueva la necesaria rutina a la actividad para que haya un aprovechamiento real; que haga un seguimiento a las personas que guía; y que su labor como entrenador sea una de las de más prioridad en su vida, es un sanador.
  • Un maestro de escuela que cumple su labor con mística; donde sus alumnos sean muy importantes para él; que piense constantemente en ellos y en cómo lograr que aprendan y se sientan felices; que se las ingenie para poder llegarle al grupo o a casos particulares; y que a pesar de los problemas laborales y salariales su trabajo no decae. Eso es un sanador.
  • Un papá o mamá que estén disponibles para sus hijos; cultivando todo lo bueno que tienen en su interior sin alimentar (resaltar) constantemente las debilidades que presentan; acompañándoles en cada experiencia de vida para apoyarlos; ellos se convierten en sanadores.
  • Un religioso que se ocupe y comparta con sus feligreses y con los asuntos de su comunidad; que predique desde el entendimiento y no desde la crítica; que sea accesible; que entienda que su trabajo está más allá que oficiar ceremonias religiosas; es un sanador.
  • Un reikista que, más allá de los cursos, viva el Reiki en su día a día, no solo como técnica, sino como estilo de vida; que se ocupe de su sanación personal desde el entendido que esa sanación se va a reflejar de forma automática en su entorno; ese reikista se convierte en sanador.
  • Un maestro espiritual con una enseñanza clara, amplia, coherente y consistente; que se mantenga alcanzable para quien decida estar con él; es un sanador.
Un sanador no necesariamente es un terapeuta acertado; no es un mago; no es alguien que hace milagros; no es un terapeuta que trata cosas extrañas que la ciencia no entiende o comparte. En definitiva un sanador no es alguien que hace cosas increíbles, pero si es alguien que ayuda a que una persona, con su propio esfuerzo, logre cosas increíbles dentro de sí.

Pero no todo el proceso de sanar recae sobre los hombros del sanador. Si alguien quiere sanar no va a un sanador una o dos veces y espera salir de allí con sus problemas resueltos, sin esfuerzo personal. Si alguien desea sanar no le va a pedir al sanador la fórmula mágica para resolver su problema en un dos por tres. Si alguien desea sanar debe estar consciente de que es él el que debe recorrer el camino con sus propios pies, si bien el sanador lo puede acompañar, a lo mejor en bicicleta.

Una persona que desee sanar debe acompañarse de un sanador y dejar que este, con su magia, descubra su materia prima interior y le ayude a que sea ella misma la que comience a darle forma a su propio bienestar dentro de sí.

Pero un sanador no puede llegar más allá de la intención real de sanar que tenga la misma persona. Si de verdad descubres dentro de ti esa necesidad de crecer, de que todo vaya mejor, de salir del foso, de cambiar, de rescatarte de la caída en la que pareces estar; atrévete a comenzar a recorrer un bonito camino de sanación y permítete la compañía de verdaderos sanadores; ellos viven para eso.

El proceso de sanar debe ser una rutina, no son actos espasmódicos. Por eso si una persona siente que su vida es muy complicada como para introducir cambios y permitir una rutina de sanación en ella, pues puede que no esté preparada para sanar.

Un sanador propone caminos, pero es el que desea sanar quien debe recorrerlos.

Namasté. 

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 05 de febrero del 2013
Twitter: @eReiki