Autor:
ShaniShaktiAnanda
¿Cuántas
veces no hemos escuchado a muchos jóvenes (y no tan jóvenes)
planteando la incomodidad de aprender cosas que a la larga nunca van
a utilizar?
Sobre
todo en la niñez y en la adolescencia dentro de la educación
formal, cuando la capacidad de aprendizaje es máxima.
A
muchas personas les parece un sin sentido aprender derivadas,
integrales, química, física, latín, dibujo técnico, etc., si sus
aspiraciones de vida no incluyen a ninguno de esos conocimientos.
¿Acaso esto tiene algo de tonto?
Esto
del aprendizaje es un tema que corresponde a la visión de nosotros
como Seres Integrales, si bien no tiene que ver específicamente con
nuestra parte espiritual. Pero me atrevo a escribirlo porque dentro
de mi formación profesional el tema de la inteligencia (natural y
artificial) tuve no solo que aprenderlo, sino que aplicarlo a favor
de la sociedad.
Lo
primero que debemos revisar es cómo funciona el cerebro a la hora
de abordar nuestra realidad; realidad llena de estímulos de todo
tipo, que a veces no solo sensoriales.
El
cerebro es una masa de células neuronales (neuronas) que se
interconectan entre sí y que deben modificar dichas conexiones para
ir “aprendiendo” a manejar los diferentes estímulos en las
diferentes situaciones de vida.
En
mucho, estas neuronas modifican sus interconexiones por ensayo y
error, bajo el esquema de estímulos-acciones-respuestas
(consecuencias).
Ante
una situación (conjunto de estímulos) el cerebro utiliza un grupo
de decenas, cientos o miles de neuronas interconectadas y con esto
propone una acción; y esta acción produce una consecuencia. Si
dicha consecuencia o respuesta es positiva (placentera, agradable,
elogiada, apropiada para satisfacer alguna necesidad), las conexiones
neuronales implicadas en dicha acción se refuerzan y se usan para
posteriores acciones ante estímulos similares.
Pero
si, por el contrario, la respuesta final no es placentera, las mismas
neuronas intentan reprogramarse (cambiar sus interconexiones) para
próximos intentos.
Este
reforzamiento o reprogramación de las conexiones neuronales se da
con mayor facilidad en la edad temprana, donde el cerebro tiene una
mayor propiedad de adecuación (mayor plasticidad).
Con
esto está claro que mientras tengamos más estructuras o
interconexiones neuronales probadas y exitosas, mejor
abordaremos las situaciones (estímulos) de la vida. Pero dichas
estructuras neuronales exitosas se van consolidando con ciclos de
intentos, fallas, correcciones y éxitos; esto se consigue con mucha
práctica.
Vemos
ahora que el cerebro no se alimenta en realidad con conocimiento,
sino con destrezas para reconocer y actuar ante los diferentes
estímulos. Eso nos hace máas diestros para vivir en un mundo lleno
de estímulos o situaciones diversas.
Y
aquí comienza el tema de este escrito.
Ante
la queja de aprender tópicos que posiblemente no utilizaremos más
nunca en nuestra vida; lo que debemos comprender es que dicho
aprendizaje lo que está logrando es permitir que tengamos más
interconexiones neuronales probadas y exitosas.
Más
allá de recordar cómo sacar un límite o una derivada; si lo
prendemos y lo practicamos mucho, el cerebro estará formando
interconexiones neuronales probadas y exitosas que le darán
destrezas mayores a nuestro cerebro para que podamos abordar otras
situaciones de vida que con toda seguridad nada tendrán que ver con
límites ni derivadas.
Similar
ocurre con aprender otros idiomas; con aprender a tocar instrumentos
musicales, con aprender química, física, etc
Si
el cerebro no se entrena con cosas difíciles de aprender, no tendrá
dichas interconexiones neuronales probadas y exitosas.
Esta
es la verdadera función del aprendizaje; no es solo establecer
conocimientos específicos, sino darle las destrezas necesarias al
cerebro para poder abordar y accionar acertivamente en diferentes
situaciones de vida.
Realmente
alguien es más inteligente no por tener más conocimientos, sino por
poder enfrentar las situaciones de vida de forma más acertiva. Y eso
pasa por tener esas interconexiones
neuronales probadas y exitosas
que solo se consiguen habiendo expuesto al cerebro a aprendizajes,
que si bien pueden no tener sentido académicamente, sí logran
definitivamente dar las destrezas necesarias al cerebro para actuar
inteligentemente ante situaciones variadas.
Al
niño que se le exponga a la mayor cantidad de aprendizajes de
diferentes áreas del ser humano, no solo se le estará permitiendo
activar zonas del cerebro que de otra forma quedarían dormidas
cuando adultos; sino que se le estará dando destrezas para asumir
toda su vida; más allá del conocimiento formal.
Una
persona erudita en un área específica, no es necesariamente más
inteligente abordando sus situaciones de vida. Pero cuidado, tampoco
es inteligente una persona que hace de todo porque en realidad nunca
estudió nada en serio.
Desde
el punto de vista cerebral es más inteligente una persona que haya
estudiado muchas cosas con la intención real de aprender.
Esto
es totalmente fisiológico y funcional; y por lo tanto automático.
El aprendizaje útil para la vida no tiene necesariamente que ser
agradable; simplemente hay que hacerlo. No es solo aprender lo que te
gusta. El tema de que unos somos buenos en algunas cosas y otros en
otras, no es excusa para renunciar a algunos aprendizajes.
Dios
les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
696AS. (26 de noviembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
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aprendizaje,
neuronas, cerebro, interconexiones, neuronas, neuronales,
inteligencia.
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