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domingo, 31 de diciembre de 2017

Las energías del 2018. El comienzo del Año de los Milagros

Autor: ShaniShaktiAnanda

Como en estos últimos años, dentro del período denominado del Año del Señor, se han trasmitido las energías que marcan todo este proceso que llevamos de Restauración del Cristo.

En los años anteriores se han señalado diferentes energías, todas relacionadas con la recuperación de las enseñanzas crísticas.

Este año 2018 comienza una nueva etapa; donde la Escencia Crística refuerza su consolidación; y esta consolidación pasa por el recoger de la siembra.

Cuando llega el tiempo de la cosecha se toman “los buenos frutos” y se desecha “lo demás”. Deberíamos comenzar por entender qué significa “los buenos frutos” y qué significa “lo demás”.


Inicio del Momento de la Cosecha.

Cuando hablamos del espíritu, cuando hablamos de Dios, la definición de buenas obras no se establece por parámetros humanos. Hacer el bien humanamente, son buenas obras humanas; pero el bien que espera Dios de nosotros incluye también el hacer cosas correctas desde los lineamientos espirituales que Él mismo plantea.

En la cosecha, lo “buenos frutos” corresponde a las acciones donde la mayor intención es el bien espiritual, incluso sobre el bien terrenal (sin necesariamente descuidar este último)

En este nuevo período de cosecha que comienza en el 2018, muchos terminarán de entender que sus vidas no son mejores por la sola razón de haber hecho cosas buenas por el mundo. Esta forma de pensar, estas acciones únicamente humanas, engloba “lo demás”, lo que debe ser desechado.

Muchos tendrán la misma tribulación que la paja cuando se echa al fuego luego de ser separada del trigo; y se preguntarán: ¿por qué a mí?

Todo esto que digo no es nuevo; nada de esto es pesimista; porque lo hemos venido trabajando desde hace muchos años. Tristemente algunos decidieron postergar su nacimiento en espíritu y no se acercaron o no se quedaron.

Pero en la cosecha todo no es dolor. Por el contrario, es el momento de recoger y poner junto todo el trigo, una vez que se separó de la paja.

El trigo representa los buenos frutos hacia el espíritu, hacia Dios. El trigo representa también a quienes han hecho esas buenas obras hacia el espíritu.

Esas personas que han sentido ese afán por Dios, comenzarán a agruparse en la casa del Hijo de Dios, en una nueva congregación que se irá consolidado; no en las usuales.

La mayoría de estos afanados por Dios ya están en las congregaciones usuales y allí no han encontrado la comunión que una vez el Hijo de Dios les pidió mantener.

Mateo 18:20 (NVI)

20 (Y Jesucristo les dijo a sus discípulos...) Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Y no hablo de sentirse bien dentro de un grupo “cristiano”, donde puede haber más de necesidad de pertenencia que de amor al Cristo. Hablo de que los que aman al Cristo y desean entregar sus vidas normales a Él, no lo encuentran a pesar de que las reuniones son numerosas.

Pues este es el momento donde el granero abre sus puertas y se preparan los asientos para que comiencen a entrar aquello que en verdad aman al Cristo. El Trigo, el fruto de Dios, estos que aman al Cristo deben congregarse donde todos quepan, donde todos se sientan unidos, donde todos puedan vivir sus vidas normales con sus ansias de agradar a Dios.

Pero cosechar el trigo, para luego separar el grano de la paja y recogerlo, no debe hacerlo aquel que sembró y cuidó el terreno. Él está y estará un tiempo más, pero deberán salir aquellos que estuvieron a su lado, a los que él designe.

El trabajo de la cosecha no será sencillo; hay mucha paja que pretenderá entrar en el granero. Ya no hay tiempo para la paja; aunque quedan oportunidades para los granos no maduros.

La paja representa a aquellos que “aman al Cristo”, siempre y cuando ellos mismos estén humanamente bien.

Los granos no maduros son aquellos que con deseo de amar al Cristo, nunca encontraron tierra, ni sol, ni lluvia, ni viento para madurar.


Los granos no maduros en el Momento de la Cosecha

Aquellos que cosecharán, aquellos preparados y enviados a propósito, se encontrarán con mucha paja, pero también con granos de trigo que no pudieron madurar.

Estos granos no se deberán desechar; el Señor los espera a todos. Por lo tanto, a los granos no maduros se les podrá dar las condiciones para que tenga oportunidad de formar parte del Pan de la Vida Eterna.

Algunos de estos granos no maduros pueden llegar a podrirse, y no podrán estar en el granero.

Todo esto parece muy inflexible; pero recuerden que han tenido de oportunidades todos estos años pasados y el proceso no se puede retrasar; continúa a pesar de que algunos esperarían otras oportunidades.


Los llamados y los escogidos

Ahora es cuando se comenzará a entender un nivel de la enseñanza que reza: “muchos son los llamados y pocos los escogidos” (Mateo 22:14).

Los escogidos son los granos hechos, o los que lleguen a madurar en espíritu; mientras que los llamados pero no escogidos fueron la paja que se desecha, aquellos que a pesar de haber recibido esa chispa en su interior, se ocuparon y se enfocaron en cosas que creyeron o compraron como espirituales, pero que nunca lo fueron.

Los que dieron buenos frutos en Dios fueron aquellos que se esforzaron en vivir dentro de las enseñanzas espirituales dadas por Dios. Fueron aquellos que adecuaron sus conductas a como lo esperaba Dios, no a lo que ellos consideraban conveniente ni a los que humanamente percibían como justo o correcto. Estos que dieron buenos frutos en Dios muchas veces lo hicieron en contra de su propio bienestar terrenal o humano.

Y la paja o los granos podridos fueron aquellos que vivieron en función de argumentos de bienestar humano que muchas veces era argumentos convenientes para sí mismos o para algún grupo en particular.

Aquellos que se considerarán paja o granos podridos en el Momento de la Cosecha, lo fueron por haber sido engañados por los denominados Falsos Profetas; hecho este que no les quita responsabilidad.

Todos, absolutamente todos, recibieron los llamados y las oportunidades necesarias para dar buenos frutos en Dios. La información estaba, las personas pasaban por sus lados; pero todas esto fue ignorado, desprestigiado, desestimado; porque decidieron que era más importante estar bien en vida, que ganarse el Cielo para luego de morir.

Me preguntan muchas veces cómo reconocer a los falsos profetas.

La forma de identificarlos es sencilla: los falsos profetas son aquellos que les hacen creer a las personas que ya están de buenas con Dios; y que por lo tanto no tienen porqué esforzarse más por agradarle.

Son aquellos que promulgan la felicidad como meta principal de la vida, olvidando que mientras vivimos hay que ganarse la Vida Eterna y que esto no pasa necesariamente por satisfacernos a nosotros mismos.

Solo basta revisar las sagradas escrituras. Aquí comenzamos a darnos cuentas que podemos estar más cerca de falsos profetas de lo que creíamos.

Si bien ya sabemos el destino de la paja y del buen grano; no quiero hablar aquí del destino de los falsos profetas.


Los próximos llamados a Dios

No vale la pena escoger uno por uno de esos granos inmaduros; es mejor escoger por espigas completas.

Ya no corresponde llamar a individuos particulares para transitar en este camino hacia Dios, sino a familias.

El esfuerzo de acercar a personas a Dios ahora lo tendrán que hacer los discípulos, pero lo deberán hacer con racimos, con familias, no con personas individuales. Esta etapa siempre ha sido así y debe continuar siéndolo.

El mismo Jesucristo, cuando mandó a algunos de sus discípulos a anunciar la Buena Nueva (y estamos precisamente al comienzo operativo de esta nueva etapa de evangelización), lo hizo con la indicación de llegarle a las familias:

Mateo 10:11-15 (NVI)

11 »En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos, y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar. 12 Al entrar, digan: “Paz a esta casa”. 13 Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine en él; y, si no, que la paz se vaya con ustedes. 14 Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.

En el mandato directo y expreso de Jesús, el abordaje para los nuevos llamados a Dios (tal vez para los granos inmaduros) se debe hacer por “casa”, por “hogar” por “familia”. Claro está, ubicando primero a algún miembro de esa familia por el cual merezca la pena hacer el esfuerzo del abordaje grupal.

Esta es clave para este período que comienza en este 2018. Es el final de los llamados individuales.

Pero la definición de hogar o familia debe ser aclarado. No se trata de una familia académicamente definida: papá, mamá, hijos... Se trata de “familias de convivencia”; que pueden estas conformadas a lo mejor por los hijos y uno solo de los progenitores, por nietos y abuelos, o cualquier combinación de familiares que formen “la familia de convivencia”.

Pero en esta definición de familia, todos los que convivan en ella se deben involucrar en el esfuerzo de caminar hacia Dios tomados de las manos, con lineamientos claros. Si uno no lo acepta o se excluye; la enseñanza no va. Revisemos el versículo 14 de la cita anterior: “Si alguno (de la casa) no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies.


Pero ¿dónde entra el Año de Los Milagros?

Todo lo descrito anteriormente comienza a preparar al año 2018 como el Año de los Milagros.
Siempre repito que la energía que se describe a principio de cada año no necesariamente corresponde a un año calendario, ni comienza el primer día del mes de enero. Más bien representa un período evolutivo que puedo haber comenzado ya antes de liberarse estas enseñanzas; y que probablemente durará más allá del año en el cual se nombra.

Todo lo descrito en los párrafos anteriores comienza entonces a preparar el terreno necesario para que comiencen a ocurrir verdaderos milagros desde el plano espiritual.

No me refiero a milagros ocasionales que suelen suceder a personas aleatorias en circunstancias imprecisas; me refiero a vidas llevas de milagros hasta el punto que los milagros se vuelven lo cotidiano.

¿Acaso esto parece una promesa insustancial?

Si lo desean, pregunten a algunos de los que han estado conmigo estos años. Pregunten sobre “los milagros” ocurridos a su alrededor, algunos más allá de la sospechosa casualidad y otros tan sutiles y naturales que para los mismos involucrados pasas desapercibidos.

Y esto es porque los milagros de verdad son una consecuencia de vivir en función de Dios. No hay mucho secreto.

No solo hablo de los milagros que nos libran de enfermedades o que nos salvan de situaciones peligrosas; sino que hablo de milagros más grandes y profundos como cambiar corazones o despertar el amor de Dios sobre todas las cosas.

No hay que creer que los milagros son solo la ocurrencia de cosas que nos convengan humanamente. Dios promueve muchos milagros con la única intención de acercarnos a Él; y la mayoría de las veces los dejamos pasar porque solo pensamos en lo que nos conviene según nuestro criterio humano.


Pero hablemos un poco de los milagros.

Místicamente, el funcionamiento del universo es inmutable y está determinado por leyes universales. Por lo tanto, todo lo que ocurre en él está regido por combinaciones de dichas leyes.

Alguna vez escuche que Dios no juega al azar. Y esto es una verdad tan sagrada como un templo.

El mismo Dios no puede saltarse sus propias leyes para hacer que ocurran cosas que no están argumentadas para ocurrir. Eso sería tristemente discrecional para un Dios que preferimos justo.

Si Dios fuera discrecional, este universo sería no solo un caos, sino el peor lugar donde existir, ya que no sabríamos nunca a que atenernos.

El hecho de que las personas piensen que los milagros son “cosas especiales que ocurren más allá de la lógica o de las leyes naturales” simplemente indica que la mayoría de las personas “no tienen ni la más mínima idea de cómo ocurren las cosas en el universo”, no conocen cuáles son las leyes que rigen el universo, ni tampoco aquellas que posibilitan un milagro.

Aquí no voy a explicar dichas leyes universales (es parte de la enseñanza maestro-discípulo), pero bastará con una sola frase: “los milagros ocurren por merecimiento”.

Para que ocurra un milagro todos los involucrados o posibles beneficiados del milagro deben merecerlo.

Pero no hablo de un merecimiento por buenas acciones humanas. Los milagros “los hace Dios”. Por lo tanto, el merecimiento necesario para los milagros debe ser espiritual, por acciones correctas espirituales; no por buenas acciones humanas.

Esta sencilla explicación comienza a dar sentido del porqué a muchas ”buenas personas” (humanamente hablando) no les ocurren milagros.

El merecimiento espiritual se obtiene de forma sencilla (pero no fácil).

Si deseamos “merecer cosas especiales” de Dios; pues debemos “cumplir con Él de forma especial”.

El cumplir con Dios significa ajustar nuestra vida, nuestras conductas, nuestra reacciones, nuestra percepción de las situaciones y de los demás, todo en función de lo que Él espera de nosotros.

Esa forma de vivir en función de Dios está indicada con lineamientos precisos en cualquier escritura sagrada existente en el mundo. Posiblemente se encuentre con diferentes palabras e imágenes y metáforas, dependiendo de los momentos históricos y culturales donde fueron recordadas, lo que sí requiere de la interpretación apropiada.

Pero si luego de entender dichos lineamientos de vida en función de Dios, no nos esforzamos en cumplirlos, ¿podemos acaso esperar que Él se esfuerce en ayudarnos? Sabemos que la respuesta es “no”; más allá de toda percepción o deseo ingenuo que nos hayan vendido de Dios.

Juan 14:21-24 (NTV)

21 (Jesucristo decía...) Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.
22 Judas (no Judas Iscariote, sino el otro discípulo con el mismo nombre) le dijo:
Señor, ¿por qué te darás a conocer solo a nosotros y no al mundo en general?
23 Jesús contestó:
Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos. 24 El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías; lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió.

Queda claro nuevamente en estos pasajes de la Santa Biblia, que debemos aceptar y obedecer los lineamientos de Dios Padre, recordados por Jesucristo para Dios nos ame. Si no los cumplimos, Dios no nos ama.

Pregunto, ¿acaso no es de esperar que Dios nos ame antes de concedernos algún milagro?

Entonces, debemos ganarnos (merecernos) el amor de Dios, cumpliendo con sus mandamientos, antes de que nada especial nos suceda. Si te quedó alguna duda, vuelve a leer la cita bíblica.

¿Recuerdas acaso algunos de esos lineamientos? Cosas como “amar a tus enemigos”, “poner la otra mejilla”, “no juzgar/quejarte”, “amar a Dios antes que a nada más”; estas son algunas pocas con las cuales ganamos merecimiento espiritual.

Claro, hay otras formas en las cuales un merecimiento espiritual especial y suficiente se te asigne para conceder un milagro, pero son casos tan especiales que no aplican para esta explicación.


La herencia espiritual.

Ahora mismo puedes estar pensando que conoces a personas que no viven de ninguna de esas maneras y aún así ha recibido milagros. Y es un hecho real; pero hay que seguir entendimiento lo del merecimiento espiritual.

El merecimiento espiritual se hereda. Muchas personas reciben “milagros” gracias a que alguno de sus padres o abuelos o en algunas generaciones anteriores lo acumularon en función de Dios.

Si este es el caso, el merecimiento se puede “invertir” en la ocurrencia de algún hecho “milagroso”, sin que el afortunado haya movido un solo debo por vivir en función de Dios.

Y dije “invertir” el merecimiento, porque se puede ver como una “cuenta espiritual de ahorros”. Algún familiar deposita en la cuenta gracias a su afán por cumplir y agradar a Dios con su propia vida; y ese dinero queda en herencia y en algún momento otro miembro de la familia puede aprovecharlo.

La nota triste de esto es que también se heredan las deudas espirituales con Dios. Llegado el momento esas deudas se deben cancelar, y pueden suceder cosas difíciles a alguien y la persona se pregunta “¿por qué a mí?”. Pero bueno, esto es harina de otro costal.

Entonces, ¿podemos dejar merecimiento espiritual como herencia a nuestros hijos para que a ellos les sucedan milagros en caso de que los necesiten?

Claro que sí; eso siempre ha sido así. Y esta es una de las razones por las cuales un padre o una madre debe afanarse en vida por agradar a Dios, para así bendecir a sus hijos en el futuro.


Merecimiento compartido

Pero volvamos a los milagros. Supongamos por un momento que una persona tiene el merecimiento necesario para que le ocurra un milagro.

Si el milagro que le ocurre a ella, también van a salir favorecidos sus seres queridos que están a su alrededor. Pensemos ahora; ¿acaso los seres queridos a su alrededor tienen el merecimiento suficiente para beneficiarse indirectamente del milagro que le pudiera ocurrir a ella?

Esta es la realidad. Si bien un milagro le puede ocurrir a una persona por su propio merecimiento, este también beneficia a los que están a su alrededor; a sus familiares. Pero para que esto ocurra, ellos (sus familiares) también deben tener el merecimiento suficiente para el milagro.

Nadie se imagina la cantidad de milagros que dejan de ocurrir en algunas personas, simplemente porque los que están a su alrededor no tienen el suficiente merecimiento para beneficiarse de este.

El merecimiento de los familiares o cercanos también debe existir para que ocurran los milagros. Este merecimiento de ellos puede también ser personal o heredado.

La idea de que un milagro se pueda “cancelar” porque las personas alrededor del beneficiado no tengan el merecimiento suficiente para que este ocurra, puede sonar muy injusto. Pero recordemos que este y todos los procesos del universo y por lo tanto de la vida, están regidos por leyes; y lo que esté regido por leyes por definición no es injusto. Nos puede parecer injusto seguramente porque desconocemos dichas leyes.

Posiblemente ahora se comienza entender la relación que hay entre la energías del 2018 como en comienzo del Año de los Milagros y el abordaje espiritual de las familias.

Si muchos milagros se dejan de manifestar porque algunos miembros de una familia no tienen los merecimientos suficientes, a pesar de que el primer beneficiario sí lo tiene; cuando toda la familia comience a acumular merecimiento caminando juntos hacia Dios, pues los milagros comenzarán a ocurrir uno tras otro en esa familia. Este es el proceso en el cual se debe comenzar a trabajar. Esto comienza en el 2018.


¿Qué hacer para comenzar a recibir milagros tras milagros?

Este proceso que comienza en el 2018 del Año de los Milagros, no es una energía que actúa por si sola. En ningún caso de ningún año ni de ningún fenómeno energético lo es.

Todas las energías que se establecen en el mundo (tanto evolutivas como planetarias) plantean solo escenarios aprovechables; los cuales requieren del esfuerzo real de aquellos que lo quieran aprovechar.

Pero en cuestión del merecimiento espiritual necesario para los milagros, quienes han comenzado a caminar con pie firme hacia Dios, incluso en contra de sus comodidades terrenales, saben que no es una tarea trivial. Y además saben que es imposible hacerlo por su cuenta, fuera de un escenario de crecimiento espiritual.

Recordemos que un escenario de crecimiento espiritual es aquel donde hay un maestro espiritual presente; el cual da enseñanzas en función de escrituras sagradas; y donde es indispensable el compartir con otros discípulos. Cualquier cosa que se haga fuera de este esquema de tres actores (maestro espiritual, enseñanzas sagradas y discípulos) es cualquier cosa menos caminar hacia Dios.

Ya sabiendo lo difícil que es caminar hacia Dios (crecer espiritualmente), ahora vemos que no solo hay que seguir haciéndolo de forma personal, sino que la familia completa es la que se debe involucrar.

Pero para esto, mis queridos discípulos cercanos están preparados para ayudar a los que deseen ser ayudados.

Simplemente, si deseas aprovechar estas nuevas energías evolutivas que comienzan en el 2018, búscanos y acércate. Tú y tu familia. Aquí estamos nosotros trabajando por años en el cambio que el mundo espera.

No son pocos los años que hemos estado presentando y trabajando las energías de cada período; nosotros existimos por Dios y para Dios. No somos novatos ni improvisados.

No hay escenarios apropiados para esto fuera de los nuestros.

El tiempo trascurre inexorable y no habrá vuelta atrás. Observa tu vida, has consciente cómo te sientes; y sabrás si puedes dejar pasar esta oportunidad.

Dios les bendiga.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original: 781AS. (31 de diciembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves: energías, año, 2018, merecimiento, milagros

viernes, 29 de diciembre de 2017

Para un excelente 2018

Autor: ShaniShaktiAnanda

En realidad este escrito no es solo para el 2018, pudiera ser para cualquier comienzo de año; e inclusive para cualquier mañana en la que despertemos con ganas de estar mejor.

Una de las cosas que debemos hacer primero es observar a nuestro alrededor (e incluso en nosotros mismos) y ver la gran cantidad de esfuerzo que hacen las personas (y nosotros mismos) para estar mejor.

Sin temor a equivocarnos, podemos ver que la mayoría de las veces ni el esfuerzo ni las buenas intenciones rinden los frutos suficientes.

Sí, es verdad que tenemos cosas bonitas; sí, es cierto que nos suceden cosas agradables; pero estas cosas no suelen ser ni de la magnitud ni de la permanencia que desearíamos o que correspondería con el empeño que le ponemos.

Entonces, ¿dónde está el problema?

Pudiera ahondar mucho en enseñanzas para explicar porqué sucede esto, pero esta vez quiero dar cosas concretas.

Si pensamos un momento en lo que pudiéramos llamar “la fuente de todo bienestar”; “el propiciador de todas las bendiciones”; “aquel que nos conoce tanto, que sabe lo que necesitamos antes de pedirlo”; vendría a nuestra mente la noción de Dios.

Sí, porque antes o después, siempre nos damos cuenta de que terminamos dependiendo de Dios. Cuando los problemas se escapan de nuestras manos, acudimos siempre a Él.

Pero si Dios es todo eso que describimos anteriormente, ¿por qué el mundo (o nosotros mismos) estamos muchas veces tan complicados?


El problema de raíz

Si bien creemos en Dios; si bien le tenemos fe; si bien sabemos que es todopoderoso, que está en todas partes y que todo lo sabe; muchas veces nos sentimos a la deriva. ¿Cuántas veces no tenemos más que esperar sufriendo hasta que Dios actúe?

¿Acaso ese es Dios?

La realidad es que la mayoría de la gente vive afectada por las situaciones que le rodean, mientras creen que ellas están de buenas con Dios; que Dios las ama; y que ese creador del universo y proveedor de todas las bendiciones está en su corazón. ¿Acaso estar entre estas dos aguas tiene alguna lógica?

No hablo de tener situaciones difíciles, ya que nadie está exento de ellas; sino que hablo de sufrir, lastimera o guerreramente, por dichas situaciones.

Si nos sinceramos un poco deberíamos analizar lo siguiente: si alguien está de buenas con ese creador del universo, ¿puede estar sufriendo a pesar de estar en situaciones complicadas? No hablo de estar preocupado, hablo de estar sufriendo.

Entonces comienza a aparecer la raíz del problema. Estamos sufriendo en algunos aspectos de la vida, pero seguimos creyendo que “estamos de buenas con Dios”.

Lamentablemente en esta modernidad (y en la nombrada Nueva Era) nos han vendido la concepción de que Dios nos ama de forma automática y que todos somos bendecidos y afortunados. Lo peor es que mucha gente ha comprado esta idea y sobre eso ha construido su vida.

Nuevamente apelo a la sinceridad. Si estuvieras “de buenas con Dios” ¿acaso tendrías esas situaciones que no te dejan dormir o que te angustian o que no te prometen un futuro cierto y hermoso (apartando el positivismo tonto)?

¿Acaso si Dios estuviera a tu lado, tú tendrías que pedir y pedir para que se te resolvieran las cosas?
¿Acaso si Dios te viera con buenos ojos, te va a hacer esperar tanto para ayudarte a tener una vida con paz?


El trabajo real para comenzar a tener una vida con paz

Si seguimos sin aceptar las evidencias y creemos que estamos bien con Dios a pesar de ver tanta injusticia en el mundo, o de quejarnos de las cosas, o de vivir en función de luchar en contra nuestros enemigos; pues no vale la pena que sigamos leyendo.

Pero por el contrario, si ya nos hemos comenzado a dar cuenta, les traigo la solución para cada amanecer de cada día o de cada año nuevo.

La única forma para comenzar a tener una vida con paz, una vida con mayor provecho; y donde nuestro esfuerzo realmente comience a dar frutos proporcionales a lo que hacemos, es “poniéndonos realmente de buenas con Dios”.

¿Cómo lo hacemos? Pues no está oculto.

Cuando Dios está de buenas con alguien, Dios lo ama y pasa a estar cerca de esta persona. Pero eso no es así de forma automática, hay que cumplir con algunos requisitos.

Hablemos como cristianos de cualquier iglesia (católica, evangélica, ortodoxa, etc.). Si reconocemos en Nuestro Señor Jesucristo al Hijo de Dios, enviado por Dios mismo para recordarnos la forma de llegar al Cielo; y que por ello incluso murió en la cruz; pues deberíamos estar bien también con Jesucristo para estar bien con Dios. No podemos estar bien con Jesucristo y mal con Dios, o bien con Dios y mal con Jesucristo.

Pero es que acaso ¿se puede estar mal con Dios y con Jesucristo incluso sin darnos cuenta?

¿Acaso Dios y Jesucristo no nos aman siempre y están con nosotros? Verifiquemos la condición que debemos cumplir:

Juan 14:21,23-24 (NVI)

21 (Jesucristo decía...) ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

23 Le contestó Jesús:
El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él (y estaremos con él). 24 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió.

Las respuestas a las preguntar anteriores se obtienen de estos pasajes de la Santa Biblia. Sí, tanto Dios como Jesucristo pueden no amarnos y pueden no estar con nosotros.

Y de estos mismos pasajes se entiende que estar de buenas con Dios (y con Jesucristo) pasa inevitablemente por conocer sus mandamientos y obedecerlos.

Y esto de conocer sus mandamientos y obedecerlos significa adecuar nuestra vida, nuestro comportamiento y nuestras actitudes hacia las situaciones y hacia las demás personas, de la forma en la que Dios espera que lo hagamos.

¿Estas seguro que conoces los mandamientos de Dios que nos vino a recordar Jesucristo? Te recuerdo solo tres: amar a tus enemigos, poner la otra mejilla y no juzgar (no quejarte desde tu corazón).

¿Acaso conoces los demás? ¿Acaso has hecho un esfuerzo sincero en cumplirlos todos?

Esto es lo que significa estar de buenas con Dios; y por aquí comienza el trabajo real para una vida con paz: debes buscar conocer lo que Dios espera de ti y debes ver cómo llevar eso a la práctica cotidiana.

Atención: esto lo planteo desde el cristianismo por su mero asunto cultural; pero eso de estar de buenas con Dios aplica para cualquier enseñanza espiritual de cualquier religión.


El propósito de un nuevo y prometedor 2018

Bien sea para el 2018 o para cualquier día o cualquier año, tu propósito para una vida mejor debe ser enseriar y afinar tu relación con Dios; dejando de creer que la estás llevando de forma estupenda.

Pero hacer esto, difícilmente se logra solo. De hecho, posiblemente hasta ahora no lo hayas logrado.

Para enseriar y afinar tu relación con Dios debes buscar ayuda en la persona correcta, en los escenarios correctos y de la forma correcta. Posiblemente no lo logres en los escenarios que hayas frecuentado hasta ahora, ni con las personas en las que hayas creído hasta ahora, ni de la forma en la que lo hayas intentando hasta ahora.

Y al asumir este reto de comenzar a estar de buenas con Dios en este nuevo año, te vas a enfrentar con el miedo de salir de tu zona de confort; lo que es indispensable hacer para tener siempre un bienestar mayor. Este miedo siempre existe en cada nuevo reto, pero depende de ti: quedarte igual o mejorar.

Pero esto debe ser un propósito firme, comenzar a recorrer este camino que te permitirá tener una excelente 2018.

Si necesitas ayuda, simplemente búscanos. Pero no te tardes, posiblemente ya hayan sido muchos años sin saber esto.

Dios les bendiga.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
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Palabras-claves: feliz, año, 2018, Dios, Jesucristo, excelente, vida, provecho, propósito

jueves, 7 de diciembre de 2017

La depresión – desde nuestras energías

Autor: ShaniShaktiAnanda

Las depresiones (o los estados depresivos) conforman uno de los males cada vez más frecuentes de nuestras sociedades modernas actuales.

Y una de las características de nuestras sociedades modernas actuales es que sus miembros tienden a relacionarse con Dios de forma infantil; sin el menor compromiso personal hacia Él.

¿Por qué planteo estas dos ideas para comenzar? Pues porque voy a llegar a unirlas al final de este escrito.

Como todos saben no soy profesional de la salud; pero si tengo experiencia de más de cuarenta años en la sanación holística. Esto me permite tener una visión más amplia de muchas patologías que la ciencia médica no se explica.

He escuchado a muchos médicos dar de altas a personas con síntomas depresivos incipientes o diagnosticados, por la sola razón de que no les encuentran nada malo clínicamente hablando. Incluso algunos especialistas me han referido a personas deprimidas con la esperanza de que yo, como sanador, intente hacer algo por ellas.

Pero también es cierto que hay ramas de la medicina que tratan las depresiones mediante fármacos, pero únicamente buscan mejorar o aminorar dichos estados; sin la promesa de sanar a la personas que las sufren. Muchas veces la consigna parece ser la de mantener a la persona medicada hasta que la depresión ceda naturalmente; sin saber cómo ni cuándo.

Yo no soy quién para criticar este enfoque médico. Seguramente me equivoco y la ciencia médica ya haya avanzado bastante y existan mejores razones para medicar a las personas con estados depresivos. Pero de que eso sea la solución, realmente lo dudo.

Y dudo que la medicación química sea la forma de sanar una depresión, porque la depresión es una patología con un origen energético muy claro. El problema es que la ciencia médica aún no parece comprender que somos más de lo que vemos, tocamos y cuantificamos.


El origen energético de la depresión

Cuando hablamos de cualquier patología (enfermedad, malestar, incomodidad) al ser nosotros seres integrales es claro que esa condición va a tener impacto en todo nuestro ser. No hay nada que se produzca en alguno de nuestros planos de existencia que no afecte, en menor o mayor medida, a los demás.

Uno de esos planos de existencia es nuestro cuerpo energético. Es en ese cuerpo energético donde se maneja el concepto de “energía vital”, como la energía que alimenta, sostiene y controla todos los procesos de vida de los planos terrenales (físico, mental, emocional y el mismo energéticos)

Este cuerpo energético no es totalmente desconocido por las personas. Es aquel que está formado por los “chakras”, como centros energéticos que matizan y manejan la energía vital; y por el flujo o las dinámicas de dicha energía entre esos chakras.

Si revisamos nuestras funciones vitales, podemos agrupas dichas funciones en cada uno de los diferentes chakras. Esto indica que
la energía de cada chakra alimenta, sostiene y controla a ese grupo de funciones vitales.

Con esto en mente,
si revisamos las funciones de vida que se alteran en un estado depresivo, encontramos (algunos dirían que por pura casualidad) que todas están relacionadas con nuestro chakra Muladhara, también conocido como chakra base o primer chakra.

Con esta relación tan clara entre la sintomatología de la depresión y las funciones del Muladhara, se puede afinar tanto los enfoques terapéuticos como hacer predicciones de malestar, ayudando así a las personas con dichos estados depresivo.

Voy a omitir en este escrito la relación de síntomas depresivos y energía del Muladhara para evitar el peligroso autodiagnóstico.

Pero en todo esto hay un problema. Si hablamos del Muladhara, este chakra tiene un comportamiento particular, diferente a los demás chakras (que pasaré a explicar más adelante) Este comportamiento establece que cuando los síntomas de una depresión se hacen manifiestos, es porque el chakra ya está francamente afectado. La depresión suele ser la alteración muchas veces irreversible del Muladhara. A veces, si el afectado cumple con protocolos energéticos serios y con mucho compromiso, la recuperación puede darse.


Funcionamiento básico del Muladhara hacia la depresión

Cuando hablamos de los chakras en general, todos ellos manejan energía vital, la matizan según su frecuencia y estas se utilizan en diferentes funciones de vida, tanto física, como mentales, emocionales y energéticas.

Para la mayoría de los chakras, el manejo de dicha energía es gradual, nunca es abrupto. Un chakra sano (operativo y no inmaduro) tiene un nivel de energía definido como
normal. En algún momento el chakra puede deprimirse o agotarse, bajando de forma gradual su energía (lo cual dejaría sin energía a algunas de las funciones de vida que depende de esta). O por el contrario en ocasiones un chakra puede sobrestimularse, aumentando su nivel de energía. La sobrestimulación ocurre cuando las funciones de vida que dependen de ese chakra así lo requieran.

Pero con el chakra Muladhara pasa algo un poco diferente; y se relaciona a su funcionamiento asociado a la supervivencia. El Muladhara se debe mantener estable, dando su energía a los procesos que lo requieran. Pero en “situaciones
percibidas como emergencias”, el Muladhara se dispara a niveles energéticos muy altos, con la intención de dar toda su energía a los procesos que deben tratar de lidiar con dicha situación. No es casualidad que a nivel endocrino el Muladhara se asocie con las glándulas suprarrenales y las tan conocidas: adrenalina y noradrenalina.

Pero este estado producido por la “sensación de peligro”, es para el Muladhara un estado de “no equilibrio”, el cual desgasta sobremanera a ese centro energético; y por lo tanto sería recomendable resolver rápido.

En este estado de alerta, el Muladhara busca mantenerse sobrestimulado de forma sostenida a una intensidad mucho mayor que cualquier otro chakra (a fin de cuentas, es una sensación de alarma de supervivencia). Pero esta sobrestimulación, sostenida por el tiempo suficiente, produce un agotamiento del chakra base y esto provoca una caída abrupta de su energía.
El Muladhara simplemente se agota.

Esta caída por agotamiento en vez de frenarse en su estado normal de energía, lo arrastra a un estado de
depresión energética muy marcada. Los ingenieros electrónicos llamanos a este tipo de comportamiento un estado ON-OFF.

Pero aquí comienza el círculo vicioso. El mismo estado energético deprimido de este chakra resulta en una “alarma”, por lo que el Muladhara intenta volver a “dispararse” para sobrestimularse de nuevo; pudiéndose repetir el agotamiento y la sobrestimulación una y otra vez, si no se toman las medidas necesarias.

Si una persona vive con
sensaciones de estados de emergencia frecuentes, este “dispararse y agotarse”, “sobrestimularse y deprimirse” una y otra vez, van a afectar con el tiempo a la capacidad de respuesta del Muladhara. Llegará el momento en el cual el Muladhara quedará en un estado más deprimido de lo normal y muchas de las funciones de vida que este controla comenzarán a deprimirse. He aquí donde comienza a aparecer la depresión clínica.

El proceso es muy similar a un foco o bombillo con un interruptor; con los cuales nos gustaba tanto jugar de pequeños, encendiendo y apagando. ¿Qué nos decían nuestros padres?
“No hagas eso que vas a terminar quemando el bombillo”. Lo mismo ocurre con el Muladhara; de tanto encenderse y apagarse, muchas veces sin motivo de peligro real, termina sin poder encender más.


El abordaje de la depresión

Cuando ya el Muladhara está en un estado sostenido de agotamiento y aparecen los primeros síntomas de la depresión, hay que actuar de forma inmediata. Para ser sincero, las probabilidades de recuperación no son las más altas, pero la posibilidad siempre se debe hacer.

Si el agotamiento del Muladhara ocurre, se debe consultar a un buen terapeuta energético que maneje estos conceptos y él indicará actividades y enfoques que aumenten la entrada continua de energía vital en nuestro cuerpo energético. Entre estas actividades y enfoques se encuentra:
frecuentes terapias de Reiki, inmersión total en escenarios espirituales, recuperación inmediata de prácticas religiosas, tipos específicos de ejercicios físicos, cristales particulares, entre otras cosas.

Además, esto se debe combinar con prácticas y esquemas de sanación que eliminen el malgaste energético en la persona (por ejemplo meditación). Nada se hace inyectando más energía a un sistema que tiene fugas.

Y esta es la forma correcta. La depresión energética del Muladhara se aborda forzándolo a manejar un flujo mayor de energía vital. Es la única posibilidad de lograr que se estabilice.

El problema es que de la misma forma en que al Muladhara se le estuvo sobrexigiendo por mucho tiempo antes de enfermarse, la recuperación suele no ser inmediata, tomará también su tiempo. La recuperación posiblemente sea más rápida de lo que tardó en dañarse, pero no inmediata.

Pero debemos recordar que un paciente con depresión clínica generalmente no consigue hacer cosas por su propia cuenta. Esto implica que en el intento de recuperación deben participar los familiares de forma activa; posiblemente acompañando ellos también a las recomendaciones señaladas para el paciente.

Y nunca está de más recordar que cualquier enfoque complementario para recuperar la salud y el bienestar se debe hacer de la mano con los profesionales de la salud. Nada de lo indicado se puede hacer alejado del tratamiento médico
.

La prevención de la depresión

Y como siempre, invertir en prevención siempre es mejor que invertir en corrección.

Las condiciones energéticas que desembocan en un estado de depresión se pueden prevenir. Con el fortalecimiento correcto del Muladhara, se logra una interesante inmunidad a posibles desarrollos de depresión.

De párrafos anteriores aprendimos que el Muladhara se afecta con los ciclos recurrentes y frecuentes de “dispararse y agotarse”; y esto ocurre gracias a
sensaciones de estados de emergencia frecuentes.

Entonces, si quisiéramos prevenir ese agotamiento del Muladhara para disminuir la probabilidad de sufrir de depresiones;
lo que debemos hacer no es luchar por eliminar la situaciones de emergencia en la vida, sino que debemos esforzarnos en cambiar nuestra percepción de ellas.

Esto lo digo porque la mayoría de las veces el luchar contra las situaciones que consideramos de emergencia en vez de abordarlas como son, genera una mayor sensación de estado de emergencia. El remedio termina siendo peor que la enfermedad.

Si nos damos cuenta, ante una misma situación complicada de vida, algunas personas se deprimen y otras no. Esto no solo habla de un mejor estado del Muladhara de una persona en comparación con la otra; si no de las percepciones diferentes que dos personas pueden tener de una misma situación.

Si una situación cualquiera es percibida por una persona como “de emergencia”, su Muladhara intentará reaccionar sobrestimulándose, sin importar si la situación es realmente de peligro o no. Su percepción es lo que vale.

Si por el contrario, una persona tiene argumentos diferentes de vida que le permitan “no satanizar” a
una situación y gracias a eso asumirla con mayor paz, el Muladhara reaccionará de forma menos exacerbada.

Parte del problema de nuestras sociedades modernas es que es bien visto “reaccionar fuertemente ante situaciones que consideramos negativas”
. Parecería que el enfoque más calmado ante una situación difícil, no resuelve nada. Esto último es totalmente falso.

Y si esta actitud reactiva se vuelve una actitud socialmente aplaudida; pues los casos de depresión terminarán siendo cada vez más frecuentes con el tiempo. Y a la larga las personas se preguntarán “por qué a mí”

Pero ¿cómo se puede generar un cambio de percepción de las situaciones de vida para que se solucionen sin tanta reactividad destructiva?

Precisamente este es el punto de la prevención
. Esta percepción de vida menos autodestructiva se consigue aumentando la consciencia espiritual en los miembros de una sociedad.

Aquí me resulta imposible explicar todo lo que implica aumentar la consciencia espiritual de la vida de una persona; pero lo puedo resumir como un
asumir un crecimiento espiritual.

Esto nunca se logra con afirmaciones, ni con decretos, ni con pensamiento positivo, ni con buenas intenciones; que son simplemente argumentos mentales que no impactan a nuestro cuerpo energético.

El cambio real en la percepción de las situaciones de vida, es mucho más profundo; e implica comenzar a ver y a vivir la vida en función de Dios, no en función de argumentos humanos.

Si esto lo analizamos desde nuestras energías, un estilo de vida en función de Dios sobrestimula el Sahasrara (séptimo chakra), el cual sirve de entrada de energía vital a nuestro ser y que por lo tanto provoca un aumento el flujo energético en nuestro sistema. Recordemos que esta es la forma de estabilizar el Muladhara y así minimizar las posibilidades de ataques depresivos.

La frase “Solo Dios basta” sigue siendo verdad, siempre y cuando se lleve correctamente en nuestras vidas.


¿Cuáles son las sensaciones de estados de emergencia con las que vivimos?

Muchos creerán que las sensaciones que descontrolan el Muladhara son únicamente las reactivas evidentes y las violentas; pero resulta que no.

Sensaciones de desesperanza, desconsuelo, frustración, sed de justicia, miedo, inseguridad hacia el futuro, carencias, escasez, impotencia, sensación de pérdida del control, entre otras, también son interpretadas por el Muladhara como situaciones de emergencia donde peligra nuestra supervivencia.

Si tanto estas sensaciones más pasivas como las reactivas no se abordan correctamente para superarlas; y en vez de eso se mantienen en el tiempo, el Muladhara tenderá a perder su capacidad de respuesta y en cualquier momento comenzarán los primeros síntomas de depresiones.

Pero no solo son las sensaciones “no armónicas” que sentimos en cualquier situación de vida son las que llegan a agotar al Muladhara. También lo hace el manejo inapropiado de los escenarios kármicos donde podemos estar sumergidos.

Sí, la energía del Karma se procesa en el Muladhara y si no se hace correctamente este chakra se daña.

Una persona puede enfrentar una situación como lo crea lógico y justo (humanamente hablando) e incluso se puede “sentir bien” haciéndolo; pero eso no indica que esté siendo acertada su actuación en función de sanar su karma y así no agotar su Muladhara.

El aprender a lidiar de forma “amigablemente kármica” con las diferentes situaciones de vida escapan al alcance de este escrito; pero nuevamente apunto a que esto se consigue en un esquema correcto de crecimiento espiritual.


La mayoría de las veces, antes de que se establezca un estado depresivo, se advierten señales que predicen una posible depresión. Estas señales los ataques de ansiedad y los ataques de pánico. Energéticamente estos son dos estadios anteriores a las depresiones clínicas. En cualquiera de los tres casos, las medidas energéticas a tomar son similares.

No puedo esconder que hay factores genéticos que condicionen a un Muladhara “débil”; Sí, existe la herencia energética. Además, que la crianza de los niños puede condicionar un Muladhara no muy fortalecido; y el mismo Karma se hereda de padres a hijos.

Pero estos tres últimos factores no son los principales responsables de las depresiones; cualquiera de ellos se puede palear con las recomendaciones señaladas anteriormente.


Pero no solo las depresiones

Hemos hablado de la relación de la depresión con el mal funcionamientos del Muladhara; ¿pero acaso este chakra controla solo la depresión? La respuesta es no. Este controla muchos otros aspectos de vida que pueden poner en riesgo la propia subsistencia.

Entre otras enfermedades o condiciones que se pueden presentar (directa o indirectamente) cuando falla la energía del Muladhara están:

  • Hipertensión o hipotensión arterial.
  • Anemia.
  • Factores de coagulación.
  • Cáncer.
  • Falla en la tonicidad muscular.
  • Problemas de cicatrización.
  • Disfunciones sexuales.
  • Carencias económicas.
  • Pérdida del sentido de pertenencia.
  • Falta de seguridad personal.
  • Psicosis.
  • Alcoholismo.
  • Drogadicción.
No digo que todas estas patologias son únicamente energéticas, pero sí que todos estos casos se abordan más a o menos igual que la depresión desde el punto de vista energético; con algunos ajustes puntuales en las diferentes condiciones y con éxitos variables.

Para finalizar, vemos no solo la importancia del tratamiento oportuno tanto para la depresión como para otras enfermedades; sino lo importante que significa tener una visión ampliada de nuestro ser, para así lograr mejoras también ampliadas en nuestra calidad de vida.


Pero no puedo terminar sin unir las dos ideas presentadas al inicio de este escrito. Al comienzo planteé la intención de unir a la depresión con un fenómeno de las sociedades modernas donde sus miembros aseguran tener una buena relación con Dios, que no termina sirviéndoles de mucho.

Todo el mundo dice estar de buenas con Dios, pero desde una creencia o desde la argumentación mental tontamente positivista. Esta forma infantil de relacionarse con Dios no produce ningún impacto energético que evite la depresión.

La buena relación con Dios no se vive desde una certeza de que Dios me ama sin importar qué; o desde la ingenuidad de que Dios siempre me ayuda y me perdona sin contar lo que yo haga o con solo arrepentirme en una iglesia. Tampoco sirve creer que Dios siempre está presto a ayudarme en cualquier cosa que me sucede y solo me basta “pedirle con fe”.

La correcta relación con Dios se comienza a establecer cuando adecuamos nuestras vidas, no a nuestras conveniencias humanas, sino a lo que Dios espera que hagamos como seres espirituales.

Agradar a Dios cumpliendo con el comportamiento que Él mismo nos señaló, es la forma de comenzar a crear una buena relación con Él y así ganarnos todas sus bendiciones. (SSA)

¿Acaso una persona que viva afanada por adecuar su vida a lo que Dios le pide, puede tener siquiera el tiempo de deprimirse?

¿Acaso una persona que viva verdaderamente con Dios en su vida, se puede deprimir?

Energéticamente “vida en función de Dios” y “estar deprimido” son condiciones generalmente excluyentes
.

Dios les bendiga.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original: 706AS. (06 de diciembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves: depresión muladhara, chakra, base, Dios, cáncer, agotamiento, hipertensión, hipotensión