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domingo, 18 de diciembre de 2022

Los beneficios de amarte

Autor: ShaniShaktiAnanda

El amar a algo o a alguien siempre se debe traducir en acciones. De lo contrario la frase “te amo” o “lo amo” es inconsistente.

Y es así porque el beneficiario de tu amor debe sentirlo, debe beneficiarse con ello.

No voy a discutir que muchas veces sentimos amar a alguien y no podemos demostrarlo, incluso porque esa persona puede no querer nuestro amor. Sucede. Pero ese amor que no se puede manifestar efectivamente, no ayuda a nadie, ni al que ama ni al ser amado. Por lo tanto aquí no me refiero a ese amor.

Cuando amas de verdad a alguien siempre buscas hacer cosas para que ese ser amado esté bien, se mantenga bien, esté sano, se alimente bien, no se enferme, descanse, esté tranquilo, no le das preocupaciones, lo ayudas a cumplir sus metas, lo apoyas para que tenga éxito y muchas cosas más.

Pero ese amor, el amor de verdad, no es alcahueta. Ese amor no debe pretender dar bienestar inmediato del ser amado a costa de un bienestar trascendente, de un bienestar futuro mayor. Me explico con dos ejemplos.

Si amas a tu hijo lo envías al colegio, le das educación (dentro de tus posibilidades); pero cuando quiera divertirse viendo televisión incumpliendo con alguna tarea, pues en nombre de ese amor no se lo permites. Cualquier bienestar mayor, futuro, trascendente, es más importante que bienestares “alcahuetas” instantáneos.

Si amas a una persona con diabetes, tu manifestación de amor no es cocinarles con azucares y carbohidratos refinados sino procurar que esté bien a futuro, a pesar de que tenga que suprimir gratificaciones inmediatas, como puede ser comer dulce.

Estoy seguro que hasta aquí estamos de acuerdo.

Resumiendo: cuando amas a alguien quieres y haces por el bienestar trascendente de esa persona; bienestar trascendente que a veces implica ayudarle a hacer sacrificios y elegir qué es lo mejor para ella.

Amar a los demás puede llegar a ser natural y fácil, créanme. Pero ¿es fácil amarse a uno mismo?

Uno puede descubrir que los criterios de vida más difíciles de llevar a cabo no son naturales, sino que se tienen que aprender con esfuerzo; con un esfuerzo espiritual.

Cito una referencia bíblica que establece dos de las conductas correctas para vivir con bienestar trascendente:

Mateo 22:36-40 (RV1960)

36 Maestro (le preguntaron a Jesucristo), ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

En la cita anterior se leen dos de los mandamientos fundamentales dados por Jesucristo, los cuales son base de todas las enseñanzas sagradas, aplicable a cualquier doctrina espiritual/religiosa. Una personas espiritual tiene estos dos preceptos como basamento de todo lo que hace en la vida.

El mandamiento de “amar a Dios sobre todas las cosas” es parte de otros escritos. Es el mandamiento fundamental más importante y hay que entenderlo muy bien; pero no corresponde explicarlo en este escrito.

Lo que si vamos a tomas es el mandamiento de “amar a tu prójimo como a ti mismo”

Aquí cabe muy bien todo lo que hemos hablado anteriormente. Amar a tu prójimo es proveerle o ayudarle a que tenga el mayor bienestar trascendente (a pesar de sus gratificaciones instantáneas).

Pero ¿nos damos cuenta de que este mandamiento es reversible?

Amar a tu prójimo como a ti mismo = Amarte a ti mismo como amas a tu prójimo.

Si amando a tu prójimo buscas su bienestar, ¿porque no te procuras tu bienestar de la misma manera?


Vivir el aquí y el ahora

Esta frase puede ser tan correcta o incorrecta como la interpretación que “convenientemente” que se le dé. Destacaré solo la interpretación incorrecta desde el ámbito del bienestar.

Muchas personas interpretan el “vivir el aquí y el ahora” como una forma de enfocarse en el disfrute personal del momento, porque consideran que el futuro es incierto. Por eso viven buscando momentos de disfrute y placer, sin considerar muchas veces las consecuencias a futuro; consecuencias no necesariamente por lo que hacen, sino por lo que dejan de hacer.

Eso se llama: “Gratificación instantánea” (gracias Blanca) y es potencialmente peligroso e irreversible.

Las personas que viven buscando su bienestar en el aquí y en el ahora se parecen a los estudiantes que abandonan lo deberes por ver la televisión, por salir con los amigos, por los vídeo juegos, por distraerse, etc. Una inmadurez que no promete un bienestar futuro.

Esta mala interpretación de “vivir aquí y del ahora” anula el concepto del bienestar trascendente. No quiere decir que en la búsqueda del bienestar trascendente no puedas disfrutar el momento; pero debes estar consciente de que, cuando sea necesario, debes escoger tus acciones por un bienestar trascendente a pesar de que no disfrutes el momento.


Claridad para la calle y oscuridad para la casa

Y es una realidad que no se suele cumplir lo de “amarnos (cuidarnos) como amamos (cuidamos) a nuestro prójimo”.

  • Damos muchos consejos de bienestar a aquellos que amamos, los mismos que no seguimos.

  • Somos capaces de cuidar o preparar comidas saludables a los demás, pero somos descuidados con nuestra propia alimentación.

  • Damos consejos o procuramos que descansen aquellos que amamos, pero nosotros no tenemos el descanso suficiente.

  • Aconsejamos que los que amamos hagan ejercicios regularmente, pero nosotros no lo hacemos como deberíamos.

  • Trasmitimos a los que amamos que meditar es bueno, pero nosotros no le ponemos dedicación.

  • Acompañamos al médico a quienes amamos, pero nosotros no vamos para lo nuestro.

  • Recordamos hacer a nuestros amados sus controles de salud y no estamos pendientes de los nuestros.

  • Aconsejamos a los amigos que se calmen ente un problema pero nos alteramos sin control ante los nuestros.

  • Decimos a nuestro amados que confíe en Dios ante algún problema pero ese mismo Dios no nos sirve a nosotros en los nuestros.


Si no nos amamos a nosotros mismos (como amamos a nuestro prójimo) nunca vamos a estar realmente bien. Recordemos que cuando amas a alguien lo que buscas es que esté realmente bien, de forma trascendente.


Los beneficios de amarte... a ti mismo

A lo mejor el título de este escrito confundió a algunos; pero sigue siento coherente; porque si yo te amo, también me debo amar a mí mismo.

Y no es la idea que algunos repiten que debemos primero aprender a amarnos a nosotros mismos antes de amar a los demás; si fuera así nunca llegaríamos a amar a nadie.

Como el mandamiento citado es una igualdad y toda igualdad es bidireccional; el amar a otros y a la vez trabajar amándonos a nosotros mismos se puede hacer simultáneamente.

Si te esfuerzas porque alguien esté bien, debes esforzarte para que tú también estés bien.

Y a veces lo hacemos. Si conocemos una buena fuente de soda; pues la recomendamos a las personas que amamos. Solo que debemos hacerlo con cosas más serias, con las cosas que nos den beneficios trascendentes.

Como corolario final quiero dejar algo que debemos recordar siempre:

El primer paso para tener cada vez mayor bienestar es que aprendas a amarte a ti mismo. Esto implica que te ocupes de las cosas que te prometan bienestar trascendente, dejando de lado, de ser necesario, las gratificaciones instantáneas.” SSA 18dic2022

Ahora es fácil darse cuenta de que si nos cuidamos nosotros mismos, podremos tener mayor capacidad de cuidar a los que amamos.

¿Llamamos ta todo esto amor propio? Ya lo desarrollaré más en su momento.

¡Pero cuidado! Eso de amarse uno mismo no tiene nada que ver con quererse uno tal como es. Otras personas predican que te debes aceptar como eres; y ese es el tipo de amor alcahueta que nadie se puede permitir.

Si practicas el amarte como eres, estás aceptando y quedándote con esas cosas en ti que pudieran estar mejor. El amarte como eres puede eliminar cualquier posibilidad de ser mejor; de hecho te estarías amando así como eres, sin ser mejor.

El amarse a uno mismo de verdad, te debe llevar constantemente a superarte, a mejorar, a cambiar para mejor; eso es bienestar trascendental. Siempre buscando alcanzar la mejor versión de ti mismo.


Aclaratoria adicional: en párrafos anteriores coloqué una cita bíblica para argumentar el bienestar (incluso el terrenal), porque no existen acciones de mayor bienestar trascendental que las conductas que nos invita a adoptar las enseñanzas sagradas. Tenlo siempre en cuenta si de verdad quieres vivir muy bien.

Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda
Original: XXXX AS. (18 de diciembre del 2022)
http://pagr777.blogspot.com/
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Instagram @ShanisShaktiAnanda @EscuelaparaelAlma.ssa @esteservidor
Palabras-claves: bienestar trascendente gratificación instantánea amarte prójimo amor propio

viernes, 22 de julio de 2022

El estrés oculto

 Autor: ShaniShaktiAnanda

¿Sabías que tener estrés no solo significa estar preocupado por algo?

Asociamos, de forma muy limitada, el estar estresado con tener algún problema y estar preocupado. Por eso podemos estar enfermos y descartarnos inapropiadamente al estrés como origen.

El estrés siempre es una sobrecarga de algún sistema para intentar volver al equilibrio del cual se le sacó. Puede ser una enfermedad, un golpe, algo agudo (puntual, eventual) que se resuelve y listo (a este se le llama eustrés); o por el contrario puede ser un estrés crónico que tarda mucho en resolverse, muchas veces porque no lo identificamos. El crónico (a este se le llama distrés) es el que enferma. 

Pero este estrés que enferma puede estar ocurriendo más allá de tu mente, de tus emociones y realmente puede pasar desapercibido para ti.

Somos seres integrales, formados por varias partes (o cuerpos) que se integran entre sí. Si uno de ellos falla, pues podemos fallar integralmente. Si uno de ellos se estresa, va a afectar a otros.

Todo sanador integral debe reconocer que podemos sufrir varios tipos de estrés:

1. Estrés físico

2. Estrés orgánico/fisiológico

3. Estrés mental (el más conocido)

4. Estrés emocional (a veces confundido con el mental)

5. Estrés energético (energía vital, chakras)

6. Estrés álmico (a lo mejor aquí ya comenzaste a arrugar la cara) y

7. Estrés kármico.

 

No voy a describir en este escrito los tipos de estrés, primero porque pueden ser más complejos de lo que puedo aclarar en pocas líneas; y segundo porque no quiero dar la intención de que algo de esto se puede auto-tratar con el simple hecho de comprender el concepto.

Pero sí puedo decir que por acciones médicas y terapéuticas posiblemente se traten los cuatro primeros tipos de estrés. Los otros tres se deben abordar desde la Sanación Integral. De cualquier manera, debes buscar ayuda

Pero atención, muchas veces encontrarás a terapeutas y sanadores que se dicen holísticos o integrales únicamente porque saben varias técnicas. Ser holístico o integral no es cuestión de tener muchas herramientas, sino que es realmente entender la sinergia que hay entre todas nuestras partes, para saber dónde buscar, qué buscar y luego qué proponer con lo que se encontró.

Debe ser una prioridad para ti evaluar en tu vida los puntos de estrés de forma muy cuidadosa, ya que se puede afirmar que el estrés, en cualquiera de sus tipos, es el origen de cualquier malestar, enfermedad, dolencia, preocupación, frustración, como lo quieras llamar.

Si necesitas ayuda, contáctame.

Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda
Original:  XXXX AS. (22 de julio del 2022)
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Palabras-claves: estrés, eustrés, distrés, enfermedad, malestar, integralidad, holístico, integral, sanación, medico, terapeuta, sanador

miércoles, 20 de julio de 2022

¿Por qué insisto con lo espiritual?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
Muchas personas que me conocieron y las que me conocen, pudieran asegurar que soy un hombre bastante normal.

Soy algo serio y formal. Difícil de abordar al comienzo, también. Pero una vez que me conocen, suelo ser amable y llevadero.

Una de las cosas malas que pudieran decir de mí, es que soy muy intenso cuando abordo algunos temas: tanto profesionales (tecnológicos) como humanos (espirituales).


Y en los temas espirituales, es donde me he desenvuelto en estos últimos años con más intensidad e insistencia que nunca. Y lo he hecho no porque haya descubierto un ámbito nuevo en mi vida. Muy por el contrario, he vivido en estos temas espirituales, religiosos, místicos y paranormales desde muy niño (antes de mis 10 años de edad). A la espiritualidad la abordo con intensidad e insistencia, porque “he visto mucha agua correr debajo del puente”; y esas cosas las suelo defender desde una amplia experiencia de vida.

Mucha gente que no conoce detalles de mi niñez y de mi juventud, supone que ahora estoy en la parte espiritual porque “me han pasado cosas difíciles en la vida” o porque “me cansé de la vida que llevaba y ahora cambié la forma de ver las cosas”.

Totalmente equivocados. Aunque si bien me han pasado cosas difíciles como le pudieron haber pasado a cualquiera; pude haberme quedado viviendo muy bien mi vida profesional; no me iba nada mal. Pero la vida me ha rescatado, haciendo valer con aquellos que me formé desde muy pequeño. Como para justificar su inversión; digo yo.

Y esa vehemencia en argumentar la necesidad de llevar una vida espiritual mientras vivimos, viene de algunas cosas particulares; una de ellas es la que quiero descubrir aquí.

Me ha ayudado mucho el conocer, con certeza, qué sucede luego de morir; y cómo se puede estar en el más allá si no se aprovechó la vida terrenal desde un punto de vista espiritual. Eso me autoriza para poder “advertir” (algunos dirían “asustar”) a los demás.

Y digo certeza, porque desde muy pequeño me comunico con seres de otros planos (incluyendo difuntos).

Los detalles de esta capacidad extrasensorial no los voy a exponer aquí. Pero puedo decirles que con esta capacidad, desde muy pequeño, pasé por períodos bien definidos. Primero sentí terror por esta capacidad. Luego me la negué y más tarde la ignoré.

Pero llegó el momento en el cual, enfrentándome a las pruebas de validación irrefutables a lo largo de toda mi vida, no pude más que aprender a vivir con esa capacidad. Llegó el punto donde seguir ignorando esta capacidad hubiera sido tonto.

Afortunadamente, fue un proceso de aceptación cabal; que me permitió no sentirme más ni mejor que nadie (a veces sí en franca desventaja); y nunca lo tomé como un “espectáculo de circo” del cual pude haber sacado mucho provecho.

Esto mismo me permitió aprender a vivir de forma bastante normal. Nadie imaginaría que el muchacho aquel, estudiante y luego profesional universitario, además de trabajador dedicado; tuviera "esas cosas”.

Pero sí, las tenía. Y por eso, cuando digo que "he visto” a seres que han muerto, desesperados por haber perdido su reencarnación, sintiéndose “desnudos y desamparados”; pues sé de lo que hablo.

La gente ha comprado a “vendedores deshonestos” la idea de que tanto la espiritualidad como la religiosidad hacen felices a las personas aquí en la Tierra. Pero yo les aseguro que vivir espiritualmente mientras estamos aquí, nos va a dar el máximo provecho en esta vida al morir. Si quieres simplemente vivir feliz, vive terrenalmente y listo.

Pero no solo trae problemas el no vivir espiritualmente. Sino que más de una persona ha vivido “creyendo llevar una vida espiritual” y al morir se da cuenta de que perdió el tiempo. Mejor hubiera sido no haber hecho nada. Su estado en el más allá resulta peor que si hubiera ignorado totalmente su espiritualidad.

¡Dios!; yo sí les puedo decir "con los pelos del burro en la mano", lo importante que es vivir espiritualmente.

Si bien me estoy confesando ahora con muchos de ustedes; este argumento de mi capacidad extrasensorial nunca lo he explotado. Yo pienso que vivir espiritualmente hay que hacerlo porque nace del alma, porque es una necesidad de nuestro espíritu y porque amamos a Dios y no queremos defraudarlo; no por el susto de una existencia luego de la muerte metafóricamente en el infierno.

Y digo metafóricamente, porque el estado en el que puede quedar un alma, puede ser peor de lo que podemos imaginar como infierno.

Pero si este miedo a la existencia después de la muerte le sirve a alguien, aquí lo dejo. Busquen crecer espiritualmente mientras sigan vivos; después de morir, no es mucho lo que se puede hacer.

En este punto, alguno pensará que eso no es así, que estoy equivocado o que estoy fanatizando. Luego de morir lo sabrás. Cerrar los ojos en la oscuridad no espanta a los fantasmas, solo te hacen creer que no existen. Si compraste la idea de que todo es hermoso luego de morir, te informo que no hay cambio ni devolución cuando te des cuenta.

Espero que los que me conocían antes, no comiencen a verme de forma extraña a partir de ahora; sigo siendo el mismo que conocieron alguna vez.

Por cierto, si esto inquieta sus pensamientos no se preocupen; la mente desaparece totalmente al morir.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 01 de abril del 2015
Modificado y publicado: 20 de julio del 2022
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Palabras-claves: muertos, desencarnados, extrasensorialidad, espiritualidad, religiosidad. mente, existencia después de la muerte

viernes, 15 de julio de 2022

Estrés: el enemigo aceptado

Autor: ShaniShaktiAnanda

Definamos, de entrada, que vamos a referirnos del estrés patológico. Sí, hay dos tipos de estrés: el que nos permite responder a exigencias puntuales de la vida (eustrés), necesario y útil; y el estrés que no nos sirve, que es generalmente crónico y que nos daña en silencio (distrés)

Los estados de estrés (bueno o malo) son generalmente eventos adicionales y repentinos al comportamiento estable de nuestro ser. Cuando estos se disparan, utilizan energía adicional a la que normalmente utilizamos para funcionar usualmente.

Si este estado o situación de estrés se resuelve dentro del tiempo y la forma establecida por el mismo proceso que lo generó, la energía adicional que se emplea se saca de nuestras reservas energéticas y listo. En el curso normal de nuestra vida, nuestras reservas se llenan de nuevo.

Pero si esta situación de estrés tarda más de lo normal en resolverse, el consumo de energía adicional puede agotar nuestra energía de reserva y entonces se comienza a utilizar nuestra “energía de funcionamiento sano”. Es allí cuando algunos de nuestros sistemas empiezan a quedarse sin energía y, por lo tanto, comienzan a fallar (todo proceso necesita energía suficiente para llevar a cabo correctamente). Llegamos entonces al nivel donde el estrés se comienza a manifestar en una enfermedad, malestar, sensación, cansancio, agotamiento, mal carácter, insomnio, etc. Simplemente, esos estados de estrés no resueltos gastan la energía que necesitaríamos para funcionar correctamente. En un estrés sostenido entramos en déficit energético, ya que se gasta energía de forma constante sin que se resuelva la situación.

Como nota mental, podemos asumir que si tuviéramos energía de reserva muy alta o infinita; pues el estrés, como proceso que consume energía adicional, no nos afectaría o lo haría mucho menos.


Tipos de energía

Aquí entro, como sanador, a considerar nuestra integralidad, más allá del cuerpo físico.

Desde esta Integralidad del Ser, donde somos: cuerpo físico/biológico, cuerpo mental, cuerpo emocional, cuerpo energético, cuerpo álmico, cuerpo kármico y cuerpo espiritual; tenemos tres tipos de energía.

Estos tipos de energías se usan indistintamente en todo nuestro Ser; aunque cada una tiene pertinencia especial en sistemas particulares, echando mano de las otras de ser necesario.

Dejo una tabla de referencia:

Tipo de energía

Nombre

Origen asociado

Pertinencia especial (no exclusiva)

Posible optimización de la energía

 

Algunas fuentes de estrés

Energía biológica

Molécula de Adenosín Trifosfato (ATP)

Cuerpo biológico: células – mitocondrias

Funciones orgánicas y mentales

Mejorar del ambiente alrededor de las células.

Aumentar de la densidad mitocondrial.

Asegurar los elementos utilizados en la producción del ATP.

Asegurar el suficiente descanso.

Otras.

Inflamación crónica de bajo grado.

Acidez metabólica.

Sedentarismo,

Nutrición deficiente.

Otras.

Energía vital

Ki/Chi/Prana

Cuerpo energético:

chakras/nadis

Funciones energéticas; conductuales; emociones; sentimientos; sistema endocrino

Adoptar conductas menos demandantes energéticamente.

Controlar nuestras emociones.

Ampliar conciencia del porqué nos suceden las cosas.

Practicar de rutinas/terapias energéticas.

Asegurar el suficiente descanso.

Otras.

Conductas reactivas.

Conductas evasivas.

“Perfeccionismo” más allá de querer hacer las cosas correctas y bien.

Emociones poco armónicas hacia situaciones y personas, sostenidas en el tiempo.

Otras.

Energía espiritual

Espíritu

Cuerpo espiritual

Funciones álmicas y kármicas

Adoptar conductas espirituales, que impliquen un estilo de vida realmente espiritual; más allá del “Dios me ama, yo lo amo”, “Dios ayúdame” y del “Agradecer a Dios”.

Ajustar de nuestra relación con Dios.

Practicar religiones de forma real, personal y comprometida (no me refiero a la práctica cultura/social)

Otras.

Estilos de vida enfocados principalmente a metas terrenales (físicas, económicas, mentales, emocionales y de bienestar)

Conductas kármicas negativas (en generación y/o en contagio)

Expectativas/apegos.

Otras.

Tabla 1. Referencias de los tipos de energía en nuestro Ser Integral. v.1.1 (©PAGR –SSA)

 Y estos tres tipos de energías son las que se agotan o las que no tenemos suficiente.

El estrés, que se puede dar en cualquier parte de nuestro Ser, agota las energías y eso produce mal funcionamiento en nosotros.

Conocíamos el estrés mental, recientemente el estrés biológico; pero el estrés puede ser también emocional, energético, álmico y kármico.


Fuentes de estrés

En la tabla anterior se destacan algunas de las fuentes de estrés que desgastan nuestras energías, por los menos las fuentes de estrés más comunes en la actualidad:

  • Inflamación crónica de bajo grado.
  • Acidez metabólica.
  • Sedentarismo.
  • Nutrición deficiente.
  • Conductas reactivas.
  • Conductas evasivas.
  • “Perfeccionismo” más allá de querer hacer las cosas correctas y bien.
  • Emociones poco armónicas hacia situaciones o personas, sostenidas en el tiempo.
  • Estilo de vida enfocado principalmente a metas terrenales (físicas, económicas, mentales, emocionales y de bienestar)
  • Conductas kármicas negativas (en generación y/o en contagio)
  • Expectativas/apegos.

Estas son solo algunas fuentes de estrés; pero el problema real no es la cantidad, sino que muchas de ellas pasan desapercibidas o justificadas dentro del “ideal” (si bien patológico) de una conducta exitosa humana.

Es impresionante como nosotros, quienes nos decimos espirituales, gastamos todas nuestras energías siendo tan terrenales; porque si echamos otra mirada a las fuentes de estrés, todas son actitudes muy humanas.

Actuamos inclusive humanamente bien y nos estamos desgastando en contra absoluta de nuestro Ser.

Y el problema es que una sola fuente de estrés que descuidamos puede hacer mella en cualquier parte de nuestro Ser. Por eso no resulta sencillo encontrar el origen del porqué estoy sintiendo esto o aquello. Esta es la razón por la cual el diagnóstico de estrés suele ser tan general y su tratamiento tan al azar para algunos profesionales de la salud.

Peor aún, es muy probable que no tengamos una única fuente de estrés.

Por ejemplo, podemos cuidar bastante bien de nuestra parte física/biológica con ejercicios, alimentación y nutrición; pero si no nos percatamos del estrés mental o emocional en alcanzar a toda costa metas terrenales, podemos terminar enfermos.

Podemos ser unas hermosas y bellas personas en nuestras vidas, viendo al mundo color de rosa; pero si no nos cuidamos del estrés de nuestra biología o de nuestra alma, todo se puede derrumbar en cualquier momento.

Podemos ser buenas personas, pero si no controlamos el deseo de justicia ante lo que consideramos injusto (estrés mental y emocional), todo se puede ir al foso.

 

El estrés aceptado

El problema de base a la hora de luchar en contra del estrés, es la normalidad patológica aceptada cultural y socialmente.

  • Es normal y hasta comprensible preocuparnos, ya que vivimos en nodo supervivencia y tenemos que sobrevivir.
  • Es normal y hasta comprensible dejar de descansar para intentar resolver problemas.
  • Es normal y hasta comprensible sentirnos mal con las situaciones o personas que sentimos que nos dañan.
  • Es normal y hasta comprensible no tener tiempo para hacer ejercicios.
  • Es normal y hasta comprensible no poder alimentarnos bien porque siempre estamos apurados.
  • Es normal y hasta comprensible no tomar suplementos alimenticios por lo caros que son.
  • Es normal y hasta comprensible la necesidad de ser mejor que cualquiera consiguiendo metas terrenales, incluso a costa de nuestra salud.
  • Es normal y hasta comprensible no meditar, por falta de recursos o tiempo.
  • Es normal y hasta comprensible no asumir terapias complementarias porque la ciencia no lo avala.
  • Es normal y hasta comprensible no aceptar propuestas de sanación simplemente porque no creo en ellas o nunca me las enseñaron antes.
  • Es normal y hasta comprensible no comprometernos con cosas que sí sabemos que pueden ayudarnos porque tenemos la vida complicada.
  • Es normal y hasta comprensible no creer es escenarios espirituales diferentes a las iglesias establecidas, aunque estas no nos propongas bienestar, sino convertirnos en pedigüeños hacia Dios.

En nuestra sociedad son normales y hasta comprensible muchas cosas patológicas. Por eso es válido decir que vivimos en sociedades enfermas.

¿Cómo vamos a salir adelante si la normalidad que aceptamos es lo que nos enferma o no nos deja mejorar?

 

¿Qué hacer?

Tienen razón muchos profesionales de la salud ante algunos diagnósticos: “Cualquier cosa puede ser estrés; y el estrés puede producir cualquier cosa.”

Pero está muy claro que para paliar el estrés de forma general debemos hacer dos cosas: 

  1. Controlar nuestro desgaste o el mal uso de nuestras energías, para lo cual primero debemos identificarlos.
  2. Aumentar nuestras reservas de energía (de los tres tipos).

Pero aquí no hay recomendaciones generales. Cada persona puede ser un caso particular. Cada sanador, luego de un análisis concienzudo, deberá proponer acciones donde corresponda. Pero hay que buscarse un verdadero sanador integral, que conozca todos los planos de existencia.

Estas acciones siempre van a proponer cambios del estilo de vida de la persona; porque si hemos entendido los factores de estrés, observamos que estos son parte de los estilos de vida.

Eso de cambiar para mejor nuestro estilo de vida es lo que se denomina “sanar”. No hay sanación si seguimos siendo y haciendo lo mismo que nos trajo al malestar.

Como regla general, cambiar un estilo de vida implica:

  1. Cambiar o mejorar la forma en la que ves la existencia, tu vida, lo que eres y lo que te sucede.  Esto lo llamo “ampliación de consciencia”. Pero ampliar consciencia de la forma correcta y objetiva, no a la forma ingenua y positivista.
  2. Cambiar o ajustar en mucho la motivación y la forma en la que haces las cosas (todo lo que haces).
  3. Cambiar o ajustar en mucho tu reacción ante todo lo que te sucede.

 

Si pudiéramos dar un solo nombre a estos tres aspectos, pudiéramos decir: cambiar o ajustar tus conductas de vida.

Aquí el verdadero problema. Estamos tan acostumbrados a vivir tal como lo hacemos que, aunque no estemos también como desearíamos, defendemos nuestro estilo de vida y desestimamos cualquier propuesta cambio o a cualquiera que te lo proponga. Simplemente lo dejamos de lado o incluso lo desprestigiamos.

Es por esto por lo que digo que el estrés (producido por nuestro estilo de vida) es el enemigo aceptado. Sabemos que estamos mal, pero no tenemos la entereza ni la determinación suficiente de hacer los cambios necesarios para mejorar.

Muchas veces buscamos “a alguien que nos haga algo” para nosotros sanar, pero ¿cambiar nosotros? No lo creemos necesario o simplemente no tenemos tiempo.

Y ¿sabemos cuál es la forma más integral de cambiar nuestras conductas para vivir con menor desgaste energético? Las adoptadas en los escenarios de Crecimiento Espiritual. Pero eso sería tópico de otro escrito.

Tomemos consciencia que depende de nosotros estar mejor.

Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda

Original:  XXXX AS. (15 de julio del 2022)
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Palabras-claves: estrés, meditar, enfermedad, sanar, sanador

domingo, 10 de julio de 2022

Entre conversaciones: Cuando el burro decide

 Autor: ShaniShaktiAnanda

Adhikari:        Namasté. Maestro, el otro día le escuchaba hablando con otra persona de lo complicado de ser muy mental.
Usted explicaba que a Dios no se llega con la mente y era complicado cuando personas muy mentales trataban de acercarse a Dios desde ella.
La persona con la cual usted hablaba, parecería defender a la mente y decía que la mente era como “el vehículo para llegar a Dios”.
¿Me puede, por favor, recordar la metáfora que usted utilizó?

SSA:              Namasté. Sí, claro.
Como sabes nunca he estado en contra de la mente; pero sí de que se haga protagónica en la vida.
Por definición la mente es muy limitada, ella depende de los cinco sentidos y de un proceso de imaginación.
Es una realidad que es muy diestra con esos insumos, pero la vida va más allá de nuestro plano sensorial (terrenal).
Por supuesto que la tenemos que utilizar nuestra mente para vivir, pero no debemos confiar totalmente en ella. Debemos tener criterios superiores a los criterios mentales.

Adhikari:       Sí, eso lo entiendo. Está claro. ¿Pero cómo va lo del vehículo?

SSA:              A la persona que discutía conmigo, le acepté la idea y le puse el símil de la mente como un “burrito”, un animal de trasporte que uno puede utilizar para ir de un lugar a otro.
El burrito, así como la mente, se puede considerar un vehículo. Y posiblemente no haya animal más diestro a la hora de transitar montañas, acantilados, barrancos, caminos de tierra, etc.
El burrito debe mostrar todo su destreza en donde poner las patas, como salvar obstáculos, cuanto fuerza poner al subir una cuesta, como ir frenando ante un terreno peligroso. EL burrito debe ver el camino y tomar acciones en cada momento... pero el burrito no puede decidir hacían donde va.

Adhikari:       Ya entiendo. La mente también debe ser muy útil sorteando cada obstáculo del camino que haya decidido transitar quien lo monta. Con los cinco sentidos y con la lógica, el razonamiento, el inferir, extrapolar, el proyectar, debe dar cada paso, en el momento apropiado.

SSA:             Exactamente Adhikari. Y la mente, así como el burrito, es muy diestra en sortear obstáculos y dar el siguiente paso;  pero el burro no debe decidir adonde ir.
El burro no tiene criterios superiores para decidir su destino, quien lo monta si debe tener razones que el mismo burro no entendería e incluso no serían de su interés.
Así que cuando usas un vehículo, este no te lleva a donde él cree. De la misma forma, es ilógico guiar tu vida por lo que la mente te diga.
¿Que debes evaluar cómo recorrer el camino para no llevarte sorpresas? Pues sí.
¿Que debes ir identificando y sorteando obstáculos con tu mente y así cuidar el camino? Claro que sí.
 

Adhikari:        Está muy claro, Maestro. Este argumento no parecer tener discusión.

SSA:              Así es. Pero para algunas personas esta idea no tiene sentido. Y te digo porqué.
Si una persona ha vivido gran parte de su vida dependiendo de su mente, pues posiblemente no tenga otros argumentos para guiar su vida sino los mentales.
Los argumentos de mayor nivel pueden venir de nuestras emociones (debemos excluir los pseudosentimientos), de nuestras energías, de nuestra alma, de nuestros karmas y los más importantes, los argumentos espirituales. Los anteriores argumentos se nombran de menor a mayor integralidad.
Pero dichos argumentos no son comunes; hay que trabarlos para poder discernir desde ellos.
Muchas personas pueden creer discernir desde alguno de estos planos, pero la misma creencia viene de la mente.

Adhikari:        Entonces es mucho más complicado, si creemos tener algo que no tenemos.

SSA:             Sí, pero nuestra vida nos muestra la verdad. Vidas más complicadas, sensaciones de tener que luchar contra el mundo, contra situaciones o contras personas; dificultad en superar/entender cosas que nos pasan; sentir que algunas personas nos hieren; todas estas y más son actitudes que nos demuestran que manejamos argumentos de vida muy estrechos, muy mentales.
Son argumentos similares a lo que tendría el burro, que solo ve sus patas y no mucho más allá.
Las personas que viven de sus mentes se parecen a las que se montan en el burrito, con la idea de a dónde ir, pero dejan que el burro vaya a donde él quiera.
Simplemente se dejan llevar pensando que lo están haciendo bien.
Pueden que lleguen a alguna parte, pero casi que por casualidad: allí dirán que fue el destino. La mayoría no llega a donde quieren y son los que dice: “esta vida si es difícil y dura.”

Adhikari:       Imposible cambiar tantas cosas, Maestro. ¿Qué pueda hacer una persona común?

SSA:             Lo que debe hacer es ampliar sus consciencias. Esto significaría apaciguar a la mente, trascenderla y comenzar a evolucionar en la forma de ver la vida.

Adhikari:        Ojalá todos encontraran un Maestro Espiritual. Gracias, Maestro. Namasté.

SSA:               Dios te bendiga. Namasté.

 

ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: xxxxAS. (10 de julio del 2022)
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sábado, 16 de abril de 2022

Murió en la cruz por nuestros pecados

 Autor: ShaniShaktiAnanda


A continuación trataré de poner en contexto una frase muy utilizada por nosotros los cristianos:
Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados.

Como suele suceder, muchas frases que se desprenden de enseñanzas sagradas se repiten sin el contexto apropiado y logran tergiversar ante el público la correcta religiosidad.

La frase en cuestión a veces se interpreta como que ya que Jesucristo murió por nuestros pecados y ya no tenemos pecado en nosotros y por eso podemos vivir felices, tranquilos y sin esfuerzo, sin la consecuencia de ellos.

Esto es un error garrafal que se desmonta conociendo un poco más de la fe cristiana y que se desprende de algunas enseñanzas bíblicas.


La misión del Cristo

Jesucristo vino con una misión principal, que por cierto no era la de hacer milagros. Él mismo la aclaró un día que lo buscaban para hacer milagros:


Marcos 1:21, 29-38 (NVI)

21 Entraron en Capernaúm y, tan pronto como llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar

29 Tan pronto como salieron de la sinagoga, Jesús fue con Jacobo y Juan a casa de Simón y Andrés. 30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y en seguida se lo dijeron a Jesús. 31 Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse. Entonces se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

32 Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados, 33 de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. 34 Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades. También expulsó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él.

Jesús ora en un lugar solitario

35 Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. 36 Simón y sus compañeros salieron a buscarlo.

37 Por fin lo encontraron y le dijeron:

Todo el mundo te busca.

38 Jesús respondió:

Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde también pueda predicar; para esto he venido.


En este pasaje, como en otros, Jesucristo aclara que su misión (para lo que había venido) era para enseñar la doctrina (predicar).

La doctrina cristiana plantea básicamente un código de conducta que todo seguidor del Cristo debe adoptar en su vida. Dicho código o grupo de lineamientos está expresado en el Evangelio según Mateo, capítulos 5, 6 y 7.

Al final de dichos lineamientos, el mismo Jesucristo exhorta a cumplirlos para demostrar el amor que tenemos por Él:


Mateo 7:21,24-27 (NVI)

21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

24 »Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. 25 Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. 26 Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. 27 Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina».


Juan 14:21,23-24 (NVI)

21 ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

23 Le contestó Jesús:

El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. 24 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió.


Está claro entonces que el mismo Jesucristo estableció como una prueba de amor, que quienes lo sintieran como Su Señor, deberían estar cumpliendo sus lineamientos (o intentándolo). Incluso era requisito para que Dios Padre les amara.

Esta era la verdadera misión del Cristo: recordarnos cómo comportarnos en vida, para que Dios Padre nos ame; lo cual se puede entender como un requisito para entrar en el Cielo. Esto equivale a limpiarnos de nuestros pecados.

Así que quedar libre de pecado pasa por adoptar las conductas de un buen cristiano; y no es un hecho automático por la muerte de Jesucristo.

Es ilógico que luego de tanta predicación de cómo debemos vivir; un evento como la muerte echara por tierra la necesidad de cumplir con los lineamientos.


Predicando con su vida

Pero no lo pienso dejar hasta aquí, porque la frase de “murió en la cruz por nuestros pecados”, aún tiene sentido. Solo falta un poco más de contexto.

La vida del mismo Jesucristo era un modelo de las conductas que él mismo predicaba. Así que, de alguna forma, él debía demostrar que con dichas conductas se llegaba al Cielo,

Pero él debía demostrar algo más que el solo hecho de llegar al Cielo con el comportamiento que predicaba.

Él presentó la idea de que había venido por “enfermos y pecadores”, es decir, por personas que no las estaban pasando nada bien.


Marcos 2:16-17 (NVI)

16 Cuando los maestros de la ley que eran fariseos vieron con quién comía, les preguntaron a sus discípulos:

¿Y este come con recaudadores de impuestos y con pecadores?

17 Al oírlos, Jesús les contestó:

No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.


Así, Jesucristo planteaba que sus enseñanzas o lineamientos eran las que las personas con problemas debían seguir. El verbo “llamar” se puede interpretar como “pedir que sigan sus pasos o forma de vida” o “pedir que aprendan de él” o simplemente “llevar al Cielo con él”. Cualquiera de las tres interpretaciones sirve.

Por lo tanto, parte de la prédica viva de Jesucristo implicaba que él mismo tenía que pasar cosas complicadas, incluso sin merecerlas.

Si él sufriera sin merecerlo incluso en su muerte y aún así llegara al Cielo, sería la comprobación total de la enseñanza cristiana.

Esto que estoy planteando como la necesidad de sufrir para llegar al Cielo, puede desanimar a cualquier a seguir la doctrina cristiana. Pero no nos asustemos, no es totalmente así.

Si revisamos los lineamientos cristianos (Mateo 5,6 y 7) nos damos cuenta que no son conductas para hacernos felices aquí en la tierra, sino por el contrario las mismas son para vencer muchas actitudes en las que solemos plantear nuestro bienestar: orgullo, rencores, sed de justicia, disfrute prioritario de la terrenalidad, etc.

En dichos lineamientos Jesucristo nos invita a dejar muchas de nuestras zonas de confort, que hoy cualquier coach o sanador sabe necesario para poder obtener bienestares reales mayores.

Pero la motivación de salir de nuestras zonas de confort y enfrentarnos a la zona de pánico, antes de conseguir una zona de expansión, es precisamente el entendimiento de que estamos haciendo las cosas mal. Esto es: “sabernos enfermos y pecadores”.

Así que la idea moderna de reconocer nuestras fallas y debilidades para poder trabajarlas y superarlas y así llegar a estar mejor, no es ni remotamente nueva. Es el basamento (o el inicio) de toda la doctrina cristiana. De aquí la necesidad de Juan el Bautista (tratado en otros escritos)

Por lo tanto, para los que se “sienten justos” y permanezcan en sus zonas de confort (aunque estén mal) no aplica el Cristo.


La muerte en la cruz como confirmación de la enseñanza

Y por todo lo dicho anteriormente, la muerte en la cruz se debía llevar a cabo.

A pesar de que al mismo Jesucristo le hubiera gustado otro final menos traumático, a Dios Padre le era necesario su muerte en la cruz, para que Jesucristo completara su misión. Recordemos que esta misión era demostrar que con las conductas predicadas, a pesar del sufrimiento, se podía llegar al Cielo (sin pecados),

Y los Evangelios nos citan momentos en los cuales Jesús presentía su muerte:


Lucas 22:41-43 (NVI)

41 Entonces (Jesús) se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar: 42 «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya». 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.


Pero aún así murió en la cruz, porque era “la voluntad del Padre”; era necesario para la misión que Dios Padre le había encomendado.


Contextualización final de la frase

Pero sí, la frase de que “Jesucristo murió en la cruz por nuestros pecados” aun es válida, siempre y cuando se entienda correctamente.

La idea de esta frase no nos exime de hacer nuestro propio esfuerzo para redimir nuestros pecados, adoptando las conductas en vida señaladas por el Cristo.

En realidad: “Jesucristo murió en la cruz para demostrarnos que las conductas que él predicó y que debemos adoptar en vida, son suficiente para limpiar nuestros pecados y así subir al Cielo como él lo hizo.

La cruz fue la prueba de que toda la enseñanza cristiana sirve; y cuando la portamos en el pecho o la honramos al persignarnos, nos estamos comprometiendo a vivir las enseñanzas del Cristo como esperanza de llegar al Cielo.


¿Esto es todo?

Todo lo que acabo de explicar entra rigurosamente en la explicación mística de la frase y es útil para toda persona. Pero existen niveles de explicación aún más profundos que resulta imposible dar por este medio. Mis discípulos tienen dichas explicaciones en sus almas.


Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda
Original: XXXX AS. (16 de abril del 2022) Viernes-Sábado Santo
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