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jueves, 21 de marzo de 2013

Niños especiales

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo (v1.1)
(Texto original: Noviembre, 04 del 2009)
(Texto corregido: 21 de marzo del 2013)
Permítanme meditar en voz alta, déjenme compartir con ustedes reflexiones sobre esas personas (niños o adultos) llamados “especiales”.

Personas con Síndrome de Down, niños de cristal (no me refiero a los Niños Cristal), niños con autismo, con parálisis cerebral; todos con alguna deficiencia física, mental o en general funcional; todos reciben el calificativo de “especiales”.

Este calificativo va más allá de la simple consideración especial; no es solo un apodo cariñoso reivindicador de su estado; sino que es un calificativo con todas las de la ley y lo “especial” trasciende a sus orígenes, a sus problemas, llegando hasta su esencia.

Si comenzamos a filosofar sobre la existencia de estás personas especiales, del porqué vienen y conviven en este mundo, pasamos por una gama de respuestas que van desde poner en entredicho el amor de Dios, hasta llegar a asuntos kármicos pendientes, pasando por la incapacidad de entender los designios de Dios.

Cualquiera que sea el caso, hay algo que sí es cierto y es la elevación de espíritu que estas personas poseen.

Definitivamente cada uno de nosotros que viene a este mundo tiene algo que hacer, tenemos algunas misiones y esas misiones siempre, pero siempre, serán acciones y situaciones en las cuales podremos tener la oportunidad de aprender y evolucionar. Y no solo nos sirven a nosotros, sino que a la vez esas situaciones nos permiten enseñar y ayudar a evolucionar a los demás.

Imaginemos cualquier situación. Por muy buena o mala que sea, siempre podemos encontrar algo que nos enseñe, que nos fortalezca, aunque sea desde el dolor; y estos niños son especiales por eso.

Los niños especiales son Seres Amplificadores del Amor. Mientras nosotros estamos acostumbrados a dar amor de forma encapsulada, ellos logran tomar ese amor, expandirlo y retribuirlo en abundancia. Al más mínimo cariño que les brindemos, ellos responden con un torrente de agradecimiento y de amor, que les sale directo del corazón.

¿Quién de nosotros, cuando nos acercamos a uno de ellos no siente el deseo de acariciarle, de abrazarle, de brindarle apoyo? Ellos tienen la capacidad de tomar ese Amor de nuestro interior y lograr que lo sintamos y lo exterioricemos.
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Que bella misión tienen: la de amplificar el amor de Dios dentro de nosotros mismos. Y esta es solo una de sus misiones.

Muchos podrán pensar que es una bonita misión pero que la vienen a ejercer a costa de sí mismos, de su sufrimiento. Pregunto en voz alta, ¿sufrirán ellos más que cualquiera de nosotros con nuestros “males” menores? Estoy seguro de que no.

Muchos de nosotros nos ahogamos en nuestros vasos de agua (medio llenos, para colmo) y pasamos nuestras vidas “desdichadas” y se las hacemos desdichadas a quienes nos rodean, mientras ellos son capaces de brindar una sonrisa incondicional y un abrazo amoroso desde su situación comprometida, muchas veces dentro de su bendita inocencia.

Definitivamente ellos son “ESPECIALES”. Son almas que no teniendo porque venir a la tierra, llegan para compartir con nosotros, enviados directos de Dios, para sacar a flote nuestro amor, para probar a fuego nuestras fortalezas y para que aprendamos a reafirmar nuestra Fe y Humildad ante Dios.

Esto nos debe llevar a reflexionar de una vez por todas que hay que vivir en el Ahora (sin descuidar las previsiones del mañana) ya que aquí es donde en realidad somos responsables de ser felices y hacer felices a los demás

Namasté.

Pedro A. Gómez R.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Texto corregido: 21 de marzo del 2013
Texto original: Noviembre, 04 del 2009.
Twitter: @eReiki

1 comentario:

  1. Que bello articulo, nunca lo había visto tan claro. El amor de Dios en niños especiales. Ahora los disfrutare más. Que Dios le siga bendiga.
    Gracias Maestro
    Namasté

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