Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Importante
como siempre es tratar de entender las señales que se nos dan en las
Sagradas Escrituras, pero siempre dentro de un marco de enseñanza
espiritual, nunca de forma solitaria.
Por
eso vuelvo al Génesis, donde deberíamos encontrar, por definición,
los orígenes (planteamientos de base) necesarios para entender
nuestra filosofía espiritual.
De
las primeras cosas que se tratan en este libro del Antiguo Testamento
de la Santa Biblia, está la creación del Mundo (del Universo, diría
yo)
Se
dice que fueron siete (7) “días” los de la Creación. Por
supuesto “días” simbólicos, que muchas veces se pueden
especular como “períodos” o “etapas” de creación, formación
o evolución.
En
los primeros párrafos se detalla qué fue lo creado cada día: en la
mañana, en la tarde, el cielo, la tierra, el mar, los animales, el
hombre; pero lo importante que queremos revisar aquí es lo último
que hizo Dios el Creador ... “reposar”:
Génesis
2
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
1
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército
de ellos.
2
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día
séptimo de toda la obra que hizo.
3
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él
reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
El
hecho de la Creación (sin entrar en discusión entre Creacionismo o
el Evolucionismo) implica algo que comenzó y terminó. Esto para la
idea de un constante movimiento, de un perpetuo cambio, de una mejora
continua, no está bien visto; pero veamos dónde sí se conjuga bien
la idea del proyecto de Creación.
En
el relato de la Creación está muy claro a qué se refiere como el
objeto de creación, qué fue lo Creado. Para leer la Biblia hay que
utilizar los lentes apropiados, utilicemos el cristal del misticismo.
Si
se nos quiere presentar un escenario de crecimiento espiritual (como
lo hace la Biblia en sus capítulos iniciales) lo primero que se debe
hacer es presentar el escenario donde creceremos, simplemente para
saber a qué atenernos y para ver si este es justo para nosotros,
antes de embarcarnos a la tarea.
Este
escenario para el crecimiento (para la evolución) es el presentado
en la Creación. Un escenario con Tierra y Cielo (con cosas tangibles
e intangibles), un escenario con trasformación (Agua), un escenario
con Fuerza de Vida (Naturaleza, animales y plantas) y un escenario
con Consciencia Divina de Vida en la Tierra (el Ser Humano).
Más
que estos elementos aislados, en la Creación se plantea que ellos
interactúan entre sí. Esto requiere que se planteen Leyes que rijan
estas interacciones en toda la creación (todo el Universo). Entonces
está claro que estas “Leyes Universales” también fueron
asentadas como parte de la Creación de este nuestro mundo, de esta
nuestra realidad. Si bien dichas leyes no se nombran allí, se
pasarán a enseñar en todo el resto de las escrituras.
Cuando
en algunas traducciones del mismo texto se dice que Dios estuvo
complacido con lo creado, se plantea la idea de que todo se había
creado con “control de calidad”, sin cabos sueltos, con
coherencia total entre los elementos y las leyes; es decir que no
faltaba nada entonces ni faltaría nada para el futuro.
Luego
de esto, el Creador Dios descansó.
Estas
pocas lineas nos dan un escenario extremadamente importante a la hora
de asumir nuestra vida de crecimiento espiritual. ¿Cuál parecería
ser este escenario tan claro?
Desde
que el Universo se formó se ha plantado su funcionamiento sin cabos
sueltos; se ha encendido la maquinaria en la cual vivimos; estando
nosotros supeditados a procesos establecidos por Dios mismo desde el
comienzo de los tiempos. En este mecanismo en funcionamiento, el
fabricante-ensamblador (Dios) de toda esta maquinaria (Creación),
viendo que todo funcionaba a la perfección, se echó a dormir.
Vivimos por tanto en un Universo tan perfectamente diseñado por
Dios, que una vez creado y puesto en funcionamiento, ya no necesita
de su intervención.
Esto
se indica cuando se dice que en el último día Él reposó...
y Él aun reposa.
Reposar
significa que no vuelve a rediseñar o modificar; que ya todo lo
necesario está establecido, que ya el sistema funciona de forma
automática con todos los casos posibles; y que nosotros,
como usuarios, tenemos la responsabilidad de aprender a utilizarlo
bien.
Pero
para utilizar algo, necesitamos instrucciones. Algún manual o algún
entrenamiento serían indispensables. Ambos los hemos tenido.
Todas
las escrituras sagradas, todas las religiones, todos los Maestros
Espirituales, los verdaderos grupos de crecimiento espiritual, es
esto lo que hacen. En todas las escrituras sagradas reconocidas,
tenemos las instrucciones completas de vida, con todos los casos
considerados. En todas las religiones se plantea la práctica
necesaria y la asesoría para poder descifrar dichas instrucciones de
vida.
Es
cierto que muchas veces esta tarea no se lleva a cabo correctamente;
es cierto que muchas veces obtenemos las cosas de vendedores
ambulantes y que ni ellos mismos entienden las instrucciones de lo
que ofrecen. Hay vendedores de vendedores, entrenadores de
entrenadores, maestros de maestros, guías de guías; el punto es
encontrar al correcto.
Cuando
se habla de un crecimiento espiritual intenso, profundo, místico,
hay dos cosas muy claras que hay que aprender: Leyes Universales y
Dones Espirituales. Son sólo dos cosas, pero estas se desglosan en
miles de consideraciones que suelen llevar muchísima dedicación,
energía y esfuerzo; ysobre todo requieren de una guía muy clara
de alguien de verdad las entienda y las maneje. (Ver Evolución
Consciente - www.evolucionconsciente.org.ve)
Pero
sin distraernos más, el hecho inicial es que en el Génesis se
indica que nuestro Creador reposó el último día, pero no se indica
que haya vuelto a meter su mano de forma Creadora en alguna etapa
posterior. Por tanto, nosotros estamos (nuestro Universo está) en
“funcionamiento automático”
Este
hecho es inquietante si lo entendemos bien y nos damos cuenta de que
estamos viviendo con el Creador de “todo esto” descansando. Pero
que no haya pánico, tenemos los Manuales de Instrucciones de toda
esta maquinaria a la mano; así que somos responsables de lo que
suceda (¡oh! , ¡oh!)
Muchas
veces cuando algo nos sucede corremos a pedirle a Dios que nos
ayude... lo cual no es lo más acertado espiritualmente, ya que lo
que deberíamos hacer es comenzar a revisar los manuales para ver qué
hicimos mal y cómo podemos repararlo o remendarlo.
Este
es el verdadero pensamiento místico-espiritual; este es el verdadero
objetivo de un místico; conocer “cómo piensa Dios” para poder
entender al Universo y poder no solo vivir en él sino tomar acciones
cuando algo se salga de control.
Si
estudiamos, practicamos e interiorizamos las Leyes Universales, esta
tarea de comenzar a entender “cómo funciona Dios” no es muy
difícil (de hecho estamos hechos a su imagen y semejanza). Pero es muy
cierto que este conocimiento básico de dichas leyes ha sido ocultado
muy bien o muchas veces se ha presentado con mucha erudición para
confundir a quienes, creyendo que lo entiende, trata de aplicarlo o
explicarlo.
En
muchas culturas, sociedades y épocas de la historia de la humanidad,
pequeños grupos con un desafortunado afán de poder, han retenido
todo este conocimiento para someter a los “pobres de espíritu” y
poder convertirse en los “benefactores tristemente dignos” de
todo crédito.
Pero
entonces Dios ya no hace nada más, Él ya lo hizo todo; inclusive
nos dio las Leyes para que sepamos actuar en este Universo. Pero
llegados a este punto de seguro que ya pasaron por nuestras cabezas
decenas de eventos donde parece que Dios sí ha intervenido en la
humanidad; a través de sueños, profetas, enviados, milagros,
portentos y hasta con su propio Hijo.
Y
es cierto. Han sido muchos eventos Divinos, afortunados, que nos han
acercado a Dios o nos han rescatado de la dificultades, pero estos
eventos de alguna manera han estado en correspondencia con las Leyes
Universales creadas al principio. Nunca se ha descartado que de vez
en cuando Dios se incorpore de su descanso y aceite un poco el
engranaje de alguna parte de la Creación que esté rechinando mucho;
pero solo eso, aceitar; nunca cambiar su funcionamiento (las leyes).
Además,
habría que considerar que al igual que nosotros podemos querer
ayudar a nuestros hermanos menores en momentos de crisis, nosotros
podríamos también tener hermanos mayores que de igual forma,
utilizando su libre albedrío y dentro de las mismas Leyes
Universales Divinas, decidan en algún momento ayudar a la humanidad.
Pero este tema es aún más polémico y complicado y lo dejamos para
otro momento.
Aunque
se plantee este distanciamiento de Dios, este estado de reposo o
abandono de nuestro Creador, no se echa por tierra la práctica de
cultivar nuestra relación personal con Dios que todas las relaciones
persiguen. La alabanza, la adoración, la oración, todas son
prácticas místico-religiosas muy útiles, pero útiles y necesarias
para nosotros, no para Dios. Cuando nosotros perseguimos un
acercamiento a Dios estamos elevando nuestro Espíritu y por ende
estamos trabajando con las mismas Leyes Universales a nuestro favor,
en el más alto grado. Es aquí donde entran los Dones Espirituales.
Por eso,
el pedir que “Dios meta su mano” en algún asunto difícil no
está mal; pero a lo mejor deberíamos pedir iluminación para
nosotros saber qué hacer; sería algo así como preguntar cuál
página consultar del manual de instrucciones. Y mucho más cierto es
que en vez de pedir ayuda a Dios cuando tenemos el agua al cuello,
beberíamos cultivar nuestro Espíritu con las enseñanzas correctas
mientras estamos con nuestras vidas en calma; algo así como leer las
instrucciones para el uso correcto de toda esta maquinaria, en vez de
correr siempre a la sección de fallas frecuentes. Siempre es más
fácil mantener que reparar.
Para
eso es el Crecimiento Espiritual, no solo para saber qué hacer en
situaciones de vida complicadas, sino para tratar de que no nos
ocurran tanto.
Y
Dios Creador aún reposa, pero dejó todo claro. Debes dedicar gran
parte de tu vida para lograr entender y discernir cómo trabaja la
Creación de la cual formas parte; al fin y al cabo para eso viniste
a este mundo y eso es lo único que te podrás llevar cuando partas,
lo que hayas aprendido desde tu Espíritu.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
01 de abril del 2013
Twitter:
@eReiki
Maestro, maravilloso tu artículo !! El conocimiento de Las Leyes Universales y la práctica de los "Dones Espirituales" son las verdaderas herramientas para un verdadero Crecimiento Espiritual, el cual es el fín último de nuestra existencia aquí en la Tierra y " ... es lo único que te podrás llevar cuando partas, lo que hayas aprendido desde tu Espíritu". Como dijo Jesús: "No acumuleis tesoros en la tierra.., que la polilla y el orín corroen y los ladrones desentierran y roban. Acumulad tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni el orín los corroen y donde los ladrones no excavan ni roban; pués donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" Mateo VI 19-21. El fortalecer nuestro Espíritu con seguridad nos mantendrá serenos ante cualquier circunstancia difícil de nuestra vida .....Bello Maestro, que Dios te siga iluminando y nosotros recibiendo porque tu eres Su intermediario. Namasté
ResponderEliminarDe nuevo Maestros nos estremeces con este nuevo articulo, y seguiré pidiendo a Dios Padre que te de la oportunidad de llegar a mas personas que sientan ese inquietud de crecer en espíritu, que llegue a conocer y sentir ese fin que persigue tu proyecto Evolución Consciente, con el cual sus miembros incluyéndome, la vida nos ha cambiado.
ResponderEliminarDefinitivamente Somos perfectas creaciones eso es el por que de que el Padre se hecho a dormir nos dejo todo en bandeja de oro en que momento nos echamos a perder Maestro?
Que nos hace falta? claro también entiendo que “Dios nos necesita tal cual como somos y estamos donde debemos, entonces debemos trabajar nuestro espíritu para lograr ser mas cristalinos y así tener situaciones iguales y están las religiones con sus representantes seria ideal que en ellos nos apoyáramos . Claro yo corro con suerte, atendí el llamado se me presento y estoy esforzándome para seguir creciendo de la mano por fortuna de un gran Maestro, las tuyas.
Gracias, mil gracias
Namasté
Vaithy Figuera