Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Aquí
no voy a tratar sobre alguien que “no sea Maestro”; en otras
oportunidades ya he planteado las características que debe tener un
Maestro. Aquí quiero reflexionar sobre un planteamiento que siempre
ha estado allí (y mucho más en nuestras sociedades
individualistas): de la supuesta “no-necesidad” o lo
inconveniente de un Maestro Espiritual.
A
quien asuma el puesto (en realidad a quien le hagan asumir el puesto)
de Maestro Espiritual encontrará a grupos de personas, sabios de la
nueva era, iluminados de los extraterrestres o “seres de luz”
(sí, en minúsculas) que se dan a la tarea de minimizar su
importancia o hasta de satanizarlo. Lo tildan de ignorante,
embaucador, “atrapa-bobos”; y si bien a un Maestro no le debe
importar eso, si le debe ocupar la tarea de plantear su posición en
el entendido que esa apreciación no le hace daño a él mismo, sino
que va en contra de las personas que podrían beneficiarse de un
verdadero Maestro.
La
reflexión es sencilla. ¿No buscamos a un buen instructor para que
enseñe a nuestros hijos en la escuela? ¿No intentamos enrolarnos en
buenos trabajos con buenos jefes para ganar experiencia profesional y
laboral? ¿Un artista no busca estar al lado de un Maestro de
pintura, escultura, música, teatro para nutrirse de lo que sabe y de
lo que es?
Si
para crecer espiritualmente debemos honrar toda nuestra integralidad;
es decir que no debemos descuidar nuestra terrenalidad ni nuestra
espiritualidad; podemos asumir que tanto nuestro cielo como nuestra
tierra tienen igual importancia. Así que lo que es bueno para
nuestra parte terrenal, intelectual, emocional, es correcto para
nuestro espíritu.
Si
buscamos buenos maestros en la tierra, ¿qué malo tiene buscar
maestros de los cuales podemos aprender cosas espirituales?
¿Pero
cómo buscamos aprender cosas espirituales? ¿Acaso un músico novato
puede aprender de un Maestro solo leyendo sus recomendaciones o
escuchando su música? o ¿debería buscar estar a su lado y aprender
de él, tocar con él, ser corregido por él?
El
otro día, de un amigo me llegó un artículo con enseñanzas
espirituales; y dicho artículo comenzaba desprestigiando a los
Maestros, decía que nadie los necesitaba, que engañaban a la gente,
y después de destruir la figura del Maestro pretendía, con la
información que brindaba, “construir un mundo mejor”.
Y
para mayor colmo, la persona que escribía ese mensaje se escudaba
detrás del supuesto que dicho mensaje era “una canalización”,
un mensaje dado por un ser “no-encarnado”, superior, por lo cual
imagino que quería que asumiéramos que era un mensaje que debíamos
creer con los ojos cerrados.
Yo
soy el que menos puede dudar de las canalizaciones y los que me
conocen saben porqué; y por eso mismo puedo decir lo siguiente. En
planos sutiles (astrales) por supuesto que hay seres que están
conviviendo con nosotros e intentan comunicar mensajes con la mejor
intensión de ayuda. Pero como “es arriba en abajo”. En ese mundo
astral, así como aquí en el plano terrenal, hay seres que aun les
falta mucho por crecer. Entre los seres desencarnados hay miserias,
hay miedos, hay rencores, hay rabias, hay celos, hay rencillas, hay
recuerdos de malas experiencias que aún no sanan; y al igual que los
terrenales, sus acciones están condicionadas por todo eso. Por
supuesto que también hay cosas buenas.
Cuando
un Ser en astral se logra comunicar, de que lo hace, lo hace; de que
da un mensaje, no se pone en duda; ¿pero de que sea un “mensaje de
Luz”? Hay que sopesarlo. Sus buenas intensiones pueden estar
teñidas por cosas que él como Ser no ha podido superar. “El
camino al infierno está lleno de ´buenas intenciones´”
Un
Ser en astral puede ser tal cual como un político; gritando
consignas para “mejorar el mundo” pero vistas desde su lado,
desde su tendencia, desde su experiencia y desde su grado de
iluminación u oscuridad.
Es
una tontería asumir que todo Ser que no tenga “carne y hueso” es
un Ser de Luz. De hecho, se sabe que en ese plano astral hay un
degradé que va desde un astral bajo a un astral alto, donde se
asocian menos Luz y más Luz, respectivamente. Y ¿saben qué?, a los
seres que se les hace más fácil comunicarse a través de
canalizaciones son a los que están más cerca del plano tierra; es
decir a los del “astral bajo”... Uhhh se comienza a explicar.
Recordemos
que cuando el mismo Dios Padre quiso que su Hijo viniera a dar su
mensaje; no lo hizo comunicarse con los humanos por sueños, ni
canalizaciones. Dios “envió a su hijo hecho hombre”, lo hizo
bajar directo en carne y hueso, para que no nos fuéramos a confundir
“con el poco de bichos que pueden estar intentando gritar hacia
abajo para hacer valer sus ideas personales”.
El
mismo hecho de los mensajes desprestigiando a los Maestros
Espirituales, para mi es típico de seres de bajo astral. Ningún ser
que en vida haya tenido a un Maestro Espiritual real, al morir queda
en bajo astral, por eso de plano no va a desmeritar el trabajo de los
Maestros. Un ser de bajo astral, no ha conocido las bendiciones de
convivir con un Maestro Espiritual y por tanto no tiene nada
“decente” que decir de ellos. Es comprensible.
Y
estoy siendo compasivo; porque cualquiera podría asumir inclusive
que esos mensajes tienen una clara misión de apartar a las personas
de los caminos de los Maestros, simplemente para que no puedan ser
ayudados … “la maldad en pasta”. Yo no dudaría de la capacidad
de seres en astral bajo de hacerse pasar por Seres de Luz, Maestros
Ascendidos, Arcángeles y hasta por el mismo Jesús; de hecho la
energía del engaño y la manipulación corresponden al astral bajo,
la manejan a la perfección.
Pero
no; es mejor asumir ignorancia que maldad. Sí debemos tener cuidado
con los mensajes canalizados que recibidos de supuestos seres y
debemos prepararnos bien. En esa preparación si podemos tener a
buenos Maestros pues bienvenidos. Gracias a Dios ese ha sido mi caso.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
01 de mayo del 2013
Twitter:
@eReiki @EvolConsc @pagr777
Bonita reflexión. Yo creo firmemente en la importancia de un maestro como guía. Agradezco a mis maestros de colegio, por lo que me enseñaron. A mis maestros de universidad, por lo que soy como profesional. A mis maestros -hombres y mujeres- de yoga, por enseñarme las bondades de un cuerpo flexible. A mis padres y amigos, pequeños maestros de vida. Y, por supuesto, agradezco tus enseñanzas espirituales que espero logren fortalecerme y mejorar como ser humano. Gracias a todos los que asumen la inmensa responsabilidad que implica la palabra maestro. Gracias a ti, Maru.-
ResponderEliminarAhora, pregunto. Cómo reconocer a un verdadero maestro espiritual? Cómo identificar a quienes dicen serlo y no lo son? Gracias
ResponderEliminarUhy!!!! esta pregunta la he contestado en varios artículos, reuniones, charlas y lo digo así porque es compleja. Pero te resumo en una sola frase: "coherencia e intencionalidad en la enseñanza".
EliminarHay un Maestro para cada uno de nosotros, pero una Maestro debe vivir para eso, para "ofrecer conscientemente escenarios de aprendizaje a sus discípulos"
Y como te digo, debe tener coherencia completa en lo que enseña... y está de más el que debe practicar lo que predica.
Espero te sirva, pero si revisas los otros artículos posiblemente amplies mucho más.
Gracias Pedro. Voy a ver si encuentro los otros artículos. Saludos.
EliminarMaestro Pedro: gracias por esta reflexión, que es un llamado de atención a estar preparados ante cualquier energía que intente apartarnos de nuestro camino.Un camino en cual me beneficio de tus enseñanzas y recibo las bendiciones de tener un verdadero maestro ayudándome a mi crecimiento espiritual.
ResponderEliminarNamaste
Marianela
Maestro:
ResponderEliminarExcelente reflexión. Sin duda los Maestros son imprescindibles para el aprendizaje a lo largo de nuestra vida terrena. Nos facilitan el tránsito, al señalarnos diferentes rutas apropiadas y sobre las cuales tendremos el libre albedrío de decidir la que más nos conviene, la que más nos ayuda, la que no va a hacer cada vez más felices y mejores personas.
Entre ese grupo de Maestro que han estado, están y estarán con nosotros en el futuro, se encuentran los Maestro espirituales. Son los que nos orientan sobre las maneras y formas para acceder al nivel de conciencia divina, ese donde llegamos a descubrir a Dios dentro de nosotros y a reconocerlo en los otros seres con los cuales nos relacionamos.
No tengo duda que tú eres uno de esos Maestro espirituales que se encuentran ahora dentro de mi quehacer de vida terrena.
Namasté
Namasté. Gracias. Honor para mi.
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