Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Los seres humanos
somos como un mecanismo que a través de engranajes, correas, brazos mecánicos;
llevamos a cabo muchas tareas de diferentes índoles. Todo ese trabajo se
consigue gracias a un motor que llamamos “vida” y ese motor, por supuesto, necesita
de combustible para mantenerse operando.
Si nos comparamos
con un vehículo, vemos que en él el combustible es la gasolina; y que gracias a
esta, todos los subsistemas mecánicos y eléctricos funcionan, desde los cauchos
que dan vuelta, hasta los vidrios eléctricos que suben y bajan, pasando por los
sistemas de enfriamiento, lubricación, iluminación, etc. Si, la electricidad
del vehículo es también generada gracias a la gasolina, no a la batería. Esta
última solo se utiliza para arrancar el vehículo y para cosas menores como la
alarma y tal vez la corneta.
Nosotros también,
como seres humanos, nuestra “vida”, como motor, nos ayuda a: crecer, sanar,
aprender, amar, trabajar, disfrutar de situaciones, resolver problemas, ver,
escuchar, hablar, entender, etc. Todo lo que hacemos como seres vivos lo
hacemos movidos por esa “vida”.
Pero si el motor
de un vehículo tiene como combustible la gasolina ¿cuál es el combustible para
nosotros como seres humanos?
Nuestra
interpretación de “combustible de vida” puede ser variada. Al tener varios
subsistemas, el combustible se puede interpretar de diferentes formas: el
alimento puede ser el combustible para nuestro sistema digestivo; el aire para
el respiratorio. Pero hay un combustible de vida más genérico que se conoce
como Energía Vital (Ki o Chi) y es el que incluso permite que esos subsistemas
puedan utilizar sus combustibles particulares.
Esta energía
vital la tienen todos los seres vivos mientras “están vivos”. Está relacionada
con absolutamente todos los procesos que se ejecutan mientras estamos vivos,
mientras somos seres humanos:
procesos físicos, mentales, emocionales y hasta energéticos vitales.
Otro combustible extra...
Nosotros estamos
naturalmente adaptados “o construidos” para que utilicemos esa energía vital
como combustible. Pero sabemos que a veces nuestra humanidad no parece ser
suficiente para enfrentar a nuestra realidad.
Hay situaciones
de vida en las cuales nuestras fuerzas humanas no son suficientes para
enfrentarlas o asumirlas; y es allí donde tratamos de acudir a instancias
mayores, a procesos más elevados que nos ayuden. Son en esos casos donde
acudimos a lo que conocemos como Dios.
Dios enmarca toda
una serie de procesos y mecanismos “sobrehumanos” (por eso acudimos a ellos)
que como subsistema de vida, requiere ponerse en marcha con un combustible
apropiado (no humano).
Los procesos espirituales no utilizan esa “energía vital” de los seres
humanos, sino que utilizan “energía espiritual”, con un octanaje mucho mayor si
lo comparamos con la gasolina.
Nota importante: por favor, no confundir
“procesos espirituales” o “energía espiritual” con el trabajo con muertos, espiritismo,
brujerías, cartas, tarot, astrología, ni nada de eso. Muchas veces lo realmente
espiritual es diametralmente opuesto a esas prácticas.
¿Pero podemos
nosotros, seres humanos, utilizar esa energía de mayor octanaje para ayudarnos
a vivir? La respuesta es sí, pero esta condicionada a si poseemos el sistema de combustión apropiado
para que ese combustible haga su trabajo.
Por ejemplo.
Nosotros los seres humanos, a diferencia de las vacas, no podemos comer pasto
(celulosa) porque nuestro “sistema digestivo” no está preparado para
procesarlo. Comer pasto puede hacernos daño, o en el mejor de los casos puede
no hacer nada en nosotros.
De la misma
forma, si como seres humanos nos tenemos el “sistema espiritual” necesario en
nuestro ser para utilizar esa energía espiritual... pues ese “Dios” será cual
“gamelote” que no va a poder hacer nada en nosotros.
¿Cuál es entonces
el proceso necesario y completo para que Dios pueda hacer algo en nosotros?
La respuesta es
más que conocida: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Esta frase si bien se
puede enmarcar en diferentes escenarios, en todos tiene la misma explicación.
Voy a ejemplificarla en lo que nos concierne aquí.
Los seres humanos
tenemos una forma de “recibir” esa energía espiritual necesaria para ayudarnos
en asuntos que se escapan de nuestras manos y que por lo tanto queremos que
Dios intervenga. Esa forma se llama “oración”. Cuando nos ponemos en oración (o
también en “ruego de corazón” o en Adoración) nos convertimos en una fuente de
esa energía espiritual de magnitud equivalente a nuestra entrega a Dios en esos
de oración.
Pero tener esa
energía o combustible allí, no sirve absolutamente de nada. Tenemos que
introducirla en un sistema que la utilice como combustible. ¿Cuál es ese
sistema espiritual? ¿Dónde está? ¿Cómo lo reconocemos en nosotros? Muy sencillo;
sigo con el ejemplo.
Si por ejemplo
rezamos el Santo Rosario (católico), ese “combustible Mariano” de altísimo
octanaje que se está generando, viene con especificaciones muy claras que debe
tener el “sistema humano” que lo quiera aprovechar.
Las especificaciones
vienen del fabricante: “de la Virgen María ”.
La virgen María no fue solo la
Madre de Jesús, sino que es un modelo de pensamiento, de
comportamiento, de actitud hacia la vida; que definen las especificaciones claras
que debe imitar un ser humano para poder aprovechar esa energía espiritual Mariana.
Entonces, la
persona que quiera que el Santo Rosario le sirva de algo, debe no solo rogarle
a María, sino que debe comenzar a imitarla ante las situaciones que le aquejan.
“Comportarse como lo haría la
Virgen María ” son las recomendaciones de uso que dio el
fabricante para ese combustible.
Si una persona
que reza el Santo Rosario, luego de hacerlo sale a lanzar piedras y a pegar
gritos y a quejarse de todo ¿le servirá el rezo de cualquier cantidad de
rosarios? ¿La Virgen María
lanzaba piedras, pegaba gritos, o se quejaba de todo lo que pasaba? ¿Alguien la
vio así alguna vez?
Generalmente
queremos utilizar combustible de aviones en vehículos terrestres; ¿funcionará?
Pudiera inclusive hasta ser contraproducente.
Otro ejemplo, las
personas cantando mantras, una y otra vez, para ayudar a resolver situaciones.
Si no se ajustan los mecanismos de nuestro sistema de vida a lo que se requiere
para que el mantra surta efecto, pues estaremos solo perdiendo el tiempo y
frustrándonos. Algunos ajustes necesarios pueden ser el de aumentar la
humildad, suprimir el egocentrismo, etc.
Para una cultura
religiosa occidental “inmadura”, todo esto parece una locura; pero aquí solo
describo la actitud real y necesaria para una espiritualidad correcta; conocida
desde varios miles de años. Esto es lo que hace un verdadero seguidor de La Virgen María , de Jesús, de
Buda, de Ganesha, de cualquier manifestación de Dios.
Entonces “a Dios
rogando y con el mazo dando” golpes a nuestra vida para amoldar los aspectos
necesarios en nosotros y así permitir que Dios de verdad pueda ayudarnos. No
podemos rogar a Dios y no hacer cambios en nosotros.
Es muy ingenuo
pensar que Dios nos va a ayudar porque sí. La cosa es más seria que eso. Si
Dios Padre envió a su Hijo y permitió que muriera para nosotros, lo mínimo que
Él espera de nosotros es que hagamos el esfuerzo de cambiar. Quedarse inerte o
creer que lo estamos haciendo bien, nunca le ha dado resultado a nadie.
Ya se entiende
porqué tantas oraciones parecen no contestarse. Se está derramando mucho combustible
por el piso porque no estamos preparados para utilizarlo. Dios quiera que no
llegue a explotar. (A los curiosos, invito a que relacionen esta frase en el
libro del Apocalipsis)
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
23 de abril del 2014.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras
claves: oración, energía, vital, espiritual, dios, mazo, cambio, gasolina,
combustible, religiosidad, inmadura, mantras, virgen, maría,
Maestro, este artículo nos invita a transformarnos desde el Espíritu y convertirnos en espejos que reflejen la Luz del Creador, para poder recibir la "Energía Espiritual". Es lamentable que la gran mayoría de las personas busquen a Dios cuando sus fuerzas físicas ya no le son suficientes ... y de esta manera lo buscan desde la angustia y la desesperación. Es esencial estar "prevenidos" e ir despertando la Consciencia Espiritual ("cantidad de espíritu que metes en tu realidad" PAGR), al reconocernos como "seres espirituales viviendo una experiencia terrenal" PAGR. Gracias Maestro! Namasté
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