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domingo, 20 de julio de 2014

Asistencia Angelical. Requisitos


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Probablemente muchos de ustedes jugaron al siguiente juego cuando iban de niños en un viaje en carretera. Para lidiar con lo largo del viaje, uno se ponía como meta contar los carros de algún color que pasaban al lado del nuestro. Bastaba elegir cualquier color para que, casi como por arte de magia, comenzaran a pasar a nuestro lado los vehículos de ese mismo color, y la cuenta comenzaba y avanzaba rápido. 

La inocencia nos llevaba a preguntar ¿de dónde habían salido tantos carros de ese color, si antes no los veíamos? Solo de adultos entendemos que ni el juego, ni la escogencia del color, ni mucho menos nuestra suerte, hacían que los vehículos aparecieran de improviso. Los vehículos estaban allí, estaban por pasar, y el efecto se produce porque nuestra mente, ahora condicionada por el color, sí los comenzaba a destacar el resto. En ese caso parecía que fueran más cantidad de antes.   

Si pudiéramos contar todos los vehículos por sus colores, nos daríamos cuenta de que la distribución por colores siempre es la misma; y el hecho de nosotros estar atentos a uno en particular, hace que parezcan más frecuentes o en mayor número. 

Similar efecto pasa de forma cotidiana en nuestra vida. Cuando por ejemplo pedimos a Dios o a seres celestiales ayuda para nuestros problemas, al recibir alguna “ayuda positiva esperada” la notamos, la destacamos, la contabilizamos, la recordamos; y aseguramos que los ángeles siempre nos ayudan.  

Pero si pudiéramos contabilizar con sinceridad las veces que solicitamos ayuda y estas quedas sin respuesta, encontraríamos tristemente que son más las veces que no recibimos asistencia que las que sí. 

En este punto muchos de ustedes no me creerán; pero les invito a que saquen la cuenta. O simplemente noten las veces que tenemos situaciones “difíciles” contra las veces que dichas situaciones se resuelven. 

Pero buen, mi idea no es desacreditar la ayuda angelical; claro que existe y es real. Mi objetivo es poner las cosas claras, para que no vivamos engañados esperando o creyendo ayuda divina, sin haber cumplido con los requisitos para recibirla. 

Porque sí; hay requisitos previos. Siempre hay estados iniciales para que las cosas ocurran; así funciona todo el universo, así funciona Dios. 

Si esto de las condiciones iniciales es cierto, es que esperar que se expliquen en las sagradas escrituras. Recordemos que estamos hablando de asistencias de planos espirituales, y por lo tanto debe estar indicado en estos textos. 

Para los cristianos, la asistencia angelical está muy bien explicada en un pasaje donde generalmente no se nota. Lo cito:  


Mateo 4:1-11
Nueva Versión Internacional (NVI)
1. Luego, el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación.
2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 El tentador se le acercó y le propuso:
—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.
4 Jesús le respondió:
—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del *templo, y le dijo:
6 —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está:
“Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
7 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús.
8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
9 —Todo esto te daré si te postras y me adoras.
10 —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.
11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.


La frase estrella de estos versículos de la Biblia es la del versículo once: “...y unos ángeles acudieron a servirle”  a Jesús.   

Si bien en el evangelio de Lucas no aparece esta última frase, yo cito a Marcos porque más allá a servir para mi discurso, se describe el proceso correcto a nivel místico. Simplemente la frase estrella corresponde. 

Pues eso es lo que nosotros muchas veces pedimos: que acudan ángeles en nuestras tribulaciones y ellos resuelvan las situaciones; o por lo menos nos ayuden. Es decir, que los ángeles nos sirvan. 

Pero si volvemos a leer el pasaje bíblico, encontramos que este servicio angelical ocurrió después de que Jesús superó las tentaciones. Y para superar a las tentaciones Él plantea tres enseñanzas muy claras que deben ser asumidas y operacionalizadas por nosotros los cristianos:

  1. La enseñanza de que “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”. Esto indica que debemos no solo vivir para lo asuntos terrenales o por nuestro sustento terrenal (el pan) sino que debemos considerar como importante y ocuparnos de una vida espiritual bajo enseñanzas correctas y concretas (palabra de Dios)
  2. La enseñanza de que “No pongas a prueba al Señor tu Dios”. Esto se refiere a dos importantes máximas espirituales: debemos llegar a un convencimiento de Dios en el cual no necesitemos ponerlo a prueba; y no ser soberbios creyendo que Dios va a hacer lo que nosotros necesitemos que haga.
  3. La enseñanza de “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”. Esto planeta la máxima de reconocer a Dios como el Señor SUPREMO de TODO (bienes materiales y situaciones), y desde allí servirle sin expectativas terrenales.

Estas tres enseñanzas plantean nada más y nada menos que los tres requisitos espirituales a cumplir para que esa asistencia benéfica de los ángeles sea una realidad en nuestras vidas; más allá de las engañosas probabilidades. 

Pudiéramos entonces resumir estos requisitos:   

Para merecer en nuestra vida, la asistencia ofrecida por seres angelicales, debemos comenzar a manejar los siguientes conceptos espirituales: 

  1. El reconocimiento de que tu vida espiritual es algo que también debes alimentar y así hacerlo (de forma correcta).
  2. La no soberbia espiritual. No anteponer nuestra voluntad a la de Dios, con la soberbia de que Dios nos va a responder según nuestros gustos.
  3. El reconocimiento de que todo está bajo el dominio de Dios, como dueño y Señor de todo lo que existe. No debemos considerar que hay otras fuerzas diferentes a Él. Este hecho te lleva a adorarlo y a enmarcar cada acción de tu vida según sus lineamientos (a servirle solamente a Él).
Si tú no comienzas a honrar estas condiciones antes de pedir una asistencia angelical; cualquier situación que parezca haber sido resuelta gracias a los ángeles habrá ocurrido simplemente por ley de probabilidades. Como siempre, si no tenemos las cosas claras, siempre podemos vivir engañados. 

Claro, hay otros tipos de ayudas no terrenales que se confunden con asistencias angelicales. En esos otros tipos no aplican los requisitos descritos. Es el caso de la asistencia que recibimos de nuestro Comité de Yo Superior. Este último está en obligación de ayudarnos; los ángeles lo harán solamente si nos lo hemos ganado.   

Con esto he tratado de explicar este hecho místico desde la sagrada escritura; pero se pudiera sostener dichos argumentos desde otros ámbitos espirituales; entendiendo primero lo que verdaderamente significa “un ángel”. Algún día lo haré. 

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 20 de julio del 2014.
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Palabras ángeles, asistencia, jesús, desierto, tentación, tentaciones, diablo

El juzgar. Aclaración operativa del hecho.


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Creo que ya he escrito sobre el juzgar, pero voy de nuevo debido a algunos acontecimientos. Aquí voy simplemente a definirlo desde el punto de vista operativo; no voy a dar las razones del porqué lo hacemos, ni las consecuencias que acarrea, ni la forma de cómo evitarlo.  

El emitir juicio (o juzgar) muchas personas lo asocian de forma coloquial con la crítica destructiva. Pero en realidad es mucho más amplio que esta. 

Dentro de un ámbito espiritual/religioso, muchas personan buscan trabajar esta actitud para erradicarla de su conducta. Pero si no se entiende bien lo que significa, desde un contexto real espiritual, se puede caer en definiciones personales, subjetivas e ingenuas que llevan a trabajar otra cosa que en realidad no es el juzgar. 

Utilizaremos como siempre el contexto cristiano y La Biblia como libro de texto.  

La exhortación directa a dejar de juzgar, la hace el mismo Jesús cuando sus discípulos le preguntaban qué debían hacer ellos para ganarse este estado de paz con el que relacionamos al Cielo. El “no juzgar” sería unos de los lineamientos necesarios dictados por Jesús como mandamientos del Padre.

Mateo 7:1-5
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1  No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
5 !!Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Y aquí debería comenzar la confusión. ¿Qué significa realmente el juzgar? 

Muchos detractores de las religiones (en especial del cristianismo), apuntan a que el mismo Jesús más de una vez se molestó, echó e insultó a algunas personas que se comportaban de forma “diferente a la esperada”. Muchas palabras dichas a fariseos, maestros de la ley y otras personalidades religiosas; parecerían juicio de Jesús hacia ellas. El mismo arrebato de Jesús en el tempo, echando a mercaderes y cambistas, parecía consecuencia de un juicio de Jesús hacia ellos.

Si no se entiende de forma contextualizada toda la doctrina cristiana, es muy fácil criticarla (juzgarla) tomando partes aisladas de ella para desvirtuarla desde la ignorancia (ojo, no estoy juzgando a nadie)

Para comenzar a entender la idea del juzgar hay que tomar otra máxima espiritual general y utilizarla para poder definir:

1 Samuel 16:7
La Biblia de las Américas (LBLA)
"Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón."

Si planteamos que el hecho de “no juzgar” debemos hacerlo como principio espiritual; es porque el juzgar resulta impropio hacia Dios. Pero entonces, si Dios solo “mira los corazones”,  es por nuestros corazones por donde nosotros nos mostramos a Dios (lo que Dios ve de nosotros).

Con esto tan sencillo, ahora podemos darnos cuenta de que el juzgar es un acto que va más allá de las acciones (físicas o verbales), es una actitud de corazón. Eso es lo que Dios ve.


Muchas personas, sin la guía apropiada de crecimiento espiritual, tratan ingenuamente de cumplir con el precepto de no juzgar con la simple acción de no emitir palabras o incluso pensamientos hacia lo que ellos perciben como errado, equivocado o malo. Se puede estar perdiendo el tiempo. Recordemos que más de una vez se ha planteado el hecho de que un crecimiento espiritual nunca se puede llevar a cabo de forma autodidacta o por libros de autoayuda.

Cualquiera de nosotros puede hacer el esfuerzo de quedarse callado ante una situación; pero lo que de verdad le importa a Dios (lo que Él ve) no es la apariencia de sumisión o de silencio; sino lo que la persona siente en ese momento en su corazón. 

El juzgar es un proceso de corazón, no de palabras o de acciones. Si ante alguna situación o persona, sentimos en nuestro corazón algún disgusto, indignación, rabia, celos, ira; pues estaremos juzgando a pesar de estar mordiéndonos la lengua o a pesar de mirar a otro lado. Lo que sentimos en nuestro corazón es lo que mira Dios.

Esta interpretación correcta es lo que permite entender que el “no juzgar” no significa (ni ha significado nunca) desconocer que algo o alguien está actuando de forma incorrecta. Si hay alguna situación que se está produciendo de forma incorrecta, pues debemos utilizar los lineamientos establecidos para corregirla o evitarla; eso es hacer lo correcto. Pero la diferencia está en hacer un correctivo con justicia y con razón; o hacerlo con rabia, orgullo, rencor o sentimiento de venganza. En el último caso se está juzgando (desde el corazón).

Entonces, se puede actuar con mucha determinación para corregir algo incorrecto o se pueden llegar a decir palabras fuertes; para enseñar o aleccionar. Pero si dichas acciones no salen de sentimientos difíciles de corazón, pues espiritualmente no se está juzgando. Ese es el caso de Jesús.

Es importante recalcar esto siempre,  porque el “no juzgar” no significa aguantar una situación inapropiada o dañina. Debemos siempre tomar las acciones correctas necesarias para remediar lo que no debe ser, pero con un corazón lo más limpio posible. 

El hecho de no entender esto, causa que muchas veces encontremos a personas sumidas en las peores situaciones, sintiéndose muy mal de corazón, pero calladas. Ese corazón con malestar está “juzgando a gritos”; nuevamente el silencio de la voz no sirve de nada. 

El concepto mal entendido del “no juzgar”, lleva a muchas personas a solo callarse y en esa actitud la vida se les va al traste, porque no consiguen la paz espiritual que esperan. En su corazón siguen juzgando. 

Por muy molesto que a veces pareciera Jesús enseñando y dejando las cosas claras, no evitó que su amor hacia nosotros y hacia Dios le permitiera aceptar su muerte en la cruz. Si de verdad nos hubiera juzgado desde su corazón, posiblemente hubiera vuelto a ejercer la carpintería dejando todo de lado (tonterías mías) 

Es muy fácil malinterpretar las enseñanzas espirituales sin la guía apropiada y el tiempo que se pierde es irrecuperable. 

Pero finalmente, ahora bien entendido el concepto operativo del juzgar, ¿es suficiente? 

Se darán cuenta de que no basta entenderlo. Posiblemente la actitud de no juzgar tal vez sea una consecuencia de un crecimiento espiritual, más que una tarea a realizar. 

Si bien debemos seguir haciendo el esfuerzo humano de quedarnos callados y no emitir juicios innecesarios; la cosa no se puede quedar allí. 

Nuestro esfuerzo real (en el caso de nosotros los cristianos) se debe centrar en seguir, en conjunto, las enseñanzas completas de Jesucristo. 

Es en esta práctica de vida correctamente operacionalizada con la que alcanzaremos un corazón cristiano. Un corazón, que más que esforzarse, simplemente actúa correctamente. Entonces, poco a poco, nos encontraremos no juzgando. 

Pero, si bien es importante “no juzgar”, no es lo único que debemos hacer. Debemos recordar el “Sermón del monte”; hay mucho camino que andar.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo. 
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 19 de julio del 2014.
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jueves, 17 de julio de 2014

¿La espiritualidad ayuda al sexo?



Después de la charla de “El sexo más allá de la 3era dimensión”
Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Luego de la charla de “El sexo más allá de la  3era dimensión” pueden quedar muchas dudas. Y no es que no se entienda lo que se brinda en la charla; sino que toda esa información abre, en un instante, muchas puertas a mundos que tal vez nunca habíamos considerado. En parte ese es uno de los objetivos de la charla.

La pregunta principal suele ser: ¿qué puedo hacer de forma proactiva para remediar lo pasado y/o prepararme para aprovechar el sexo de forma correcta?

El plano terrenal nunca es “aséptico”. En esta vida es difícil llevar situaciones exentas de “compromisos no deseables”; en especial a nivel emocional, energético, astral y kármico. A menos, claro está, que “bajo condiciones totalmente controladas” nos vayamos a vivir solos a una cueva.

Pero para una persona que espera una existencia normal, pero siempre hacia mejor,  la espiritualidad es la única forma de vivir que beneficia de forma incluyente a todos los otros planos de existencia nombrados anteriormente.

“Un camino de crecimiento espiritual debería ser la forma de vida para todo ser humano que se reconozca como un ser espiritual; en la búsqueda de su Origen, de su estado de Paz.” #PAGR2014

Si simplemente nombramos los efectos que produce un correcto crecimiento espiritual y esto lo enmarcamos con lo que ya sabemos sobre “el sexo más allá de la 3era dimensión”, tendremos lo siguiente:

  1. Un crecimiento espiritual correcto aumenta la actividad del chakra de la coronilla, con lo cual se aumenta la entrada de nuestra energía vital en nuestro cuerpo. Un mayor flujo de energía ayuda a regularizar las dinámicas energéticas entre los chakras y a la maduración de los mismos. Un cuerpo energético sano (en plasticidad y dinámicas) permite un mayor disfrute del sexo.
  2. Un crecimiento espiritual correcto evita el “malgaste energético”, optimizando el funcionamiento tanto de los chakras que más consumen energía como de los que están llamados a almacenar y a “bombear” energía vital.
  3. Un crecimiento espiritual correcto eleva tu nivel dentro del Plano Astral. Esto te ubica en una zona menos “contaminada” a la hora de tener un orgasmo. En ese caso, el resquebrajamiento del Cuerpo de Luz puede inclusive ser provechoso.
  4. Un crecimiento espiritual correcto te brinda procesos de limpieza kármica; gracias tanto a las herramientas conscientes que adquieres como al proceso de limpieza kármica que se lleva a cabo en una relación Maestro-Discípulo.
  5. Un crecimiento espiritual correcto te da los lineamientos de vida apropiados para que no solo limpies karma, sino para que no se ensucie más con acciones futuras (no se acumule karma denso).
Por supuesto, es de notar que es necesario un esquema “correcto” de crecimiento espiritual, no uno cualquiera. Existen consideraciones especiales que lo definen.

No todo está perdido; y no todo es arrepentimiento. Con el crecimiento espiritual correcto podemos deshacer los desatinos causados por el desconocimiento de los procesos más allá de la 3era dimensión que implica el sexo;  y además te prepara para que la experiencia sexual, tanto presente como futura, sea más de bendiciones y beneficios trascendentes que de cosas de que cuidarse.

No esperes más, se te está dando la oportunidad de acelerar hacia ese estado de bienestar que conocemos con el Cielo.

¿Aún con preguntas? Dios quiera que sí. Adelante, hazlas.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 17 de julio del 2014.
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Palabras claves: sexo, tercera, 3era, dimensión, planos, existencias

sábado, 5 de julio de 2014

El inicio de todo. Reseña de "La ruta de vuelta al Paraíso"



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Cuando lees un libro o una historia, los primeros párrafos son importantes. Estos suelen dar el contexto o el marco dentro del cual el resto de la historia ocurrirá.
Si no se tiene el contexto inicial, mucha de la información posterior se puede perder; y lo que aún es peor, se puede malinterpretar.
Si hablamos de escrituras sagradas, en las cuales se dan las diferentes enseñanzas espirituales; el marco de referencia inicial es vital para toda la enseñanza

Específicamente en nuestra doctrina cristiana, el inicio de toda la enseñanza está muy bien definido, incluso con el nombre. Este se encuentra en el Libro del Génesis, en el Antiguo Testamento.

Aquí no pretendo  dar reflexiones particulares; se podría decir más bien que este escrito es  de “publicidad”; ya que lo que pudiera decir del tema, lo dejé escrito en mi pequeño gran libro “La ruta de vuelta al Paraíso”

En las páginas de ese libro, explico unos pocos versículos iniciales del Libro del Génesis; los mismos que son vitales entender (y entender correctamente) para que el resto de La Biblia y más en general de toda la Doctrina Cristiana, tenga coherencia y sea aprovechable.

Los pocos versículos que trato son donde se describe la historia de Adán y Eva en el Jardín del Edén, comiendo la manzana. Específicamente el tema del Pecado Original.

Pero la explicación no se limita a un parafrasear de lo que allí se dice, sino a una reflexión sobre los hechos y sobre las imágenes desde un contexto más místico-espiritual que religioso-ortodoxo. Por supuesto que esto crea en algunas personas rechazo o no aceptación de lo que allí explico; a lo que respondo: “los que tengan oídos que oigan y los que tengan ojos que vea”.

Que un cristiano “solo de iglesia” no lo acepte, no quiere decir que el libro esté equivocado. El reto personal que lanzo es que luego de leer esas pocas páginas, se tome la molestia (antes de criticar, menospreciar o ignorar el esfuerzo) de revisar toda su fe con el “pequeño” cambio de paradigma que allí planteo. Si lo hace, me lo agradecerá toda la eternidad.

Por el contrario, para aquellas personas que el cristianismo católico, protestante, o cualquier otro, no haya sido suficientemente atractivo; encontrará en este libro, con toda seguridad, “un volver a comenzar”; que le permitirá ver a toda la doctrina espiritual cristina como lo que de verdad es, un camino para llegar de nuevo al Paraíso.

Porque eso es el Génesis. Si toda la enseñanza cristiana se basa en darnos lineamientos para ir de vuelta a ese estado de paz cercano a Dios Padre; es lógico que en los primeros párrafos se nos diga de forma clara dónde fallamos; para luego decirnos qué debemos corregir. Si no entendemos las fallas que originaron nuestra salida del Paraíso; pues las instrucciones no se podrán comprender a cabalidad.

Pero usualmente, de esas primeras estrofas del Libro del Génesis se han venido entendiendo conceptos infantiles e inútiles como:

  1. La desobediencia como el pecado original.
  2. El sexo como alusión a la manzana de Adán y Eva.
  3. La serpiente como el diablo.
Además de otros conceptos que no solo no sirven para entender la doctrina cristiana real, sino que la desvirtúan como doctrina espiritual.

Entonces, si sientes que las instituciones religiosas están en deuda contigo porque más que adoptarte te ha alejado; este libro es por donde debes comenzar tu reconciliación con Jesucristo. Con toda seguridad no será lo único que necesitarás para llegar al Cielo, pero será el paso firme indispensable para recomenzar el camino de vuelta.

El libro aún está en distribución personal, por el bajo tiraje de cada edición. Así que si lo necesitas comunícate conmigo.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 05 de julio del 2014.
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jueves, 3 de julio de 2014

Matemática espiritual para cumplir los deseos



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Así en la Tierra como en el Cielo. Nuevamente les presento una aproximación matemática simplificada de procesos de vida enfocados desde enseñanzas del espíritu.

A veces se utilizan parábolas y metáforas; pero otras es divertido ponerles un “vestido matemático” a cosas del espíritu; que por demás le viene muy bien. Es especial para los más sesudos.

El escenario donde se ubica nuestro asunto es muy común. Partimos desde una situación de vida (un estado) donde nos sentimos incómodos o tan solo la consideramos mejorable; y deseamos, por tanto, pasar a otra situación mejor.

En ese caso, sin dejar el esfuerzo terrenal que nuestro deseo de mejoría requiera, recurrimos a Dios como a ese Ser/Consciencia que puede ayudarnos.

Cada petición que hacemos a Dios puede ser evaluada en función de parámetros espirituales que deberían estar involucrados en su consecución. Y a pesar de que el deseo pueda ser muy terrenal, es necesario considerar dichos parámetros espirituales desde el mismo momento en que ocupamos a Dios en él.

Entonces, la posibilidad de cumplimiento del deseo, considerando la ayuda espiritual, se puede evaluar con la siguiente fórmula matemática:


DeseoCumplido(n+1) = ...

... = Oración(n+1) x [Aceptación(n) + ConfianzaEsforzada(n) + Perseverancia(n+1)]


Donde:

n +1 := nuevo estado en el que queremos estar (deseo que queremos cumplir)

n := estado actual que queremos superar.

DeseoCumplido := valor que pondera la posibilidad (entre 0 e infinito) de que se cumpla nuestro deseo.

Oración := la petición constante a Dios de lo que queremos. Nunca debe llevar al valor de 0 porque anularía todo el cumplimiento del deseo. Este parámetro no es solo la “petición expresada”, sino que incluye también la “cantidad de esfuerzo espiritual” que podemos en nuestra vida; siempre y cuando este esfuerzo esté correctamente enmarcado según los lineamientos precisos de ese Dios al que le estamos pidiendo. “Cada acción espiritualmente correcta se transforma en oración hacia Dios.” #PAGR2014

Aceptación := asunción NO PASIVA de la situación actual que queremos superar (n-1). Este parámetro es inversamente proporcional a la "queja" o al "juicio" del estado actual. Esta Aceptación también implica el no abandonar el trabajando en la situación actual que deseamos superar.

ConfianzaEsforzada := representa no la confianza en el estado próximo, sino la seguridad de que Dios necesita que trabajemos el estado actual para llevarnos al nuevo estado deseado. Es una medida del esfuerzo que le ponemos a vida a pesar de los inconvenientes. Es la verdadera fe.

Perseverancia := representa el esfuerzo sostenido y constante para conseguir el nuevo estado deseado. No cabe el desánimo sostenido.


En cada uno de los factores descritos están implícitos principios de Leyes Universales, como la Ley de Atracción y la Ley de Acción y Reacción.

Puede haber otras consideraciones que intervengan en la función; pero por ser de menor impacto, esta fórmula es correcta y muy útil para quienes intentan buscar las cosas “claras” al intentar actuar desde el espíritu.

Igual, siempre queda sujeta a revisión.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 03 de julio del 2014.
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miércoles, 2 de julio de 2014

Nuestra relación con Dios



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

En nuestra vida, al igual que es sano cuidar y cultivar la forma en la que nos relacionamos con las demás personas, resulta también muy importante evaluar nuestra relación con ese Ser/Consciencia/energía/concepto que consideramos “superior a cualquier cosas” y al que llamamos Dios.

A ese Dios es a quien acudimos cuando necesitamos ayuda más allá de nuestras fuerzas terrenales. Y es a Él al que le debemos nuestra existencia y a veces en quien ponemos nuestras esperanzas al morir. Suficientemente importante en las tres etapas: en nuestro origen; como ayuda en el camino; y en nuestro destino final.

Pero ¿qué sucede cuando en alguna de esas etapas sentimos malestar? Se puede llegar a extrañar a Dios; en especial en las tribulaciones del camino, cuando no sentimos las cosas a nuestro favor. Y no solo cuando las situaciones difíciles se extienden en el tiempo; sino cuando ese Dios tampoco llega a darnos la “paz necesaria” para asumir y vivir dichas situaciones.

Algunas personas a veces sienten que Dios no está cerca en sus situaciones difíciles; lo cual es totalmente absurdo si consideramos la noción del “Dios omnipresente” en el que todos creemos. Dios está, por definición, en todas partes y en todo momento. Si creemos lo contrario deberíamos comenzar desde “cero” a reformular nuestra fe.

Por esa certeza, nadie pone en duda que Dios está con cada uno de nosotros, en cada momento. Algunas personas son más extremistas y dicen que Dios está dentro de nosotros. Cualquier concepción es útil para nuestro punto y desde aquí voy a argumentar.

Si preguntamos a la mayoría de las personas cómo se relacionan ellas con ese Dios que está en todas partes; pues se comienza a dibujar una relación como la siguiente:

-          Le pedimos cuando necesitamos algo
-          Le agradecemos cuando complace alguna petición o simplemente por las bendiciones recibidas
-          y hasta de vez en cuando sacamos tiempo para conversar con Él (oramos, rezamos, etc.)

¿Será suficiente esta forma de relacionarnos con ese Dios tan poderoso en quien creemos y de quien esperamos ayuda?

Me pregunto de nuevo:

¿No nos relacionamos igual con el carnicero? Le pedimos carne, le agradecemos cuando la tenemos y de vez en cuando hasta conversamos con él; y todo con respeto y cariño.

¿No se relacionan igual, ustedes gentiles damas, con la peluquera? Le piden que les haga un peinado, le agradecen cuando termina y hasta se llenan de regocijo cuando les queda bien. Y ni hablar con la conversación con la peluquera; con ellas se pueden pasar más horas hablando que con Dios orando.

Lo mismo aplica con un médico que nos ayuda con alguna enfermedad; con el jardinero, con un vecino, etc.

Pero algunas personas van un poco más allá; y amplían la forma en la que se relacionan con Dios añadiendo las “buenas obras”. Pues me vuelvo a preguntar: ¿no les hacemos buenas obras también al carnicero (dándole propina), a la peluquera (con regalitos) o  al médico (recomendándolo)?

Aquí es donde ustedes dice: “... no, no, no. Pero es diferente con Dios...”

Yo como terapeuta espiritual veo que la forma como solemos relacionarnos con Dios es una extensión del comportamiento humano; intentándolo llevar, de forma ingenua, al plano divino. Eso no es lo que Dios espera como única forma de relacionarnos con Él.

¿Cuál es la diferencia? Es sustancial.

Vuelvo a la idea de que nadie niega de que se tenga a Dios en el corazón; pero la pregunta sería: ¿estamos honrando con nuestra vida a dicha presencia de Dios en nosotros?

¿Dónde se diferencia mi relación con Dios de esa que mantengo con el carnicero o la peluquera? Pues en que Dios si espera cosas importantes de nosotros, y en que Dios si presenta lineamientos a seguir.

Si vemos a Dios correctamente desde el plano espiritual; a través de las enseñanzas sagradas Dios nos da comportamientos que debemos seguir. Esa es la diferencia con el carnicero.

Para honrar a Dios, pues debemos cumplir esos lineamientos que Él nos indica a través de sus enviados (para algo los envió) o de las escrituras sagradas (para algo las inspiró).

Dios, a través de sus representantes, espera que nosotros honremos sus designios. Si nos decimos cristianos, pues debemos tomar a Jesús como enviado de Dios y acatar las indicaciones que Dios Padre dio a través de Él, su Hijo.

No es muy difícil de entender. De la peluquera nadie espera que ella ayude a resolver los problemas de vida de nadie; por tanto yo no tengo porqué hacer caso a todo lo que ella me diga. Pero si queremos que Dios sí nos ayude, lo mínimo que podemos hacer es hacerle caso en lo que nos indicó, de esa forma si lo estaremos honrando.

Todo esto es más profundo: “la verdadera ayuda que Dios, está en comportarnos como Él lo mandó”. Pero bueno, lo dejamos para otra ocasión; con lo solo escrito hasta ahora la reflexión ya está suficientemente complicada.

Finalmente, observamos que una correcta relación con Dios va más allá de agradecerle, pedirle y hablar con Él. En realidad nuestra relación se debe basar en tratar de imitarlo desde sus enseñanzas. La imitación se realiza con una práctica de vida que trate de reflejar en todo momento los lineamientos establecidos por nuestro Dios.

Si hacemos esto así; si nuestras actitudes y acciones de vida reflejan lo que nuestro Dios espera de nosotros; entonces sí estaremos honrándolo, además de estar aprovechando al máximo a ese Dios que está dentro de nosotros. Vivir de otra forma trae muchas complicaciones.

Entonces, el mismo hecho de saber que Dios está con nosotros nos pone en mayor compromiso con Él. Si no lo estamos haciendo correctamente, pues estaremos cometiendo menudo desatino en nuestras vidas. ¿Queremos después que Él nos ayude, nos libere, nos haga entender o incluso hasta nos dé paz?

Dios es bueno, misericordioso y siempre está con nosotros; pero no podemos ser tan infantiles como para agarrarnos de eso y portarnos de forma descuidada con Él: “nobleza obliga”

Y Jesús una vez dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21)

Si tienes dudas, nuevamente te recuerdo: busca “el Sermón del Monte”. Más claro no canta un gallo.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
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