Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Probablemente muchos de ustedes jugaron al
siguiente juego cuando iban de niños en un viaje en carretera. Para lidiar con
lo largo del viaje, uno se ponía como meta contar los carros de algún color que
pasaban al lado del nuestro. Bastaba elegir cualquier color para que, casi como
por arte de magia, comenzaran a pasar a nuestro lado los vehículos de ese mismo
color, y la cuenta comenzaba y avanzaba rápido.
La inocencia nos llevaba a preguntar ¿de
dónde habían salido tantos carros de ese color, si antes no los veíamos? Solo
de adultos entendemos que ni el juego, ni la escogencia del color, ni mucho
menos nuestra suerte, hacían que los vehículos aparecieran de improviso. Los
vehículos estaban allí, estaban por pasar, y el efecto se produce porque
nuestra mente, ahora condicionada por el color, sí los comenzaba a destacar el
resto. En ese caso parecía que fueran más cantidad de antes.
Si pudiéramos contar todos los vehículos
por sus colores, nos daríamos cuenta de que la distribución por colores siempre
es la misma; y el hecho de nosotros estar atentos a uno en particular, hace que
parezcan más frecuentes o en mayor número.
Similar efecto pasa de forma cotidiana en
nuestra vida. Cuando por ejemplo pedimos a Dios o a seres celestiales ayuda
para nuestros problemas, al recibir alguna “ayuda positiva esperada” la
notamos, la destacamos, la contabilizamos, la recordamos; y aseguramos que los
ángeles siempre nos ayudan.
Pero si pudiéramos contabilizar con sinceridad
las veces que solicitamos ayuda y estas quedas sin respuesta, encontraríamos
tristemente que son más las veces que no recibimos asistencia que las que sí.
En este punto muchos de ustedes no me
creerán; pero les invito a que saquen la cuenta. O simplemente noten las veces
que tenemos situaciones “difíciles” contra las veces que dichas situaciones se
resuelven.
Pero buen, mi idea no es desacreditar la
ayuda angelical; claro que existe y es real. Mi objetivo es poner las cosas
claras, para que no vivamos engañados esperando o creyendo ayuda divina, sin
haber cumplido con los requisitos para recibirla.
Porque sí; hay requisitos previos. Siempre
hay estados iniciales para que las cosas ocurran; así funciona todo el
universo, así funciona Dios.
Si esto de las condiciones iniciales es
cierto, es que esperar que se expliquen en las sagradas escrituras. Recordemos
que estamos hablando de asistencias de planos espirituales, y por lo tanto debe
estar indicado en estos textos.
Para los cristianos, la asistencia
angelical está muy bien explicada en un pasaje donde generalmente no se nota.
Lo cito:
Mateo 4:1-11
Nueva Versión Internacional (NVI)
Nueva Versión Internacional (NVI)
1. Luego, el Espíritu llevó a Jesús al desierto para
que el diablo lo sometiera a tentación.
2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 El tentador se le acercó y le propuso:
—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.
4 Jesús le respondió:
—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del *templo, y le dijo:
6 —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está:
“Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 El tentador se le acercó y le propuso:
—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.
4 Jesús le respondió:
—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del *templo, y le dijo:
6 —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está:
“Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
7 —También está escrito: “No pongas a prueba al
Señor tu Dios” —le contestó Jesús.
8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
9 —Todo esto te daré si te postras y me adoras.
10 —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.”
11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.
8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
9 —Todo esto te daré si te postras y me adoras.
10 —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.”
11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.
La frase estrella de estos versículos de la Biblia es la del versículo
once: “...y unos ángeles acudieron a servirle”
a Jesús.
Si bien en el evangelio de Lucas no aparece esta última frase, yo cito a
Marcos porque más allá a servir para mi discurso, se describe el proceso
correcto a nivel místico. Simplemente la frase estrella corresponde.
Pues eso es lo que nosotros muchas veces
pedimos: que acudan ángeles en nuestras tribulaciones y ellos resuelvan las
situaciones; o por lo menos nos ayuden. Es decir, que los ángeles nos sirvan.
Pero si volvemos a leer el pasaje bíblico,
encontramos que este servicio angelical ocurrió después de que Jesús superó las
tentaciones. Y para superar a las tentaciones Él plantea tres enseñanzas muy
claras que deben ser asumidas y operacionalizadas por nosotros los cristianos:
- La enseñanza de que “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”. Esto indica que debemos no solo vivir para lo asuntos terrenales o por nuestro sustento terrenal (el pan) sino que debemos considerar como importante y ocuparnos de una vida espiritual bajo enseñanzas correctas y concretas (palabra de Dios)
- La enseñanza de que “No pongas a prueba al Señor tu Dios”. Esto se refiere a dos importantes máximas espirituales: debemos llegar a un convencimiento de Dios en el cual no necesitemos ponerlo a prueba; y no ser soberbios creyendo que Dios va a hacer lo que nosotros necesitemos que haga.
- La enseñanza de “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”. Esto planeta la máxima de reconocer a Dios como el Señor SUPREMO de TODO (bienes materiales y situaciones), y desde allí servirle sin expectativas terrenales.
Pudiéramos entonces resumir estos
requisitos:
Para
merecer en nuestra vida, la asistencia ofrecida por seres angelicales, debemos
comenzar a manejar los siguientes conceptos espirituales:
- El reconocimiento de que tu vida espiritual es algo que también debes alimentar y así hacerlo (de forma correcta).
- La no soberbia espiritual. No anteponer nuestra voluntad a la de Dios, con la soberbia de que Dios nos va a responder según nuestros gustos.
- El reconocimiento de que todo está bajo el dominio de Dios, como dueño y Señor de todo lo que existe. No debemos considerar que hay otras fuerzas diferentes a Él. Este hecho te lleva a adorarlo y a enmarcar cada acción de tu vida según sus lineamientos (a servirle solamente a Él).
Claro, hay otros tipos de ayudas no
terrenales que se confunden con asistencias angelicales. En esos otros tipos no
aplican los requisitos descritos. Es el caso de la asistencia que recibimos de
nuestro Comité de Yo Superior. Este
último está en obligación de ayudarnos; los ángeles lo harán solamente si nos
lo hemos ganado.
Con esto he tratado de explicar este hecho
místico desde la sagrada escritura; pero se pudiera sostener dichos argumentos
desde otros ámbitos espirituales; entendiendo primero lo que verdaderamente
significa “un ángel”. Algún día lo haré.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
20 de julio del 2014.
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Palabras ángeles, asistencia, jesús, desierto, tentación, tentaciones, diablo