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domingo, 12 de octubre de 2014

Pidiendo favores a Dios



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Muchas veces, cuando necesitamos ayuda de Dios y se la pedimos, terminamos la conversación diciendo algo similar a: “Confío en ti, Dios”

Pero confiar en Dios no significa que va a suceder lo que tú necesitas que pase; sino que tienes la confianza que todo va a ocurrir según corresponda dentro de las leyes de Dios.

En este universo no sucede nada que no esté enmarcado por las Leyes de Dios (Leyes Universales). ¿Que eso no es cierto? Si conocieras y entendieras dichas leyes no dudarías. Ese es otro problema.

¿Se nos olvida acaso la frase rutinaria de "hágase tu voluntad"? Coherencia y consistencia, hermanos; eso se nos exige en nuestra fe. No podemos rezar algo por la noche y pedir otra cosa durante el día.

Muchas veces esperamos "milagros", pero sin saber que estos ocurrirán solo si están dentro del Orden Divino. No solemos preguntarnos si “merecemos los favores que pedimos”; o por lo menos si “le hemos dado argumentos positivos a Dios con nuestra forma de vida” para que Él nos ayude.

Pero es innegable que a veces ocurren maravillas. En la ocurrencia de milagros, a veces se pueden adelantar parte de las bendiciones que alguna vez acumulamos (karma positivo, por ejemplo). Si esto sucede,  entonces las cosas buenas ocurren gracias a ellas; a pesar de que no correspondían para el momento.

(Nota: hay formas prácticas para intentar adelantar esas bendiciones para que ocurran milagros; e incluso esto está dentro de las leyes universales. No me las preguntes a mí, tu religión la sabe)
En el caso de que utilicemos un adelanto de nuestras “bendiciones”, iremos agotando nuestra "cuenta de ahorro de bendiciones".

Si queremos ser serios, debemos entonces tener cuidado de los "favores" que pedimos; no vaya a ser que gastemos nuestras bendiciones en cosas intrascendentes.

Si no tenemos ese cuidado, cuando necesitemos de favores que sean realmente apremiantes e importantes, no tendremos el saldo suficiente para resolver.

Claro está; si concedido el milagro, trabajamos duro desde nuestra espiritualidad; siempre podremos ir ganándonos y depositando bendiciones para recuperar el saldo y para el futuro.

¿Cómo se ganan bendiciones? Llevando una vida espiritual correcta y comprometida.

¿Cómo se lleva una vida espiritual comprometida? Llevando tu vida terrenal bajo principios espirituales.

¿Cuáles son los principios espirituales? Depende de tu religión. Pero posiblemente te suenan algunos como: amar a Dios sobre todas las cosas, honrar a tu padre y a tu madre, amar a tu prójimo como a ti mismo, bendecir a tus enemigos, no juzgar, poner la otra mejilla, etc.

Con esta enseñanza, se puede entender Mateo 25:14-30 La Parábola de los Talentos. Si tu Dios te concede una bendición y no produces con tu esfuerzo más de lo que se te dio (hablo de más bendiciones espirituales); te va a ir peor que antes.

Mateo 25:14-30
Nueva Versión Internacional (NVI)

14 »El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus *siervos y les encargó sus bienes. 15 A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro sólo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. 16 El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil. 17 Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. 18 Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

19 »Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20 El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil.” 21 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” 22 Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil.” 23 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”

24 »Después llegó el que había recibido sólo mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. 25 Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” 26 Pero su señor le contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? 27 Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses.

28 » ”Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil. 29 Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. 30 Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.” 
No es retaliación ni castigo; es simple consecuencia de las leyes universales. Y este es solo uno de los escenarios de enseñanza espiritual donde se aplica esta parábola.
Siempre ha sido importante trabajar y ahorrar antes de necesitarlo; es infantil esperar estar en un apuro para proponérselo; y peor aún recibir un adelanto y no honrarlo.
Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 12 de octubre  del 2014
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Palabras-claves: milagros, talentos, marcos, favores, leyes universales, ahorro, bendiciones

1 comentario:

  1. Gracias Pedro muy oportuno como siempre, comiquisima la voz, pero que bueno poder solo escuchar y concentrarse, mil gracias, Namaste, Dulce

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