Espiritualidad 101
Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
¿A quiénes se les da más fácil
esto del crecimiento espiritual?
El primer paso que hay que
evaluar en cualquier persona que quiera enfrentar un crecimiento espiritual se representa
en la pregunta personal de ¿quién soy yo?
La respuesta vendrá enmarcada
desde posibles enfoques o planos: desde el terrenal-físico, desde el
terrenal-mental, desde el terrenal-emocional o desde el espiritual. Es poco
frecuente que alguien se llegue a definir desde el plano astral.
Además, la respuesta va a venir
condicionada probablemente por el escenario donde se realiza la pregunta; por
lo cual se suele obtener como respuesta: "yo soy un ser espiritual".
Puede haber aún una respuesta más
amplia e "inteligente": "yo soy un ser integral; formado de
todas esas partes".
Pero más allá de lo expresado, la
validez se certifica pronto. Esto se hace observando dónde están enmarcadas
prioritariamente las situaciones que "le quitan el sueño" a esa
persona.
Ni siquiera los gustos definen
tanto la consciencia del ser como lo hace la sensación de amenaza.
Porque definitivamente se defiende prioritariamente lo que consideramos nuestra
escencia básica; en especial en momentos en que nos sentimos amenazados. Y por lo
tanto se lucha más en la vida por mantenerlo.
Si a alguien le preocupa su
integridad física antes que otras cosas, pues su consciencia terrenal-física
será muy fuerte.
Si a alguien le preocupa
prioritariamente su bienestar futuro; seguramente su consciencia
terrenal-mental dominará.
O si a alguien le preocupa prioritariamente el bienestar emocional personal o el de otros, pues le toca el turno a la
consciencia terrenal-emocional.
Y estos tres, son solo ejemplos
sencillos. ¿Acaso son muchas personas las que se preocupan en cómo será su
existencia luego de su muerte física?
No me refiero a que no tengamos
que defender y ocuparnos de nuestra realidad en los diferentes planos; eso es
lo correcto. Pero el esfuerzo prioritario, la dedicación mayoritaria, la
preocupación intensa; marcan nuestra consciencia de quienes creemos que somos.
Entonces, si encontramos en una
persona una marcada identificación personal en el plano espiritual,
probablemente ya esté llevando un camino de crecimiento espiritual; y en el
peor de los casos habrá que ofrecerle ajustes menores al que ya tiene
Pero si estamos frente a una consciencia
del ser muy terrenal, podemos encontrar que la búsqueda espiritual puede
estar más centrada en conseguir objetivos terrenales. Obedece entonces más a
una urgencia terrenal que a un deseo real espiritual.
En este caso, el trabajo
espiritual para esa persona va a ser mucho más arduo, más exigente. Lamentablemente
en esos casos, no suele ser persistente y por lo tanto termina siendo muy poco
efectivo.
Es necesario entonces, invitar a
la persona a que autoevalúe si de verdad quiere hacer tamaño esfuerzo para
avanzar espiritualmente; manteniendo las expectativas controladas (tendiendo a
cero) de sus soluciones terrenales.
Es vital que se logre en la
persona terrenal esa “ampliación de consciencia del ser”. Es
indispensable que la persona terrenal comience a darse cuenta de que también es
un ser espiritual. Luego, con el tiempo, en el camino espiritual deberá
descubrir que lo anterior había sido un engaño; ya que únicamente se es un ser
espiritual, con una existencia terrenal muy temporal e intrascendente, si bien
necesaria para crecer espiritualmente, no para lograr cosas terrenales.
Si se desean intentar una ampliación
de consciencia del ser hay que comenzar desde planos muy mentales, muy
argumentados; propios de la consciencia mental que predomina en el plano
terrenal.
Hay que enfrentar argumentos
como:
-
El esfuerzo terrenal no siempre parece
dar resultados.
-
La correctitud mental, emocional,
social e incluso moral, parecen a veces no ser correspondidas con cosas
gratificantes.
-
El significado de la muerte (en
relación con su impacto en la perspectiva personal).
-
La lucha y el desgaste constante en el
plano terrenal, que parece no acabar.
-
La aparente incertidumbre o
incomprensión de nuestra realidad.
-
La no correspondencia entre buenas
intenciones, buenas acciones y buenos resultados.
Estos, entre otros muchos esquemas
terrenales-mentales en los cuales reflexionar.
Parece enredado, pero el
crecimiento espiritual no pareciera estar hecho para todo el mundo. ¿Elitezco?
¿Excluyente? No, simplemente la persona debe tener algo sobre lo cual trabajar;
un músculo el cual ejercitar. Ese algo parecería ser un espíritu manifiesto,
por lo menos en su mínima expresión.
Lograr que ese espíritu despierte
en cualquier persona (que ya lo tenga) se puedae conseguir; sin que esté muy
clara la mejor forma de hacerlo.
Pero sí es el primer paso. Si
alguien no llega a considerarse a sí mismo (en grado suficiente) como un ser
espiritual; y eso no le lleva a preocuparse de las cosas del espíritu (de forma
prioritaria), mejor será que considere utilizar su tiempo en otra cosa que no
sea crecimiento espiritual.
Pero repito nuevamente; trabajar
de forma prioritaria el espíritu no significa de ninguna manera olvidar a nuestros
otros planos de consciencia. La ventaja del espíritu es que es una consciencia
incluyente hacia las demás.
Cuando trabajamos nuestro
espíritu, nuestros otros planos de consciencia (astral y terrenal) salen
favorecidos porque ambos están, de alguna forma, arropados por el espíritu.
No así, si trabajamos
prioritariamente desde nuestra terrenalidad o desde nuestra astralidad. Allí,
el espíritu puede quedar totalmente desasistido; y al morir llegaremos medio
“desnudos” y medio “vacíos” al más allá, donde las cosas del espíritu son más
que necesarias.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
13 de octubre del 2014
http://e-reiki.ning.com
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Palabras-claves: quién soy, espíritu, planos, terrenal, espiritual, ampliación, consciencia, morir, muerte
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