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martes, 11 de noviembre de 2014

Los falsos profetas


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Si de algo Jesucristo advirtió a sus discípulos (e incluso a la gente en general) era que se cuidaran de los “falsos profetas”.

Más allá de dar los lineamientos de vida y de remarcar la importancia de cumplirlos bajo pena de correr con las consecuencias, ni siquiera el mismo diablo era objeto de tantas advertencias como de aquellos que decían proclamar la palabra de Dios sin mucho acierto.
Marcos 13: 21-23
(RVR1960)

21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis.
22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.
23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
Si Jesús vino a señalarnos el camino para llegar al Padre; pues lo peor que nos puede pasar es que vengan otros a señalarnos un camino incorrecto; y por supuesto que nosotros le creamos  (sobre todo en los momentos de tribulación). Estas personas serían los “falsos profetas”.

Cuando algunas personas hablan de ellos, tratando de caracterizarlos o incluso de identificarlos y señalarlos; lo hacen rompiendo todo principio cristiano. En esta “inquisición” se utiliza muchas veces: el juicio (de juzgar), el ataque personal, la denigración de otras religiones (nuestros hermanos), el resentimiento, la soberbia...

Se habla a veces de diferentes tipos de falsos profetas; de diferentes falsas profecías; y se intentan definir características específicas que estos tienen, tomándose de la misma Biblia de forma muy literal y sin el contexto espiritual necesario.

No digo que estos no puedan ser argumentos ciertos, pero de lo que sí estoy seguro es que pueden confundir el panorama en vez de aclararlo.

En una charla reciente, había un niño de 7 años (Diego) que levantó la mano y me preguntó: “¿cómo se vuelve alguien un falso profeta?”.

Además de la sorpresa de todos los adultos presentes, no solo por la juventud del interesado, sino por lo inesperado de la pregunta; lo que respondí es lo que quiero traer a colación. Después de fracciones de segundo, mi respuesta fue:
“Un falso profeta es alguien que trata de enseñar algo espiritual a otra persona, pero que ni el mismo se sabe toda la historia.

Esa persona no lo hace por maldad; sino porque a lo mejor nunca ha tenido la oportunidad de escuchar todo el cuento, y repite solo las partes que se sabe; y a lo mejor las explica como las ha entendido él.

Imagínate (le decía yo al niño) si a las personas les contaran un cuento infantil pero solo les dicen un pedacito del medio de la historia. Cada quien puede imaginarse y creerse el comienzo y el final. Y pueden creer cosas que no son verdad.”
Al parecer, el niño quedó satisfecho con la respuesta (brillante el niño); y yo quedé tranquilo con la explicación.
Si bien puede el argumento puede parecer simplista y discutible, traté de plantear mi explicación con una de las máximas espirituales más importantes que hay dentro del cristianismo: las personas no son malas por naturaleza; se hace más daño por ignorancia que por maldad.

Sin aceptar esta máxima cristiana (la cual es presentada infinitamente por Jesús en todos los evangelios) es imposible seguir lo que el mismo Jesús nos pide hacer: amar a los que consideramos nuestros enemigos, poner la otra mejilla, darle la capa a quien nos pide el manto, pedir disculpas, etc. Todo lineamiento de vida cristiana se basa en este principio básico; es simplemente Compasión Espiritual (... aquí es donde debes no asumir que sabes qué es Compasión Espiritual, sino preguntar)

Pero es una realidad que se pueden encontrar muchas personas que, con atisbos de conocimiento y entendimientos puntuales o parcializados de pequeñas partes de las escrituras sagradas, infieren enfoques de enseñanzas espirituales que pueden no ser necesariamente acertadas o completas. No hay maldad en estas personas; de hecho, puede pasarnos a cualquiera de nosotros sin necesidad de querer ser profetas.

Pero si esta enseñanza “incompleta” o “descontextualizada espiritualmente” se trasmite a otros; y bajo una aceptación y convencimiento de las mismas, las personas que las reciben interrumpen o retardan su verdadero crecimiento espiritual, pues el trasmisor de dichas enseñanzas se convierte en un falso profeta.

Una enseñanza espiritual “mal comprendida” puede estancar el crecimiento espiritual de cualquier persona; y con el egocentrismo de creer que siempre tenemos la razón; el estancamiento en dicha enseñanza se puede volver incluso un motivo de lucha o una misión de vida (a veces infortunados).

Por ejemplo, algunos historiadores religiosos culpan a pueblo judío de la muerte de Jesús; cuando ni el mismo Jesús lo dijo nunca. Es lógico pensar que si la muerte se orquestó de alguna manera; fue por aquellos religiosos que nunca pudieron entender las escrituras a cabalidad (falsos profetas), fueran judíos o no.

En la actualidad, el nombre de “falsos profetas” se le da también a otros grupos o prácticas “espirituales” que pueden llegar a distraer a los individuos en la búsqueda directa de Dios. ¿Pero acaso estos grupos están fuera de nuestras iglesias cristianas?

Si cualquier “representante cristiano” incita a sus feligreses a menospreciar a otros hermanos (por cualquier causa); por mucha investidura formal que tenga, este será un “falso profeta”.

Si cualquier religioso no llega a trasmitir las enseñanzas por una precaria reflexión de las sagradas escrituras, aunque sea por ignorancia (nadie asume maldad), este será un “falso profeta”.

Y aún más; si cualquier persona que se diga “cristiano” y se presente así ante los demás, pero actúe sin respetar los principios básicos de Jesús, su ejemplo de vida será una prédica; y entonces ¿podría ser considerado un “falso profeta”?.

¿Pero es que acaso hay formas reales de reconocerlos?

Alguien que te hable de alguna enseñanza religiosa, basada por supuesto en alguna escritura sagrada, debe tener algo indispensable: coherencia; y coherencia múltiple incluso en diferentes religiones.
  1. Las escrituras sagradas pueden estar mal traducidas o pueden estar incompletas; pero lo que se “entienda bien” en cualquier segmento de esta, debe soportarse en el resto de la enseñanza.
  2. Las escrituras sagradas pueden ser de diferentes culturas y religiones; pero todas hablan de un mismo Dios. Por lo tanto, entre ellas debe también haber coherencia.
  3. Y a toda escritura sagrada se le debe dar la correcta interpretación espiritual, aún de las metáforas o de los hechos terrenales. Es un absurdo entender lo sagrado solo desde el punto de vista terrenal.
Así que alguien que sepa de espiritualidad y que no sea un “falso profeta”, debería ser capaz de mantener, explicar y enseñar con esta coherencia espiritual. 

Entonces, los falsos profetas pueden no estar muy lejos de nosotros. Para poder serlo, nos debe desviar del camino; y para que nos desvíen, debemos creerles; y para creerles, debemos confiar en ellos; y para confiar en ellos debemos sentirlos muy cerca de nosotros. 

Cuidado entonces; evalúa a tu alrededor quien te está acercando más a Jesús y quien (aún en Su Nombre) está haciendo lo contrario.

Observa bien, porque puede no ser tan obvio. Incluso yo podría ser uno de los “falsos profetas”.

No importa lo que creas de mí, lo importante es que te cuides. Debes estar atento/a a tu corazón.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 11 de noviembre del 2014
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Palabras-claves: falsos profetas

3 comentarios:

  1. Comenzando que para mi no lo es...

    Varias dudas y espero que me la pueda contestar...porque hace mucho, pero MUCHO TIEMPO que las tengo.

    -¿Por qué desde algunas religiones es MALO tomar, beber (alcohol) y bailar o escuchar música "mundana"

    -Existe alguna prohibición o condena en la biblia sobre esto?

    - Nuestro hermano jesús, tomo vino y bailo? o es mentira?

    -Lo pregunto porque he escuchado y he estado y presenciado discusiones o batllas sin sentido y desde religiones, NO CATOLICAS, en decir que es malo, que eso no se puede, que la biblia lo dice que no.. etc, etc, etc... y a veces lo veo algunas que profesan la religion no catolica, escuchando música, o no tanto este, pero si, tomando, segun ellos lo correcto es no emborracharse. etc..y leendo el texto me dije: serán esto "falsos profetas"??

    Espero respuestas a mis preguntas para desalojar dudas desde lo religioso, espirtual etc...Ya desde lo otras esferas de la vida lo sé y sus consecuencias. Pero desde este punto con tantas interpretaciones que no se que pensar y hasta ahora me he mantendi al margen.

    Quiero conocer su opinión como he escuchado a los otros y como usted es maestro espiritual y no saca de contexto las cosas...y hace excelentes interpretaciones espirituales... me gustaria saberlo, además de que es catolico como yo, me intriga saber.

    Namasté.

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    1. El alcohol, algunos tipos de músicas y bailes, condicionan a tu cuerpo energético en un estado donde no se puede manifestar tu espíritu. No es entonces que sea malo; es que a veces es inconveniente para la espiritualidad.

      Jesús con mucha seguridad tomo vino (era la "bebida de mesa" rutinaria) y posiblemente bailó (hay rituales religiosos donde se bailan); y ese noes el problema. Los problemas se presentan en la cantidad y ocasión del vino y en el tipo de baile.

      Algunos bailes (posiblemente los que tu dices mundanos), activan mucho el chakra base (los instintos básicos) y en esas condiciones es dificil ser espiritual.

      Si hay varios pasajes bíblicos (no los tengo ahor de referencia) que bajo ciertas tarea o condiciones, condenan la bebida, por ejemplo.

      Los "falos profetas" pueden ser menos evidentes que individuos que asumen y defienden postura discutibles. Un falso profeta puede paracer todo lo "cabal" del mundo.

      Creo que es todo.

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  2. Me imagino que estamos hablando de canciones y bailes como regueton y champeta...

    Al menos yo, no me he emborrachado y me encanta bailar VALLENATO, merengue y salsa... regueton medio la bailo.

    Es decir, que no estoy tan equivocado, ni mal.

    Si me gustaria conocer esos pasajes Bíblicos. Voy a ver si los averiguo.

    Gracias.
    Namasté.

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