Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo (v1.3)
En
estos tiempos que corren nos hemos convertido en seres muy
“mentales”, muy “lógicos”: Hay mucho que aprender, hay mucho
a lo que debemos estar atentos a nuestro alrededor, debemos controlar
muchas cosas y debemos actuar según convenga; si no lo hacemos
podemos dejar de ser “adecuados” o “convenientes” para
nuestro medioambiente.
En
esta necesidad de tener el control, nuestra mente muchas veces se
toma atribuciones o acciones que no le corresponde, para lo cual no
fue creada ni preparada; y como en toda usurpación, los problemas
comienzan a aparecer porque las actividades usurpadas no salen
correctamente.
Una
de esas actividades que nuestra mente suele atribuirse sin permiso es
la de “sentir”, refiriéndome como “sentir” al
reconocimiento, manejo, control y expresión de nuestros
sentimientos.
Ha
sido siempre una verdad en el ámbito realmente místico y lo está
siendo cada vez más para la ciencia moderna, que los sentimientos (a
veces decimos emociones) condicionan nuestro bienestar; entendiéndose
nuestro bienestar como integral, pasando por la salud física,
mental, emocional, energética, espiritual y hasta kármica.
De
hecho, cuando asumimos con seriedad cualquier terapia de sanación
(holística) o cualquier camino de crecimiento personal/espiritual,
debemos asegurarnos que se trate de la forma más directa posible a
nuestras emociones/sentimientos; pero a las emociones/sentimientos
reales. Aquí nace la noción de “pseudo-sentimientos”
Los
“pseudo-sentimientos” entonces son aquellos sentimientos que
aparecen en nosotros pero como resultados de procesos mentales; es la
usurpación de nuestra mente. Estos “pseudo-sentimientos”
presentados por nuestra mente tienen como materia prima sentimientos
reales (alojados en nuestros corazones); pero el producto final puede
ser diametralmente opuesto a los sentimientos reales originarios.
Un
ejemplo sencillo puede ser un sentimiento de “rabia” hacia
nuestro “jefe” (figura de autoridad). Esta “rabia” parece un
sentimiento válido a tratar y desterrar; pero con un sencillo
análisis se puede descubrir que esta rabia puede originarse de un
sentimiento real de “miedo a la crítica”, a ser corregido por
nuestro jefe, a que descubran nuestras debilidades. Estos
sentimientos originarios, mediante procesos mentales, se manifiestan
como un rechazo hacia el jefe.
Con
este ejemplo pareciera ser fácil inferir en otras situaciones, pero
no lo es. Si con cualquier terapia tratamos de sanar la “rabia”
descrita, descubriremos que los resultados son desalentadores o en el
mejor de los casos lentos. Esta “rabia” es un pseudo-sentimiento
y pudiera estar disfrazando, por ejemplo, un sentimiento real de
miedo. Este último es el que deberíamos sanar.
Cuanto
más mental y lógica sea una persona en su vida, más difícil puede
ser para ella diferenciar un “pseudo-sentimiento” de un
sentimiento real; discernimiento este que puede estar ligado a lo que
se conoce como Inteligencia Emocional.
Entonces,
el problema comienza a surgir cuando el terapeuta o la persona tratan
los sentimientos que están causando malestar sin tener la capacidad
de diferenciar si estos son reales o son “pseudo-sentimientos”.
Se estarán dando golpes a ciegas.
Afortunadamente
hay técnicas de sanación que no hacen mucho hincapié en el origen
del malestar (Reiki, EFT, meditación, entre otras) y son las mejores
para muchas personas. Pero está claro que si podemos ser más
precisos en el abordaje, los resultados pueden ser más rápidos,
eficientes y efectivos.
Si
no hablamos ya de terapias sino de prácticas de vida, como pueden
ser todo lo concerniente a procesos de Ley del Atracción (LDA) y a
Crecimiento Espiritual; el reconocimiento de la emoción/sentimiento
real es MUY necesario.
Las
técnicas que se basan en LDA son siempre muy rápidas y efectivas; y
por eso vale la pena el esfuerzo de aprender a distinguir a los
sentimientos reales y no centrarse en los “pseudo-sentimientos”.
Y
si hablamos de Crecimiento Espiritual, dejar la mente fuera de este
proceso y comenzar a trabajar con los verdaderos sentimientos es
simplemente indispensable.
Generalmente
yo utilizo una frase que en algunas personas causa mucho
desconcierto, duda o compasión hacia mi forma de pensar y es la que
dice “Para
poder VIVIR y no solo sobrevivir, debemos aprender a pensar con el
corazón”.
Cuando
oyen esta frase, algunas personas automáticamente apuntan que
debemos también ser racionales, porque si actuamos solo con “el
corazón” podemos salir heridos. Generalmente este es el caso de
personas que han sufrido decepciones sentimentales, porque han
“actuado de corazón” y no se han sentido correspondidas (amor,
amistad, entrega familiar, compañerismo, etc.)
En
caso de que yo esté actuando como terapeuta con una persona que haya
argumentado a mi frase anterior, debo comenzar el abordaje planteando
que probablemente ese “actuar con el corazón” que la persona
menciona, pudo no haber sido tal.
Una
de las formas en la que podemos diferenciar sentimientos (reales) de
“pseudo-sentimientos” es precisamente mediante el reconocimiento
de las expectativas que estos últimos mantienen.
En
las situaciones donde nos “involucramos sentimentalmente” y
salimos heridos, lo más seguro (me atrevería decir que el ciento
por ciento) es que hayamos actuado desde un “pseudo-sentimiento”
de amor.
Este
“pseudo-amor”, con mucha seguridad, fue originado de sentimientos
reales no reconocidos, como pueden ser: el miedo a quedarse solo/a,
la necesidad de recuperación de autoestima, el de conveniencia, el
de rebeldía a nuestros padres, la inconformidad con nuestra vida
(para lo cual busco una nueva vida)... y todos estos sentimientos
reales se tradujeron gracias a de procesos mentales (generalmente
inconscientes) en “amor” (en realidad “pseudo-amor”).
De hecho, podríamos
jurar que estamos enamorados; a lo que en verdad deberíamos decir
que estamos “pseudo-enamorados”.
Eso
no quiere decir que el amor por alguien no se pueda sentir. Como
seres energéticos y seres emocionales, vivimos nuestra realidad
experimentando sentimientos/emociones constantemente. Y sí, nos
enamoramos (¡constantemente!) pero nuestro cerebro siempre intercede
para “protegernos”, según él y las vivencias que le haya tocado
vivir.
Aquí
comienzan a tener valía conceptos reales como: Amor Incondicional,
Compasión (diferente de lástima), Agradecimiento Incondicional,
etc., todos ellos que debemos aprender y cultivar; y que reconocemos
como sentimientos (energías) sanadores.
Por
el contrario, los sentimientos reales no generan expectativas;
los mentales (“pseudo-sentimientos”) sí lo hacen. Y es normal,
porque la mente entiende de lógica, de acción y de reacción; y por
lo tanto es “lógico” que si hacemos o damos algo, esperemos
recibir lo que corresponda.
Y
no pretendo desacreditar a nuestra mente, pero “zapatero a sus
zapatos”. La mente es indispensable para percibir a nuestro mundo
3D (y un poquito más allá) y desde allí ofrecer posibles acciones;
pero en el sentir, debemos hacerle caso al corazón.
¿Recuerdan?
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”
Namasté
Ing.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
Junio, 05 del 2011
Última
corrección: Octubre, 01 del 2012
Última
corrección/ampliación: Marzo, 07 del 2015
http://cartelesmaestros.blogspot.com/
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Hola maestro.
ResponderEliminarUn placer, anda muy perdido. Se le extraña....
Le toco el turno a las #RELACIONESDEPAREJA. #energetico #entreconversaciones.
1. ¿Cómo elegimos o se elige bien a la pareja? condiciones.
2. ¿Existe las almas gemelas en las relaciones de pareja? xq se da?
3. ¿Es posible amar y enamorarse de dos personas a la vez, al mismo tiempo? ¿por qué?
Gracias por sus enseñanzas y por estar para nosotros dandonos luz!!!!
Namasté.
Namasté Samir.
Eliminar1. La elección de pareja generalmente debería ser un proceso energético, pero suele ser muy mental y argumentado por la conveniencia ylas expectativas.
2. No existen almas gemelas (no se de donde sacaron ese termino). Pueden haber almas con mayor compromiso karmico una con a otra, pero no se porque le llaman gemelas. Y en caso de haberla, no tiene nada que ver con parejas.
3. Si es posible amores multiples, ya que es un asunto energético y con solo 7 charkas principales, podemos encontrar varias personas que se acoplen energéticamente con nosotros. Eso no implica que debamos tener sexo con todas ellas, ni nos da derecho a ser infieles o promiscuos.
Namasté
Namasté Maestro
ResponderEliminarToda la vida de uno va estrechamente relacionada con las circunstancias que usted describe en este acertado artículo
Gracias...
Gracias maestro por este post asi como tantos otros, tan importantes; que diferente serían nuestras vidas cuando controlamos nuestras emociones, nuestros sentimientos sin dejar que los "usurpe" la mente generando así los seudosentimie tos. Amando desde el corazón 😍
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