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jueves, 18 de febrero de 2016

El niño que habló con Jesús - Cuento

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Una noche cualquiera de un día cualquiera, un hombre murió. Entre ruidos y luces, llantos y dolores, el hombre abrió los ojos del alma y se encontró en un lugar oscuro; un sitio extraño donde no sabía ni lo que sentía.

No veía mucho más allá de su alrededor. Casi no veía sus manos y sus pies habían desaparecido en la oscuridad. Él sabía que había muerto; y aunque estaba de pie, no podía dar un paso.

El hombre solo pensaba que ese momento iba más allá de lo que alguna vez había imaginado.

Entonces comenzó a ver personas que pasaban a su lado; imaginaba que eran difuntos como él.

Veía parejas caminando tomadas de la mano; pasaban madres que caminaban hacia niños que estaban un poco más adelante con sus brazos abiertos recibiéndolas; pasaban niños corriendo hacia sus madres que les esperaban; pero él seguía sin poder caminar.

En ese instante pasa muy cerca de él un pequeño niño, caminado hacia adelante pero al parecer, sin ver a quien lo iba a recibir.

El hombre llama su atención y le pregunta:

--- Niño, espera. ¿Hacia dónde va toda esa gente?

El niño responde:

--- Al Cielo.

--- ¿Al Cielo? --- pregunta el hombre sarcástico ante lo que suponía como ingenuidad del niño.

--- Bueno; al Cielo al Cielo no. Algunos solo llegan cerca; muy pocos entran. – Responde el niño.

El hombre le pregunta:

--- ¿Pero sabrás por qué yo no puedo caminar?

Y el niño le respondió con otra pregunta:

--- ¿Usted creyó en Dios mientras vivía? Porque yo rezaba todas las noches y todas las mañanas; mi mamá me decía que hiciera todos mis deberes, pero que confiara en que Dios me daría lo que realmente necesitaba. Cada vez que yo enfermaba, mi mami y mi papi le pedían a Dios para que cuidara de mí; y yo siempre cerraba muy fuerte los ojos, ante las personas que me hacían daño y pensaba que dentro de ellas también estaba ese Dios de papi y de mami. ¿Usted también creyó en Dios?

El hombre sin darle importancia a lo que decía el niño, le preguntó:

--- Y entonces, tú vas al Cielo; ¿cierto?

El niño respondió encogiéndose de hombros:

--- Yo creo que sí; pero lo que sé es que cuando yo estaba muriendo, mi mami me dijo al oído que Jesús me iba a estar esperando. Y por eso camino despacio, para que Él me encuentre.

El hombre quedó con un nudo en la garganta; sin saber si debía sentir lástima por el niño o pena por sí mismo.

En ese instante, en el camino más delante del hombre y de niño, apareció una luz indescriptible; más hermosa de lo que cualquier ser humano hubiera podido imaginar jamás.

El niño la vio y se sobresaltó de alegría, diciendo:

--- ¡Allí está! es Él; mi mami volvió a tener razón.

El niño corrió a la Luz; y cuando llegó a su lado, el hombre vio que el niño se detenía y hablaba con aquella luz, volviendo la vista atrás mirándolo a él.

Pasaron muy pocos segundos y el niño vino corriendo al hombre, trayéndole un mensaje:

--- Oiga señor, no pude hacer nada por usted. Jesús me dijo que lo amaba muchísimo, pero que usted tuvo que haberlo encontrado mientras vivía. Que Él lo llamó muuuuchas veces a través de personas que usted conocía; y que nunca hizo caso, ni hizo esfuerzo.

--- ¿Su mamá nunca le enseñó a hacer caso?

--- Bueno; y Él me dijo también que le iba a seguir dando algunas oportunidades más; pero que se apurara y que no perdiera tiempo.

--- Adiós, me voy.

El hombre quedó paralizado y fue en ese momento cuando comenzó  a sentir el terror de la muerte oscura; la desesperación y el horror de no poder dar un paso, viendo al niño de la mano con esa hermosa Luz, alejándose hacia lo que él nunca había considerado: el Cielo.



Querido lector, querido escucha, Dios permita que entiendas que Jesús espera de tu esfuerzo para que hagas valer el regalo que te dio: el Cielo.

No esperes más, porque nadie sabe el día ni la hora.

Dios te bendiga.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 49 A.S. (18feb2016)
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777

Palabras-claves Jesús, muerte, cielo, difuntos, Luz, niño, esfuerzo, hombre

1 comentario:

  1. Muy hermoso el cuento Maestro... ojalá todos entiendan que debemos buscar a Dios mientras vivimos porque puede que después sea tarde... muchas gracias por su esfuerzo y dedicación a esta misión y a nosotros para no dejar de buscar a Dios...

    Namasté

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