Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
“Mantenerse en
oración” es una frase muy conocida, escuchada como recomendación de
representantes religiosos e incluso de origen en diferentes mensajes marianos
(aparición de La Virgen María)
Pero generalmente es un consejo que se da para tiempos o situaciones
difíciles; para que de alguna manera recibamos asistencia o bendiciones del
“Cielo”.
Todo bien, hasta aquí. ¿Qué suelen hacer las personas entonces? En momentos
de mucho dolor, desesperación, indignación, rabia, toman algunas oraciones y
comienzan a repetirla por sí mismas o incluso invitan a cadenas de oraciones
para que Dios “meta su mano” y elimine el problema.
Generalmente ¿cuál es el resultado?: ninguno; o a lo mejor frustración de
algunas personas porque después de tantas oraciones, la situación no se
resuelve o como está en control del “diablo” ni Dios ni La Virgen pueden hacer
nada.
¿Acaso eso quiere decir que orar no sirve? No, en absoluto; orar es una de
las más grandes y efectivas prácticas espirituales para conseguir esa paz que
añoramos en momentos de desdicha.
¿Pero qué sucede entonces? Porque si es así de efectiva, debería funcionar
siempre; no a veces sí y a veces no.
Pues si un proceso es válido, pero no dalos resultados obtenidos; pues es
porque no se está ejecutando correctamente.
Pues sí; podemos estar orando de forma incorrecta.
La oración es un ejercicio espiritual que se aconseja desde una práctica
religiosa. Y como un ejercicio espiritual, tiene su explicación y fundamento en
el ámbito místico. Por lo tanto, me voy a permitir explicarlo desde lo místico;
pero no tengo que inventar nada, solo interpretar las sagradas escrituras:
nuestra santa Biblia.
Fue el caso en que Jesucristo les decía a sus discípulos precisamente cómo orar:
Mateo 6:6-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan
que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué
cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Léelo de nuevo por favor, fijándote en las frases subrayadas. Ahora paso a
contextualizar las metáforas desde la enseñanza mística que soporta la
verdadera fe cristiana.
“… cuando ores, entra en tu aposento…”. Entrar en nuestro aposento
significa: quedarnos solos con los que somos y tenemos; dejar cosas afuera; y lo primero que debes hacer es dejar fuera los
problemas que te aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No
permitas que sean los protagonistas de tu oración. Eso quiere decir que al
orar, no debe haber referencia a los problemas por los cuales a lo mejor
decidimos orar.
“… y cerrada la puerta…”. Es una confirmación a lo anterior: la referencia de los
problemas durante tu oración intentarán entrar una y otra vez. Debes asegurarte
que esto no ocurra “cerrando la puerta”. A los problemas que dejaste aparte de
tu momento de oración debes cuidar que se queden afuera, sin entrar. Esta es una
instrucción de que debes asegurarte que
las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te interrumpan durante
tu oración. No debes ni nombrarlos.
Preguntarás: pero si orando no puedo pensar en los problemas ¿en qué
pienso? Pues continúo.
“… ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.” Todos sabemos que se ora desde el corazón, así que orar
al Padre significa siente al Padre en tu corazón. Entonces quédate allí
sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que sientes por Dios.
Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu
interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones
exteriores, en tus asuntos públicos.
No es NADA conveniente cuando se ora sentir en nuestro corazón a los
problemas o al dolor o a la rabia o a la indignación a siquiera a la tristeza o
al desaliento; porque místicamente se sabe que por leyes universales, nuestra
realidad exterior se llenará de más problemas. Por eso siempre es la invitación espiritual de mantener el corazón
limpio. Ahora y aquí no puedo explicar más; espero que se acepte.
Claro, para este paso no te debe ser
extraño el sentir ese amor y entrega secreto e inexplicable hacia Dios desde tu
corazón. Si aún no lo logras en tu vida, debes seguir esforzándote mucho en
eso primero.
“…no uséis vanas repeticiones, … (pensando) que por su palabrería serán
oídos…”. Aquí nuevamente la indicación de que no creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez,
Dios se va a apiadar de ti y te los va a quitar. La queja nunca ha
funcionado nunca a nivel espiritual.
“…vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis.” Y aquí la última indicación más hermosa y que nos integra con el
Creador: no necesitas ni siquiera pedir; no pidas lo que tú crees que te
conviene. Si haces el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE
necesitas; y a lo mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido
imaginar.
¿Te lo resumo en mis palabras modernas?
“Y
tú, cuando ores, lo primero que debes hacer es dejar fuera los problemas que te
aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No permitas que sean
los protagonistas de tu oración.
Debes
asegurarte que las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te
interrumpas durante tu oración. No debes ni nombrarlos.
Entonces,
quédate allí sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que
sientes por Dios. Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu
interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones
exteriores, en tus asuntos públicos.
No
creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez, Dios se va a
apiadar de ti y te los va a quitar.
No
necesitas ni siquiera pedir; no pidas lo que tú crees que te conviene. Si haces
el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE necesitas; y a lo
mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido imaginar.”
(PedroAGR)
(PedroAGR)
Estimados, esto es orar; así se ora. ¿Lo habían venido haciendo mal?
Te invito a que lo practiques, aún antes de necesitarlo, para que así ganes
experiencia para los momentos difíciles.
Si nos mantenemos en oración de esta forma correcta, no habrá diablos ni problemas
personales o grupales que nos quiten la paz.
Esto es así de sencillo desde el punto de vista
místico-espiritual-religioso. No comprendo porque las iglesias de hoy en día no
lo explican a sus feligreses. ¿Será que ellas mismas lo olvidaron?
Dios permita que te sirva para recorrer el camino hacia Él.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna
Ki, Reiki Mineral
Original: día 176A.S. (24junio2016)
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Palabras-claves:
orar, oración, misticismo, leyes, universales, corazón limpio, Dios
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