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jueves, 30 de junio de 2016

Vencer a la muerte

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Toda escritura sagrada que implica una enseñanza espiritual, tiene varios niveles de interpretación. Las interpretaciones no se contradicen sino que se profundizan desde el nivel 1 al nivel 3.

Pero lo que nunca se debe hacer es leer o interpretar las escrituras con ojos “humanos/terrenales”, aunque las metáforas hagan uso de imágenes o significados terrenales.

Si esto no se respeta, la escritura no se comprende más allá de la forma literal y por supuesto la enseñanza nunca se obtiene.

“Vencer a la muerte” es una de esas frases que si bien pueden no salir expresamente en la Santa Biblia, es muy conocida, muy repetida y encierra una enseñanza trascendental para el cristianismo.

Muchas personas cuando escuchan que “Jesucristo venció a la muerte” (con su resurrección), lo primero que piensan es en una victoria sobre la muerte física, sobre la muerte biológica. Esto lleva a muchas personas a repetir esta frase cuando se encuentran en situaciones de enfermedad, accidentes o peligros de muerte; con la intención de que Jesucristo no les deje morir físicamente.

Está de más decir que esta interpretación no es la correcta; ya que hablando de vida y asuntos terrenales, el mismo Jesús dijo: “… mi reino no es de este mundo (terrenal)” (Juan 18:36). Así que poco puede hacer Él cuando a la persona le toca su momento de morir en este plano terrenal.


Pero entonces ¿qué significa entonces “vencer a la muerte”?

La muerte en las escrituras sagradas se refiere (salvo contadas excepciones) a la vida no espiritual.

“Estar muerto” significa “no tener vivo el espíritu”; porque todo se refiere a la Vida Eterna. Recuerde que hablamos de un texto espiritual, no de fisiología. De esta forma, mientras no hayamos conquistado la Vida Eterna, pues estamos muertos. Es así de sencillo.

Entonces, “vencer a la muerte” significa pasar de ese estado de vida terrenal a uno espiritual.

¿Pero eso lo hizo Jesucristo?

No es cosa de si lo hizo o no; sino que Él nos demostró que sí se puede hacer con lo que Él enseñaba; y que nosotros debemos asumirlo para que también podamos venzamos a la muerte y llegar así al Cielo a través de Él.

¿A través de Él? Claro, haciendo lo que Él vino a enseñar.

¿O acaso creías que como Él lo había hecho ya a ti no te tocaba? El cristianismo no funciona así.

A lo mejor ya no nos van a crucificar, pero el esfuerzo lo debemos hacer; tenemos que “cargar nuestra cruz (con todo el esfuerzo humano)  y seguir a Jesús (adoptar lo que Él vino a enseñar)” (Mateo 16:24). La vida de Jesucristo debe servir de ejemplo para nosotros; y la enseñanza es que actuando como Él lo indicó y siguiendo sus principios de vida, tenemos el camino libre para llegar a Cielo; para resucitar.

Esto que acabo de explicar es un nivel 2 de la enseñanza, de los tres niveles que tienen las escrituras sagradas.

¿Quieren el nivel 3, el más místico? Uh,  les regalo un “nivel 2.75” a pesar de que a muchos les pueda no gustar.

Vencer a la muerte, implica que se está en lucha con la muerte. Una lucha que no es una sola batalla, sino que posiblemente son muchas batallas ganadas por la muerte.

La muerte sigue siendo esa vida no espiritual; una vida terrenal alejada del espíritu, de Dios, del Cielo.

La lucha de la muerte significa mantenernos eternamente alejado de ese Cielo; pero ¿cómo logra eso si nosotros no vivimos terrenalmente de forma eterna?; a las pocas decenas de años morimos, terrenalmente hablando.

Y entonces ¿cómo hace la muerte para mantenernos alejados del Cielo? Sencillo, nos hace volver a nacer terrenalmente una y otra vez.

Esta es la parte que causa resquemor a algunas personas. La lucha de la muerte se representa como los ciclos continuos de reencarnaciones a nivel terrenal. En otras religiones esto se llama la Rueda del Samsara o el ciclo de reencarnaciones.

Entonces, cuando se nos dice que siendo cristianos verdaderos podemos vencer a la muerte; se nos está diciendo que podremos dejar de reencarnar; y esto es precisamente lo que significa resucitar. Claro, como cristianos verdaderos me refiero a esos que adoptan las enseñanzas de Jesucristo en sus vidas; no de los que solo van a misa o al templo y cumplen con los sacramentos.

¿Reencarnación y Resurrección? Nunca han ido términos opuestos ni excluyentes, sino totalmente integrados. Estos enmarcan la verdadera motivación del cristianismo originario. No es la primera vez que lo escribo.

El problema es querer entender nuestra doctrina de fe (espiritual) con gríngolas puestas: no vemos; no entendemos; pero igual, cualquier cosa diferente es blasfemia.

Apuesto a que después de esta explicación, más de una persona empieza a considerar de nuevo al cristianismo en su vida. Si es así, avísame.

Podremos entonces vencer a la muerte siendo cristianos como el Cristo nos enseña; pero eso no implica que no debamos morir biológicamente algún día. Ojalá y antes que eso suceda, ya le hayas ganado alguna batallas a la muerte.


Pero ¿cuál será el nivel 1 de la enseñanza?

El nivel 1 de la enseñanza, sale muy directo de la misma frase.

Si para un cristiano su Señor y Salvador Jesucristo “venció a la verte”, pues este no debería tener miedo a morir físicamente; ya que lo sostiene la promesa de que gracias a su esfuerzo en seguir las enseñanzas, el Cielo lo espera luego de fallecer.

¿O acaso se es cristiano y no se tiene al Cielo como única meta?


No hay nada oculto… perdón, sí hay: el nivel 3, nuestras propias personalidades.


Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 182A.S. (30junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica

Palabras-claves: miedo a la muerte, vencer a la muerte, cristianos verdaderos, Jesucristo , biblia, niveles

2 comentarios:

  1. Namasté.

    Maestro ¿cómo me le va?

    Podría explicarnos y contextualizarlo....

    Los que querían seguir a Jesús
    (Mt. 8.18-22)

    57 Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.

    58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

    59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.

    60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.

    61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.

    62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

    ¿A que se refiere...Jesús le dijo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos"?

    Gracias. Saludos,

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    1. Disculpa Zamir, la explicación requeriría mucha conversación, imposible de dar por un comentario.
      A lo mejor es su momento escribiré algo y te servirá.
      Saludos

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