Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Hola.
Quiero hablar contigo; sí, directamente contigo. No veas a este documento como
un artículo más.
Posiblemente
sientes cansancio, agotamiento. A lo mejor sientes que tienes problemas con los
cuales no puedes más. Seguramente sientes que la situación país te ahoga y que te
tiene por el piso. O tal vez te das cuenta de que tu esfuerzo no da los frutos
necesarios. O que te tratan mal sin razón. O la incertidumbre del futuro “te
come las entrañas”. A lo mejor es tu familia con sus problemas, tu pareja, tus
hijos…
Son muchas las razones posibles por las cuales puedes estar sintiéndote
mal. Pero yo te pregunto ¿Por qué aún sigues así? Es más, ¿Por qué a veces
parece que las cosas van a peor? ¿Qué te está frenando?
Si lees esto es porque me conoces y conoces a mi grupo, aunque sea a
distancia. Y además sabes que vivimos para enseñar a la gente a conseguir el
verdadero bienestar y estamos dedicados a esto en un ciento por ciento… Pero tú
aún no te decides.
Yo te puedo recordar los pasos necesarios que deberías asumir para comenzar
a VIVIR a pesar de los problemas (y lo voy a hacer); pero lo que yo pueda
decirte no hará nada si tu no sueltas tu “freno de mano”.
Porque tú mism@ tienes puesto el freno. Aun sin darte cuenta te estás oponiendo
a tu bienestar. Por ejemplo:
Deberías meditar. Tu mente es la
que ve los problemas; la que “siente” los problemas; la que no deja de pensar
en los problemas; las que le da vuelta a los problemas aunque no pueda
resolverlos; la que busca culpables; la
que desgasta toda tu energía, por lo cual terminas enfermándote. Si lograras
calmar a tu mente, toda tu vida estaría mejor y tuvieras mayor efectividad
abordando los problemas. Pero…
-
“…es que no es
para mí, me cuesta mucho”. Cuanto más te
cueste significa que más lo necesitas. No lograr hacer algo nunca ha sido un
argumento válido para dejar de hacerlo. ¡Solo debes comenzar ya!; la meditación
tarda en dar todos sus efectos positivos, así que no puedes esperar necesitarla
para comenzar a meditar.
-
“… es que no
tengo tiempo”. Ese es parte del problema, tu mism@ te niegas el tiempo
para algo que te dará bienestar. Debes aprender a negociar con tu vida, debes
organizar y darle prioridades a lo que haces, debes dejar de hacer algunas
cosas que no te dan beneficios reales. Incluso antes de dormir lo puedes hacer.
-
“…es que me quedo
dormid@ cuando medito”. Es porque debes practicarlo más y más.
-
“…es que me duele
la espalda y/o las piernas en el piso”. Cambias de posición, hay decenas de
forma de meditar.
-
“… es que ya lo
hago por mi cuenta”. Si meditaras de verdad, sin lugar a dudas preferirías
meditar en grupo. La energía que se genera y la cual se aprovecha con solo estar
presente, no tiene comparación a cuando se medita solo.
Deberías buscar a
Dios. Encontrar a Dios significa entender cómo actúa; comprender por qué
suceden las cosas; descubrir cómo aceptar su voluntad si dejar de querer estar
mejor; someterse a sus enseñanzas y lineamientos sabiendo lo importante de eso
en tu vida; discernir lo que es realmente importante en tu realidad y trabajar
por ello; y hacer de Dios el único y verdadero motivo de tu felicidad.
-
“… es que no creo
en las religiones”. No te cierres tú mism@ la puerta en la cara antes de
entrar. Buscar a Dios se puede comenzar a hacer desde cualquier o desde ninguna
religión. No es lógico que una mala experiencia o noticias o diferencias con
algunos “representantes religiosos” te hagan abandonar tu relación con Dios
desde una práctica espiritual.
Hablo de buscar a Dios para afinar tu relación con Él, no de afinar tu relación con las instituciones religiosas. Esto segundo a lo mejor viene como consecuencia.
Hablo de buscar a Dios para afinar tu relación con Él, no de afinar tu relación con las instituciones religiosas. Esto segundo a lo mejor viene como consecuencia.
-
“… mi relación
con Dios ya es perfecta”. ¿A quién engañas? ¿A mí? ¿Acaso tú crees que alguien con
una relación con Dios “medianamente buena” sufriría tanto ante las situaciones
de este mundo? ¿Tú crees que alguien que siente a Dios dentro de su corazón,
viera tanta injusticia en el mundo y tanto “enemigo” y “diablo” suelto haciendo
de las suyas?
-
“… es que yo no
sufro por las cosas”. Ok, si no sufres, pues estamos hablando y perdiendo el
tiempo; pero recuerda esto que me acabas de decir cuando te sientas mal.
-
“… es que no
tengo tiempo”. Gastas muchas horas de tu día preocupándote de los
problemas y no tienes tiempo para ocuparte de Dios. Ok, otra mala excusa.
-
“… es que yo no
creo en los grupos de crecimiento espiritual”. Pues estás en
tu derecho. Busca a Dios por ti mism@, únete a una iglesia. Deberías cada vez
sufrir menos por las cosas que pasan a tu alrededor mientras vayas encontrando
a Dios; esta será la forma de comprobar que lo estás haciendo bien.
La indignación que sientas por lo que hacen los demás, la rabia, el desconsuelo, la sensación de que no hay justicia en este mundo, la tristeza; son medidas claras de tu lejanía de Dios, ya que no lo estás viendo en las situaciones.
Cuando te canses y quieras buscar a Dios de verdad, busca un grupo de crecimiento espiritual de verdad; a lo mejor seguiremos por aquí, o a lo mejor no.
La indignación que sientas por lo que hacen los demás, la rabia, el desconsuelo, la sensación de que no hay justicia en este mundo, la tristeza; son medidas claras de tu lejanía de Dios, ya que no lo estás viendo en las situaciones.
Cuando te canses y quieras buscar a Dios de verdad, busca un grupo de crecimiento espiritual de verdad; a lo mejor seguiremos por aquí, o a lo mejor no.
-
“…es que tengo
cosas complicadas en mi vida y no las puedo abandonar”. Nunca debes
abandonar tus compromisos importantes o cosas complicadas de vida para buscar a
Dios. Es precisamente en esas situaciones complicadas de vida donde debes
buscar y encontrar a Dios; ese es el trabajo y eso es lo que Dios mismo espera.
Claro que deberás hacer un esfuerzo adicional, pero el resultado de vivir con
Dios vale un millón de veces la pena.
Deberías dejar que tu espíritu asuma gran parte de tu vida. Cuando es tu
espíritu (y no mente) la que protagoniza tu vida, lo que vives, lo que ves, lo
que siente, cambia hacia un estado menos agresivo, menos reactivo, menos
doloroso. Mientras más espíritu tengas manifiesto (protagonizando), cada vez
son menos las cosas que de verdad te pueden hacer sufrir. Es la única forma de
poder vivir en paz mientras pasa la tormenta, por más dura que esta sea.
-
“… ya lo he hecho,
mi espíritu está manifiesto”. ¿Y sigues así? Tu espíritu, por definición, no sufre. Tu grado de malestar, indignación o
sufrimiento ante las situaciones es inversamente proporcional a la cantidad de
espíritu que tienes manifiesto; cuanto más te haga sufrir lo que pasa en tu
exterior, menos espíritu manifiesto tienes. No te engañes, no evadas tu
realidad.
-
“… es que no sé
cómo se hace”. Pues involúcrate que yo te enseño
-
“… es que son
muchos problemas”. Pues por eso es que sientes muchos problemas, porque
todo lo tiene tu mente y tu espíritu aún duerme.
-
“… es que los
culpables son otros”. Ese es el argumento principal de una persona viviendo
desde su mente, con muy poco espíritu manifiesto en su vida.
“… pero es que
puede ser doloroso todo el proceso.”
-
El parto de una criatura hermosa también “duele”; ¿acaso
una madre se queja de ese “dolor”? No lo veas como un “dolor”, debes verlo con
un esfuerzo que debes hacer para salir de esa “zona de confort” donde estás
“sufriendo de forma cómoda”. Cueste lo que te cuestes, ese esfuerzo te llevará
a un estado mucho mejor; allí dejarás de verlo como un “proceso doloroso”.
“… pero es que no
tengo dinero.”
-
Estamos plagados de actividades gratuitas, podrías estar
las 24 horas del día sanando y conquistando tu bienestar sin pagarnos un
centavo.
“… pero es que
los horarios no me cuadran con mis actividades diarias.”
-
Tenemos escenarios de bienestar las 24 horas del día,
tanto presenciales, como en línea, como a distancia. Para todas las personas
del mundo.
“… pero es que me
da pena que me vean en esas cosas.”
-
Tenemos actividades donde puedes estar sin que te
conozcan, hasta con pseudónimos.
“… pero es que mi
familia se molesta.”
-
Sin afectar a tu familia, parte de tu tiempo personal
(que deberías tener o deberías negociar) lo puedes dedicar a tu bienestar. Para
eso es tu tiempo personal, no para flojear ni hablar mal de la situación.
“… pero es que es
muy difícil todo lo que hablan y hacen.”
-
Nadie te va a comenzar a evaluar. La mayoría de las cosas
las haces a tu paso y por tu cuenta; pero sin descuidar el esfuerzo necesario
que debes dedicarle. Ese esfuerzo si será indispensable
“… pero ¿es que
tendré que esforzarme mucho?”
-
¿Qué esperas? ¿A un genio de la botella que te regale
algo bueno pero para lo cual no has invertido tu esfuerzo? Amig@, el Universo
no funciona así.
“… pero es que
siento que puedo fallar y no dar la talla.”
-
Tenemos grupos iniciales en todo; porque nacimos para
esas personas que no tiene mucha experiencia en la búsqueda de su bienestar.
“… pero es que mucho
de lo que dicen es diferente a lo que yo he aprendido.”
-
Pero al parecer lo que has aprendido y lo que has hecho
no te ha servido mucho; por eso aún sientes malestar y aún sigues luchando
contra tus situaciones. Pues entonces, lo normal es que tengas que cambiar
cosas que hayas aprendido o hayas hecho; no hay otra forma.
“… pero es que yo
solo creo en mi propio esfuerzo personal.”
-
¿Y aún tu realidad está así de mal?
“… pero es que no
tengo suerte en esta vida.”
-
Es urgente que aprendas que todo lo que te sucede tiene una cuota importante de tu
responsabilidad. Hasta que no lo entiendas esto, estarás incapacitad@ para ser
medianamente feliz.
Argumentos como los anteriores son del día a día de muchas personas que
siguen, día a día, gastando y perdiendo su vida de forma irremediable. Al final
no habrán conquistado nada y dejarán un gran vacío en sus seres queridos.
¿Algunas de estas excusas se han reflejado en ti?
Algunos escenarios y sus modalidades disponibles donde te podrías
involucrar son:
-
Meditaciones: guiadas: mántricas, presenciales, pagas, nivel básico y
avanzado.
-
Crecimiento Espiritual: gratis, pagos, en línea,
presencial, a distancia, inicial y avanzado.
-
Formación energética: pagos, en línea, presenciales,
inicial y avanzado.
-
Terapias de bienestar: gratis, pagas, presenciales, a
distancia, energéticas e integrales.
-
Lecturas/información/reflexiones/enseñanzas: lecturas,
videos, audios, gratis, en línea, inicial y avanzado.
-
Redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram, Web, Youtube.
-
Foros de discusión: gratis, en línea, inicial y
avanzado.
-
Charlas/encuentros/retiros: gratis, pagos,
presencial, inicial, avanzado.
Y cada uno de estos escenarios tiene otras muchas y diferentes actividades
implícitas.
Pero sea el escenario que sea: gratis o pago, de nivel inicial o avanzado,
presencial o a distancia; todos tienen
algo común e indispensable que debes dar: tu compromiso y esfuerzo personal
sostenido y serio.
Si no eres capaz de planteártelo como un compromiso y en función de eso
honrarlo con tu esfuerzo real; no habrá ningún provecho; más allá de
desilusionarte por sentir que no te está sirviendo de nada.
Y si aún con estos
ofrecimientos no te involucras con tu compromiso y esfuerzo personal (no es
solo inscribirse y no hacer más nada), dentro de mi papel de terapeuta te
invito a que evalúes que “ganancia
secundaria” te está trayendo el estado de malestar que tienes ahora.
Aunque no lo sepas, hay personas a las cuales su estado de sufrimiento y
malestar “les sirve”. Espero que este no sea tu caso, sería realmente una
situación nada fácil.
Dios permita que lo que hayas leído te sirva para que te decidas a comenzar
a caminar hacia un verdadero bienestar.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna
Ki, Reiki Mineral
Original: día 175A.S. (23junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc
@SanaCristica
Palabras-claves:
Sanar, escenarios, bienestar, ganancia secundaria
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