Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Cuando nuestro espíritu busca despertar, nuestro corazón es el que termina
confundido.
Hemos aprendido a someter nuestros sentimientos a lo que pensamos, a lo
que nos enseñan como correcto o incorrecto; y el corazón se limita, se queda a
medias.
Mientras nuestro espíritu duerme, el corazón únicamente mira hacia la
mente. Cuando nuestro espíritu comienza a despertar, nuestros sentimientos
empiezan a ampliarse.
Entonces, descubrimos otras formas de sentir que nuestra mente es incapaz
de entender; comenzamos a experimentar cosas que no deberíamos sentir según nuestra
mente; nuestro corazón comienza a crecer y nos lleva a formas de amor que no mucha
gente entiende. Estos son sentimientos que un corazón acostumbrado a vivir en
la tierra no entiende, no acepta, se niega.
Comienza entonces la lucha entre la mente y el espíritu; una batalla donde
cada uno trata de halar al corazón hacia su lado.
Dudas, confusiones, incertidumbres, sensaciones de culpa, miedos; todo
simplemente por las cosas diferentes que un corazón con espíritu comienza a
sentir.
A veces, la confusión y la negación hacia ese nuevo corazón, produce una
necesidad de escape que termina dejando de lado al espíritu.
Pocas veces lo divino se gana a ese corazón y la persona comienza
verdaderamente a vivir.
Queridos míos, inténtenlo; no sientan miedo. Mientras no se haga daño a nadie
más, no importa que les digan locos.
Para la mente, el espíritu es un desquiciado; para Dios, el espíritu es lo
único que le pertenece.
Nunca se nieguen aquello que el espíritu despertó, vívanlo dentro de la paz
de ustedes y la duda o la risa de los demás.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna
Ki, Reiki Mineral
Original: día 204A.S. (22 julio 2016)
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Palabras-claves:
sentimientos, corazón, espíritu, mente, Dios
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