Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Seré breve.
De forma infantil nos han creado y hemos creído la concepción del “diablo”
o de algo diabólico como un Ser o seres que nos hacen daño.
La concepción de diabólico entra dentro del ámbito espiritual; y por lo
tanto de allí hay que entenderlo.
El “diablo” o lo diabólico, no es más que eso que te aleja de tu camino
hacia Dios.
Recordemos que para eso vivimos, por eso reencarnarnos; no para sentirnos
bien en esta tierra, sino para acelerar nuestro retorno al Padre. Si en este
camino hacia el Cielo sentimos bienestar, pues será un añadido; nunca debe ser
la meta.
Por lo tanto, el “diablo” es lo que te puede hacer perder el foco de
Dios como meta.
Si cualquier cosa te convence de que el objetivo de esta vida es tu bienestar
y tu felicidad, pues vas a dar todo tu esfuerzo por sentirte bien en tu
humanidad; y eso va a desviar el esfuerzo que debes dar para conseguir a Dios.
Entonces, a esto (o a esa persona) que te convenció muy bien se le podría
aplicar el apelativo de “diablo”.
Muchas veces nos sentimos atraídos irremediablemente por lo
físico/corporal/monetario, o por nuestras propias ideas, conceptos y
expectativas o incluso por los sentimientos. Debemos recordar que todo eso
pertenece al plano terrenal. Si nos afanamos por estas cosas terrenales (o
carnales, como lo nombran en las sagradas escrituras) pues agotaremos nuestras
energías; quedaremos sin tiempo e incluso sin motivación suficiente para
ocuparnos de cosas del espíritu. Entonces, metafóricamente esas cosas
terrenales son del “diablo”.
Incluso perdemos el esfuerzo y el tiempo que tenemos mientras vivimos
(perdemos nuestra vida humana) buscando nuestro bienestar físico, mental o
pseudoemocional. Creeremos, entonces, que eso es lo importante y nos
inventaremos técnicas y mecanismos para argumentarlo… allí está el “diablo”.
Y peor es cuando creemos que ya conseguimos a Dios.
¿Qué mejor arma puede tener el “diablo” para detenerte, que haciéndote
creer que ya llegaste a la meta?
¿Qué mejor estrategia puede tener el “diablo” para frenar tu camino al
Cielo, que haciéndote creer que lo estás haciendo bien?
Y por supuesto, todo argumento distractor que use el “diablo” debe venir
con una promesa de una vida terrenal plena. ¿Y para la vida cuando te mueras,
qué estás haciendo?
¿Será por eso que nos inventaron a seres que no existen; a un señor rojo,
grande con cachos y cola; para distraernos de la verdadera influencia diabólica
en la cual estamos viviendo constantemente?
La búsqueda de la comodidad y del disfrute económico, puede distraernos de
Dios.
El defender nuestros ideales personales y grupales, puede distraernos de
Dios.
El tratar de amoldar la realidad a nuestra voluntad, puede distraernos de
Dios.
El hacer lo que nos conviene desde nuestra visión personal, puede alejarnos
de Dios.
Incluso, buscar ser queridos y aceptados por alguien, puede distraernos de
Dios.
Entonces, ¿dónde está el “diablo”? ¿Afuera de nosotros?
Pero cuidado, no dejen que el
“diablo” se meta en esta reflexión. No creas en tu cabeza que estoy diciendo
que el bienestar económico, físico, mental y emocional es despreciable; nunca.
Debemos procurar estar terrenalmente bien; lo único que digo es que el
bienestar terrenal no puede ser la meta del esfuerzo de una vida que apenas
dura algunas decenas de años. En realidad, el bienestar terrenal será una consecuencia de una vida en búsqueda
constante de Dios. Esto es lo que suele suceder, aunque “el diablo” no lo
crea ni lo entienda.
Y entonces el “diablo” ¿nos hace daño? Si Dios está en el Cielo y nosotros
debemos trascender esta terrenalidad para llegar a Él; el “diablo” para
alejarnos de Dios nunca va a permitir que nos sintamos mal aquí, en la tierra.
Ni tonto que fuera.
Si el “diablo” no quiere que lleguemos con Dios, pues nos va a crear una
dependencia al bienestar terrenal. Si nos sentimos, o buscarnos sentirnos, bien
económica/físico/mental o emocionalmente (a nivel carnal o terrenal), ¿quién va
a querer llegar al Cielo?
Inteligente el “diablo”, ¿no? Nos hace enamorar de la felicidad terrenal
para que olvidemos lo que es realmente trascendente: el espíritu.
El daño que nos hace el “diablo” nunca es un daño terrenal, por el
contrario; puede ser un regocijo a nuestros sentidos que nos hace apartar la
vista del camino para busca a Dios.
Pero de cualquier forma sabemos que debemos alejarnos del “diablo”, ¿no?
¿De quién? ¿De un ser diabólico que acecha entre las sombras de la noche?
¿O de situaciones cotidianas que nos distraen de Dios, a pesar de que parecen
muy lógicas, muy humanas y bien argumentadas desde nuestros afanes terrenales?
Cuídate de lo que te deslumbre, de lo que te enloquezca o te satisfaga
desde lo económico, físico, mental o emocional. Mejores frenos que esos no hay.
No sigo. Solo te digo que te cuides de aquello que te distrae de ocuparte
de Dios; o que te fascina hasta el punto
de creer que Dios está contento contigo. Allí el “diablo” ya estará ganando la
partida.
“Amarás a
Dios sobre todas las cosas y a Él
procurarás sin descanso de día y de noche; hasta que la misma muerte te lleve,
como premio a tu esfuerzo, delante de Él.” (ESJ)
¿En qué parte de cualquier escritura sagrada se te llama a honrar al
bienestar terrenal?
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna
Ki, Reiki Mineral
Original: día 214A.S. (01 agosto 2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc
@SanaCristica
Palabras-claves:
el diablo, Dios, ESJ, Cielo
Muchas gracias Maestro por estas enseñanzas en las que podemos ver cómo las situaciones cotidianas pueden lograr alejarnos de Dios si no ponemos nuestro foco en lo más importante, es decir nuestra relación con Dios.
ResponderEliminarNamaste!
Lizabeth
Gracias. Muy interesante. Quiere decir que la meta es llegar al Padre para dejar de reencarnar? Hay procesos de aprendizaje y para el espíritu es evolucionar. Algunas personas la vida es como un paseo y para otras continuas pruebas o circunstancias dificiles. Estas se van presentando para ayudar a despertar o es cierto que el alma pide ciertas condiciones para su evolucion en la siguiente reencarnacion?
ResponderEliminarSí, Resucitar es igual a dejar de Encarnar.
Eliminargracias maestro, por aclararme que el camino del retorno a Dios es lo mas importante y que facil es alejarse de eses camino
ResponderEliminarMaestro, gracias. Mucho nos has enseñado que parte de eso que conocemos como "diablo" son esas personalidades que buscan constante satisfacción en nuestros rasgos más humanos. El día que estas personalidades mueran habremos vencido al diablo que vive en nosotros y podremos fundirnos con Dios.
ResponderEliminarNamasté.
CEH