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jueves, 8 de diciembre de 2016

Familiares en alerta. Atentado contra su zona de confort.

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Cuando se habla de mejoramiento personal, de crecimiento, de alcanzar metas y por supuesto de éxito, un tema obligado es lo que se conoce como la Zona de Confort.

Todas las ciencias y expertos del área humanística que se enfocan en el mejoramiento del ser humano, establecen que la Zona de Confort es un estado que hay que “romper” /cruzar /salir /trascender para poder tener algún tipo de crecimiento y mejora.

Esto es así, porque a pesar de dar idea de “confort”, esta zona no es necesariamente una zona de bienestar.

La zona de confort es un estado de comportamiento en el cual la persona opera en una condición de "ansiedad neutral", utilizando una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de rendimiento sin sentido del riesgo” (Alasdair A. K. White "From Comfort Zone to Performance Management" 2009).

En psicología, la zona de confort designa un estado mental en que el individuo permanece pasivo ante los sucesos que experimenta a lo largo de su vida, desarrollando una rutina sin sobresaltos ni riesgos, pero también sin incentivos”.(Bustillo, Arancha (14 de julio de 2016). «Beneficios de salir de tu 'zona de confort'»)

Esto puede causar dificultades psicológicas tales como apatía y, en casos graves, depresión, si bien esta última enfermedad no puede ser explicada simplemente por los síntomas relacionados con la zona de confort.” (García Allen, Jonathan (2016). «¿Cómo salir de tu zona de confort? 7 claves para lograrlo»)

En definitiva, la Zona de Confort es un estado de bienestar engañoso donde una persona se ancla gracias a sus propios condicionamientos limitantes. Es una zona donde no se activan procesos de mejora, crecimiento, sanación, ampliación de consciencia, etc.

Siempre se puede estar “confortablemente mal” y preferir estar así (generalmente de forma inconsciente) para no asumir esfuerzos adicionales en nuevos retos.

La personalidad de alguien puede estar tan maltrecha que prefiere “sufrir lo que conoce” antes de “intentar mejorar”; bajo la premisa de la posibilidad de estar peor.

Pero el criterio que establece que salir de la zona de confort siempre es beneficioso, va más allá del estado final del esfuerzo que esto implica. Con el solo hecho de esforzarnos, ya nos estamos fortaleciendo y nos apropiarnos de nuevas destrezas y capacidades que nos va a servir para vivir bien de forma integral, más allá de éxitos o fracasos puntuales.

A continuación, presento un esquema obtenido de Internet, que explica muy bien la Zona de Confort con todas sus capas externas.




La Zona de Miedo

Uno de los motivos de este escrito es conversar sobre lo que se conoce como Zona de Miedo. Este estado, muy normal en todas las personas aunque nada deseable de mantener, a veces se manifiesta en lo que se conoce como “resistencia al cambio”.

Llega a ser realmente una “zona de pánico”, generalmente inconsciente, donde surgen todas las excusas “muy válidas y convincentes” para no poner ambos pies fuera de la Zona de Confort.

La persona que intenta aventurarse fuera de su Zona de Confort suele argumentarse el porqué no debe hacer “ese cambio”, o a lo mejor “lo prudente de esperar el momento correcto”, o tal vez “prepararse más antes de hacerlo”; con lo que dicha preparación dura eternamente o nunca llega.

Comenzar a pisar la Zona de Miedo, realmente puede causar malestar, inseguridad, alertas, reacciones defensivas o agresivas; todas están que incitan a refugiarse de nuevo en la Zona de Confort, aunque esta sea patológica.

Esta lucha lleva a la persona a un ciclo que se puede repetir una y otra vez: a mostrar interés en algo, a comenzar a involucrarse y a echarse para atrás, volviéndose a repetir.

Hay muchos enfoques que indican cómo ayudar a la persona a dar los pasos definitivos para salir de su Zona de Confort; pero a mi parecer todos tienes sus aciertos y fracasos, porque al final de cuenta es la misma persona que tiene el control para retroceder... y no se puede obligar a nadie que no quiera hacer un cambio, aunque este sea evidentemente para mejor.

Pero ¿qué sucedería si desde lo externo se te comienza a resquebrajar la Zona de Confort?

Llegamos al punto que deseo tocar; al de los familiares de personas con interés de crecimiento espiritual.


Familiares de personas afanadas por Dios

Es una realidad que cuando una persona descubre intereses de vida nuevos y estos están relacionados con Dios; esta debe comenzar a pasar por su Zona de Miedo, para salir de su Zona de Confort.

Pero tristemente es más común que los familiares cercanos de esa persona se alerten y reaccionen peor que la propia persona; molestándose, a veces hasta la agresión psicológica, por el “nuevo enfoque de vida” de esa persona.

Pero no puedo dejar de plantear que es sano que los familiares cercanos de alguien no dejen pasar cambios de comportamiento en uno de sus miembros; y que por eso traten de averiguar; preguntar; agudizar la vista hacia esa persona; porque siempre se pueden estar transitando un nuevo camino no conveniente.

Pero más allá de averiguar, o de preguntar o de analizar el comportamiento de la persona, cuando se trata de cosas de Dios, mi no corta experiencia indica que muchos familiares tienden a tomar acciones muchas veces drásticas de molestarse, desprestigiar, insultar, tanto a la persona como al escenario donde esa persona practica. Y la mayoría de las veces sin averiguar realmente nada.

Es una actitud irracional a la defensiva que asumen muchos familiares, donde más que ayudar a mantener la cordialidad familiar, la destruyen.

Pero ¿tiene acaso esto que ver con la Zona de Confort? Mucho.


La Zona de Confort familiar

Se suele ver la Zona de Confort como algo personal, que depende de cada uno. Pero en realidad las personas que conviven con alguien, son parte de la Zona de Confort de ese alguien. Me explico.

No solo nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestras formas de pensamientos, nuestras acciones, nuestros espacios físicos, conforman nuestra Zona de Confort. Esta también está conformada por las interrelaciones humanas que mantenemos con las personas con las cuales convivimos.

Podemos convivir bien o mal con alguien, pero esa forma de vivir también conforma nuestra Zona de Confort.

Es por esto por lo que se ve el fenómeno de personas que conviven con relaciones patológicas y dañinas con otras personas y son incapaces de tomar la decisión de dejarlas. Uno piensa: “¿cómo es posible que alguien vida con esa otra persona que le hace daño?” Y la respuesta es que la persona, aunque sufre, está manteniendo su Zona de Confort; le da “pánico” cambiarla, ya que entraría en su Zona de Miedo.

Algunos familiares necesitan a otros miembros para sentirse útiles, para que su vida tenga sentido (lamentablemente), o para discutir, para insultar, para dominarles y hasta para sentirse superiores; y si estos les faltan, les extrañan y sufren

Entonces, cuando una persona descubre una motivación suficiente en Dios (para su crecimiento espiritual) y comienza a vencer su Zona del Miedo y a avanzar; esta se escapa de la Zona de Confort de los familiares y entonces los familiares comienza a sentir “pánico” y comienza a “tirar puños a diestra y siniestra” (metafóricamente hablando).

Literalmente la persona está desbaratando la Zona de Confort de sus familiares; lo que debería ser también aprovechable para ellos.

Es así de sencillo. Y esta es la razón principal por lo cual los familiares suelen reaccionar de forma tan alarmante ante actividades de crecimiento espiritual de uno de sus miedos. Todo esto a pesar de que esa persona no está atentando contra su propia vida; a pesar de que no le está haciendo daño a nadie; a pesar de que su motivación de base es aprender a ser mejor persona con los lineamientos de Dios (que por cierto, la misma familia debería conocer y practicar...); a pesar de que la persona expresa un nuevo estado de felicidad y paz; a pesar de los pesares.

¿Qué se debería hacer?

Lo ideal es que ningún familiar se sintiera en alerta si uno de sus miembros está encontrando un nuevo estado de bienestar al reforzar su relación con Dios. Es lo más sublime y deseable para cualquier persona; lo contrario no tiene lógica ni humana ni divina.

Pero en caso de que exista malestar, sería lógico que los familiares que se sientan alertados, en vez de comenzar a burlarse, desacreditar e insultar; fueran un poco más inteligentes y comenzaran a involucrarse. Con toda seguridad le serviría a ellos también lo que su ser querido está aprendiendo.

Pero esto anterior pasa muy pocas veces.

En realidad lo que sucede es que la persona que intenta crecer espiritualmente tiene que lidiar inteligentemente con sus familiares, como si no fuera ya suficiente su propio esfuerzo de crecimiento. Pero bueno, algunos lo logran y otros no; estos últimos suelen retirarse.

Es inmensamente triste que a pesar de que muchas familias y personas gritan ser religiosas y espirituales, dándose golpes de pecho; estas se “incomoden” cuando algunos de sus seres queridos comienza crecer y mejorar, descubriendo la bendición que significa “Amar a Dios sobre todas las cosas”.

Cuanta falta hace Dios en el mundo y personas que lo presenten correctamente.

Dios te bendiga.
Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 347 A.S. (12 diciembre 2016)
Twitters: @pagr777 @eReiki @EvolConsc @SanaCristica
Facebook: https://www.facebook.com/groups/PedroAGR/

Palabras-claves: zona de confort, zona de miedo, crecimeinto, mejora, Dios, crecimiento espiritual,

2 comentarios:

  1. Nmasté.
    Maestro excelente escrito, ojalá y fuesen muchos de nuestros familiares que se involucraran en un verdadero y sostenible Crecimiento Espiritual bajo sus enseñanzas...sería fabuloso para todos. Gracias Maestro por su amor, esfuerzo, por ser y estar...Que PapáDios siga bendiciéndole y que pueda estar a la altura de lo que me da.
    Namasté

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  2. Ojalá los familiares entendieran que el crecimiento espiritual en un miembro de la familia redunda en beneficios enormes para todos los otros miembros. Gracias Maestro.

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