Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Cuando
se habla de mejoramiento personal, de crecimiento, de alcanzar metas
y por supuesto de éxito, un tema obligado es lo que se conoce como
la Zona de Confort.
Todas
las ciencias y expertos del área humanística que se enfocan en el
mejoramiento del ser humano, establecen que la Zona de Confort es un
estado que hay que “romper” /cruzar /salir /trascender para poder
tener algún tipo de crecimiento y mejora.
Esto
es así, porque a pesar de dar idea de “confort”, esta zona no es
necesariamente una zona de bienestar.
“La
zona de confort es un estado de comportamiento en el cual la persona
opera en una condición de "ansiedad neutral", utilizando
una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de
rendimiento sin sentido del riesgo” (Alasdair A. K. White "From
Comfort Zone to Performance Management" 2009).
“En
psicología, la zona de confort designa un estado mental en que el
individuo permanece pasivo ante los sucesos que experimenta a lo
largo de su vida, desarrollando una rutina sin sobresaltos ni
riesgos, pero también sin incentivos”.(Bustillo, Arancha (14 de
julio de 2016). «Beneficios de salir de tu 'zona de confort'»)
“Esto
puede causar dificultades psicológicas tales como apatía y, en
casos graves, depresión, si bien esta última enfermedad no puede
ser explicada simplemente por los síntomas relacionados con la zona
de confort.” (García Allen, Jonathan (2016). «¿Cómo salir de tu
zona de confort? 7 claves para lograrlo»)
En
definitiva, la Zona de Confort es un estado de bienestar engañoso
donde una persona se ancla gracias a sus propios condicionamientos
limitantes. Es una zona donde no se activan procesos de mejora,
crecimiento, sanación, ampliación de consciencia, etc.
Siempre
se puede estar “confortablemente mal” y preferir estar así
(generalmente de forma inconsciente) para no asumir esfuerzos
adicionales en nuevos retos.
La
personalidad de alguien puede estar tan maltrecha que prefiere
“sufrir lo que conoce” antes de “intentar mejorar”; bajo la
premisa de la posibilidad de estar peor.
Pero
el criterio que establece que salir de la zona de confort siempre es
beneficioso, va más allá del estado final del esfuerzo que esto
implica. Con el solo hecho de esforzarnos, ya nos estamos
fortaleciendo y nos apropiarnos de nuevas destrezas y capacidades que
nos va a servir para vivir bien de forma integral, más allá de
éxitos o fracasos puntuales.
A
continuación, presento un esquema obtenido de Internet, que explica
muy bien la Zona de Confort con todas sus capas externas.
La
Zona de Miedo
Uno
de los motivos de este escrito es conversar sobre lo que se conoce
como Zona de Miedo. Este estado, muy normal en todas las
personas aunque nada deseable de mantener, a veces se manifiesta en
lo que se conoce como “resistencia al cambio”.
Llega
a ser realmente una “zona de pánico”, generalmente inconsciente,
donde surgen todas las excusas “muy válidas y convincentes” para
no poner ambos pies fuera de la Zona de Confort.
La
persona que intenta aventurarse fuera de su Zona de Confort suele
argumentarse el porqué no debe hacer “ese cambio”, o a lo mejor
“lo prudente de esperar el momento correcto”, o tal vez
“prepararse más antes de hacerlo”; con lo que dicha preparación
dura eternamente o nunca llega.
Comenzar
a pisar la Zona de Miedo, realmente puede causar malestar,
inseguridad, alertas, reacciones defensivas o agresivas; todas están
que incitan a refugiarse de nuevo en la Zona de Confort, aunque esta
sea patológica.
Esta
lucha lleva a la persona a un ciclo que se puede repetir una y otra
vez: a mostrar interés en algo, a comenzar a involucrarse y a
echarse para atrás, volviéndose a repetir.
Hay
muchos enfoques que indican cómo ayudar a la persona a dar los pasos
definitivos para salir de su Zona de Confort; pero a mi parecer todos
tienes sus aciertos y fracasos, porque al final de cuenta es la misma
persona que tiene el control para retroceder... y no se puede obligar
a nadie que no quiera hacer un cambio, aunque este sea evidentemente
para mejor.
Pero
¿qué sucedería si desde lo externo se te comienza a resquebrajar
la Zona de Confort?
Llegamos
al punto que deseo tocar; al de los familiares de personas con
interés de crecimiento espiritual.
Familiares
de personas afanadas por Dios
Es
una realidad que cuando una persona descubre intereses de vida nuevos
y estos están relacionados con Dios; esta debe comenzar a pasar por
su Zona de Miedo, para salir de su Zona de Confort.
Pero
tristemente es más común que los familiares cercanos de esa persona
se alerten y reaccionen peor que la propia persona; molestándose, a
veces hasta la agresión psicológica, por el “nuevo enfoque de
vida” de esa persona.
Pero
no puedo dejar de plantear que es sano que los familiares cercanos de
alguien no dejen pasar cambios de comportamiento en uno de sus
miembros; y que por eso traten de averiguar; preguntar; agudizar la
vista hacia esa persona; porque siempre se pueden estar transitando
un nuevo camino no conveniente.
Pero
más allá de averiguar, o de preguntar o de analizar el
comportamiento de la persona, cuando se trata de cosas de Dios, mi no
corta experiencia indica que muchos familiares tienden a tomar
acciones muchas veces drásticas de molestarse, desprestigiar,
insultar, tanto a la persona como al escenario donde esa persona
practica. Y la mayoría de las veces sin averiguar realmente nada.
Es
una actitud irracional a la defensiva que asumen muchos familiares,
donde más que ayudar a mantener la cordialidad familiar, la
destruyen.
Pero
¿tiene acaso esto que ver con la Zona de Confort? Mucho.
La
Zona de Confort familiar
Se
suele ver la Zona de Confort como algo personal, que depende de cada
uno. Pero en realidad las personas que conviven con alguien, son
parte de la Zona de Confort de ese alguien. Me explico.
No
solo nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestras formas de
pensamientos, nuestras acciones, nuestros espacios físicos,
conforman nuestra Zona de Confort. Esta también está conformada por
las interrelaciones humanas que mantenemos con las personas con las
cuales convivimos.
Podemos
convivir bien o mal con alguien, pero esa forma de vivir también
conforma nuestra Zona de Confort.
Es
por esto por lo que se ve el fenómeno de personas que conviven con
relaciones patológicas y dañinas con otras personas y son incapaces
de tomar la decisión de dejarlas. Uno piensa: “¿cómo es posible
que alguien vida con esa otra persona que le hace daño?” Y la
respuesta es que la persona, aunque sufre, está manteniendo su Zona
de Confort; le da “pánico” cambiarla, ya que entraría en su
Zona de Miedo.
Algunos
familiares necesitan a otros miembros para sentirse útiles, para que
su vida tenga sentido (lamentablemente), o para discutir, para
insultar, para dominarles y hasta para sentirse superiores; y si
estos les faltan, les extrañan y sufren
Entonces,
cuando una persona descubre una motivación suficiente en Dios (para
su crecimiento espiritual) y comienza a vencer su Zona del Miedo y a
avanzar; esta se escapa de la Zona de Confort de los familiares y
entonces los familiares comienza a sentir “pánico” y comienza a
“tirar puños a diestra y siniestra” (metafóricamente hablando).
Literalmente
la persona está desbaratando la Zona de Confort de sus familiares;
lo que debería ser también aprovechable para ellos.
Es
así de sencillo. Y esta es la razón principal por lo cual los
familiares suelen reaccionar de forma tan alarmante ante actividades
de crecimiento espiritual de uno de sus miedos. Todo esto a pesar de
que esa persona no está atentando contra su propia vida; a pesar de
que no le está haciendo daño a nadie; a pesar de que su motivación
de base es aprender a ser mejor persona con los lineamientos de Dios
(que por cierto, la misma familia debería conocer y practicar...); a
pesar de que la persona expresa un nuevo estado de felicidad y paz; a
pesar de los pesares.
¿Qué
se debería hacer?
Lo
ideal es que ningún familiar se sintiera en alerta si uno de sus
miembros está encontrando un nuevo estado de bienestar al reforzar
su relación con Dios. Es lo más sublime y deseable para cualquier
persona; lo contrario no tiene lógica ni humana ni divina.
Pero
en caso de que exista malestar, sería lógico que los familiares que
se sientan alertados, en vez de comenzar a burlarse, desacreditar e
insultar; fueran un poco más inteligentes y comenzaran a
involucrarse. Con toda seguridad le serviría a ellos también lo que
su ser querido está aprendiendo.
Pero
esto anterior pasa muy pocas veces.
En
realidad lo que sucede es que la persona que intenta crecer
espiritualmente tiene que lidiar inteligentemente con sus familiares,
como si no fuera ya suficiente su propio esfuerzo de crecimiento.
Pero bueno, algunos lo logran y otros no; estos últimos suelen
retirarse.
Es
inmensamente triste que a pesar de que muchas familias y personas
gritan ser religiosas y espirituales, dándose golpes de pecho; estas
se “incomoden” cuando algunos de sus seres queridos comienza
crecer y mejorar, descubriendo la bendición que significa “Amar a
Dios sobre todas las cosas”.
Cuanta
falta hace Dios en el mundo y personas que lo presenten
correctamente.
Dios
te bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 347 A.S. (12 diciembre 2016)
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Palabras-claves:
zona de confort, zona de miedo, crecimeinto, mejora, Dios,
crecimiento espiritual,
Nmasté.
ResponderEliminarMaestro excelente escrito, ojalá y fuesen muchos de nuestros familiares que se involucraran en un verdadero y sostenible Crecimiento Espiritual bajo sus enseñanzas...sería fabuloso para todos. Gracias Maestro por su amor, esfuerzo, por ser y estar...Que PapáDios siga bendiciéndole y que pueda estar a la altura de lo que me da.
Namasté
Ojalá los familiares entendieran que el crecimiento espiritual en un miembro de la familia redunda en beneficios enormes para todos los otros miembros. Gracias Maestro.
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