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domingo, 28 de octubre de 2012

Pequeños sacrificios

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Una de las prácticas que se suelen realizar dentro de un camino de crecimiento espiritual es la de hacer pequeños sacrificios.

Esta práctica puede variar entre las diferentes filosofías o Maestros, pero en todas se puede generaliza que el sacrificar pequeñas cosas genera en nosotros energías que podemos transmutar dirigiéndolas a nuestro espíritu en pleno crecimiento; además de que esta práctica evidencia el compromiso que se tiene en el proceso del crecimiento espiritual.

Dentro de nuestra enseñanza (Evolución Consciente) el realizar pequeños sacrificios es muy importante asumirlo como práctica diaria; pero se habla de “pequeños” sacrificios, nunca de acciones que vengan a comprometer el bienestar ni personal ni de terceros.

Lo primero es definir qué se entiende como pequeños sacrificios. Los pequeños sacrificios son acciones donde nos restringimos o nos privamos de pequeños “placeres” o “bienestares” puntuales, las cuales no deben tener ninguna o muy poca ganancia secundaria. También son pequeños sacrificios cuando nos obligamos a hacer alguna acción que no nos agrada, que bien podríamos no hacer, y siempre sin poner en riesgo nuestra integridad personal ni la de los demás.

Cuando hacemos un pequeño sacrificio se genera en nosotros una energía que debemos re-direccionar (transmutar) en energía espiritual. Esta transmutación generalmente está comandada por la sola intención de hacer este sacrificio para nuestro Dios. Si hacemos el pequeño sacrificio pero no se lo dedicamos a Dios, no pasaremos de ser pobres masoquistas, privándonos de pequeños bienestares que se sumarían en un bienestar mayor; no estaremos haciendo nada sacrificándonos.

Es muy importante evaluar la ganancia secundaria de las acciones para saber cuáles pueden servir de sacrificios, por ejemplo:

  • El portarse correctamente no es un sacrificio, ya que debería ser un deber hacerlo.
  • El fumar menos no es un sacrificio, ya que tendremos nuestra recompensa en nuestra mejor salud.
  • Privarnos de comer un chocolate no es sacrificio si tenemos sobrepeso, simplemente no deberíamos comerlo.
  • Llegar temprano al trabajo no es sacrificio, si estamos obligados a cumplir un horario.
  • Hacer ejercicio físico no es sacrificio, ya que deberíamos hacerlo siempre.

Un pequeño sacrificio nunca debe generar malestar más allá de la pequeña privación momentánea del bienestar, de lo contrario sería perjudicial.

Pero sí son sacrificios válidos:
  • Si estamos en el peso correcto y nuestra salud no exige privarnos de un dulce y aun así decidimos no comerlo; ese sacrificio si se lo podemos dedicar a nuestro Dios y nos servirá en nuestro crecimiento espiritual.
  • Si decidimos levantarnos 5 minutos antes de la hora de despertar sin mayor ganancia al hacerlo.
  • Al dejar el último bocado de la comida que más nos gusta, sí sirve como sacrificio.
  • Hacer un minuto más de ejercicio dentro de la rutina acostumbrada (siempre que haya esfuerzo). Probablemente el minuto adicional no hará diferencia dentro de una rutina de 45 o 60 minutos, por lo tanto, tiene poca ganancia secundaria y sí puede servir de pequeño sacrificio.

Casos especiales que pueden tomarse como pequeños sacrificios son las acciones que se realizan y generan directamente energía espiritual; tal es el caso de orar, rezar, cantar mantras, ceremonias, realizar ejercicios espirituales, etc. Todas estas acciones tienen claros beneficios secundarios, pero generan energía que va directo al espíritu y el objetivo de los pequeños sacrificios se mantiene.

Estos son unos pocos ejemplos útiles para entender cuál es el criterio de identificación de acciones que pueden servir como pequeños sacrificios.

Entonces, la práctica sencilla apunta a que día a día, inclusive varias veces al día, estemos alertas de acciones que podamos utilizar como pequeños sacrificios ofreciéndoselas a Dios para nuestro crecimiento espiritual.

Generalmente no se escogen pequeños sacrificios rutinarios (siempre los mismos) por mucho tiempo, ya que se pueden volver una costumbre y dejar de ser sacrificios.

Toda esta energía que se genera con nuestros pequeños sacrificios intencionados ofrecidos a Dios son gotas de merecimiento con las que se va llenando nuestro espíritu para que pueda crecer y ser fuerte.


Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 28 de octubre del 2012
Twitter: @eReiki

2 comentarios:

  1. Maestro, que bueno su artículo, enseñanzas. Tengo una Tia como dicen beata, ella tiene 87 años, y le gusta tomar café negro al levantarse, tiene ya como tres años, que los viernes no puede tomar café, y aun no se acostumbra, le hace falta, solo que nos dice: * no me den café, yo hago ayuno los viernes del cafecito y cooomo me hace falta, pero bueno, por Dios que nos dio y da tanto...* En este artículo encontré respuesta y ahora enseñanza, espero tener la comprensión para realizar la tarea por hacer. Gracias Namasté

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  2. Es una hermosa práctica Maestro... Gracias!

    Namasté!

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