Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Llámese
oración, petición, manifestación; toda nuestra vida está envuelta
siempre en deseos que queremos ver cumplidos. Bien sea por
intercesión Divina o por nuestro propio poder de “co-crear”
nuestra realidad o por cualquier combinación de estas, el hecho es
que existe un proceso con el cual podemos facilitar el cumplimiento
de nuestros deseos.
El
proceso se puede explicar desde diferentes puntos de vistas
(espiritual, energético, mental); pero voy a tratar de enfocarlo de
forma general.
Toda
cosa que queramos que suceda en nuestras vidas debe ser creada, desde
nuestro celular, hasta nuestros hijos... y no solo creados, sino
alimentados/mantenidos hasta que sean una realidad manifestada y
tomen existencia propia.
Los
deseos son también nuestros hijos, salen de nuestras entrañas. En
este proceso que quiero explicar (cumplir deseos específicos)
intervienen dos actores principales. En los Talleres de Ley de
Atracción lo explico con mayor detalle, la idea aquí es dar la
receta funcional sencilla.
Los
dos actores involucrados en el cumplimiento de nuestros deseos son:
la mente (los pensamientos) y el corazón (los sentimientos)
El
proceso es sencillo:
- Debes crear en tu mente lo que deseas; la situación, el objeto, la persona, la imagen de lo que deseas. Debes imaginar el deseo final, ya cumplido; pero NUNCA el proceso para llegar a él.
- La mente no discrimina entre las cosas negativas o las positivas, la mente crea la forma del deseo; cuidado con lo que mantienes constantemente en tu mente pues estarás formando la estructura de tu realidad.
- Luego de formada la imagen, debes comenzar a generar la energía que alimentará a dicha forma mental, que le dará la posibilidad que sea una realidad. Dicha energía debes irradiarla desde el único lugar posible; desde tu corazón. Los seres humanos irradiamos constantemente energía y esta se evidencia a través de los sentimientos. Si mantenemos sentimientos desagradables, la energía que estamos generando es de muy bajo nivel, de muy mala calidad; si por el contrario sentimos en nuestro corazón cosas hermosas, la energía irradiada será nutritiva, enriquecedora, purificadora. No hay otro secreto.
- Una vez que tengas la forma mental de tus deseos y que estés generando la energía apropiada en tu corazón para alimentarla, debes proyectar esa energía de corazón en tu mente. La intención basta. Quédate unos minutos sosteniendo este proceso, todas las veces que te sea posible, “imaginando y sintiéndote bien”. Este es el secreto.
El
proceso de cumplir un deseo puede no ser instantáneo. Al igual que
un niño que engendras y alimentas para que se desarrolle bien, puede
tomar tiempo para que veas cristalizado al adulto que esperas. Eso no
implica que a veces se pueda enfermar o se porte mal; y no por eso lo
abandonas o lo dejas de alimentar.
El
trabajo con los sueños debe ser constante, manteniendo en mente lo
que quieres y generando desde tu pecho el mejor alimento, la mejor
energía para iluminar dicho pensamiento.
¿Pero
qué formas hay de generar la mejor energía? Las dos formas más
sencillas y conocidas son las mejores:
- Generando energía emocional positiva: forzando sentimientos de disfrute, de gozo, de agradecimiento. A veces puede ser suficiente apartar a la fuerza los sentimientos difíciles, controlándolos.
- Generando energía espiritual: en oraciones sin peticiones, en alabanza sentidas, en agradecimiento real, en comunión con tu Dios como lo más importante que existe para ti. La energía espiritual es por definición energía positiva de más alta calidad, solo que no es tan fácil como se cree el poder generarla; es necesaria una relación con Dios cultivada, constante, fiel y esforzada. Eso de buscar a Dios sólo en los momentos difíciles no genera mucha energía espiritual, porque lo buscamos desde sentimientos de miedo, de angustia, de desesperación... energías todas de baja calidad.
Por eso siempre digo “Encuentra a Dios cuando estés bien, para que ya lo tengas en tus momentos difíciles. #PedroGomez”
El
cumplir un deseo entonces se resumen en un proceso de “enfocar
e iluminar”; enfocar con tu mente e iluminar (o alimentar)
con tu corazón.
Pero
cuidado con las combinaciones. Puedes enfocar cualquier cosa hermosa
con tu mente, pero si lo iluminas con una energía baja (dolor,
resentimiento, rabia, miedo) es muy fácil o que tu deseo no llegue a
nacer o que se convierta en algo deforme y grotesco.
Tu
mente siempre está enfocándose en cosas y tu corazón siempre está
iluminando. Debes ser consistente y controlar en todo momento de lo
que sientes; si lo haces mal podrás estar llenando de monstruos tu
vida.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
03 de octubre del 2012
Twitter:
@eReiki
Simplemente maravilloso el funcionamiento de la ley de atracción... ¡Gracias por sus enseñanzas Maestro!
ResponderEliminarNamasté