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martes, 10 de enero de 2017

El diablo no es malo

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Claro que la figura del diablo existe, el concepto es correcto; pero no necesariamente es correcta la interpretación que la mayoría de las personas le dan.

Lo que suele plantear sufrimiento a las personas, no son las situaciones ni las cosas; sino la apreciación que ellas tienen de lo que les sucede.

En el ámbito espiritual real, no es correcto hablar de malo o bueno; porque tratamos con un Solo Dios que nos ama.

Como una vez me dijo mi segunda Maestra (la Sra. Selva) cuando yo era pequeño: “Pedrito, ¿te das cuenta de que si el diablo existe, aún el diablo tuvo que haber sido creado por Dios? Porque Dios creó todo lo que existe.”

Pero la mayoría de las personas tiene al diablo no solo como el enemigo y como el promotor de todo lo malo que sucede el mundo; sino como lo diametralmente opuesto a Dios. Tanto es así que las personas creen que Dios debe erradicar al diablo; que los “ángeles buenos” luchan en contra del diablo; y que incluso es el enemigo de Jesucristo.

Esto no es lo correcto desde el punto de vista místico.

Para reflexionar sobre esto, traigo solo tres pasajes bíblicos; los tres bastante conocidos.


El diablo en el Libro de Job.

Job 1:8-12 (TLA)

8 —¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo malo.
9 El ángel acusador respondió:
¡Por supuesto! ¡Pero si Job te obedece, es por puro interés! 10 Tú siempre lo proteges a él y a su familia; cuidas todo lo que tiene, y bendices lo que hace. ¡Sus vacas y ovejas llenan la región! 11 Pero yo te aseguro que si lo maltratas y le quitas todo lo que tiene, ¡te maldecirá en tu propia cara!
12 Entonces Dios le dijo al acusador:
Muy bien, haz lo que quieras con todo lo que tiene, pero a él ni lo toques.
Dicho esto, el ángel se marchó.


En este texto de la Biblia se presenta a Job como un hombre fiel y temeroso de Dios, de quien Dios mismo estaba complacido grandemente.

Job era un hombre rico (en todos los aspectos) y hacía de todo por Dios, y sobre todo cuidada de que cada cosa que hiciera no lo defraudara.

Pero cuenta la enseñanza que Dios decide demostrar la honra y la fidelidad de Job hacia Él, luego de una conversación con uno de sus ángeles: con Satanás (“el acusador”).
Luego de eso, Job comienza con mil y una tribulaciones. Tiene pérdidas graves; duda de sí mismo; duda de su vida y de su comportamiento; se pregunta a ratos qué estará haciendo Dios con él; pero al final no deja de reconocer la supremacía de Dios en todo y por eso Dios se complace y premia a Job.

Satanás mismo fue quien le produjo todos esos males y tentó a Job. Hasta aquí todo parece vulgarmente lógico.

Pero el punto importante es el siguiente: ¿acaso Satanás actuó por su cuenta por maligno? Leamos el versículo 12 nuevamente

12 Entonces Dios le dijo al acusador:
Muy bien, haz lo que quieras con todo lo que tiene, pero a él ni lo toques.
Dicho esto, el ángel se marchó (a actuar).

Aquí Vemos claramente que fue Dios mismo quien le dio permiso a Satanás para que infligiera toda clase de daños a Job; desde la pérdida de sus riquezas terrenales hasta la muerte de sus diez hijos. Incluso le dio sarna.

Si Dios no le hubiera dado el permiso expreso Satanás de hacer lo que este quisiera con todo lo que tenía Job (incluso con su propia salud), el diablo no hubiera podido actuar.

Entonces, ¿el diablo es malo? Ante ojos humanos pareciera, más bien, que Dios es el malvado.

Pero no estamos en un texto humano, sino ante una enseñanza espiritual. Dios simplemente estaba sometiendo a una prueba de fidelidad a Job; y para eso utilizó al acusador. En otras palabras, el diablo le sirvió a Dios.


El diablo en el desierto con Jesús

Y en el siguiente pasaje bíblico, tenemos nada más y nada menos que a Jesús de Nazareth enfrentándose en el desierto al diablo. Este pasaje es muy conocido:

Mateo 4:1-11 (RVR1960)

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti,
En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

Tan solo el primer versículo es determinante: Jesús debía ser tentado por el diablo y ¿quién lo llevó a él? Pues el mismo Espíritu Santo.

Pues sí, la misma Tercera Persona de Dios (el Espíritu Santo) fue quien llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo tentara. Es decir, que Dios necesitaba que el diablo tentara a Jesús. Encontramos nuevamente que cuando el diablo tentaba a Jesús, solo estaba haciendo lo que Dios necesitaba. Dicho de otra manera, el diablo le estaba siendo útil a Dios.

Pero esto es solo el principio. ¿Acaso vemos a un Jesús luchando a brazo partido contra el demonio? Pues no.

El diablo, con sus ofrecimiento de poderío humano, estaba únicamente probando el temple espiritual de Jesús. La función del diablo era ver si para Jesús, Dios era mucho más importante que sus posibles intereses y beneficios terrenales.

¿Qué hizo Jesús? Pues prefirió a Dios antes que a los ofrecimientos terrenales; y así, el diablo se fue. Más nada.

Entonces, ¿el diablo fue malo? Este simplemente le puso una prueba de tres preguntas a Jesús; y Jesús aprobó.

¿Qué hubiera pasado si Jesús no presenta esa prueba? Pues hoy no estuviéramos hablando de Jesús como lo hacemos.

Gracias diablo, por ponerle ese examen a Jesús.


El diablo y Jesucristo con sus discípulos

Y finalmente tenemos a Jesucristo ya en funciones de salvador, advirtiendo a sus discípulos sobre el diablo (en particular a Pedro); y resulta interesante ver cómo se expresa Jesús de Satanás.

Lucas 22:31 (TLA)

31 Después, Jesús le dijo a Pedro:
Pedro, escucha bien. Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes, y Dios se lo ha dado.

¿Cómo es la cosa? ¿Satanás pidiéndole permiso a Dios? Entonces tan malo no debe ser. Si fuera malo, hiciera el daño por su cuenta sin preguntar a nadie.

Y además, lo que hace es ¿poner pruebas difíciles? Aquí tampoco es tan malo; cualquier prueba se supera si quien la presenta a estudiado suficiente. ¿Dónde está el problema?

Nuevamente, el mismo Jesucristo habla de que el diablo está supeditado a Dios; y que más que maldades, lo que hace es poner a pruebas para probar la madurez espiritual de las personas.

¿Entonces el diablo es malo? Para Jesucristo no; malos serían sus discípulos si fallaran las pruebas puestas por el diablo.


El diablo con ángel

En los tres textos bíblicos recién analizados, encontramos de forma clara a un ser que sirve para los propósitos de Dios. Primero probando a un hombre bueno (Job); segundo a Jesús y tercero a los discípulos del Cristo.

Y precisamente un ser que le sirve a Dios, a pesar de que lo califiquen de malo, es lo que se llama un “Ángel”

Sí, el diablo o Satanás, es un ángel. Y cualquier ser que le sirva a Dios no puede ser malo; porque si lo fuera, no le estuviera sirviendo a Dios.

Pero a Satanás se le dice el “ángel caído”. ¿Alguien se ha preguntado “caído de dónde”?

Se dice que Satanás cayó de la Gracias de Dios; pero incluso esto hay que comprenderlo bien.

Un alma (un Ser) que no esté al lado de Dios, está fuera de la gracia de Dios; está alejado de Dios. El mismo Jesucristo anunciando su muerte advierte que Él volvería a la casa del Padre. Así que Jesucristo estaba aseparado de Dios.

Los ángeles, por su altura espiritual, están muy cerca de Dios; algunos están a sus pies. Pero cuando el mismo Dios necesita que alguno de ellos haga algo con los humanos, los ángeles deben separarse del Cielo y venir a la Tierra a cumplir Su Voluntad.

Esto es lo que significa “caerse” de la gracia de Dios: caer del Cielo para venir a la Tiera a cumplir funciones asignadas o permitidas por Dios.

Entonces, un ángel caído no es un ser maligno; sino que es un ser que se debe separar (caer) temporalmente del Cielo, para venir a la tierra a cumplir algún servicio para Dios.

Entendido esto, el mismo Arcángel Gabriel que anunció a la Virgen María, es un ángel caído.

¿Pero qué sucede? Para un niño “caerse” es malo. Por lo tanto, dentro de nuestra inmadurez espiritual; un ángel caído debe ser malo.

Cuánto nos falta crecer!


Entonces, ¿es el diablo malo?

Tanto en nuestra doctrina cristiana como en cualquiera otra del mundo, está claro que el concepto del diablo es aquel que ejecuta las pruebas que Dios pone a nuestra terrenalidad. Estas pruebas buscan demostrarle a Dios si hemos aprendido a ser seres espirituales o no.

Pero solemos ser tan infantiles que vemos como malvado a un profesor que nos pone un examen para el cual no estudiamos.

El concepto del diablo como ser maligno es un concepto infantil, espiritualmente hablando.

Si estudias, podrás aprobar los exámenes difíciles; y el profesor será alguien que te puso un examen y a quien le demostraste todo tu esfuerzo.

Si creces espiritualmente, podrás superar las situaciones difíciles de a la vida; y el diablo solo será alguien o algo que te permitió demostrarle a Dios cuán espiritual eres.

El tema del crecimiento personal o del crecimiento espiritual, siempre comienza por sincerarnos ante nuestras deficiencias o debilidades personales. Esto nos permite poder trabajar en ellas y fortalecernos. Si simplemente buscamos culpables afuera, y el diablo suele ser uno de ellos, podemos estar evadiendo nuestra responsabilidad sobre lo que acontece en nuestras vidas.

Si no te crees responsable de propiciar las cosas malas que te suceden, tampoco podrás propiciar cosas buenas en tu vida”. (PedroAGR)


Cuarenta años después sigo comprobando que mis maestras espirituales siempre tuvieron razón. Al diablo también lo creó Dios para sus propósitos.

Dios te bendiga.
Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo. (SSA)
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 376 A.S. (10 enero 2017)
Twitters: @pagr777 @eReiki @EvolConsc @SanaCristica
Facebook: https://www.facebook.com/groups/PedroAGR/

Palabras-claves: sociedades, diablo, Dios, Job, Jesús, Jesucristo, desierto, responsabilidad, personal, profesor, pruebas, terrenalidad, satanás, desierto, tentación, 

3 comentarios:

  1. Namasté, Maestro.

    Espectacular esta reflexión acerca del diablo... Un ser al servicio de Dios.

    Gracias!!

    Carmen E.

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  2. Muchísimas gracias por este artículo, Maestro: desmistifica la noción del diablo que tanta ignorancia ha generado.

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  3. Me gusto mucho este Articulo Maestro. Aclaro muchas dudas que siempre tuve. como usted dice, " Cuanto nos falta crecer"! Gracias Namaste

    Barbara F

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