Autor:
ShaniShaktiAnanda
A. Adhikari: Namasté.
Maestro, tengo una duda que me ha
estado dando vueltas en la cabeza desde hace tiempo.
Usted siempre dice que debemos buscar, respetar o hacer la voluntad de Dios. Y que su Voluntad está también en las cosas cotidianas; que no debemos asumir que la voluntad de Dios son cosas grandes desde nuestros criterios humanos. Espero no estar equivocado.
Pero mi duda es: si yo tengo que hacer o dejar de hacer algo, ¿cómo puedo saber si eso es la voluntad de Dios?
Usted siempre dice que debemos buscar, respetar o hacer la voluntad de Dios. Y que su Voluntad está también en las cosas cotidianas; que no debemos asumir que la voluntad de Dios son cosas grandes desde nuestros criterios humanos. Espero no estar equivocado.
Pero mi duda es: si yo tengo que hacer o dejar de hacer algo, ¿cómo puedo saber si eso es la voluntad de Dios?
SSA: Namasté.
Querido Adhikari, lo que entiendes
sobre la voluntad de Dios es correcto, así mismo es. En nuestras
cosas pequeñas y cotidianas, debemos actuar según la voluntad de
Dios. Pero ¿qué es la voluntad de Dios?
Te puedo responder de forma académica: en toda escritura sagrada (de donde salen las enseñanzas espirituales) está descrito el comportamiento cotidiano correcto para que cualquier persona vida alineada a lo que Dios espera de ella; esto es hacer la Voluntad de Dios.
Pero muchas veces esta respuesta académica es difícil de digerir para el común de las personas. Por eso te doy una respuesta más sencilla de evaluar.
Recuerda lo que hemos dicho siempre desde el punto de vista místico: PapáDios tiene una forma insuperable de decirnos que hemos actuado alejados de sus designios (aunque creamos haberlo hecho bien); y esta forma es a través del malestar.
Todo ser espiritual debe recordar que en cada malestar manifiesto, Dios está “pidiéndonos” que nos revisemos y que nos corrijamos; pero que lo hagamos en función de lo que Él espera de nosotros. No es una revisión ni corrección desde lo humano, sino desde lo espiritual.
Te puedo responder de forma académica: en toda escritura sagrada (de donde salen las enseñanzas espirituales) está descrito el comportamiento cotidiano correcto para que cualquier persona vida alineada a lo que Dios espera de ella; esto es hacer la Voluntad de Dios.
Pero muchas veces esta respuesta académica es difícil de digerir para el común de las personas. Por eso te doy una respuesta más sencilla de evaluar.
Recuerda lo que hemos dicho siempre desde el punto de vista místico: PapáDios tiene una forma insuperable de decirnos que hemos actuado alejados de sus designios (aunque creamos haberlo hecho bien); y esta forma es a través del malestar.
Todo ser espiritual debe recordar que en cada malestar manifiesto, Dios está “pidiéndonos” que nos revisemos y que nos corrijamos; pero que lo hagamos en función de lo que Él espera de nosotros. No es una revisión ni corrección desde lo humano, sino desde lo espiritual.
A. Adhikari: Sí, eso lo he aprendido
con usted. Entonces, cada vez que hago algo que me haga sentir algún
malestar (aunque lo esté haciendo desde una convicción personal)
¿debo interpretar que estoy dejando de lado la voluntad de Dios?
Y si algo me hace feliz ¿estoy haciendo la voluntad de Dios?
Y si algo me hace feliz ¿estoy haciendo la voluntad de Dios?
SSA: No totalmente. Porque no solo es
tu bienestar o tu felicidad de forma personal y egoísta; sino la de
tu entorno. Te explico con una metáfora.
Imagina que lo que tú quieres hacer (o dejar de hacer) representa un pequeño árbol que quieres plantar en un bosque. Quieres sembrar tu árbol (cumplir tu sueños, tus ganas, tus metas), pero tienes a tu alrededor otros árboles de personas alrededor tuyo.
Tú no puedes sembrar su árbol, cortando los otros árboles a tu alrededor; tu no puedes pretender talar unas hectáreas del bosque para sembrar tu árbol.
Es cierto que debes buscar un espacio; es cierto que debes abrir un hueco, es cierto de quedes protegerlo, pero no lo puedes hacer a costa de los demás árboles; o dicho de otro forma, a costa de los árboles de los demás.
Si respetas a los demás árboles, si piensas en la estabilidad de los que te rodean, te darás cuenta de que mientras tu pequeño árbol vaya creciendo, los árboles que están a tu lado te darán protección, cobijo, sombra, humedad suficiente. Así mismo es con las personas.
Cuando quieras hacer algo (o dejar de hacerlo) debes pensar no solo en tu bienestar, sino en el bienestar de los que te rodean; o por lo menos en su estabilidad.
No puedes cumplir tus sueños, destruyendo los sueños de los que están a tu lado. Esa no es la voluntad de Dios.
Pero tampoco puedes pensar en el bienestar de los demás, y destruirte tú.
Entonces, para saber si algo es voluntad de Dios, debe no solo estar atento a tu bienestar personal, sino en el bienestar de tus próximos; y si alguno se trastrueca de mala manera, tienes que buscar cómo negociar con los árboles de al lado, de la mejor forma para todos.
Porque si tú o si los tuyos sufren con alguna acción, pues esa no es Voluntad de Dios.
Imagina que lo que tú quieres hacer (o dejar de hacer) representa un pequeño árbol que quieres plantar en un bosque. Quieres sembrar tu árbol (cumplir tu sueños, tus ganas, tus metas), pero tienes a tu alrededor otros árboles de personas alrededor tuyo.
Tú no puedes sembrar su árbol, cortando los otros árboles a tu alrededor; tu no puedes pretender talar unas hectáreas del bosque para sembrar tu árbol.
Es cierto que debes buscar un espacio; es cierto que debes abrir un hueco, es cierto de quedes protegerlo, pero no lo puedes hacer a costa de los demás árboles; o dicho de otro forma, a costa de los árboles de los demás.
Si respetas a los demás árboles, si piensas en la estabilidad de los que te rodean, te darás cuenta de que mientras tu pequeño árbol vaya creciendo, los árboles que están a tu lado te darán protección, cobijo, sombra, humedad suficiente. Así mismo es con las personas.
Cuando quieras hacer algo (o dejar de hacerlo) debes pensar no solo en tu bienestar, sino en el bienestar de los que te rodean; o por lo menos en su estabilidad.
No puedes cumplir tus sueños, destruyendo los sueños de los que están a tu lado. Esa no es la voluntad de Dios.
Pero tampoco puedes pensar en el bienestar de los demás, y destruirte tú.
Entonces, para saber si algo es voluntad de Dios, debe no solo estar atento a tu bienestar personal, sino en el bienestar de tus próximos; y si alguno se trastrueca de mala manera, tienes que buscar cómo negociar con los árboles de al lado, de la mejor forma para todos.
Porque si tú o si los tuyos sufren con alguna acción, pues esa no es Voluntad de Dios.
A. Adhikari: Pero Maestro, muchas
veces es difícil complacer con nuestras acciones o proyectos a todos
los que tenemos a nuestro lado. ¿Cómo hacerlo?
SSA: Buena pregunta, Adhikari.
Cuando hablo de perturbar el bienestar de los próximos, no hablo de pequeñas molestias; no hablo de incomodidades. Hablo de malestar sostenido, profundo; hablo de romper sueños, deseos, metas, árboles plantados y que posiblemente ya estén creciendo más que el tuyo. Esto está relacionado con el mandato de amar a tu prójimo como a ti mismo.
Pero tampoco hablo de acciones que evidentemente tu no debas hacer. Acciones incorrectas no suelen ser voluntad de Dios.
Cuando hablo de perturbar el bienestar de los próximos, no hablo de pequeñas molestias; no hablo de incomodidades. Hablo de malestar sostenido, profundo; hablo de romper sueños, deseos, metas, árboles plantados y que posiblemente ya estén creciendo más que el tuyo. Esto está relacionado con el mandato de amar a tu prójimo como a ti mismo.
Pero tampoco hablo de acciones que evidentemente tu no debas hacer. Acciones incorrectas no suelen ser voluntad de Dios.
A. Adhikari: Maestro, pero ¿hasta
dónde se pueden empujar a los árboles cercanos para que quepa el
mío?
SSA: Debes tener cuidado al empujar;
al empujar a un árbol lo puedes partir.
Primero debes escuchar, debes explicar, debes negociar, debes convencer, debes ceder y debes conceder. Y si no lo consigues, a lo mejor debes cambiarte de bosque; a lo mejor debes dejar a sus próximos y buscar otro lugar para sembrar tus sueños donde causes menos perturbaciones a los árboles a tu alrededor. Incluso alejarte de tus prójimos puede significar amarles.
Primero debes escuchar, debes explicar, debes negociar, debes convencer, debes ceder y debes conceder. Y si no lo consigues, a lo mejor debes cambiarte de bosque; a lo mejor debes dejar a sus próximos y buscar otro lugar para sembrar tus sueños donde causes menos perturbaciones a los árboles a tu alrededor. Incluso alejarte de tus prójimos puede significar amarles.
A. Adhikari: Ahora entiendo mucho más,
Maestro. Gracias.
SSA: Recuerda siempre, Adhíkari.
Cuando quieras hacer algo, cuando quieras plantar algo y saber si
está dentro de la voluntad de Dios, siempre debes estar atento del
bosque. Si genera malestar, a lo mejor no es el lugar, o no es el
momento o simplemente no es lo que debes hacer.
A. Adhikari: Maestro, una última
pregunta. Usted como místico nos ha enseñado que toda enseñanza
tiene como trasfondo a las leyes universales. En este caso ¿cuáles
leyes universales están detrás de esta enseñanza?
SSA: Adhikari, en este caso está las
leyes de Atracción y del Karma; en especial esta última. Y por ser
de mucho impacto kármico, todo esto se debe tomar muy en serio;
porque te puedes condenar a ti mismo y puede condenar a los demás.
A lo mejor en vida no se siente tan importante para la mayoría de las personas, pero una vez muerta, es cuando escuchamos el rechinar de dientes.
A lo mejor en vida no se siente tan importante para la mayoría de las personas, pero una vez muerta, es cuando escuchamos el rechinar de dientes.
A. Adhikari: ¡Oh! Maestro, cierto,
muchas gracias de nuevo. Namasté.
SSA: Namasté
Dios te siga bendiciendo.
Dios te siga bendiciendo.
ShaniShaktiAnanda
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
453AS. (28 de marzo del 2017)
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Palabras-claves:
Ley, atracción, karma, acción, reacción, bosque, plantas, sembrar, árbol, árboles
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