Autor:
ShaniShaktiAnanda
La
práctica de congregarse implica la reunión de personas que
comparten una misma fe. Pero no hablo de una reunión de solo
compartir un espacio o una ceremonia, sino un compartir de vidas,
vivencias, esfuerzos y trabajos entre aquellos que están tratando de
enfocar su existencia en función de un mismo Dios.
El
congregarse no es solo un fenómeno humano; y por lo tanto sus
beneficios y bendiciones no son únicamente humanas.
Si
bien la práctica de congregarse trae beneficios que escapan de la
comprensión humana; sí logran realmente fortalece al ser que se
congrega.
Congregarse
no significa ir a misa; muchas veces tampoco significa pasar un
hermoso momento en el templo. Al congregarse se busca compartir un
porcentaje de la vida entre personas que están haciendo esfuerzos
similares de fortalecerse espiritualmente. Y en estos esfuerzos, no
todo es color de rosas; por eso digo que no solo es pasar buenos
momentos, sino compartir incluso los difíciles.
En
tiempos de Jesucristo, la idea de congregarse era normal; de hecho,
muchos de sus seguidores pasaron años juntos incluso con Jesús:
comían juntos, descansaban juntos, trabajaban juntos, se enamoraban
juntos, aprendían juntos, se equivocaban juntos, acertaban juntos,
se enfermaban juntos, peleaban juntos, eran regañados juntos, e
incluso hacían las paces juntos.
Y
esta práctica de congregación es en realidad una obligación para
cualquier persona que pretenda ser o desea convertirse en alguien
espiritual. En nuestra Santa Biblia hay varios versículos que así
lo establecen. Solo voy a colocar tres de ellos:
Hebreos
10:23-25 (TLA)
“23
Sigamos confiando en que Dios nos salvará. No lo dudemos ni un
instante, porque él cumplirá lo que prometió. 24 Tratemos de
ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno. 25 No dejemos
de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez
más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se
acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.”
1
Corintios 12:12 (TLA)
12
La iglesia de Cristo es como el cuerpo humano. Está compuesto de
distintas partes, pero es un solo cuerpo.
Romanos
12:4-6 (TLA)
4
El cuerpo humano está compuesto de muchas partes, pero no todas
ellas tienen la misma función. 5 Algo parecido pasa con nosotros
como iglesia: aunque somos muchos, todos juntos formamos el cuerpo de
Cristo.
Mateo
18:20 (TLA)
Y
Jesucristo decía: “20 Porque allí donde dos o tres de ustedes se
reúnan en mi nombre, allí estaré yo.”
En
el primer pasaje citado (Hebreos 10:23-25) se establece claramente
una invitación a los discípulos del Cristo a congregarse. Pero un
congregarse que es más que un estar juntos un rato; es un apoyarse,
un amarse, un hacer juntos cosas agradables a Dios; y allí mismo
parece advertirse que es un esfuerzo, ya que lo normal es que algunos
no se congreguen.
Esta
necesidad de congregarse debe reforzarse en función de obtener los
resultados esperados en los días finales; días finales que pueden
referir a la resurrección, a la muerte, o simplemente a momentos
difíciles.
En
el segundo y tercer pasaje citado (1 Corintios
12:12 y Romanos 12:4-6) se nos da y se nos recuerda la figura de que
todos los cristianos formamos el Cuerpo de Cristo, un cuerpo que
existe mientras sus partes no solo se mantengan unidas, sino que
convivan armoniosamente entre ellas. Un cuerpo con partes diferentes,
pero cada una importante.
Un
cuerpo desaparece cuando se desmiembra o cada parte va por su cuenta.
Hay
que acotar que en ambas citas, cuando se nombra a palabra “iglesia”,
no se refiere a ninguna institución religión o eclesiástica
moderna, sino a la comunión de personas en torno a una misma fe. Las
iglesias como las conocemos hoy en día no existían en época de
Jesús; por lo tanto, Jesús no hablaba de ellas.
El
cuarto pasaje es posiblemente el más categórico. ¿Cuántas
personas no viven creyendo en su relación personal con el Cristo?
Muchas personas ignoran la necesidad de congregarse, no hablan de su
fe con nadie, creen llevar una buena relación con Dios
directamente.
En
Mateo 18:20 el mismo Jesucristo establece que para que Él mismo está
entre nosotros, debemos estar juntos “en su nombre” (esto quiere
decir “conviviendo desde sus enseñanzas”) dos o más de
nosotros. Jesús no está con una persona que vive su fe por su
cuenta.
Razones
y beneficios por las cuales congregarse
La
primera razón expresa por la cual es importante congregarse, es por
el mismo párrafo bíblico presentado anteriormente; por Mateo 18:20.
Si queremos que el Cristo esté entre nosotros, debemos estar por lo
menos dos de nosotros congregados. De otra forma no es posible.
Una
segunda razón es porque un escenario de convivencia de personas
desde una misma fe (recordemos que esto es lo que significa
congregarse) es ideal para comenzar a poner en práctica el estilo de
vida espiritual que Dios espera de nosotros.
En
un camino espiritual uno debe cambiar algunas de nuestras actitudes
de vida a otras más espirituales. Muchas de estas actitudes
espirituales no son comprendidas por el común de las personas que
nos rodean; y la mayoría de las veces cedemos a la tentación de no
hacer los cambios necesarios por no ser rechazados por estas
personas.
En
cambio, la adopción de actitudes más espirituales es muy natural si
se intenta hacer conviviendo con personas que ya lo hayan hecho o que
están intentándolo igual que nosotros. Si se practica en
congregación, una vez adoptadas no nos cuesta vivir nuestra
cotidianidad de la forma espiritualmente correcta.
Una
tercera razón para congregarse es por la satisfacción de
pertenencia. La necesidad de pertenencia es muy visceral; está en
nuestros genes y la necesitamos para poder vivir bien.
Esta
necesidad de preferencia, cuando está insatisfecha, es la que, por
ejemplo, lleva a jóvenes a unirse a grupos que a veces no son la
mejor compañía; o a asumir estilos de vida similares a grupos
humanos sin muchos beneficios.
Pero
si por el contrario se encuentra un grupo de personas que está
afanado por llevar una vida de real provecho con Dios como meta; y
allí satisface su necesidad de pertenencia; el premio es completo.
Pudiéramos
señalar muchas más razones por las cuales congregarse es
recomendable; pero estas las considero más que suficientes para este
escrito.
Dios
les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
749AS. (18 de enero del 2018)http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves:
congregarse, iglesias, pertenencia
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